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Teatro político y educación de la juventud
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TEATRO POLÍTICO Y EDUCACIÓN DE LA JUVENTUD
Maxi de Diego
http://teatrojuvenilmaxidediego.blogspot.com.es/
mddp61@hotmail.com
__________________________
«Educar es preparar a niñas, niños y adolescentes para llegar
a ser personas autónomas, capaces de tomar decisiones y de elaborar
juicios razonados y razonables, tanto sobre su conducta como sobre
las demás personas; de dialogar y cooperar en la resolución de problemas
y en propuestas de solución encaminadas a construir una sociedad más justa.»
Jurjo Torres
La tesis del presente documento puede resumirse de la siguiente manera: los y las
jóvenes forman parte de nuestra sociedad ahora y desempeñarán un papel activo
en un futuro próximo, si no lo hacen ya. Como personas educadoras, formadoras o
escritoras nuestra actitud no es neutra, no existe la neutralidad. Conocemos que las
relaciones sociales en muchos ámbitos no son justas, que el mundo es mejorable en
muchísimos aspectos y que algunos de ellos implican a nuestra juventud o esta
podría ser sensible a efectos dramáticos de hechos que conocen o deberían
conocer. La formación política de los y las jóvenes debería ser un compromiso para
la mejora de la sociedad, y el teatro, dadas sus características, podría contribuir a
ella. No obstante, este planteamiento, que para muchos y muchas parecerá obvio,
no lo es para importantes sectores del ámbito educativo, político y social. Y es por
ello que parece necesario un intento de argumentar, explicar y desarrollar una
propuesta que configure un itinerario formativo. Como se verá este proceso de
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justificación cuenta con múltiples apoyos y derivaciones que me gustaría poder
explicitar a partir de ahora.
Por otra parte, debemos abordar la confluencia que puede producirse entre los
objetivos del dramaturgo o dramaturga y los del educador o educadora. El teatro
juvenil contribuye a la formación artística del lector, lectora / actor, actriz; pero
también puede hacerlo, si quien lo escribe lo estima oportuno, a la formación
política o ciudadana.
No obstante, dada la complejidad y profundidad del proyecto, estas páginas deben
considerarse como un primer paso y un compromiso de un posterior desarrollo y
revisión.
Educación política
Conviene aclarar que hablamos de política, en una de las acepciones de la palabra
según www.rae.es: “Actividad del ciudadano cuando interviene en los asuntos
públicos con su opinión, con su voto, o de cualquier otro modo.”
También parece interesante la propuesta de Jurjo Torres (2011) sobre este
concepto:
«Si admitimos que la política es el conjunto de discursos, propuestas y acciones que
afectan a la vida de las personas y que responden a la reflexión de cómo es y cómo
debería ser nuestra vida y nuestros modelos de convivencia, la educación política se
convierte en el objetivo inaplazable. El grado en que esas reflexiones, decisiones y
acciones sean democráticas o no, estará en relación con las posibilidades y condiciones
que tengan las ciudadanas y ciudadanos de participar. En este sentido, la educación va
a desempeñar un papel muy importante de cara a responder a esta nueva ciudadanía. »
(Página 131)
«Una política y una educación liberadora debe tener como meta empoderar a los
grupos sociales más desfavorecidos para convertirlos en seres más autónomos con
3. 3
todas las posibilidades de decidir cómo debe ser una vida más justa. Redistribuir
posibilidades y condiciones para ser personas autónomas.
La historia no ha finalizado y el futuro no está escrito, sino que será el resultado de lo
que deseen y hagan las generaciones del presente. » (Página 137)
Resulta imprescindible aclarar desde un principio que no se plantea en este
documento la intención de contribuir a la inserción del joven en una determinada
ideología sino de facilitar los medios para el descubrimiento de aquellos anhelos de
los seres humanos a lo largo de la historia y que se han constituido como valores
aceptados por la sociedad por proponer la defensa de la dignidad humana;
obviamente, por ejemplo, los derechos humanos.
Es más, creo que potenciar la libertad de elección de los y las jóvenes es la mejor
manera de promover una sociedad basada en esos derechos reconocidos pero no
del todo conquistados.
