2. El evangelio de san Lucas está estructurado como un
camino de Jesús desde Galilea a Jerusalén. Y en este
camino hay hechos y muchas enseñanzas.
3. Muchas de estas
enseñanzas son a
propósito de alguna
pregunta que le hacen a
Jesús. Algunas de
estas preguntas son
como trampas, otras,
como la de hoy, son
por curiosidad. A esta
clase de preguntas
Jesús no responde
directamente; pero
aprovecha la pregunta
para dar alguna
enseñanza. Hoy el
principal tema es sobre
la salvación.Lucas 13, 22-30
4. En aquel tiempo, Jesús, de camino hacia Jerusalén,
recorría ciudades y aldeas enseñando. Uno le preguntó:
“Señor, ¿serán pocos los que se salven?” Jesús les dijo:
Esforzaos en entrar por la puerta estrecha. Os digo que
muchos intentarán entrar y no podrán. Cuando el amo de
la casa se levante y cierre la puerta, os quedaréis fuera y
llamaréis a la puerta, diciendo: "Señor, ábrenos"; y él os
replicará: “No sé quiénes sois”. Entonces comenzaréis a
decir. “Hemos comido y bebido contigo, y tú has
enseñado en nuestras plazas”. Pero él os replicará: “No
sé quiénes sois. Alejaos de mí, malvados”. Entonces será
el llanto y el rechinar de dientes, cuando veáis a Abrahán,
Isaac y Jacob y a todos los profetas en el reino de Dios, y
vosotros os veáis echados fuera. Y vendrán de oriente y
occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa en
el reino de Dios. Mirad: hay últimos que serán primeros, y
primeros que serán últimos.
5. Comienza el evangelio hablando del camino que está
haciendo Jesús hacia Jerusalén. Es muy posible que esto
se indique porque Jesús estaría hablando del camino
hacia la salvación, o del camino hacia el Padre.
6. Podía provenir por dos razones: 1) Porque había
una tendencia de ver a Dios como demasiado
justiciero y hasta vengativo; sin embargo Jesús
predicaba un Dios que es Padre lleno de bondad
para con todos.
Y aquel hombre
le pregunta a
Jesús si son
pocos los que
se salvan. ¿Por
qué tendría
aquel hombre
esa
curiosidad?
7. 2) Porque los
judíos eran pocos
respecto al resto
del mundo, y ellos
creían que eran los
únicos que podían
salvarse. Sin
embargo Jesús
predicaba el amor
de Dios universal
para todos.
8. Hoy desgraciadamente a muchos no les preocupa el
problema de la salvación. Hay muchos a quienes sólo les
preocupan los problemas del aquí, no del más allá.
Aunque
también es
cierto que
cuando llega la
hora del partir,
suele cambiar
la cosa.
9. Cuando Jesús habla
de salvación, se refiere
a una salvación
integral, de toda la
persona. Por eso
sanaba enfermos,
daba de comer a
hambrientos, etc. Pero
sobre todo quiere
resolver la salvación
moral y religiosa del
hombre, con
repercusión en la
eternidad.
10. También la Iglesia debe mirar a la salvación integral del
hombre; pero siempre mirando a lo principal y definitivo,
que es la salvación eterna. Por lo tanto nuestra vida actual
y terrena debe ser mirando esperanzados a lo definitivo.
11. Cuando aquel hombre le preguntaba a Jesús, es posible
que tuviera una buena voluntad y una buena
preocupación, al ser judío con la creencia de la propia
salvación;
pero
extrañado de
que Jesús
tuviera un
concepto de la
salvación
universal
querida por
Dios.
12. Del hecho de que Dios
quiera que todos se
salven, no quiere decir
que todos se van a
salvar, aunque creemos
que son muchísimos
los salvados. El
Apocalipsis habla de
multitudes que están
aclamando al Señor.
Pasa como con un
buen profesor que
quiere aprobar a todos
los alumnos; pero quizá
no puede aprobar a
todos.
13. Mirando a Jesús con
todo lo que ha
significado su vida,
venida del cielo a la
tierra (“Tanto Dios nos
amó que entregó a su
Hijo”) y su entrega
hasta morir en la cruz,
podemos ser
optimistas para
respondernos si son
pocos o muchos los
salvados.
Él mismo dijo que no había venido a juzgar sino a salvar.
14. Pero también es
cierto lo que dijo san
Agustín: “Dios, que te
creó sin ti, no te
salvará sin ti”. La
fórmula más segura
de salvación es
seguir a Jesús.
Seguirle en su vida y
sus enseñanzas.
15. Dios nos ha dado la
libertad para que la
usemos rectamente
y nos unamos a Él.
No es fácil. Hoy
Jesús nos dice:
“Esforzaos en
entrar por la puerta
estrecha”.
16. Cuando alguno hace propaganda en política y quiere que
le voten, normalmente pone a la vista las cosas más
fáciles. Sin embargo Jesús nos pone un camino para
recorrer con mucho esfuerzo y una puerta estrecha para
entrar.
17. Esto Jesús lo estaba hablando a los judíos que se creían
que la salvación era algo muy fácil para ellos. La puerta
estrecha será: amar al enemigo, devolver bien por mal,
no seguir la ley del Talión, colocarse en los últimos
puestos, no buscar aplausos y reverencias, no servir al
dinero.
18. En otros lugares Jesús nos dirá que la puerta estrecha
serán también las dificultades que nos saldrán al paso.
Hasta en la propia familia, en el ambiente en que
vivamos.
