1. Un novicio es un joven que se prepara para ingresar a una
orden religiosa. Como los betlemitas se dedicaban principal-
mente a cuidar enfermos, los que quisieran formar parte de
la orden tenían que aprender a poner ungüentos, limpiar
heridas, aplicar gotas en los ojos y muchos otros remedios
conocidos en la época.
Durante dos siglos y medio, los monjes betlemitas se dedica-
ron a atender a los enfermos convalecientes de nuestra
ciudad. Al aumentar el número de pacientes, se hizo necesario
construir un edificio más grande y apropiado para cuidarlos. A
mediados del siglo XVIII los betlemitas iniciaron la ampliación
del convento y el noviciado en los terrenos y las casas que
adquirieron en la esquina de lo que hoy es Tacuba y Bolívar.
El patio de novicios era el claustro del noviciado, la zona más
aislada del edificio, pero también una de las áreas alrededor
de la cual transcurría gran parte de la vida del convento. El
ambiente de esa época debía ser de silencio y recato, propicio
para la oración y el orden.
Se piensa que la decoración geométrica en las paredes debió
contribuir a generar un ambiente espiritual más abstracto y
menos sensorial que el del Claustro Principal, para permitir
la concentración que debía tener un novicio al realizar
sus oraciones.
Patio de novicios
Los novicios se levantaban diariamente a las cinco de la
mañana y hacían oración mental antes de ir a misa. Por la
tarde rezaban el rosario y en la noche volvían a hacer oración
mental. Además de recibir instrucción ayudaban en varias
tareas, como atender a los enfermos, realizar labores en la
cocina y limpiar algunas áreas del edificio. Cada vez que
entraban en el noviciado lo hacían de rodillas alabando al
Santísimo Sacramento.
Los betlemitas contaban con un libro especial llamado
“Instrucción para novicios de la religión Bethlemítica”, en el
cual se especificaba claramente cómo debían conducirse los
jóvenes aprendices. Por ejemplo, en el apartado dedicado a la
mortificación y penitencia, se decía que una forma de
ejercitarlas consistía en abstenerse de oler una flor al entrar
en el huerto.
En la parte alta del patio está labrada la oración del Ave
María en latín. Al parecer, al lado del patio de novicios se
encontraban la biblioteca y el refectorio. El arquitecto
Lorenzo Rodríguez cuenta que en el noviciado llegaron a
existir 38 celdas.
El Antiguo Convento de Betlemitas, sede del MIDE, es el
edificio que habitaban los frailes y el noviciado. El área que
ocupaba el hospital ya no se conserva.
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