El documento describe las diferentes funciones del sector público, incluyendo la asignación de recursos, redistribución del ingreso, regulación de variables económicas y alteración de conductas. Explica que el financiamiento público sirve no solo para financiar la producción e inversión pública, sino también como instrumento de política económica general para objetivos como la redistribución. Sin embargo, la capacidad del estado para utilizar el financiamiento con fines de política depende de cuánto already está comprometido por las actividades productivas del estado.
El sector público como productor de bienes y servicios
1. Se ha podido concluir que el sector público engloba todas las actividades controladas de
distintos grados por el estado, esta organizado de manera que tiene objetivos
políticamente decididos y para cuya consecución dispone de poderes excepcionales que
ejerce en nombre de la colectividad. El cual busca exactamente provistos tales poderes y
como moviliza los instrumentos disponibles de control de inducción del proceso
económico.la caracterización de la presencia del sector publico en el sistema siendo
particulares los aspectos de actuación como un complejo de entidades productoras y,
también , su incidencia sobre la gestación y destino de los flojos económicos .conviene
advertir que atreves de su facultad de dictar normas y reglamentar las actividades
económicas , el sector publico es, en realidad omnipresente en el ámbito del sistema. No
obstante nos contentaremos con enfocarnos en su presencia activa como productor y
reorientador de flujos.
El sector publico como productor de bienes y servicios congrega factores de trabajo,
capital y recursos naturales en proporciones diversas a las que caracterizan el circulo del
estado, dadas ciertas peculiaridades tales como el peso relativo de sus incumbencias
clásicas la reducida participación en actividades agropecuarias, el sector publico tiende a
emplear por un lado un elevado contingente de mano de obra con cierta calificación y por
otro un reducido volumen de recursos naturales. El empeño del sector público en servicios
económicos sociales básicos le garantiza el control de una buena
En un sentido más amplio, o profundo, se refiere a los motivos para la intromisión del
Estado en el funcionamiento de los mercados y en el proceso de toma de decisiones de
los agentes económicos privados.
Para justificar la intervención del Estado en la economía deben cumplirse al menos dos
requisitos: que el mercado haga mal, o provea en cantidad insuficiente, o directamente
sea incapaz de hacer ciertas cosas o llevar a cabo tareas que la sociedad considera
necesarias y positivas; que el Estado las haga mejor que el mercado o, alternativamente,
que con su intervención no genere problemas más graves que los que se pretenden
solucionar (el remedio peor que la enfermedad).
Temas como éste tropiezan con un fuerte prejuicio en contra del accionar estatal en
vastos sectores de la opinión pública. Esto se debe, en gran medida, a una (muchas
veces justificada) evaluación negativa acerca del desempeño de las sucesivas
administraciones oficiales que hemos padecido los argentinos, así como a los cambios
políticos e ideológicos producto de los virajes de la historia; pero también a cierta
incomprensión, exacerbada a veces desde algunos medios de comunicación, acerca de
las metas del sector público y de los recursos con que cuenta el Estado para alcanzarlas.
Si el lector es un intervencionista intuitivo o a priori, agradecerá que le proporcionemos
aquí un conjunto de argumentos que suelen aparecer en la literatura para justificar la
intervención del Estado y con los cuales podrá sorprender y entretener a familiares y
amigos.
2. Tradicionalmente, existen tres subconjuntos de razones que dan pie a otros tantos tipos
de intervención del sector público. Sus respectivos rótulos son: asignación, estabilización
y distribución. En los países de menor desarrollo relativo se agrega una cuarta, la
promoción del crecimiento económico.
En el primer grupo encontramos un conjunto de situaciones en las cuales la actividad
económica privada orientada a la maximización de la ganancia falla desde el punto de
vista de la eficiencia global o, directamente, es incapaz de satisfacer ciertas necesidades.
El ejemplo clásico es la provisión de bienes públicos, que son aquellos a los cuales se
puede acceder sin pagar un precio y cuyo consumo por parte de Juan no implica un
menor consumo por parte de Pedro.
La defensa nacional, ejemplo paradigmático, se diferencia (entre otros aspectos) de un
corte de pelo en que no se puede excluir de sus beneficios a quienes no están dispuestos
a pagar un precio por ella, y en que el próximo argentino a punto de nacer no le quita
porciones de defensa nacional a los argentinos ya existentes (a diferencia de la "peladita"
del recién nacido, que le quita ese corte de pelo a algún otro).
Bienes o servicios con estas características no se prestan bien a la producción privada: si
no puedo discriminar en el consumo de mi producto a los que pagan de los que no pagan,
¿cómo podré cobrarles, y de dónde saldrá mi ganancia?
