2. PABLO VI "EVANGELII NUNTIANDI"
20
La ruptura entre Evangelio y cultura es sin duda alguna el drama de
nuestro tiempo, como lo fue también en otras épocas. De ahí que hay
que hacer todos los esfuerzos con vistas a una generosa evangelización
de la cultura, o más exactamente de las culturas. Estas deben ser
regeneradas por el encuentro con la Buena Nueva. Pero este encuentro
no se llevará a cabo si la Buena Nueva no es proclamada.
3. Necesidad de la inculturación
La inculturación de la fe es un tema de importancia porque ha adquirido
por todas partes en el mundo cristiano y por la insistencia con que el
Magisterio de la Iglesia lo ha abordado desde el Concilio Vaticano II.
Para san Juan Pablo II : el diálogo de la Iglesia y de las culturas
revestía, una importancia vital para el futuro de la Iglesia y del mundo.
Por ello creó un organismo curial especializado para que le ayude en
esta gran obra: el Consejo pontificio para la cultura.
4. El mismo papa decía al consejo internacional para la catequesis en su
VII sesión ordinaria que la tarea de la inculturación, como difusión
integral del Evangelio y de su consiguiente adaptación al pensamiento y
a la vida, sigue aún hoy y constituye el corazón, el medio y el objetivo
de la «Nueva Evangelización".
5. QUÉENTENDEMOSPORCULTURA
GAUDIUM ET SPES 44
La adaptación de la predicación de la palabra revelada debe mantenerse
como ley de toda la evangelización. Porque así en todos los pueblos se
hace posible expresar el mensaje cristiano de modo apropiado a cada uno
de ellos y al mismo tiempo se fomenta un vivo intercambio entre la Iglesia
y las diversas culturas.
Es propio de todo el Pueblo de Dios, pero principalmente de los pastores y
de los teólogos, auscultar, discernir e interpretar, con la ayuda del Espíritu
Santo, las múltiples voces de nuestro tiempo y valorarlas a la luz de la
palabra divina, a fin de que la Verdad revelada pueda ser mejor percibida,
mejor entendida y expresada en forma más adecuada.
6. 53
La persona humana, llega a un nivel verdadero y plenamente humano
mediante la cultura, es decir, cultivando los bienes y los valores naturales.
Con la palabra cultura se indica, en sentido general, todo aquello con lo
que el hombre afina y desarrolla sus innumerables cualidades espirituales
y corporales.
La cultura humana presenta necesariamente un aspecto histórico y social
por lo que la palabra cultura asume con frecuencia un sentido sociológico
y etnológico. En este sentido se habla de la pluralidad de culturas.
7. 54
Hablando de Nuevos estilos de vida se dice que las circunstancia de vida
del hombre moderno en el aspecto social y cultural han cambiado
profundamente, tanto que se puede hablar con razón de una nueva época
de la historia humana. Por ello, nuevos caminos se han abierto para
perfeccionar la cultura y darle una mayor expansión. Caminos que han
sido preparados por el ingente progreso de las ciencias naturales y de las
humanas, incluidas las sociales; por el desarrollo de la técnica, y también
por los avances en el uso y recta organización de los medios que ponen al
hombre en comunicación con los demás.
8. La industrialización, la urbanización y los demás agentes que promueven
la vida comunitaria crean nuevas formas de cultura (cultura de masas), de
las que nacen nuevos modos de sentir, actuar y descansar; al mismo
tiempo, el creciente intercambio entre las diversas naciones y grupos
sociales descubre a todos y a cada uno con creciente amplitud los tesoros
de las diferentes formas de cultura, y así poco a poco se va gestando una
forma más universal de cultura, que tanto más promueve y expresa la
unidad del género humano cuanto mejor sabe respetar las particularidades
de las diversas culturas.
9. 55
El hombre, es el autor de la cultura. Lo decimos porque cada día es
mayor el número de los hombres y mujeres, de todo grupo o nación, que
tienen conciencia de que son ellos los autores y promotores de la cultura
de su comunidad.
56.
El hombre, siente su responsabilidad en orden al progreso de la cultura.
57
El estudio de las ciencias y la exacta fidelidad a la verdad en las
investigaciones científicas, la necesidad de trabajar conjuntamente en
equipos técnicos, el sentido de la solidaridad internacional, la conciencia
cada vez más intensa para la ayuda y la protección de los hombres, la
voluntad de lograr condiciones de vida más aceptables para todos,
singularmente para los que padecen privación de responsabilidad o
indigencia cultural. Todo lo cual puede aportar alguna preparación para
recibir el mensaje del Evangelio
10. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL, TEMAS
SELECTOS DE ECLESIOLOGÍA (1984)
Para designar esta perspectiva y esta acción, por las que el evangelio
pretende alcanzar el corazón de las culturas, se recurre hoy al término
«inculturación». El término «aculturación» o «inculturación».