Sin duda este es un asunto que no es nuevo, Félix García Moriyón (2011) nos
recuerda que la posición de Giner de los Ríos y la Institución Libre de Enseñanza era
la oposición al adoctrinamiento, tanto del Estado como de la Iglesia. El profesor
debía desempeñar el papel de orientador del proceso de educación moral, no de
instructor de dogma alguno. “Esa orientación tiende a formar en los alumnos una
conciencia racional y moral, que es autónoma y se plasma en el logro del buen criterio
como decía Giner de los Ríos.” Y nos recuerda las palabras de Urbano González
Serrano en un Boletín de la Institución: “La función docente en su doble fin
instructivo-educativo debe trabajar hondo y recio, no para hacer partidarios o
sectarios ni para extender una manera de pensar, siquiera se estime verdadera, sino
para enseñar a pensar y para enseñar a vivir según lo que se piensa como verdadero”.
(Páginas 19-140). Se refiere también García Moriyón a los movimientos pedagógicos
de orientación libertaria que tuvieron importancia durante las primeras décadas del
siglo pasado:
4. 4
“En todo caso, más que otros movimientos de la época fueron conscientes del núcleo
del problema de toda educación moral que busca la producción de hombres libres
capaces de pensar por sí mismos: la libertad solo se educa dejando que los niños sean
libres y proporcionándoles las herramientas intelectuales y personales necesarias para
serlo.” (Página 144).
Textos de apoyo
Se introducen en este texto citas de apoyo como justificación necesaria de una línea
de intervención cultural y educativa que hoy por hoy debemos considerar
minoritaria, aunque no por ello menos legítima. Por otra parte, al mismo tiempo que
partimos de lo que debería ser no perdemos de vista lo que ya es.
« (...) puesto que las guerras nacen en la mente de los hombres, es en la mente de los
hombres donde deben erigirse los baluartes de la paz;» (Preámbulo de la Constitución
de la UNESCO.)
« Los jóvenes son un factor determinante en el cambio social, el desarrollo económico y
el progreso técnico. Su imaginación, sus ideales, sus perspectivas y su energía resultan
imprescindibles para el desarrollo de las sociedades en las que viven.
Por ello, es importante multiplicar los esfuerzos encaminados a crear y desarrollar
políticas y programas que estén específicamente destinados a los jóvenes. Las medidas
que se implanten para tratar los problemas de la juventud y aprovechar al máximo su
potencial repercutirán en la situación socioeconómica actual, así como en el bienestar
de las generaciones futuras.» (Naciones Unidas, Temas mundiales, Juventud
http://www.un.org/es/globalissues/youth/)
5. 5
« El compromiso y la participación de los jóvenes es esencial para lograr el desarrollo
humano sostenible. Sin embargo, a menudo las oportunidades para los jóvenes de
participar política, económica y socialmente son pocas o inexistentes.
La participación cívica de la juventud, un objetivo principal del Plan de Acción de las
Naciones Unidas para todo el sistema sobre la Juventud (Youth-SWAP), busca
promover la efectiva participación ciudadana de los jóvenes en todos los niveles.
Recientemente ha habido un aumento de la atención en este asunto por parte de de
los Gobiernos, las entidades de la ONU, las organizaciones regionales, multilaterales,
las de las sociedad civil, así como por parte de los jóvenes y los investigadores.»
(Naciones Unidas por el Día Internacional de la Juventud, 2015, celebrado el 12 de
agosto, con el lema “Participación cívica de los jóvenes”
http://www.un.org/es/events/youthday/)
La oportunidad de experimentar la participación política y de ser responsables de la
toma de decisiones en el propio entorno desde una edad temprana es crucial para que
los jóvenes se conviertan en ciudadanos activos. No existe una educación formal con
enfoque hacia la participación política en todos los Estados miembros y persisten las
barreras a la plena accesibilidad y participación de todos los jóvenes en la educación no
formal. La educación para la ciudadanía y la participación a menudo no combina la
educación formal y la educación no formal y por lo tanto la metodología no siempre se
adapta a las necesidades de la juventud. Una supuesta falta de motivación de los
educadores y los estudiantes, junto con una falta de cultura participativa dentro de las
estructuras educativas, genera como resultado menos participación política. La
insuficiente participación y cooperación de las partes implicadas es un reto adicional.