Por otra parte, si añadir un consumidor más al grupo de beneficiarios de un bien público
no genera costos adicionales, ¿por qué habría que fijarle un precio?
Hace falta la intervención de un productor de naturaleza diferente: el Estado.
La existencia de bienes públicos es uno de los motivos de lo que se denomina fallas del
mercado, situaciones en las cuales la persecución del propio interés no resulta en la
maximización del bienestar colectivo, a la inversa de lo planteado por Adam Smith en su
célebre metáfora de la mano invisible.
Otra falla de mercado que da pie al cumplimiento de funciones asignativas, de parte del
Estado, es la presencia de externalidades.
Una externalidad tiene lugar cuando un acto económico de un agente tiene impacto sobre
otro sin que medie el pago de un precio. Ejemplos: una fábrica arroja desechos químicos
a un río, lo que afecta la actividad de un grupo de pescadores aguas abajo.
Claramente, estos últimos padecen un deterioro en la calidad o la cantidad de la pesca,
pero este costo real no da origen a ninguna erogación en la fábrica situada aguas arriba:
no se internaliza.
Otro ejemplo (de signo inverso al anterior): la construcción de una ruta o la instalación de
3. un colegio o supermercado en un barrio determinado aumenta la demanda de viviendas
en la zona y le proporciona ganancias de capital a los propietarios ya instalados.
Obviamente, los beneficiados no participan de las ganancias a los que proveyeron la
externalidad positiva.
Otro ejemplo más apto para la intervención pública es la inversión en educación por parte
de la empresa privada. A un empresario le conviene entrenar a su mano de obra porque
esto contribuirá a aumentar su rendimiento. Sin embargo, como un trabajador puede
cambiar de empleo, y así el empresario perderá los fondos que destinó a su educación
(educación que terminará beneficiando a toda la sociedad, independientemente del lugar
concreto donde esté empleado el trabajador calificado), el empleador acaba invirtiendo en
entrenamiento por debajo de lo socialmente óptimo.
La cuestión es que, si el que origina la externalidad no la internaliza, habrá demasiada
contaminación o, en el caso contrario, escasez de inversión en educación. El Estado, a
través de normas regulatorias, o aplicando multas y/o subsidios, puede hacer que los
agentes económicos sientan las consecuencias plenas de sus actos económicos.
Un último ejemplo de fallas de mercado de este tipo es la ausencia de competencia. Un
monopolio o un mercado abusador tienden a elevar el precio y restringir la producción con
respecto a una situación de libre competencia, con la consiguiente pérdida de bienestar.
Para este tipo de falla del mercado se ha ensayado tanto la producción estatal de los
bienes o servicios involucrados (empresas públicas en telefonía, energía eléctrica,
servicios de correos, etc.), como la creación de organismos reguladores específicos (por
ejemplo, algunos originados con las privatizaciones realizadas en la Argentina a
comienzos de la década pasada) o la imposición de impuestos y subsidios.
Las organizaciones están pasando por una transformación fundamental en todo el mundo.
Esta transformación se describe como una transición de un paradigma moderno a un
paradigma de organizaciones post modernas, donde podemos describir la forma en que
las empresas se están transformando, alejándose de una administración jerárquica
tradicional para llegar a una participación completa de todos los empleados.
Dentro de esta transformación el cambio en las organizaciones ha sido impulsado por dos
tendencias en aceleración. La primera es la creciente velocidad de cambio impulsada por
la competencia global. Las organizaciones deben adaptarse con más rapidez y ser capaz
de hacer bien más cosas. La segunda es un cambio fundamental en las tecnologías
empresariales.
Las organizaciones tradicionales estaban diseñadas para manejar tecnologías basadas
en máquinas, con una necesidad primaria de uso estable y eficiente de los recursos
físicos, como en la producción masiva. Sin embargo, las nuevas organizaciones se basan
en el conocimiento, lo que significa que están diseñadas para manejar ideas e información
donde cada empleado se convierte en un experto en una o varias tareas conceptuales.
Más que luchar por alcanzar la eficiencia, cada empleado de las empresas basadas en el
4. conocimiento debe aprender continuamente y ser capaz de identificar y resolver
problemas en su dominio de actividades.