…«el término "aculturación" o "inculturación", además de ser un hermoso
neologismo, expresa muy bien uno de los componentes del gran misterio
de la Encarnación»
(CATECHESI TRADENDAE 53)
11. CATECHESI TRADENDAE 53
…de la evangelización en general, podemos decir que está llamada a
llevar la fuerza del evangelio al corazón de la cultura y de las culturas.
Para ello, la catequesis procurará conocer estas culturas y sus
componentes esenciales; aprenderá sus expresiones más significativas,
respetará sus valores y riquezas propias. Sólo así se podrá proponer a
tales culturas el conocimiento del misterio oculto y ayudarles a hacer
surgir de su propia tradición viva expresiones originales de vida, de
celebración y de pensamiento cristianos.
12. Los catequistas auténticos saben que la catequesis «se encarna» en las
diferentes culturas y ambientes: baste pensar en la diversidad tan grande
de los pueblos, en los jóvenes de nuestro tiempo, en las circunstancias
variadísimas en que hoy día se encuentran las gentes; pero no aceptan
que la catequesis se empobrezca por abdicación o reducción de su
mensaje, por adaptaciones, aun de lenguaje, que comprometan el «buen
depósito» de la fe, o por concesiones en materia de fe o de moral; están
convencidos de que la verdadera catequesis acaba por enriquecer a esas
culturas, ayudándolas a superar los puntos deficientes o incluso
inhumanos que hay en ellas y comunicando a sus valores legítimos la
plenitud de Cristo.
13. fundamento de la inculturación
El fundamento doctrinal de la inculturación se encuentra, en primer lugar,
en la diversidad y multitud de los seres creados que proviene de la
intención de Dios Creador, deseoso de que esta multitud diversificada
ilustre más los innumerables aspectos de su bondad. Todavía más se
encuentra en el misterio del mismo Cristo: su encarnación, su vida, su
muerte y su resurrección.
En la evangelización de las culturas y la inculturación del Evangelio se
produce un misterioso intercambio: por una parte, el evangelio revela a
cada cultura y libera en ella la verdad última de los valores de que es
portadora; por otra, cada cultura expresa el Evangelio de manera original
y manifiesta nuevos aspectos de él.
14. La inculturación es así un elemento de la recapitulación de todas las cosas
en Cristo (Ef 1, 10) y de la catolicidad de la Iglesia.
En la inculturación de la fe obra el misterio de la encarnación de la Palabra,
el misterio de la muerte y la resurrección de Cristo. Esta certeza es anterior
y constituye el fundamento de todo proceso humano y legítimo de
interpretación, explicación y adaptación. (Aud. VIII sesión Cons. Int. De la
Cat.)
15. Aspectos diversos de la inculturación
La inculturación repercute profundamente en todos los aspectos de la
existencia de la Iglesia.
En el campo de la vida, la inculturación consiste en que las formas y
figuras concretas de expresión y de organización de la institución eclesial
correspondan, del modo mejor, a los valores positivos que constituyen la
personalidad de una cultura.
Consiste también en una presencia positiva y un compromiso activo con
respecto a los problemas humanos más fundamentales que existen en
ella.
16. La inculturación no es solamente tomar en cuenta tradiciones culturales,
es también una acción al servicio de todo el hombre y de todos los
hombres; penetra y transforma todas las relaciones; estando atenta a los
valores del pasado, mira también al futuro.
En el campo del lenguaje (entendido aquí en el sentido antropológico y
cultural), la inculturación consiste, en primer lugar, en el acto de
apropiación del contenido de la fe en las palabras y las categorías de
pensamiento, los símbolos y los ritos de una cultura dada.
Exige después la elaboración de una respuesta doctrinal, a la vez, fiel y
nueva, constructiva, pero postuladora de la conversión, frente a los
problemas nuevos de pensamiento y de ética, ligados a las aspiraciones
y a los rechazos, a los valores y a las desviaciones de esta cultura.
17. Podemos establecer según Angelo Amato, algunos criterios de
inculturación.
Criterio cristológico - El anuncio del evangelio de Jesucristo en cuanto
curación radical de la «naturaleza» humana (caída por el pecado) y de su
cultura (incluso religiosa= la ley), a través de la gracia.
Criterio eclesiológico -Es reconocer que la inculturación es obra eclesial
de discernimiento en el Espíritu. Como Jesús, la Iglesia vive también en un
tiempo, en un lugar, en una sociedad determinados y en una cultura
concreta.
