5. Así espero.
Porque me he confiado
a tu divino Corazón
y no ha de salir fallida
mi confianza.
6. Así te pido que sea.
Porque todo ha de ser don
tuyo, bondad tuya,
misericordia tuya,
oh buen Jesús. Amén.
7. Señor, como todo hombre,
soy un eterno insatisfecho.
Vivo de añoranzas y de nostalgias,
sin caer a veces en la cuenta de
que ellas acusan mi condición de
desterrado.
8. Vivo atontado por la algarabía de
deseos y una locura de ambiciones,
víctima siempre de mis antojos
tornadizos e inconstantes.
9. Encuentro en todo,
menos en mis deseos, la
limitación, como marco
esencialmente humano de toda
belleza, de toda dicha,
de todo amor.
10. Es sin duda lo que, ya para
siempre, dijo vuestro siervo
Agustín;
que nuestro corazón, hecho para
Vos, no podrá descansar hasta
encontraros y poseeros.
11. Por eso mi corazón
es el eterno
pordiosero que llama
a todas
las puertas porque en
ninguna halla remedio
a su pobreza, diré
mejor,
a su ambición.
Y es que te busca a Ti.
12. Por eso, aun cuando el
mundo se me
transparente
y hable de Ti,
como al fin no eres Tú,
no bastan a aquietarme
sus amores y bellezas;
13. por eso aunque
“y todos cuantos
vagan, de Ti me van
mil gracias refiriendo,
todos más me llagan y
déjame muriendo un
no sé qué que quedan
balbuciando”
que cantó,
herido de amor,
vuestro siervo
Juan de la Cruz.
14. Y así mi corazón se
cansa de todo. Hay en
la vida de todo
hombre días grises.
Oigo decir que los
pasan todas las almas,
aun las más jóvenes,
y hasta se afirma que
el fondo de las almas
grandes es la
melancolía.
15. Y lo peor es que tu
misma posesión en
esta vida no
se sustrae a esta Ley.
La fe es oscura
y el poseerte por fe es
un modo imperfecto
que no sacia el alma
que aspira
a tus eternas
claridades.
16. Por eso,
por los resquicios más
incontrolables de mi
corazón,
se me escapan aquellas
quejas amorosas de
vuestro siervo Tomás de
Aquino:
“Oro fiat illud quod tan
sitio”- “Ora por el que
tiene tanta sed”
17. Colmad, colmad, os
pido, mi tan antiguo,
acuciador anhelo. que
caigan ya los velos,
que cara a cara veros
sólo ansío.
25. Si esta oración te ha hecho bien
y piensas que se lo puede hacer a
otros,
dala a conocer, propágala.
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Que Dios te llene de
bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en
el amor a Jesús.