En las organizaciones que aprenden, todos participan en la identificación y solución de
problemas, lo que permite que la organización experimente, mejore e incremente su
capacidad continuamente. En esta organización los empleados intervienen en la
identificación de problemas, lo que se traduce en comprender las necesidades de los
clientes
La revolución más reciente de la organización que aprende es que los empleados
contribuyen a la dirección estratégica en una medida que no se había alcanzado antes. El
personal identifica necesidades, de modo que la estrategia surge dentro de la visión
global del futuro de la organización que comparten todos los empleados.
Además de una mayor responsabilidad de los empleados tanto sobre los medios como
sobre los fines organizacionales, el cambio hacia una filosofía de organización de
aprendizaje se asocia con un liderazgo reflexivo, una cultura fuerte, una extensa
participación en la información y un cambio sistemático en las estructuras y sistemas
formales. La organización que aprende utiliza la delegación de autoridad en un grado
extraordinario.
En la organización que aprende, la unidad básica es los equipos multifuncionales. La
gente trabaja junta para identificar necesidades y resolver problemas. Los líderes nacen
con curiosidad y experimentan gusto por aprender, de modo que luchan por desarrollar
esta motivación y curiosidad intrínsecas, que pueden llevar a un mejor desempeño.
El FINANCIAMIENTO DEL PODER PÚBLICO
Las funciones principales que configuran el sistema de ingresos y gastos del estado es:
Dotar de recursos al sector publico
Redistribuir el ingreso y el patrimonio
Regular variables económicas
Alterar o mantener conductas de empresas y personas
Para así participar en la formación del sistema de precios.
Desde el punto de vista de la planificación del sector público, los ingresos y gastos
públicos provocan alteraciones en otros aspectos de la economía
Por esta característica el financiamiento público constituye no solo un instrumento para el
plan de producción e inversión pública, sino también para otros objetivos de la política
económica general
5. Se ha visto que la translación de los recursos que origina pueden ser parte de la política
instrumental al servicio del objetivo de redistribución
Los efectos reguladores de dicho financiamiento operan sobre el equilibrio global y la
ocupación
Cuando adquieren el carácter de específicos pueden ser utilizados para inducir
corrientes de factores, rubros de producción o rentas, por lo que pueden concebirse
como instrumentos de política sectoriales o regionales.
En forma análoga, el nivel y estructura del gasto público puede provocar un incremento en
la demanda efectiva de ciertos bienes cuya producción es difícil incrementar. El
financiamiento público es considerado como uno de los principales instrumentos de la
política de desarrollo
La posibilidad de asignarle al sistema de ingresos y gastos del estado propósitos distintos
a los de financiar el plan de producción e inversión, depende de la magnitud del gasto que
implican esas actividades con relación a la capacidad del estado para obtener recursos de
la economía
En una situación hipotética de reducida participación del estado en el sistema productivo,
el margen que podría ofrecer el financiamiento público como instrumento de política
económica general seria amplio, permitiendo que los niveles y composición del ingreso y
del gasto público se definan principalmente según los objetivos de esa política general.
Por el contrario, si el financiamiento público está muy comprometido por las actividades
de producción y acumulación, como consecuencia de la amplia participación de estado en
el sistema productivo, dicho financiamiento se definiría principalmente según las
actividades; su significación como instrumento para la política global y sectorial se
limitaría a los efectos indirectos que genera
En primer caso, una importante proporción de los impuestos y en menor medida las
tarifas, estaría orientada a provocar cambios en la conducta de los agentes económicos
encareciendo o abaratando los factores e insumos; por otra parte, el gasto publico estaría
conformado por una cuota significativa de transferencias y subsidios
En segundo caso y debido al volumen del financiamiento público, se presentan
complicadas situaciones en el empleo de instrumentos, pues las políticas monetarias,
cambiarias, de precios, salarios, además de perseguir sus objetivos específicos deberían
6. crear condiciones para favorecer la posibilidad de dicho financiamiento y simultáneamente
corregir los efectos adversos que pudieran introducir a la economía
Estas interrelaciones entre el sistema de ingresos, gastos públicos y la política económica
revelan el tipo de complicaciones a que se ve sometido el financiamiento de las
actividades públicas
Si estas no están ordenadas como un conjunto de metas jerarquizadas y coherentes entre
si y con el resto de la economía, su financiamiento queda supeditado a las presiones
ejercidas en función de otros objetivos de la política económica
En cambio, un plan del sector publico constituye un punto de referencia que ayuda a
ponderar en que forma las finanzas publicas perseguirán cada una de sus funciones
especificas, a la vez que coloca a los responsables de las actividades públicas en
posición de saber que deben exigir del resto de la política económica y como deben
acomodar el desenvolvimiento de esas actividades al contexto de la política general de
desarrollo.