Este documento discute los desafíos actuales de la ética médica debido a los avances tecnológicos y cambios en los paradigmas de la medicina. Señala que la relación médico-paciente ya no puede ser paternalista y que los intereses del paciente deben ser reconocidos. También explora cómo los sistemas de salud administrados introducen nuevos actores e intereses que modifican esta relación requiriendo una discusión sobre la responsabilidad ética.
2. Se ha convertido en lugar común el
señalar que los grandes avances
tecnológicos y la modificación de los
paradigmas explicativos de la dinámica y
la etiología de las enfermedades que la
medicina ha tomado de las ciencias
biológicas han modificado sustancialmente
la ética médica; que los viejos lineamientos
expresados en el Juramento Hipocrático y
otros textos de corte similar ya no bastan
para ofrecer los lineamientos necesarios
para resolver los dilemas morales surgidos
de esta nueva condición
3. . Sin embargo, esto no resta de ninguna
manera importancia al problema de la
actualización de una ética profesional
capaz de abordar de manera adecuada
los conflictos morales emanados de las
nuevas e inmensas posibilidades de acción
que se ofrecen al médico de hoy en día. El
objeto de estas líneas es el planteamiento
de la problemática actual de la ética
médica y la expresión de algunas
reflexiones al respecto.
4. responsabilidad ética y moral del médico
es la obligación que existe de responder
por el incumplimiento de los ordenamientos
de los diferentes códigos de ética y los
dictados de la conciencia (moral). Las
normas éticas, si no tiene relación con una
norma jurídica, son solo obligatorias a la
conciencia de cada quien, no obstante
por eso deben de observarse.
5. Etimológicamente la palabra ética significa
carácter, modo de ser y hábito, El carácter
tiene que ser considerado un modo o acción
individual dentro de un marco social. Las
palabras ética y moral suelen usarse de
manera indistinta desde su concepto
etimológico (Manera de conducirse por el
camino del bien), pero en la practica el
concepto de moralidad tiene una
connotación filosófica mientras que ética se
define como una parte de la filosofía que se
encarga del tratado de la moral y las
obligaciones morales de la conducta humana.
El hecho moral es un comportamiento
consiente, libre y voluntario, fruto de una
decisión reflexiva encaminado a la
consecución de un fin y que puede ser
valorado en función de una norma moral
como bueno o malo, justo o injusto.
6. Gran parte de las consecuencias morales y
la necesidad de que la ética profesional
de los médicos sea enriquecida mediante
la reflexión filosófica a la que no podemos
sacar el bulto si nos consideramos
responsables del ejercicio de una medicina
que tienda al bien de nuestros pacientes y
al desarrollo del médico también en la
esfera de lo moral, repercuten en la
estructuración misma de la relación
médico paciente. Me limitaré a señalar
algunas de ellas.
7. En primer término, podemos estar seguros de
que la relación paternalista propia de la
medicina de otros tiempos es una especie en
peligro de extinción. El médico se ve cada día
más presionado a reconocer los intereses del
paciente que, no siendo estrictamente
médicos, sí pueden sufrir modificaciones
importantes y aún definitivas en función de los
diagnósticos establecidos, del curso natural de
las enfermedades o de las limitaciones y
secuelas dejados por los procedimientos
diagnósticos y terapéuticos. En este sentido,
quiero sólo expresar la urgencia del desarrollo
de un humanismo médico cualitativamente
diferente del que hemos venido poniendo en
práctica por siglos y que responda a las
exigencias culturales y sociales de la práctica
médica actual.
8. La visión idílica de un conocimiento
enfrentado a una confianza, de la definición
que daba don Ignacio Chávez de una buena
relación médico paciente, se va haciendo
cada vez más distante de la realidad, en la
cual el paciente puede llegar, como sucede
en la práctica médica común y corriente en la
sociedad norteamericana, a ser el enemigo
esencial del médico al encarnar un papel
social de desenmascarado de agravios, de
manera que orilla al establecimiento de
modelos contractuales de relación entre
ambos, en los que la medicina se toma
necesariamente en defensiva y poco
inclinada a ver por el beneficio del paciente y,
en cambio, cada vez más cercana a la
salvaguarda de los intereses pecuniarios de
ambas partes.
9. Por otra parte, debemos tener presente la
existencia de sistemas de medicina
administrada, públicos y privados, lucrativos y
de beneficencia, pero en todos los cuales la
relación médico-paciente es modificada por
la aparición de un intermediario, que es la
institución, que impone intereses y
orientaciones que no necesariamente hacen
referencia al beneficio hasta ahora implícito
en todo acto médico. La ética de estas
nuevas modalidades de relación, el deslinde
de la responsabilidad moral del médico
servidor de una institución y ésta misma, y de
ambos para con los pacientes, constituyen un
terreno nuevo en el cual la urgencia de su
discusión y esclarecimiento no puede escapar
a la vista de nadie que sea responsable ante
los imperativos de la práctica actual de
nuestra profesión.
