El documento describe cómo las redes sociales como Facebook, Twitter y YouTube permitieron que los ciudadanos se convirtieran en periodistas que visibilizaron los abusos policiales durante el Paro Agrario de 2013 en Colombia. Las redes también facilitaron que memes, caricaturas y frases apoyaran las reivindicaciones campesinas y contrarrestaran la negación del gobierno de que existía el paro, llevando las demandas campesinas al espacio público de una manera viral.