Limpieza y Acondicionamiento del instrumental quirurgico
Aconitum por jahr
1. Aconitum.
Por. G. H. G. Jahr, 1845.
Traducción. Lic. Hom. Francisco Navarro Rincón.
Aconitum es el más potente antiflogístico de los remedios
homeopáticos, en inflamaciones agudas, y congestiones sanguíneas,
es siempre infinitamente más eficaz que cualquier tipo de sangría, por
medio de tal, el homeópata puede evitar el peligro más grave en un
breve periodo de tiempo. En casi cualquier caso de inflamación este
remedio debe ser empleado en primera instancia; calmara el estado
de sobreexcitación del sistema nervioso y sanguíneo. Disminuirá la
fiebre, lo mismo que el pulso.
Pero es especialmente en las punzadas del lado, inflamación del
cerebro, y de los ojos, del hígado, el peritoneo y útero, así como en la
fiebre puerperal, que este remedio es a menudo de mayor importancia.
2. También puede emplearse en afecciones reumáticas, ataques de gota,
así como en casos de congestión de sangre a la cabeza, apoplejía,
inflamación de los ojos por introducción de algún cuerpo extraño, dolor
de muelas por congestión de sangre a la cabeza, dolor de garganta
por enfriamiento, ictericia, afecciones catarrales de la garganta y
pecho, crup y tos ferina en su primer periodo, palpitaciones del
corazón en consecuencia de alguna lesión crónica del órgano,
sarampión, purpura miliar.
En todos estos casos y en muchos otros, habrá mayor certeza en
cuanto al éxito del remedio si existe entre los síntomas del paciente
una u otra de las siguientes indicaciones:
Hinchazón caliente de las partes enfermas de un color rojo intenso,
con gran sensibilidad de las partes a todo movimiento y al menor
contacto. Dolores que por la noche particularmente parecen
insoportables y que como muchos otros sufrimientos desaparecen en
una posición sentado. Sufrimientos que se agravan y se renuevan por
el uso de vino o cualquier cosa excitante. Dolores tironeantes o
pulsantes en los órganos afectados. Ataques de desmayos o
convulsiones. Piel seca y ardiente. Color amarillento de la piel. Fiebre
alta con calor seco, ardiente, y continuo algunas veces precedido por
escalofríos, o acompañado con estremecimientos momentáneos. Sed
ardiente que nunca se extingue. Pulso duro, tenso, y acelerado. Delirio
nocturno. Agitación de la mente con excesiva angustia, desanimo
inconsolable, miedo llanto, gemidos, quejas y reproches, falta de
sueño con agitación continua. Desesperaron y ansiedad sobre su
salud, con miedo a que se acerque o con sensación de muerte. Dolor
o sensación pulsátil o de plenitud en el cerebro. Ojos inflamados,
rojos, prominentes, brillantes, y convulsivos. Fotofobia. Lagrimeo.
Mirada fija y ansiosa. Zumbido en los oídos.
3. Cara hinchada y caliente. Enrojecimiento de una de las mejillas, o
enrojecimiento de la cara a menudo alternando, particularmente al
levantarse con una palidez de muerte. Sufrimientos biliosos. Con
aversión por la comida, los sabores amargos, eructos, y vómitos.
Sensibilidad dolorosa sobre la región del hígado. Vómitos de sangre.
Labios secos y agrietados. Boca y lengua seca. Lengua roja o
blanquecina.
Sensibilidad dolorosa del abdomen al ser tocado. Supresión de las
heces. Evacuación involuntaria de heces y orina. Orina caliente, roja, y
escasa. Afecciones de los órganos respiratorios, con una tos seca
corta. Respiración corta, ansiosa, difícil. Expectoración sanguinolenta.
Puntadas en los lados. Tos nocturna con peligro de sofocarse y
constricción de la laringe. Palpitación del corazón. Hinchazón y rigidez
dolorosa del cuello.
Es más particularmente en las afecciones de personas pletóricas de
un temperamento bilioso, sanguíneo, que el remedio es generalmente
el más apropiado, así como en el caso de personas jóvenes de
carácter vivas, y que llevan una vida sedentaria, es sin embargo,
adecuado para niños también, especialmente en la fiebre durante la
dentición, donde instantáneamente calma el dolor y la agitación.
Muy a menudo los sufrimientos como consecuencia de tomar frío,
sustos, y cualquier suceso desagradable, encuentran su remedio en
Aconitum. En general este remedio tiene muchos síntomas
característicos en común con Chamomilla, Arsenicum, Belladona, Nux
vómica, y Pulsatilla, de igual forma con otros remedios que no se
mencionan en este tratado, como Ignatia, Sepia, Coffea, etc.
Sus mejores antídotos son; Belladona, Bryonia, Chamomilla, Coffea, y
Nux vómica.