Para sentirse integro y estable, se necesita mantener un equilibrio entre varias cualidades como ser alegre pero no inconveniente, sincero pero no ofensivo, firme en las ideas pero no arrogante, humilde pero no sumiso, rápido pero no impreciso, y contento pero no complaciente. Buscar constantemente este equilibrio permite vivir de la mejor forma en el proceso dinámico de la vida.