Criterio antropológico - La verdadera evangelización se convierte en
proceso de promoción y de salvación de la persona humana en la
integridad de su naturaleza y de su cultura, en la gracia. La conversión a
Cristo no implica rechazo a los valores culturales humanos y religiosos. Al
contrario, los provoca y los realiza en el don de la gracia.
18. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL
LA FE Y LA INCULTURACIÓN (1987)
Habla de que la cultura designa también el medio en el cual y gracias
al cual las personas pueden crecer.
Menciona algunos deberes de los cristianos con respecto a la cultura:
• Defensa del derecho de todos a la cultura
• Promoción de una cultura integral
• Armonización de las relaciones entre cultura y cristianismo.
19. La originalidad de una cultura no significa, por tanto, repliegue sobre sí
misma, sino contribución a una riqueza que es bien de todos los
hombres. Por ello, el pluralismo cultural no podría interpretarse como la
yuxtaposición de universos cerrados, sino como la participación en el
concierto de realidades, orientadas todas ellas hacia los valores
universales de la humanidad. Los fenómenos de penetración recíproca
de las culturas, frecuentes en la historia, ilustran esta apertura
fundamental de las culturas particulares a los valores comunes a todos
los hombres, y por ello la apertura de las culturas entre sí.
20. El proceso de inculturación puede definirse como el esfuerzo de la Iglesia
por hacer penetrar el mensaje de Cristo en un determinado medio socio-
cultural, llamándolo a crecer según todos sus valores propios, en cuanto
son conciliables con el Evangelio.
El término inculturación incluye la idea de crecimiento, de
enriquecimiento mutuo de las personas y de los grupos, del hecho del
encuentro del evangelio con un medio social.
21. DECRETO CONCILIAR AD GENTES 10
La encarnación del Hijo de Dios, por haber sido integral y concreta, fue
una encarnación cultural. «El mismo Cristo por su encarnación se unió a
determinadas condiciones sociales y culturales de los hombres con los
que convivió».
El Hijo de Dios ha querido ser un Judío de Nazaret en Galilea, que
hablaba arameo, estaba sometido a padres piadosos de Israel, los
acompañaba al Templo de Jerusalén, donde lo encuentran «sentado en
medio de los doctores, oyéndolos y preguntándoles» (Lc 2, 46). Jesús
crece en medio de las costumbres y de las instituciones de la Palestina
del siglo primero, aprendiendo los oficios de su época, observando el
comportamiento de los pescadores, de los campesinos y de los
comerciantes de su ambiente. Las escenas y los paisajes de los que se
nutre la imaginación del futuro rabino, son de un país y de una época bien
determinados.
Del mismo modo cada Iglesia local o particular tiene vocación de ser, en
el Espíritu Santo, el sacramento que manifiesta a Cristo, crucificado y
resucitado, en la carne de una cultura particular:
22. Algunos de los problemas que se plantea la inculturación son los
referentes a la fe y
-el encuentro con la piedad popular,
-las religiones no cristianas,
-la tradición cultural de las Iglesias jóvenes y
-los diversos aspectos de la modernidad.
Para resolverlos tenemos que desarrollar una capacidad de analizar las
culturas, de percibir sus incidencias morales y espirituales. Que conlleva
una movilización de toda la Iglesia, para afrontar con éxito la tarea
sumamente compleja de la inculturación del evangelio en el mundo
moderno. Abrazando y continuando la preocupación de san Juan Pablo
II quien consideraba que el diálogo de la Iglesia con las culturas de
nuestro tiempo era un campo vital, en el que está en juego el destino del
mundo.
23. La inculturación en Latinoámerica
Precisamente, la nueva evangelización y su proyección a las culturas
existentes en A.L. fue el tema central de la Conferencia de Santo
Domingo (1992) y también temas centrales en los dos últimos Congresos
Misioneros Latino-Americanos (COMLA, 1995 y 1999). Es claro, por lo
tanto, el interés y la centralidad del tema. Hoy, más que nunca, la misión
evangelizadora tiene que tomar decididamente el cauce del
discernimiento y del diálogo con las culturas.
La Conferencia de Santo Domingo, define los tres términos que aparecen
muy relacionados con la noción de cultura: enculturación, aculturación e
inculturación.
24. Enculturación es un término usado en el vocablo antropológico, paralelo
a socialización usado en la terminología sociológica. Se trata por lo tanto
del proceso por el que una persona es introducida en su propia cultura.
