2. Síntesis de las homilías del Papa Francisco en las Misas
que celebra en la Capilla de la Casa de Santa Marta,
semana del 31 de agosto al 6 de septiembre 2015.
3. El 3 de septiembre dijo en parte de su homilía:
“Es fácil decir que Jesús es el Señor,
difícil en cambio es reconocerse pecador.
Esta capacidad de decir que somos pecadores nos abre
al estupor
que nos lleva a encontrar verdaderamente a Jesucristo”,
4. Es la diferencia entre la humildad del publicano que se
reconoce
pecador y la soberbia del fariseo que habla bien de sí mismo.
5. “esta capacidad de decir que somos pecadores nos abre al
estupor
que nos lleva a encontrar verdaderamente a Jesucristo.
También en nuestras parroquias, en la sociedad,
entre las personas consagradas:
6. ¿Cuántas son las personas capaces de decir que Jesús es el Señor?,
muchas.
Pero es difícil decir: 'Soy un pecador, soy una pecadora'.
Es más fácil decirlo de los otros, ¿verdad? Cuando se dicen los
chismes.
Todos somos doctores en esto, ¿verdad?”
7. Para llegar a un verdadero encuentro con Jesús
es necesaria una doble confesión,
“Tu eres el hijo de Dios y yo soy un pecador”,
pero no en teoría, sino por esto, por esto y por esto”.
8. Pedro que confía en Jesús,
arroja las redes y consigue una
pesca abundante tras una jornada
en la que
no había obtenido nada,
el Apóstol después se olvida del
estupor
del encuentro y lo reniega,
pero porque
“es humilde se deja encontrar por
el Señor, y cuando sus miradas se
encuentran él llora, vuelve a la
confesión:
Soy pecador”.
9. La fe es como un encuentro con Jesús:
"Jesús pasaba la mayor parte de su tiempo en las calles,
con la gente, y al anochecer
se retiraba solo a rezar”.
10. Hay dos modos de encontrar al Señor: el primero es el de
Pedro,
de los apóstoles y del pueblo: “el evangelio usa la misma
palabra
sobre esta gente, sobre el pueblo, los apóstoles, y Pedro:
se quedaron asombrados”. Y el pueblo “sentía este estupor y
decía:
Él habla con autoridad. Nunca un hombre ha hablado así”.
11. En cambio entre los que encontraban a Jesús había
otro grupo que no dejaba al asombro entrar en sus corazones.
Los doctores de la Ley hacían sus cálculos, tomaban distancia
y decían;
“es inteligente, dice cosas verdaderas, pero a nosotros no nos
conviene”.
12. Los mismos demonios confesaban que Jesús era el Hijo de
Dios,
pero como los doctores de la Ley y los malos fariseos
“no tenían la capacidad de asombrarse,
estaban cerrados en su autosuficiencia, en su soberbia”.
13. “Pedro reconoce que Jesús es el Mesías, pero confiesa que es un
pecador”. Los demonios “llegan a decir la verdad sobre él”,
mientras que los doctores de la ley si bien dicen
“es inteligente, es un rabino capaz, hace milagros”, no dicen
“somos soberbios, somos autosuficientes, somos pecadores”.
14. La incapacidad de reconocerse pecadores
nos aleja de la verdadera confesión de Jesucristo.
15. Que “el Señor nos dé la gracia de encontrarlo
y también de dejarnos que Él nos encuentre.
Nos de la gracia hermosa de este estupor del encuentro”.
16. El 4 de septiembre dijo
en parte de su homilía:
“Cada vez que me viene a la
boca decir algo que sea sembrar
cizaña
y división y hablar mal del
otro... ¡morderse la lengua!”
17. “Se los aseguro, ¿eh? Que si ustedes hacen este ejercicio de
morderse
la lengua en lugar de sembrar cizaña, las primeras veces se les
hinchará
la lengua, herida, porque el diablo nos ayuda en esto porque
es su trabajo, su oficio: dividir”.
18. “Nos hará bien preguntarnos: ¿Yo siembro paz?
Por ejemplo, con mi lengua, ¿siembro paz o siembro cizaña?
¿Cuántas veces hemos oído decir de una persona:
‘Pero, ¡tiene una lengua de serpiente!’, porque hace siempre
lo que hizo la serpiente con Adán y Eva, ha destruido la paz?”.
19. “Esto es un mal, esta es una enfermedad en nuestra Iglesia:
sembrar división, sembrar el odio, no sembrar la paz.
Es bueno para nosotros que cada día nos hagamos esta
pregunta:
'¿Hoy sembré paz o sembré cizaña?'. 'Pero, a veces,
hay que decir las cosas, porque aquél y aquella…':
con esta actitud, ¿qué siembras tú?”
20. Los cristianos están llamados a ser como Jesús,
que “vino a nosotros para pacificar y reconciliar”:
“si una persona, durante su vida, no hace otra cosa que
reconciliar
y pacificar, se la puede canonizar: esa persona es santa.
Pero, debemos crecer en esto, debemos convertirnos:
nunca una palabra que sea para dividir, nunca”.
21. “Nunca una palabra que traiga guerra,
pequeñas guerras, nunca las habladurías.
Yo pienso: ¿qué son las habladurías?
'Eh, nada, decir una palabrita contra otro
o contar una historia: hizo esto…'
22. ¡No! Decir habladurías es terrorismo porque el que las hace
es como un terrorista que tira una bomba y se va, destruye:
con la lengua destruye, no hace la paz.
Pero, ¿es vivo eh? No es un terrorista suicida, no, no, él se
cuida bien”.
23. “Cuando hablamos de paz o reconciliación”,
aunque sean pequeñas paces, pequeñas reconciliaciones,
tenemos
que pensar en la “gran paz y en la gran reconciliación” que
hizo Jesús”.
24. San Pablo muestra la tarjeta de identidad de Jesús:
es el primogénito de Dios, es Dios mismo.
El Padre lo ha enviado a “reconciliar y pacificar”
a la humanidad después del pecado. “La paz es obra de
Jesús”,
“abajarse para obedecer hasta la muerte y muerte de cruz”.
25. “Sin Él la paz no es posible.
Sin Él no es posible la reconciliación”.
26. “Nuestra tarea es la de ser “hombres y mujeres de paz,
hombres y mujeres de reconciliación”,
en medio de las noticias de guerras, de odio, “incluso en las
familias”.
27. Si deseas recibir mails,
relacionados con la Iglesia: que
contienen diapositivas, vida de
Santos, Evangelio del Domingo,
etc.
Escribe a:
unidosenelamorajesus@gmail.com
con el título suscripciones.
Servicio Gratuito.
Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el
amor a Jesús.