El documento compara diferentes paradigmas educativos, que son esquemas de interpretación que incluyen supuestos teóricos adoptados por una comunidad educativa. Algunos paradigmas buscan que los estudiantes sigan indicaciones, mientras que otros fomentan el desarrollo individual reconociendo las condiciones específicas de cada estudiante. Los paradigmas afectan la teoría y práctica educativa. El aprendizaje significativo, en el que la vida real es parte del proceso de reflexión, parece ser el enfoque más congruente según
1. Comentario sobre documento “Paradigmas Eductativos - Cuadro Comparativo”
Miguel Moctezuma
A la hora de hablar de paradigmas nos referimos a un esquema de interpretación que
comprende supuestos teóricos generales; es decir, leyes y técnicas que son adoptados por una
comunidad específica. En este caso, el documento hace referencia a los que se han
desarrollado en el ambiente educativo.
Se trata, pues, de una especie de macro modelos explicativos e indicativos, es decir, modelos
de acción que en este caso son pedagógicos. Su fin es entonces la influencia en el alumno;
que en algunos casos consistirá en buscar que siga indicaciones, y en otros, en acompañarlo
en el desarrollo de sí mismo reconociendo su individualidad y condiciones específicas.
Es de esta manera que un paradigma educativo afecta a la teoría y la práctica de la educación.
Algunas posturas toman en cuenta el conjunto de mecanismos sociales y culturales en los que
se desenvuelve el estudiante y además concibe éstos como susceptibles de generar
condiciones que apoyen el aprendizaje bajo la lógica de que viejos conocimientos pueden
servir de anclaje para nuevos.
Los individuos, así como los fenómenos sociales, son irrepetibles y obedecen a
condicionamientos estructurales, espacio-temporales y a la intervención de la praxis social.
Pero debemos reconocer que esta similitud entre individuos y fenómenos sociales también
aplica para el hecho de que cada contexto es específico; debe negarse, pues, que la historia y
los individuos tengan una direccionalidad por la que todos, invariablemente, transitan.
Si bien podemos observar ciertas regularidades en el comportamiento humano y en el proceso
de aprendizaje, es imposible asumir que las mismas técnicas, aunque exitosas en ciertos
individuos, funcionen igual para todos.
Resulta más congruente, citando a Ausubel, inscribirnos en una postura donde el centro sea el
aprendizaje significativo, es decir, donde la vida, la naturaleza y el mundo social sean parte de
lo que no es memorizado sino reflexionado, encontrando así un ambiente de aprendizaje que
resulta exitoso.
Para Marx, lo real aparece sólo como concreción o como “proceso de síntesis”, es aquí donde
las potencialidades del alumno, si son recogidas y utilizadas para su proceso de aprendizaje,
aseguran la asimilación de conocimiento y no sólo su repetición. El estudiante ha de
convertirse, pues, en el sujeto de aprendizaje y no en el de enseñanza, donde exista siempre
margen para la problematización y se anule el mecanicismo.
Al final del proceso será el alumno quien refrende el conocimiento y le da sentido,
desarrollando la capacidad de reinterpretar su realidad.