(Portal Europeo de la Juventud. Información y oportunidades para los jóvenes en
Europa. Unión Europea. Empoderamiento de la Juventud para la Participación
Política - ¿qué significa?
http://europa.eu/youth/structured-dialogue/149/information/1_es
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La lectura de los textos anteriores redactados desde instituciones nada
sospechosas de querer manipular a los y las jóvenes, nos lleva a justificar la
aproximación planteada en la tesis inicial. E incluso dar un paso más, implementar el
proceso que se propone.
Sin temor a anticipar algunos planteamientos posteriores podemos considerar que
el primero de los textos, el de la UNESCO, a pesar de su brevedad, abre un
amplísimo abanico de posibilidades o necesidades de intervención. La guerra en la
actualidad, como siempre, es un fenómeno que produce tantos sufrimientos, que
debe ser una y otra vez cuestionada considerando los múltiples factores que la
hacen posible, especialmente el creciente y cíclico militarismo, con capacidad de
influir en múltiples aspectos de nuestras sociedades.
Por otra parte, resulta casi imprescindible el acercamiento a figuras del
pensamiento que se han planteado estos mismos temas desde ópticas muy
elaboradas y consolidadas. Tânia Baraúna y Tomás Motos (2009), en un
recomendable libro nos acercan a las figuras de Freire y Boal. Nos aproximamos
ahora a algunas consideraciones del primero y más adelante al segundo útiles para
nuestro enfoque.
El papel del educador será estimular la crítica, la curiosidad, la pregunta, el
gusto por el riesgo, la aventura de crear.
Se opone a la “educación bancaria”, la educación tradicional (en el momento
en que desarrolla estas ideas, años 60 y 70 del siglo pasado, pero que sigue
vigente en muchos aspectos), al no reconocer la dignidad de los hombres,
porque los “cosifica” como meros receptores y repetidores del proceso.
Su principal preocupación es la relación de dominio entre las personas y la
libertad.
El método de Freire privilegia la palabra, no existe lenguaje sin pensamiento
y ambos, sin una realidad a la que hacer referencia. Y es político al permitir
una comprensión crítica de la práctica social en el contexto en el que la
persona está inserta.
7. 7
Educación política y sistema educativo español
Artículo 27.2 de la Constitución española de 1978:
La educación tendrá por objeto el pleno desarrollo de la personalidad humana en el
respeto a los principios democráticos de convivencia y a los derechos y libertades
fundamentales.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CULTURA Y DEPORTE
Orden ECD/65/2015, de 21 de enero, por la que se describen las relaciones entre las
competencias, los contenidos y los criterios de evaluación de la educación primaria,
la educación secundaria obligatoria y el bachillerato. BOE de 29 de enero de 2015
Las competencias sociales y cívicas implican la habilidad y capacidad para utilizar los
conocimientos y actitudes sobre la sociedad, entendida desde las diferentes
perspectivas, en su concepción dinámica, cambiante y compleja, para interpretar
fenómenos y problemas sociales en contextos cada vez más diversificados; para
elaborar respuestas, tomar decisiones y resolver conflictos, así como para interactuar
con otras personas y grupos conforme a normas basadas en el respeto mutuo y en
convicciones democráticas. Además de incluir acciones a un nivel más cercano y
mediato al individuo como parte de una implicación cívica y social. Se trata, por lo
tanto, de aunar el interés por profundizar y garantizar la participación en el
funcionamiento democrático de la sociedad, tanto en el ámbito público como privado,
y preparar a las personas para ejercer la ciudadanía democrática y participar
plenamente en la vida cívica y social gracias al conocimiento de conceptos y
estructuras sociales y políticas y al compromiso de participación activa y democrática.