19. Un día Jesús nos dijo: “Yo
soy la puerta”. Él es esa
puerta, que ahora dice es
estrecha. Jesús es el ideal.
Por eso el hombre que vive
sin tacha ni malicia, el que
nunca recela y sospecha, el
de palabra sincera y limpio
el corazón…
28. Hoy Jesús nos dice que no basta para salvarse el tener la
cédula de bautismo, no siquiera pertenecer a una
congregación especial, ni llevar medallas o cruces
especiales. Todo eso puede ser muy bueno; pero la
salvación consiste en haber hecho el bien, en seguir a
Jesús de verdad.
29. Y habrá algunos que le digan: “Hemos comido y bebido
contigo, y tú has enseñado en nuestras plazas”. Jesús
nos dice que el hecho de salvarse no depende de la raza
o asociación a la que se pertenece: “vendrán de oriente
y occidente, del norte y del sur, y se sentarán a la mesa
en el reino de Dios”.
30. De esto hoy nos habla
también el profeta Isaías (el
tercer Isaías), cuando ya
había salido del destierro y
estaba en Israel con los que
habían vuelto. Quiere que
ensanchen el corazón hacia
una salvación universal.
Así nos dice
la 1ª lectura:
Is 66, 18-21.
31. Así dice el Señor: "Yo vendré para reunir a las
naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria,
les daré una señal, y de entre ellos despacharé
supervivientes a las naciones: a Tarsis, Etiopía, Libia,
Masac, Tubal y Grecia, a las costas lejanas que
nunca oyeron mi fama ni vieron mi gloria; y
anunciarán mi gloria a las naciones. Y de todos los
países, como ofrenda al Señor, traerán a todos
vuestros hermanos a caballo y en carros y en literas,
en mulos y dromedarios, hasta mi monte santo de
Jerusalén -dice el Señor-, como los israelitas, en
vasijas puras, traen ofrendas al templo del Señor. De
entre ellos escogeré sacerdotes, y levitas" -dice el
Señor-.
32. Jesús enviará a los apóstoles a predicar por el
mundo. Esto nos lo quiere recordar el salmo
responsorial, como meditación de la 1ª lectura.
33. Id por el
mundo y
proclamad
la Buena
Nueva del
Señor.
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35. Dios es Amor, liberación,
y de los hombres salvación.
Hacer CLICK
36. Esta consigna o Evangelio que Jesús nos instó a
predicar no es cosa fácil. El problema es que nos suele
gustar vivir de una manera tranquila y fácil de modo que
queremos predicar un evangelio facilón.
37. Entonces nos pasa como en la educación. Cuando se
quiere educar de forma fácil, sin reprensiones, suele
quedar la persona no muy educada. Algo de esto se nos
dice hoy en la 2ª lectura, que es de la carta a los hebreos.
38. Hebreos 12, 5-7. 11-13
Hermanos: Habéis olvidado la exhortación paternal
que os dieron: "Hijo mío, no rechaces la corrección
del Señor, no te enfades por su reprensión; porque el
Señor reprende a los que ama y castiga a sus hijos
preferidos. “Aceptad la corrección, porque Dios os
trata como a hijos, pues, ¿qué padre no corrige a sus
hijos? Ninguna corrección nos gusta cuando la
recibimos, sino que nos duele; pero, después de pasar
por ella, nos da como fruto una vida honrada y en paz.
Por eso, fortaleced las manos débiles, robusteced las
rodillas vacilantes, y caminad por una senda llana: así
el pie cojo, en vez de retorcerse, se curará.
39. Una especie de
reprensión amorosa
era la de Jesús a los
judíos, cuando les
decía que no les
bastaba para salvarse
ser del pueblo judío o
ser hijos de Abraham.
Es muy posible que
varios de ellos se
queden por fuera,
mientras vienen otros
de lejos a participar
con plenitud de la
gloria de la salvación.
40. Este mismo aviso se nos puede aplicar a muchos de los
cristianos. Si la salvación dependiera sólo de estar
bautizados o de llevar alguna medalla o recitar ciertas
oraciones, sería muy fácil; pero el seguimiento de Jesús
es más exigente. No se trata de decir: “Señor, Señor”,
sino de cumplir la voluntad del Padre.
41. A veces Dios tiene que “usar la mano izquierda”, cuando
recibimos algo que nos parece castigo. Es lo que nos ha
dicho la 2ª lectura: “El Señor reprende a los que ama”.
42. Parece ser que el autor se
dirige a una comunidad
que está pasando por una
persecución. Ellos se
encuentran un poco
desorientados porque no
entienden esos “males”.
No piensan que sea una
cosa de Dios. El autor les
dice que muchas veces el
Señor permite esos
“males” como una
corrección para que
tiendan más a la santidad,
que es acercarse más a
Dios.
43. La puerta la
solemos hacer
estrecha
nosotros
mismos con
nuestros vicios y
nuestro
egoísmo; pero
Dios la quiere
abrir a todos.
46. La Virgen
María también
tuvo que pasar
por la “puerta
estrecha”;
pero siempre y
en todo
cumpliendo la
voluntad del
Señor.
47. Una vez una mujer del
pueblo, entusiasmada con
las palabras de Jesús,
comenzó a gritar:
“Dichosa la mujer que te
llevó en su seno y los
pechos que te
amamantaron”. A lo que
Jesús dijo: “Más bien
dichosos son los que oyen
la palabra de Dios y la
guardan”. Pero nadie
mejor que María ha
cumplido la palabra y la
voluntad de Dios.
48. Una mujer entre el pueblo,
oyendo
a Jesús
exclamó
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