2. " ¿Quieren ser salvados con seguridad?
Tengan una gran devoción a la Virgen María.
Ella garantizará su salvación.”
3. "Yo tomaré de lo mas escogido del Cedro,
de lo alto de sus ramas y le plantaré sobre un monte alto...
Y dará fruto y llegará a ser un Noble Cedro"
Ezequiel 17:22-23
4. Gran amante de la Eucaristía
y de la Virgen Santísima.
Ejemplo de vida consagrada y de ermitaño.
5. Dios ha querido manifestar su
gloria por medio de este
humilde ermitaño.
Gran cantidad de milagros
ocurren por su intercesión.
A más de 115 años de su
muerte su cuerpo permanece
incorrupto.
6. Numerosas de sus imágenes
milagrosamente exudan aceite el
cual se utiliza en la oración por
los enfermos.
Además de ser bien conocido
en el Medio Oriente
y en toda la Iglesia, en América
es, particularmente venerado en
México a partir de la inmigración
maronita que comenzó en el
siglo XIX.
7. Su devoción se propaga en la
actualidad muy rápido por el
aumento de milagros.
Parece que Dios desea utilizar este
santo como signo de su deseo de
unificar el Oriente con el
Occidente.
8. Youssef (José) nació el 8 de mayo de 1828
en un pequeño poblado del Líbano llamado Beqakafra.
Era el quinto hijo de Antun Makhlouf y Brigitte Chidiac,
sencillos campesinos llenos de fe, fue bautizado
a los ocho días en la Iglesia de Ntra. Señora en su pueblo natal.
9. A los tres años el padre de Yusef
fue inscrito en el ejército turco en la guerra contra los egipcios
y muere cuando regresaba a casa.
Su madre cuida de la familia
siendo gran ejemplo de virtud y fe.
Pasado un tiempo, ella se casa de nuevo
con un hombre maronita muy devoto.
10. Yusef los visitaba con frecuencia a dos de sus tíos
maternos que eran ermitaños pertenecientes a la
Orden Libanesa Maronita y se quedaba con ellos
ayudando en los oficios divinos, participando en sus
oraciones y cantos y escuchando sus sabios consejos.
11. Fiel hijo de la Iglesia Maronita,
San Chárbel alimenta en su vida
íntima un amor intenso y tierno
a María Santísima,
como la totalidad del pueblo
libanés en general y del
maronita en particular.
Ya desde joven era ascético
y de profunda oración.
Yusef estudió en la pequeña
escuela parroquial del pueblo.
12. A la edad de 14 años fue pastor de ovejas y aumenta su oración.
Se retiraba con frecuencia a una cueva que descubrió cerca de los
pastizales para adentrarse en horas de oración.
Por ello recibió muchas burlas de otros jóvenes pastores.
13. A los 20 años de edad,
Yusef es el sostén de su casa.
Es el tiempo de contraer matrimonio
pero el se siente llamado a otra vida.
Después de tres años de espera,
escuchó la voz del Señor:
"Deja todo, ven y sígueme".
Así, una mañana del año 1851
se dirige al convento de
Ntra. Señora de Mayfouq,
donde fue recibido como postulante.
Al entrar en el noviciado renuncia
a su nombre bautismal
y escoge como nombre de consagración:
Chárbel.
14. Ante los reclamos de Briyita,
la madre de Yusef y de Tanios,
su tío, que fueron a visitarlo en el Convento de Maifuk donde
iba a consagrarse por los votos religiosos, reprochándole la
manera,
poco usual, de haberlos dejado sin despedirse de ellos,
en momentos en que ellos más necesitaban de su ayuda en la
familia,
15. Yusef en su respuesta al mismo tiempo firme y
respetuosa parecía un Jesús que respondía a
María y José cuando lo perdieron y lo
encontraron en el templo:
" ¿Porqué me buscaban?.
¿No sabían que debo ocuparme de los asuntos de
mi Padre?".
Ellos añade el evangelista Lucas, no entendieron
lo que los decía.(Lc 2, 49-50).
16. -Querida mamá, querido tío,
no ignoro lo que les debo,
ni la pena que involuntariamente
les he causado...pero puesto que el Señor
me quiere todo para El,
no puedo...
ustedes no pueden...decirle que no.