(…)
Asimismo, estas competencias incorporan formas de comportamiento individual que
capacitan a las personas para convivir en una sociedad cada vez más plural, dinámica,
cambiante y compleja para relacionarse con los demás; cooperar, comprometerse y
8. 8
afrontar los conflictos y proponer activamente perspectivas de afrontamiento, así
como tomar perspectiva, desarrollar la percepción del individuo en relación a su
capacidad para influir en lo social y elaborar argumentaciones basadas en evidencias.
Adquirir estas competencias supone ser capaz de ponerse en el lugar del otro, aceptar
las diferencias, ser tolerante y respetar los valores, las creencias, las culturas y la
historia personal y colectiva de los otros. (Páginas 6998 y 6999)
¿Están recibiendo los jóvenes formación política cuando no están
recibiendo formación política?
« (...) apelamos todavía a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de
comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el
del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia
generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.
A aquellos que harán el siglo XXI, les decimos, con todo nuestro afecto:
“CREAR ES RESISTIR
RESISTIR ES CREAR”.» (Stéphane Hessel, en su libro Indignaos)
En nuestro contacto diario con las y los jóvenes constatamos lo alejadas y alejados
que están –como muchos adultos y muchas adultas- de aspectos fundamentales de
la actualidad política, especialmente cuando los aspectos se alejan de lo más
mediático o espectacular en la televisión. Resulta patente que más allá de las
posibilidades que ofrecen los centros de enseñanza hoy es difícil encontrar vías de
acercamiento de los jóvenes a la reflexión política.
A pesar de ello, bastantes jóvenes tienen una opinión, a veces muy arraigada, en
torno a la utilización de medios de dominación como la violencia. ¿Por qué? No
porque hayan llegado a ella después de un proceso reflexivo, sino porque su uso ha
sido interiorizado como intrascendente a través de películas, series y, sobre todo,
videojuegos.
9. 9
No quiero apuntar con esto ningún tipo de determinismo mediático, especialmente,
porque también se constata el gusto de chicos y chicas por el diálogo en torno a
valores o actitudes sociales, por la información, que los medios generalistas y los
libros de texto pasan por alto, sobre situaciones de injusticia o, en sentido positivo,
acciones que grupos de personas son capaces de llevar a cabo para aliviar
sufrimientos ajenos.
Privarles de oportunidades para el pensamiento político, sobre su propia capacidad
organizativa, es también, en cierto modo, una forma de educación política. La falta
de entrenamiento en estas cuestiones difumina la participación ciudadana y
democrática, la retrasa, pero puede también que la dificulte. Podemos caer en la
inocencia de pensar que no hay nadie detrás de estas tendencias, pero no se
corresponde demasiado con las inalterables ansias de reproducción de los sistemas
políticos, económicos y sociales dominantes a lo largo de los tiempos.
Características del teatro político
Releo para apuntar algunas de estas características el estudio de César de Vicente
Hernando (2013), La escena constituyente.
Sistema de trabajo teatral que produce ideas, imágenes y representaciones
sociales relativas a las estructuras y dinámicas del poder.
La escena se convierte en laboratorio de imaginación social.
Creación de una dramaturgia crítica de lo instituido por el poder. Una crítica
ideológica capaz de articular los elementos de antagonismo capaces de
representar la dinámica de la lucha de clases, el movimiento de
transformación del mundo, el movimiento real que anula y supera el estado
de cosas.
Investigación de las conexiones entre diferentes dominaciones y las ideas
que las sustentan.
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Abierto a la participación del pueblo. Pueblo definido como todos aquellos
que “alquilan su fuerza de trabajo” (Boal).
Estudio de las estructuras sociales internalizadas, en los individuos, hechas
habitus (Brecht).
Su objetivo no es la búsqueda de escrúpulos morales ante determinados
abusos sino encontrar los medios capaces de eliminarlos (Brecht).
Termina de Vicente con una pregunta digna de ser planteada en esta investigación.