10. Cuántas veces hemos sido testigos o hemos repetido esta
frase a algún paciente o más comúnmente a sus
familiares al referirnos al paciente el fase final de su
enfermedad. Lo correcto sería ya no hay nada que tratar
pues aún queda muchísimo por hacer. El enfermo y sus
familiares en ese momento más que el aparato o el
tratamiento necesitan de “su doctor”, de su médico como
persona, del bálsamo curativo que es la palabra de
aliento, de un apretón de manos y una palmada de
solidaridad en la espalda , del consuelo y el apoyo, del
mensaje esperanzador. No se debe desestimar ese efecto
sanador que tiene en el paciente y sus familiares el hecho
de que sientan que estamos a su lado, que vibramos de
persona a persona y que estamos en su misma sintonía.
Eso es realmente lo más importante con lo ético y lo moral
de un médico, que no solo se trate de los cumplimientos u
obligaciones.
11. La eficacia y eficiencia de la asistencia médica
requiere exige una plena relación del médico con su
paciente, una relación de confianza que presupone
el respeto de los derechos tanto de los pacientes
como de los médicos. En el ejercicio de esta relación
el médico debe de respetar las convicciones del
paciente y se abstendrá de imponerle las suyas
propias.. Este respeto debe de ser mutuo. El médico
está aceptando un Status de superioridad para sí y
esta paulatinamente olvidando que el paciente es
un ser humano con iguales derechos. Como médicos
no tenemos más derechos que los que el paciente
nos da y arrogarse otros es ejercer un poder sobre
ellos, dinástico si se quiere, aunque nuestras
intenciones sean sanas.
12. Llevados por esas buenas intenciones
ejercemos sobre el paciente un control tal que
“Medicalizamos su vida” olvidándonos de que
es un ser social interrelacionado con otros
seres con sus propias necesidades, es ahí
cuando “enfermamos curando” con
tratamientos y medicaciones extremas y
muchas veces innecesarias. Se ha
determinado en los EEUU que el 50 % de las
transfusiones de sangre realizadas no eran
necesarias, y en el Hospital Alemán el 40 % de
los exámenes enviados en emergencia no
fueron reclamados o no fueron comentados,
el uso indiscriminado de antibióticos y el abuso
del instrumento que usa el médico que más
gastos genera: “El lapicero”, cuando escribe y
prescribe tratamientos excesivos o innecesarios
o pruebas diagnósticas sin fundamento clínico.
13. Nos olvidamos de que el enfermo es realmente una
persona y caemos en las expresiones tales como: “la
vesícula de la cama # 4” o el Sidoso de la sala de
aislados. Se cuenta el caso de una paciente
anciana de condición delicada que le pidió a “Su
Doctor” que le tomara el pulso, el médico
observando al monitor cardiaco le respondió: “
Tranquila abuela, tiene 80”, ante la insistencia de la
anciana de que le tomaran el pulso el médico
pregunta el porqué de la solicitud y ella respondió: “
Es que a mí nadie me toca”, y es que realmente
nuestros pacientes se están muriendo de “hambre
de piel”, atendidos por excelentes facultativos,
expertos en el último grito de la tecnología,
apoyados por fantásticos y costosísimos aparatos
que prácticamente dan el diagnóstico con solo
introducirle unos cuantos datos, dejando a un lado el
contacto visual, el “tomarle el pulso” el que el
paciente sienta a su médico tratándolo y no a un
súper sabio experto en tecnología.
14. Pareciera que la palabra ética es la palabra de moda en
las empresas, como lo fue antes productividad,
eficiencia, calidad, etc. Se define como un concepto
nuevo y el el sentido estricto de la palabra es realmente
nuevo porque a pesar de que se habla de ella desde el
inicio de los tiempos sigue sin usarse. Un “Medico-persona-
ética” sería considerado también íntegro en
todas sus acciones, moral, confiable, incorruptible y
respetuoso de los derechos de los demás como si fueran
los propios. La ética se vuelve un rasgo de su
personalidad, se incorpora al sistema de valores de quien
la práctica, influye en todos los aspectos de la vida. Ser
ético no es algo que pueda encenderse y apagarse
como con un interruptor, es un rango que hay que
ganarse. Perderla es fácil, ganarla es algo que dura toda
la vida.
15. *Ejercicio Actual de la Medicina – Carlos
Viesca – UNAM
http://www.facmed.unam.mx/sms/seam
2k1/2002/ponencia_may_2k2.html
*Deontología y Ética Médica - Dr. Marlon
López Álvarez - Cirujano General del
Hospital Alemán-Nicaragüense,
Managua, Nicaragua.
http://asocolnef.com/userfiles/file/DEON
TOLOGIA%20Y%20ETICA%20MEDICA.