1. El documento discute la necesidad de una nueva evangelización en un contexto de secularismo creciente. La fe de muchos cristianos se ha visto afectada y necesita ser renovada y profundizada.
2. Se distinguen tres ámbitos para la transmisión de la fe: la evangelización, la catequesis y la enseñanza religiosa escolar. Si bien son distintos, deben complementarse dado el estado de descristianización de la sociedad.
3. La enseñanza religiosa escolar se caracteriza por su dimensión
Religión, evangelización y catequesis en la sociedad actual
1. Introducción
En la Religión confluyen todos los problemas que suscita la cultura de cada tiempo, y en el
nuestro es tan pluriforme y nueva que incluso resulta difícil interpretarla. De hecho, hoy se tiene
la convicción de que la cultura actual no facilita, más bien dificulta, la evangelización. Pero esta
amplia temática en torno a la Religión no es nueva ni exclusiva de España, pues actualmente
se debate también en otros países de Europa. Pero en este ambiente de indiferencia religiosa y
de ateísmo en sus formas diversas, particularmente del secularismo, las aspiraciones y la
necesidad de lo religioso no pueden ser suprimidos totalmente.1 “Así también, el mundo actual
testifica, siempre de manera más amplia y viva, la apertura a una visión espiritual y
trascendente de la vida, el despertar de una búsqueda religiosa, el retorno al sentido de lo
sacro y a la oración, la voluntad de ser libres en el invocar el Nombre del Señor”. 2
Ya Pablo VI, en la Evangelii Nuntiandi animaba a todos los cristianos a cumplir con el
mandato misionero de Jesús3 a pesar de los obstáculos que ofrece el mundo a esta misión de
universalidad.4 Juan Pablo II, en su exhortación apostólica Catechesi Tradendae, anima a los
maestros, los diversos ministros de la Iglesia, los catequistas y los responsables de los medios
de comunicación social a la tarea evangelizadora, “todos ellos tienen, en grado diverso,
responsabilidades muy precisas en esta formación de la conciencia del creyente, formación
importante para la vida de la Iglesia, y que repercute en la vida de la sociedad misma. Uno de
los mejores frutos de la Asamblea general del Sínodo dedicado por entero a la catequesis sería
despertar, en toda la Iglesia y en cada uno de sus sectores, una conciencia viva y operante de
esta responsabilidad diferenciada pero común”.5
Esto hace necesario una nueva evangelización. “Los discípulos de Jesús están
inmersos en el mundo como levadura pero, al igual que en todo tiempo, no quedan inmunes de
experimentar el influjo de las situaciones humanas. Por ello, es necesario plantearse la
situación actual de la fe de los cristianos.
La renovación catequética en la Iglesia, desarrollada durante los últimos decenios, ha
dado ya frutos muy positivos. La catequesis de niños, de jóvenes y de adultos ha dado origen a
un tipo de cristiano verdaderamente consciente de su fe y coherente con ella en su vida. Ha
favorecido en ellos, en efecto:
– una nueva experiencia viva de Dios, como Padre misericordioso;
– un redescubrimiento más hondo de Jesucristo, no sólo en su divinidad, sino también en su
verdadera humanidad;
– el sentirse, todos, corresponsables de la misión de la Iglesia en el mundo;
– la toma de conciencia de las exigencias sociales de la fe.
Sin embargo, ante el panorama religioso actual, se hace necesario que los hijos de la
Iglesia verifiquen: ¿En qué medida están también ellos afectados por la atmósfera de
secularismo y relativismo ético?
Un primer grupo está constituido por el gran número de personas que recibieron el
bautismo pero viven al margen de toda vida cristiana. Se trata, en efecto, de una muchedumbre
de cristianos no practicantes,6 aunque en el fondo del corazón de muchos el sentimiento
1
Cf. Ch.L. 4.
2
Idem 4.
3
Cf. Mt. 28,19.
4
Cf. E.N. 49 y 50.
5
C.T. 16.
6
Cf. E.N. 56.
2. religioso no haya desaparecido del todo. Despertarles a la fe es un verdadero reto para la
Iglesia.
Junto a éstos, están también las gentes sencillas, que se expresan a menudo con
sentimientos religiosos muy sinceros y con una religiosidad popular muy arraigada. Tienen una
cierta fe, pero conocen poco los fundamentos de la misma. También existen numerosos
cristianos, intelectualmente más cultivados, pero con una formación religiosa recibida sólo en la
infancia, que necesitan replantear y madurar su fe bajo una luz distinta.7
No falta, tampoco, un cierto número de bautizados que, lamentablemente, ocultan su
identidad cristiana sea por una forma de diálogo interreligioso mal entendida, sea por una cierta
reticencia a dar testimonio de su fe en Jesucristo en la sociedad contemporánea.
Estas situaciones de la fe de los cristianos reclaman con urgencia del sembrador el
desarrollo de una nueva evangelización, sobre todo en aquellas Iglesias de tradición cristiana
donde el secularismo ha hecho más mella. En esta nueva situación, necesitada de
evangelización, el anuncio misionero y la catequesis, sobre todo a jóvenes y adultos,
constituyen una clara prioridad”.8
1. TRES ÁMBITOS DIVERSOS DE EXPOSICIÓN DE LA FE
Sigue teniendo validez permanente la distinción entre «evangelización», «catequesis» y
«enseñanza religiosa escolar». En efecto, a distinto plano, la Iglesia «evangeliza» cuando
propone el mensaje cristiano concretado en el anuncio de la Persona de Jesús y en la
proclamación de su doctrina. Por su parte, la «catequesis» va dirigida directamente a la
intimidad de cada individuo, tiene un aspecto más vivencial y el lugar más propio de exposición
es la familia y la parroquia. Por el contrario, la «enseñanza religiosa» tiene su ámbito específico
en la Escuela y se caracteriza por su condición intelectual y académica. Su punto de referencia
es la teología. No obstante, dada la situación cultural de nuestro tiempo y el estado
generalizado de descristianización de la sociedad actual, admitida la distinción, es claro que
esos tres ámbitos en la exposición de la fe no deben separarse, pues cada día aumenta el
número de alumnos que requieren ser evangelizados -no tienen noticia de Jesucristo ni de su
obra salvadora-, y otros muchos están necesitados de experimentar y vivir la religión a nivel
catequético. Por ello, la «enseñanza escolar» asumirá de la «evangelización» y de la
«catequesis» los elementos que precise según la condición y situación religiosa de los
alumnos.