«¿Qué puede hacer aún el teatro? Contra la respuesta habitual, puede cambiar el
mundo. Puesto el arte otorga un sentido al mismo, le da unos límites y lo representa,
el teatro puede proponer otro sentido, usar los excedentes de la imaginación social, de
los sujetos y de las obras, y representar otro mundo sobre la crisis y la destrucción del
actual. La potencia del teatro político es su capacidad de transformar
irreversiblemente y de forma colectiva nuestra vida, al contrario que otros teatros que
sólo la reproducen en las condiciones inhumanas del capitalismo aún dominante. Por
eso, el imperativo de Brecht sigue estando en el corazón de este teatro y de este libro:
“cambia el mundo, lo necesita”.»
Teatro y educación política: el teatro juvenil
«El teatro para jóvenes respeta a su público presentando sus esperanzas, sueños y
miedo. Desarrolla y enriquece la experiencia, la inteligencia, las emociones y la
imaginación; inspira decisiones éticas, ayuda a tomar conciencia de las relaciones
sociales; favorece la autoestima, la tolerancia, la confianza y las opiniones. Y sobre
todo, ayuda a los jóvenes a encontrar un lugar y una voz en la sociedad.» (Niclas
Malmcrona, ASSITEJ, Asociación Internacional de Teatro para la Infancia y la
Juventud)
El teatro juvenil de orientación política existe, aunque podamos considerarlo
incipiente. Es cierto que no ha sido estudiado desde esta perspectiva, por lo menos
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hasta donde llega mi información. Podemos leer textos dirigidos a jóvenes que
presentan lecturas políticas de la sociedad desde distintas perspectivas. Apuntaré
algunas de ellas pensado en algunas obras concretas.
Personajes adultos, con participación juvenil o sin ella, actúan a partir de
situaciones conflictivas reconocibles en la sociedad actual. Pienso en algunas
obras de Luis Matilla como El último curso o Las piernas de Amaidú.
Jóvenes se posicionan ante dilemas éticos, morales o políticos a través del
diálogo o la acción dramática. Por ejemplo algunos de mis textos en Veinte
monólogos estudiantiles y un diálogo inesperado o en Once sueños
adolescentes y un despertar sobresaltado1
.
El poder aparece ridiculizado: Pim, pam, clown. (La guerra de los payasos), de
Tomás Afán, implacable crítica antimilitarista.
La sociedad funciona de otra manera, alternativa a los poderes establecidos.
En Pic-nic de Fernando Arrabal. Aunque puede no considerarse una obra
creada para público juvenil, lo cierto es que se han realizado numerosos
montajes por centros de enseñanza o por compañías dirigidas a él.
La participación política como eje de la acción dramática. Nuevamente
propongo como ejemplo un texto mío: Huelga en Veinte monólogos…
Los hechos históricos como instrumento para analizar el presente y
promover la participación social y democrática de la juventud. En esto
pensaba cuando escribí La abuela Sol y las Trece Rosas y Quisimos tanto a
Bapu.
Las y los dramaturgos actuales escriben teatro breve para invitar a los
jóvenes a leer y escribir teatro. Hablo de la campaña que la Asociación de
Autores de Teatro desarrolla desde 2011 en institutos de enseñanza
1
http://www.teatrojuvenilmaxidediego.blogspot.com.es/
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secundaria mediante la publicación de El tamaño no importa. Textos breves
de aquí y ahora y su presencia para dialogar con los alumnos y las alumnas.
Algunos de esos textos no se resistirían a una denominación de teatro
político.
Como anuncié más arriba, parece el momento de acercarnos un poco más despacio
a una figura a la que ya hemos nombrado, Augusto Boal.
En el libro citado sobre Freire y Boal, los autores nos recuerdan:
«En una de sus últimas intervenciones públicas, en el pasado mes de marzo, con
ocasión de la ceremonia en que fue nombrado embajador mundial del Teatro por la
Unesco, Boal dejó dicho “viendo el mundo más allá de las apariencias, vemos opresores
y oprimidos en todas las sociedades, etnias, géneros, clases y castas, vemos el mundo
injusto y cruel. Tenemos la obligación de inventar otro mundo porque sabemos que
otro mundo es posible. Pero nos incumbe a nosotros el construirlo con nuestras manos
entrando en escena, en el escenario y en nuestra vida” (Mensaje Internacional del Día
mundial del Teatro, 27 de mayo de 2009). » (Página 17)
Apunto ahora otros aspectos de sus propuestas que pueden interesarnos como
escritoras o escritores de teatro para jóvenes o como educadoras o educadores,
aceptando que en el Teatro del Oprimido el texto del autor no cierra el desarrollo de
la pieza.