17. Mientras el tío Tanios no le gustaban nada
estas palabras, pensando que Yusef, monje,
está perdido para su familia,
su madre, inspirada por Dios y dominando su
dolor maternal, se acercó a su hijo y
tomando sus manos en las suyas,
le dice como una verdadera madre cristiana:
"Si no fueras a ser un buen religioso te diría
¡Regresa a la casa! ¡Pero ahora sé que el
Señor te quiere a su servicio.
Y en mi dolor al estar separada de ti, le digo
resignada : Que El te bendiga, hijo mío y que
haga de ti un santo!”…
18. Charbel, con 25 años de edad,
en 1853 se consagró al Señor por los tres votos religiosos de
Obediencia, pobreza y castidad,
y tuvo su plena consagración, recibiendo, a la edad de 31 años,
el sacramento del sacerdocio,
el 23 de julio de 1859 en la sede patriarcal de Bkerke,
por la imposición de las manos de Mons. Yusef El-Marid.
19. En su vida sacerdotal,
San Charbel no hizo más que poner
en práctica lo que había aprendido de su
maestro espiritual y profesor de Teología,
San Nemtala El Hardini,
cuando le dijo :
"Ser sacerdote , hijo mío,
es ser otro Cristo. Para llegar a serlo no hay más
que un camino: ¡el del Calvario! Comprométase
sin decaimiento.
El lo ayudará".
Así Charbel vivió su consagración religiosa y
sacerdotal, imitando a Cristo el sacrificado y
haciendo de su misa el centro alrededor del cual
va a cristalizarse su existencia como sacerdote
ermitaño.
20. San Charbel y María Santísima
San Charbel proveniente de una familia maronita de la
montaña libanesa donde el amor a María es casi ingerido con
la leche materna.
Desde pequeño aprendió a venerar a María y cuando sus
compañeros, que vigilaban con él sus rebaños en el campo, lo
perdían de vista, lo encontraban recogido en una gruta en
actitud de profunda oración ante una imagen de María.
21. Como en toda familia
maronita de su tiempo,
diariamente Yusef rezaba el
rosario con toda su familia,
implorando la protección de
la poderosa Madre de Dios;
y cuando consagró su vida a
Dios en la Orden Libanesa
Maronita,
22. encontró en la Regla de su Orden un lugar de honor
reservado al culto mariano y en los libros litúrgicos de la
Iglesia Maronita, como en otras comunidades cristianas,
abundan los textos bíblicos y los diferentes himnos
dedicados a María.
23. En la práctica de las virtudes San
Charbel procuraba siempre imitar
las principales virtudes de María,
como la humildad de "sierva del
Señor", su obediencia a la voluntad
divina en los momentos más críticos
de su misteriosa vida de Madre de
Dios y sobre todo imitó su suave
silencio y profundo recogimiento
ante la excelsa realidad del misterio
divino vivido en la familia de Nazaret.
24. Entre otros consejos,
que el monje Charbel dirigía en los
pocos contactos que tenía con la
gente, se destaca lo que pidió una
vez a la gente piadosa de Bikacafra,
su aldea natal:
" ¿Quieren ser salvados
con seguridad?
Tengan una gran devoción
a la Virgen María.
Ella garantizará su salvación.
25. San Charbel y la Eucaristía.
Como María está íntimamente
ligada a Jesús, su Hijo,
al engendrarlo en el tiempo
y al ser asociada a la obra de la Redención
y de la Salvación,
como Corredentora y Mediadora de todas
las gracias,
según la opinión dominante en la Iglesia,
ella está siempre místicamente presente
con su Hijo en la Eucaristía donde Cristo
existe por su Cuerpo verdadero formado
en el seno de María.
26. Charbel asociaba a su amor a Jesús el amor a
María.
En todas las celebraciones eucarísticas de la
liturgia maronita siempre está presente María
en una oración o una letanía
y Charbel,
en sus largas horas de adoración ante el
Santísimo y en sus prolongadas meditaciones
ante el sagrario vivía unido a María
y a Cristo.
Con esto aseguraba la fuerza del amor que le
hacía vivir momentos de inefable alegría
espiritual en medio de su soledad
y de sus "noches oscuras".
27. En cuanto a las virtudes,
que exige la consagración sacerdotal, a saber,
la obediencia, la pobreza
y la castidad, San Charbel ha sido el modelo
que todo sacerdote debe intentar imitar
porque el secreto de su santidad fue su
estricta fidelidad a sus votos y una vigilancia
continua para que el espíritu mundano no
contamine la pureza moral que exige el
ejercicio del ministerio sacerdotal,
en el contacto permanente del sacerdote con
las cosas sagradas.
