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Tema: LA PUERTA ESTRECHA. San Lucas 13:22-27
Verdad Central: Debemos poner todo nuestro empeño para entrar por la puerta de
salvación.
INTRODUCCIÓN:
Hay tantas personas interesadas en los asuntos religiosos que resulta
verdaderamente extraño que sean tan pocos los que finalmente se rinden a Cristo.
A pesar de que pueden ser contados por millares los que preguntan, investigan y
se interesan por las verdades espirituales, solamente unos pocos terminan
arrepintiéndose de sus pecados y obedeciendo la Palabra de Dios.
La razón de esta enorme deserción se debe a que muchos, en lugar de canalizar
su interés hacia el alcance de la vida eterna, se desvían por malos caminos y gastan
sus energías en averiguar cosas que al final no los acercan a Cristo, sino que, más
bien, les alejan.
La porción de las Escrituras que ahora corresponde estudiar es rica en enseñanzas
sobre este asunto.
CUERPO:
1- El peligro de las preguntas curiosas. Lucas nos habla de un hombre que llegó
hasta Jesús para preguntarle: "¿son pocos los que se salvan?" (v.23).
Esta era una pregunta bastante curiosa que podría despertar el interés de cualquier
investigador; pero que, lastimosamente, no es útil para nada. ¿Qué provecho se
puede tener en saber si son cien, mil o un millón los que se salvan? ¿Qué nos
aprovechará saber si son pocos o muchos los que se salvan si nosotros mismos no
somos salvos? Muy curiosa podía ser la pregunta, pero era tan inútil que Jesús ni
siquiera la respondió, él dijo al hombre: "Esforzaos a entrar por la puerta angosta;
porque os digo que muchos procurarán entrar, y no podrán" (v.24).
Jesús llamó la atención a lo que realmente importa: que hay que esforzarse por
entrar por la puerta de salvación. Todas las curiosidades acerca de la religión no
pueden hacer nada por la salvación de un alma. En lugar, pues, de perdernos en
preguntas sin sentido, mejor hagamos un esfuerzo por conquistar la vida eterna.
Más importante que querer saber quién hizo a Dios, o cuándo comenzó Dios, es
arrepentirse, dejar de pecar y seguir a Cristo llevando nuestra cruz cada día.
2- Debemos aprovechar la oportunidad mientras la tengamos. A lo anterior, el
Señor Jesús añadió la urgencia que debemos tener por entrar a través de la puerta
de salvación.
Él explicó que la puerta de oportunidad no siempre estará abierta. El aseguró que
llegará un día en el que "el padre de familia se haya levantado y cerrado la puerta"
(v.25).
Puesto que no sabemos cuándo ha de cerrarse la puerta de oportunidad, debemos
esforzarnos por entrar rápidamente, antes que se cierre.
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No podemos estar jugando con nuestras almas, Dios tiene un plan que está
realizando en el tiempo y la eternidad, una vez sus planes lleguen a su punto el
procederá sin dilataciones.
3- No debemos apoyarnos en privilegios externos. Finalmente, el Señor Jesús,
advirtió que el hombre no debe confiarse de los privilegios que hubiera disfrutado,
pues, no es suficiente gozar de un privilegio especial; es necesario hacer buen uso
de él.
Anticipándose a aquella generación el Señor les dijo: "Comenzaréis a decir: Delante
de ti hemos comido y bebido, y en nuestras plazas enseñaste. Pero os dirá: Os digo
que no sé de dónde sois; apartaos de mí hacedores de maldad" (v.26-27).
En el día final, no interesará cuántas preguntas curiosas se nos ocurrieron, ni
siquiera si el Señor comió o bebió en nuestras casas, lo determinante será si hemos
rendido nuestras vidas a Jesús para esforzarnos por entrar por la puerta de
salvación.
Para el Señor sólo existen dos tipos de personas: los hacedores de su Palabra y los
hacedores de maldad. Si no estamos en el primer grupo, de seguro que estaremos
en el segundo. ¡Qué Dios nos ayude para escapar de la condenación!
APLICACIÓN:
¿Hemos conocido a Cristo como nuestro Salvador personal? ¿O nos hemos
contentado con ser simples curiosos de las cosas espirituales? Ninguna pregunta
capciosa ha podido jamás perdonar un solo pecado.
Solamente el arrepentimiento sincero y la honestidad con Dios pueden hacer de
nosotros verdaderos hijos de Dios.
Lejos de apoyarnos en nuestros privilegios religiosos, apoyémonos en el nuevo
nacimiento, que es lo único que puede garantizarnos el estar en una posición
agradable a Dios.
Hagámoslo prontamente pues recordemos que no para siempre la puerta
permanecerá abierta.
El padre de familia ya se prepara para cerrarla. La noche de los tiempos está por
llegar, apresuremos nuestra decisión antes que sea tarde.