El teatro es el lugar donde se ensayan actos futuros, actos reales, actos de
liberación.
El objetivo metodológico es reflexionar sobre las relaciones de poder,
escenificando historias entre un opresor y un oprimido, a las que el
espectador asiste y participa de la pieza.
La práctica del Teatro Foro ofrece en la adolescencia la posibilidad de hablar
de sus problemas y sus relaciones conflictivas con el mundo, a fin de
aprender a resolverlos por sí mismo y con su grupo.
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El Teatro Periodístico y el Teatro Documento aparecen como medios útiles
para la reflexión individual o grupal incluso sobre contenidos curriculares.2
Conclusiones
Nos encontramos en un verdadero cruce de caminos en el que confluyen aspectos
creativos, literarios, artísticos, educativos, sociales, políticos… Pero a pesar de la
evidente complejidad, he intentado buscar una serie de enfoques que conducen,
creo, a un encuentro posible y fructífero.
La opción del teatro político no pretende ser excluyente ni entrar en confrontación
con otras decisiones sobre la escritura de teatro o de su enseñanza. Tal vez solo
sería necesario reconocer su existencia y permitir su libre desarrollo3
. O puestos a
desear, que su práctica se convirtiera realmente en una puerta abierta a la
consecución de un mundo más justo gracias al interés de las y los jóvenes por la
dignidad humana.
El dramaturgo o la dramaturga que opte por su escritura tiene ante sí retos de suma
importancia y complejidad: dirigirse a chicos y chicas sin que las atrocidades que el
sistema capitalista produce en nuestras sociedades, más o menos patentes,
ahoguen un grito de esperanza; sin que la expresión del dolor se convierta en
parálisis (el conocido “no se puede hacer nada”) y prevalezca el objetivo de
participación democrática.
Para terminar, quiero recordar a quien haya llegado hasta aquí que, como decía al
principio, este documento pretende ser solo un primer acercamiento, un inicio de
2
En el siguiente enlace puede leerse una experiencia de utilización del teatro documento en un
instituto: https://elblogdeteatroenred.wordpress.com/proyectos-en-marcha/
3
En la enseñanza reglada se ve obstaculizado por interpretaciones reduccionistas de los currículos
oficiales.
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investigación, aunque, como tal inicio y como tal investigación, encierra en sí mismo
un sentido y una justificación. Si queremos ahondar desde la escritura en este
paradigma, será necesario un mayor conocimiento del teatro político, sus
manifestaciones históricas, profundizar en cómo transferir algunos de sus
principios, formas o proyectos a la comunicación con las y los jóvenes. Deberíamos
considerar las confluencias posibles entre el trabajo del dramaturgo o dramaturga
con el del educador o educadora. Deberíamos aceptar la posibilidad de que
nuestros textos sean abiertos y flexibles, susceptibles de ser armados y
transformados por las capacidades, intereses o visiones de un grupo que se
cuestione nuestra visión de la realidad a partir de su propio pensamiento político.
De eso se trata, de hacerlo surgir y crecer.
Bibliografía
- BARAÚNA, T. y MOTOS, T (2009): De Freire a Boal. Pedagogía del oprimido. Teatro
del oprimido. Ciudad Real. Ñaque Editora.
- GARCÍA MORIYÓN, F. (2011): El troquel de las conciencias. Una historia de la
educación moral en España. Madrid. Ediciones de la Torre.
- TORRES, J. (2011): La justicia curricular. El caballo de Troya de la cultura escolar.
Madrid. Editorial Morata.
- DE VICENTE, C. (2013): La escena constituyente. Teoría y práctica del teatro político.
Madrid. Centro de Documentación Crítica (CDC).
Inédito
Enero de 2016