28. El centro de gravedad para Charbel
en su vida de consagrado
es la unión con Dios.
El desprendimiento de los bienes
terrestres,
como el ascetismo riguroso,
no son fines en sí mismos, sino, un medio
para facilitar la unión con Dios.
El mundo visible ya no cuenta para los
santos, el renunciamiento a los bienes
terrenales es para ellos como los
pulmones para el sistema respiratorio.
29. El sacerdote por más que tenga ocupaciones por razón de
su ministerio debe empaparse de Dios y tomar ante el
Maestro la actitud de María que permanecía a los pies de
Jesús para contemplarlo, escucharlo y unirse a El,
porque "una sola es necesaria".
30. Así el sacerdote, como el monje
no escapa del mundo sino para
vivir con Cristo
y ser testigo de esa presencia de
Dios en el mundo.
El silencio, el desierto,
son palabras sagradas para el
consagrado, son las puertas del
santuario donde reside Dios en lo
íntima del alma.
31. Sin la renuncia al mundo no hay
ambiente para la vida de oración que
nos lleva a la unión con Dios.
Orar, para San Charbel era la
ocupación cotidiana de toda la vida,
sin por esto dejar de realizar otras
actividades que exige la naturaleza de
la vida monástica o eremítica.
32. Su vida misma era una oración porque,
en medio de sus ocupaciones en el
orden temporal, él tenía su mente
fijada en Dios y el Espíritu Santo
actuaba permanentemente a través de
sus sentidos,
sus pensamientos y en medio de su
silencio continuo y voluntario.
33. Murió el 24 de diciembre
y sus restos reposan en el
monasterio de San Maron,
actual meta de
peregrinaciones y milagros
incesantes.
Fue canonizado
el 9 de octubre de 1977
por el papa Pablo VI.
34. El padre Chárbel alcanzó la celebridad
después de su muerte.
Dios quiso señalar a este santo por
numerosos prodigios:
Su cuerpo se ha mantenido incorrupto,
sin la rigidez habitual, con la
temperatura de una persona viva.
Suda sangre, ocurren prodigios de luz
constatados por muchas personas.
El pueblo lo veneraba como santo
aunque la jerarquía
y sus mismos superiores prohibieron su
culto formal mientras la Iglesia no
pronunciara su veredicto.
35. Dado al constante culto del pueblo,
el Padre Superior General Ignacio
Dagher solicitó al Papa Pío XI en 1925,
la apertura del proceso de
beatificación del P. Chárbel.
Fue beatificado durante la clausura del
Concilio Vaticano II,
el 5 de diciembre, de 1965 por el Papa
Pablo VI.
36. El Papa dijo:
"Un ermitaño de la montaña libanesa
está inscrito en el número de los
Bienaventurados...
Un nuevo miembro de santidad
monástica enriquece con su ejemplo
y con su intercesión a todo el pueblo
cristiano.
El puede hacernos entender,
en un mundo fascinado por las
comodidades y la riqueza,
el gran valor de la pobreza,
de la penitencia y del ascetismo, para
liberar el alma en su ascensión a
Dios".
37. El 9 de octubre de 1977,
durante el Sínodo Mundial de Obispos,
el Papa canonizó al P. Chárbel con la
siguiente proclama:
"En honor de la Santa e Individua Trinidad,
para la exaltación de la fe católica y
promoción de la vida cristiana,
con la autoridad de Nuestro Señor
Jesucristo, de los bienaventurados
apóstoles Pedro y Pablo y nuestra,
después de madura deliberación y tras
implorar intensamente la ayuda divina...
38. decretamos y definimos que el beato
Chárbel Majluf es SANTO, y lo
inscribimos en el catálogo de los santos,
estableciendo que sea venerado como
santo con piadosa devoción en toda la
Iglesia. En el nombre del Padre y del Hijo
y del Espíritu Santo."
Es el primer santo oriental desde el siglo
XIII.
39. Fieles, consagrados y sacerdotes,
imiten en su vida esta mística de San
Charbel y en los dos amores a María y a
la Eucaristía tendrán una poderosa
fuerza para enfrentar las más penosas
dificultades inherentes a la labor
espiritual, pastoral y social.
Una visita al santísimo,
o una hora de adoración ante el
sagrario,
junto a unas jaculatorias marianas,
les facilitarán un fecundo apostolado y
les proporcionarán una paz y una
serenidad indispensables para toda
obra de santidad.
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