2. 1. Todo instrumento musical es digno de
participar en la liturgia, si se toca
debidamente.
2. Todo canto que se usa en la liturgia debe ser
compuesto expresamente para ella.
3. El canto y la música deben estar al servicio de
la palabra. Esta debe entenderse claramente.
decálogo del cantor
3. 4. Canto, música y letra deben ayudar a la
comunidad a expresar su fe cantando.
5. El canto y la música son parte integrante de la
celebración litúrgica, nunca motivos de
adorno o lucimiento personal.
6. Deben preferirse los cantos inspirados en los
Salmos o en la Palabra de Dios a otro tipo de
cantos llamados piadosos o sentimentales.
decálogo del cantor
4. 8. El canto debe apoyar
y expresar la acción
litúrgica que se
realiza: procesión de
entrada, presentación
de dones, comunión,
etc.
decálogo del cantor
7. Los cantos que acompañan una
acción litúrgica: entrada, presentación
de los dones, comunión, no deben
prolongarse más allá de esos
momentos.
5. 9. Los cantos y la música que se toquen
deben estar de acuerdo con los
tiempos litúrgicos que celebra la
Iglesia.
10. Deben excluirse de la acción litúrgica
los cantos y la música compuestos
para otros fines, independientemente
de su belleza o nobleza.
decálogo del cantor
6. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
1. Sé humilde. Reconocer que no lo sabes todo
es una buena señal de crecimiento, con ello
te das cuenta que puedes dar más de ti en el
servicio ministerial. Si tienes más conoci-
mientos en la Música y Liturgia que sean pa-
ra gloria de Dios y no para humillar a los de-
más, para creerte más que los demás, para
estar cuestionando constantemente al res-
ponsable del grupo, o para hacer lo que,
según tú, es lo conveniente. Por Pbro.
Emerson
Velaysosa
Fernández
7. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
2. Sé obediente. Qué difícil es saber obedecer.
“El que obedece nunca se equivoca”.
Trabajando en obediencia crecemos en
unidad. Obediencia a Dios, obediencia a la
Iglesia. Si desobedeces a la Iglesia estás
desobedeciendo a Jesucristo, y desobedecer
a Dios es grave.
8. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
3. No te quejes ni murmures. La queja mani-
fiesta la debilidad interior, por tanto debilita
el espíritu y crea incomodidad en el grupo.
La murmuración es un pecado y hace daño
al crecimiento del grupo. El que critica y
murmura es porque lleva soberbia y envidia.
La envidia destruye a un ministerio e impide
su crecimiento.
La
murmuración
es el cáncer
de la Iglesia.
9. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
4. Aconseja en privado, sin ofender. La
corrección fraterna (corrección de hermano)
nos ayuda a fortalecer el ministerio. Debe ser
hecha con caridad. De lo contrario puede
llenarse de enojos e iras silenciadas que al
final no dan fruto y explotan en cualquier
momento. Si tienes algo contra tu hermano
ve y corrígelo a solas, no movido por el odio
o por la venganza sino por el amor.
Nunca hables mal
ni de tu sacerdote,
ni de tu hermano de
la comunidad. Si
ves algo que no
está bien dialoga
con él en privado,
pero nunca, nunca
murmures.
10. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
5. Perdona y olvida. No guardes rencores. El
Perdón es señal de madurez espiritual, si
guardas rencor te haces esclavo de la ira y
generas división. Si te cuesta perdonar
escucha este consejo: ora por ti para que no
tengas rencor en tu corazón y luego oras por
el que te ofendió para que tu oración y tu
perdón sean más efectivos.
11. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
6. Frecuenta los sacramentos. Cuando un mi-
nisterio de música que, pudiendo hacerlo, no
se confiesa y no comulga es muy preocu-
pante. No sabe para qué está sirviendo. No
sabe en qué consiste su “servicio”. Puede
que no esté sirviendo sino buscando prota-
gonismo. Le gusta figurar. El centro es Jesu-
cristo, es a Él a quien cantamos, es con Él
con quien buscamos encontrarnos.
Hay circunstancias
en que hermanos
nuestros forman
parte de un minis-
terio pero están
«conviviendo»: se
les anima a seguir
participando en su
parroquia y a orar
más para que pue-
dan formalizar su
unión y recibir la
bendición de Dios
en el Matrimonio.
12. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
7. Fórmate cristiana, litúrgica y técnicamente.
No te contentes con solo cantar. Esmérate
por vivir como un auténtico cristiano
participando de catequesis, talleres y
seminarios de formación en la fe. Estudia los
documentos oficiales de la Iglesia en lo que
respecta a la liturgia y música. Estos
documentos tienen prioridad y ningún
Obispo o sacerdote debería ir en contra de
dichos documentos.
De acuerdo a tus
posibilidades
busca ayuda
profesional para
una formación
técnica en la
música y en el
canto, porque a
Dios hay que darle
lo mejor.
13. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
8. Participa activamente en la Santa Misa. El
gran peligro de algunos integrantes es llegar
tarde a la Misa, ponerse a conversar durante
la homilía, salirse del templo, chatear con el
celular, ponerse a afinar la guitarra, ponerse
en un lugar donde nadie los vea para hacer
otras cosas ajenas a la Liturgia, etc. También
los músicos necesitan participar activamente
en la celebración.
La Palabra de Dios
y la comunión con
Cristo y con la
comunidad son los
alimentos que
sostienen a los
servidores de
Cristo.
14. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
9. No te acostumbres, sé alegre. Cuando uno
empieza a acostumbrarse puede caer en ruti-
na. Pon amor e ilusión en las celebraciones,
reuniones y ensayos. Puede que tengas
motivos para estar amargado… deja de lado
eso, ponte a orar, invoca al Espíritu Santo. Si
no hay espiritualidad en un ministerio la ruti-
na será amiga de cada día. Necesitamos de
cristianos alegres que contagien e inviten a
los demás a acercarse.¡Cristo ha
resucitado!
¡Verdaderamente
ha resucitado!
15. Consejos para el
Crecimiento Espiritual del Ministerio de
Música
10. Trabaja en comunidad. Otro problema es
creerse indispensable, sentirse la última
gota del desierto, querer acapararlo todo,
querer cantar más fuerte que el otro. En un
coro todos deben tener el “mismo ritmo”,
caminar hacia la misma dirección.