La misión de evangelizar viene del mandato del Señor Resucitado: "Id y haced
discípulos a todas las gentes".9 Este mandato define la misión evangelizadora de la Iglesia y,
por tanto, su carácter eminentemente educativo. Conscientes de las dificultades en orden a la
transmisión de la fe, la Iglesia, también hoy, quiere continuar entregando el don recibido a fin
de que aquellos que la escuchan y se adentran en este misterio lleguen "al estado de hombres
perfectos, a la madurez de la plenitud de Cristo".10
“La enseñanza y la catequesis se enfrentan hoy a similares y nuevos retos en la
transmisión de la fe a las nuevas generaciones. Lo que se nos pide es que la catequesis y la
7
Cf. E.N. 48 y 52.
8
D.G.C. 24 – 26.
9
Mt. 28,19.
10
Ef. 4,13.
3. enseñanza en esta nueva evangelización no sean sólo hablarles de Cristo sino en cierto modo
hacérselo ver, cada una desde su ámbito y finalidades propias. En este sentido, la fe y la razón
deben ir unidas al testimonio, a fin de que la transmisión de la fe pueda ser personalizada y por
tanto vivida. Del evangelio emerge el rostro de Cristo que hoy debemos transmitir con la
humildad y disponibilidad de aquel que sabe que el hecho revelado y recibido en la comunidad
de creyentes es gracia que viene del Padre.
Hoy se percibe cada vez más la necesidad de una propuesta de la fe que se mueva en
el horizonte de esta gran tarea: la integración entre la fe y la vida, el diálogo entre la fe y la
cultura, y el logro de una nueva síntesis creativa de la fe que lleve a mostrar su fuerza
humanizadora. Para esta tarea es imprescindible el servicio que la teología debe prestar a la
catequesis y a la enseñanza. A la luz de esta dinámica, se comprende que el anuncio de la fe
debe ir unido a la educación del ser humano, para que el mensaje de la fe pueda ser acogido
en la vida, pueda generar cultura, y entre en la historia”.11
2. RELACIÓN ENTRE LA ENSEÑANZA RELIGIOSA ESCOLAR Y CATEQUESIS.
La relación entre enseñanza religiosa escolar y catequesis es una relación de distinción
y de complementariedad:
“Hay nexo indisoluble y clara distinción entre enseñanza de la religión y catequesis, que
es la transmisión del mensaje evangélico, una etapa de la evangelización. El nexo se justifica
para que la escuela se mantenga en su nivel de escuela, orientada a dar una cultura completa
e integrable en el mensaje cristiano. La distinción estriba en que la catequesis, a diferencia de
la enseñanza religiosa escolar, presupone ante todo la aceptación vital del mensaje cristiano
como realidad salvífica. Además, el lugar específico de la catequesis es una comunidad que
vive la fe en un espacio más vasto y por un período más largo que el escolar, es decir, toda la
vida”.12
“La Clase de Religión, en cambio, trata de hacer conocer lo que constituye la identidad
del cristianismo y lo que los cristianos, coherentemente, se esfuerzan por realizar en su vida,
contribuyendo a reforzar la fe y a subrayar el aspecto de racionalidad que distingue y motiva la
elección cristiana del creyente y la experiencia religiosa del hombre en cuanto tal”.13
La enseñanza religiosa escolar tiene como característica propia es el hecho de estar
llamada a penetrar en el ámbito de la cultura y de relacionarse con los demás saberes. La
enseñanza religiosa escolar hace presente el Evangelio en el proceso personal de asimilación,
sistemática y crítica, de la cultura. “La enseñanza religiosa escolar deposita el fermento
dinamizador del Evangelio y trata de alcanzar verdaderamente los demás elementos del saber
y de la educación, a fin de que el Evangelio impregne la mente de los alumnos en el terreno de
su formación y que la armonización de su cultura se logre a la luz de la fe”.14
Para dignificar la asignatura de religión católica, ésta ha de presentar el mensaje y
acontecimiento cristiano con la misma seriedad y profundidad con que las demás disciplinas
presentan sus saberes. En un necesario diálogo interdisciplinar. “Así, la presentación del
11
CONFERENCIA ESPISCOPAL ESPAÑOLA, Conclusiones del simposio sobre la transmisión de la fe, 6 y 7.
12
CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Dimensión religiosa de la educación en la Escuela
Católica, 68.
13
Idem., 69.
14
D.G.C. 73, cf. C.T. 69.
4. mensaje cristiano incidirá en el modo de concebir, desde el Evangelio, el origen del mundo y el
sentido de la historia, el fundamento de los valores éticos, la función de las religiones en la
cultura, el destino del hombre, la relación con la naturaleza...”.15
La distinción entre enseñanza de la religión y catequesis no excluye que la escuela
católica, en cuanto tal, pueda y deba ofrecer su aportación específica a la catequesis. Con su
proyecto de formación orientado globalmente en sentido cristiano, toda la escuela se inserta en
la función evangelizadora de la Iglesia, favoreciendo y promoviendo una educación en la fe.
15
Idem, 73.