CERTIFICADO para NIÑOS, presentacion de niños en la iglesia .pptx
Sexta narración
1. Sexta narración, mito museo nacional
Tras una larga caminata por la historia y que culminaba en una bóveda antigua de los indígenas que
habitaron en tiempos inmemorables la gran mayoría del territorio. Era oscura y helada algo
terrorífica, se sentía una fuerza una presencia algo difícil de explicar, pero lo que más impactaba era
su historia, se decía que varios turistas eran cautivos por su curiosidad de conocer la grandeza de
aquella persona que fue enterrada con sus invaluables pertenencias, era una bóveda llena de
riquezas pero lo opacaba algo, las grandes cantidades de oro no tenían brillo.
Después de tener un breve acercamiento con la historia poco convincente del realismo, pero a la
ves interesante. El oro o la presencia extraña dentro de él, escogía sus contenedores, personas que
llenan su ego con riquezas, quizás cualidades de ese ser, o lo que más odiaba. En todo caso, primero
brindaba prosperidad. Las personas no daban crédito a su suerte sin saber que había algo detrás de
aquello, pero en lo más al fondo de su sensatez presentían un especie de pacto con algo, no daban
crédito a lo que su razonamiento pensaba.
Días, meses, años... y acontecimientos extraños sucedieron de nuevo como aquel día en que se
encontró por primera vez con su nuevo destino en esa bóveda fría y oscura. Se sentía hostigado
todo el tiempo, no podía conciliar el sueño. Su forma de ser y su temperamento cambiaron, parecía
otra persona decían sus familiares y amigos. En su delirio decía en voz baja, es hora de pagar tu
ofrenda.
La felicidad que le otorgo el dinero durante años, se volvió una tempestad no solo con el mismo,
porque ya no se conocía, si no con sus allegados. Fue tanto así que en un día frio de invierno resulto
obedeciendo al llamado de esa fuerza amaligna o benevolente, ¿quién sabe? Nada es gratis en esta
vida. Si, ¿pero pagar con su propia vida? El no acepto ningún pacto. Sí, pero su forma de ser
implícitamente llamo aquella fuerza, como si lo necesitara.
Aun no se sabe las condiciones en que se desapareció. Solo de repente no estaba, y nunca jamás
se supo de él, la historia de la riqueza maldita.