Aculturación, significa, por otra parte, el proceso de transformaciones que
se verifican en el individuo o en el grupo, por el contacto de una cultura
que no es la suya propia, o por la interacción de dos o más culturas
distintas.
25. Hasta la década de los 80 cuando ya el término «inculturación» toma fuerza
para definir con mayor exactitud las relaciones entre evangelización y
cultura.
El Sínodo Extraordinario de 1985 revaloriza ya el término en su Relación
final, cuando dice que: «La inculturación es diversa de la mera adaptación
externa, porque significa una íntima transformación de los auténticos valores
culturales por su integración en el cristianismo y la radicación del
cristianismo en todas las culturas».
26. LO QUENO ES LA INCULTURACIÓN
-No se trata de una mera adaptación externa, puesto que no tiene nada
que ver con una acomodación puramente formal;
-La fe antes de encarnarse no es cultura. Por lo tanto la inculturación no es
el contacto de una cultura cristiana, con otra que aún no lo es;
-No es tampoco una artimaña de mero revestimiento del mensaje cristiano
con apariencias autóctonas para hacerlo menos chocante;
-No debe de haber un trasplante total de una religión que previamente ha
sido cultivada en distinto ambiente cultural;
-ni mucho menos, estamos hablando de un sincretismo, la inculturación no
es, no debe ser, una metodología oportunista.
27. SANTODOMINGODEFINE INCULTURACIÓNCOMO:
«El encuentro del Evangelio con la cultura y, mediante ésta, con el
hombre, exige la asimilación por el cristianismo del lenguaje y de las
categorías mentales de la cultura a la cual se anuncia la Buena Nueva, la
íntima transformación de los verdaderos valores culturales mediante su
integración con el cristianismo y, finalmente, la encarnación del
cristianismo, de forma radical, en esa misma cultura. En eso consiste
propiamente la inculturación».
28. De igual modo SD nos presentaba como podemos
llevarla a la acción:
-El evangelizador cristiano ha de partir de los presupuestos
fundamentales de la nueva cultura, para injertar, progresiva y
eficazmente en ella, la fe cristiana;
-supone, asimismo, un proceso de asimilación de los valores religiosos y
humanos, bien sea por una plena aceptación como «semillas del Verbo»,
bien que deba existir antes un proceso de purificación para hacerlos
compatibles con el mensaje cristiano;
-conlleva una auténtica novedad: la vivencia del acontecimiento salvífico
de Jesús según el estilo de vida de cada pueblo evangelizado.
29. Uno de los más grandes ejemplos es el de San Pablo
"Siendo libre de todos... con los judíos me he hecho judío para ganar a los
judíos; con los que están bajo la Ley, como quien está bajo la Ley —aun
sin estarlo—... Me he hecho débil con los débiles... Me he hecho todo a
todos para salvar a toda costa a algunos" (1 Co 9, 19-22).
Él es el testigo profético y ejemplar que, más que cualquier otro, llevó el
Evangelio a los gentiles de las diversas naciones y culturas, abriéndolas a
la fuerza transformadora y regeneradora del mensaje cristiano.
30. El magisterio universal, de acuerdo con la investigación universitaria y las
actividades prácticas de comunicación, al calificar el fenómeno de la
comunicación medial y multimedia) de hoy, supera la descripción
«instrumental» para acoger el conjunto comunicativo como «nueva
cultura». Por tanto, la Iglesia recurriendo a la comunicación para
evangelizar no puede conformarse con disponer de «medios» nuevos,
sino que está llamada a situarse ante la comunicación actual como ante
una «cultura», y una «civilización» autónoma e inédita. Juan Pablo II
invitaba a toda la Iglesia a pasar de un simple «uso» de los instrumentos
a un proceso complejo de «integración» del mensaje cristiano en una
nueva cultura.
31. Tratando de resolver los problemas a los que se podría enfrentar la
inculturación entremos en debate.
¿Cómo concordar con la fe las expresiones espontáneas de
la religiosidad de los pueblos?
¿Qué actitud adoptar frente a las religiones no cristianas,
especialmente frente a aquellas que están «conexas con el
progreso de la cultura»?
32. ¿Cómo deben considerar las «jóvenes Iglesias»
nacidas en nuestro siglo de la indigenización de
comunidades cristianas ya existentes, su pasado
cristiano y la historia cultural de sus pueblos
respectivos?
¿Cómo debe el evangelio animar, purificar y fortificar el
mundo nuevo en el que nos han hecho entrar
especialmente la industrialización y la urbanización?
33. ¿Vale aquí, el uso sabio y pedagógico de los
medios de comunicación, que se nos ofrecen
hoy, para transmitir el evangelio de la muerte y la
resurrección de Cristo?