2. LA HISTORIA DE ISRAEL
Para el pueblo de Israel política y
religión iban siempre juntas, una
apoyaba a la otra y viceversa.
En el monte Sinaí se habían
comprometido a regirse por los
mandatos de Dios. Vivían en una
Teocracia.
Per dejaron que los intereses políticos
acabaran apagando el fuego religioso.
Y así, después de los jueces, surgió la
monarquía que, como era
lógico, acabó con el sistema
teocrático.
3. TAMBIÉN NOSOTROS
Lo que le pasó a Israel nos pasa
a nosotros:¿Cómo dejarse guiar
por los preceptos de Dios si la
sociedad en que vivimos se
apoya solo en los valores
mundanos?
Es posible hacerlo, pero no es
fácil.
La historia del pueblo de
Israel, nos enseña que ese
pueblo, cegado por lo
mundano, además de apartarse
de Dios, terminó por
desintegrarse internamente.
4. UN MODELO PARA NOSOTROS
Dios quiere que la
experiencia de Israel nos
sirva de modelo a todos
nosotros para que no
caigamos en los mismos
errores.
Quiere que comparemos
nuestra vida con los
acontecimientos que vivió
este pueblo que nos han
quedado como enseñanza
en la Sagrada Escritura.
5. La Teocracia
La Monarquía
El Cisma
Los grandes imperios
El fin del reino
El destierro
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A
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I
S
T
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I
A
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E
I
S
R
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6. LA HISTORIA DE IVONNE
Ivonne era una niña que
desde muy pequeña fue
educada en un colegio
católico de la ciudad en
que vivía.
Fue educada en el amor
a Dios y su vida durante
varios años fue un
reflejo de esa relación
cercana con el Señor.
7. LA “TEOCRACIA”
Era un verdadero ángel en
este mundo: dulce,
encantadora y sencilla.
Hacía sus oraciones diarias
y disfrutaba asistiendo a
misa.
Su sola presencia inundaba
el ambiente de paz y de
amor.
Pero con el pasar de los
años llegó la adolescencia,
e Ivonne empezó entonces
a cambiar.
8. LA “MONARQUÍA”
Comenzaron a surgir en ella una
serie de inquietudes.
Vio que su vida religiosa no
estaba a la moda y no quería ser
diferente a sus amigas.
Decidió entonces poner fin a su
“teocracia” y empezó a seguir el
ejemplo de los demás
adolescentes que la rodeaban.
Dio el paso hacia lo que creyó
era su independencia, y empezó
en su vida “la monarquía”.
9. EL “CISMA”
Empezó a disfrutar de su “libertad” y
esto le hizo creer que había tomado la
decisión correcta. Al fin se sentía
independiente como los demás.
Se alejó de todas sus prácticas
religiosas y de su relación con Dios y
se dedicó por entero a las fiestas y a
la búsqueda del placer descontrolado.
Pero muy pronto esos placeres
dejaron de llenarla, y empezó su lucha
interna entre la ilusión y el desencanto
de esa vida mundana. Había
comenzado para ella su “cisma”
interno y personal.
10. LOS “GRANDES IMPERIOS”
Quedó entonces expuesta a personas
poderosas que se aprovechaban de su
situación. Empezó contra ella el ataque
de “los grandes imperios”.
Y empezó a adorar a los ídolos
modernos: droga, licor, sexo, dinero y
bienes materiales.
Al poco tiempo encontró apoyo en un
muchacho que la comprendió, la ayudó
y hasta se casó con ella.
Pero aun así, no encontraba paz pues
no realizaba la ausencia de Dios en su
vida.
11. EL FIN DEL “REINO”
Durante algún tiempo
mas, siguió al servicio de
los falsos ídolos.
Hasta que esta vida
disipada la llevó a entrar en
una gran depresión por la
que tuvo que ser internada
en una institución que
atiende casos similares.
Había llegado para ella “el
fin del reino”.
12. EL “DESTIERRO”
Permaneció recluida durante
varios meses, que se le
hicieron interminables, en
rehabilitación física y moral.
En este “destierro” en que se
encontraba, empezó a
reflexionar sobre lo que había
sido su vida, y se dio cuenta de
cuan estúpida había sido.
Se acordó de su Dios y
recurrió a Él en busca de
ayuda.
13. LA NUEVA VIDA
Y Dios, que es Padre y rico en
misericordia, estaba
allí, esperándola como al hijo
pródigo.
Totalmente convencida de su
error y con una firme decisión
de cambiar de vida, regresó a
su hogar.
Hoy, gracias a Dios, es una
persona nueva y vive la
felicidad verdadera de la que
nunca debió haberse
separado.
14. CONCLUSIÓN
¿Cuántas Ivonne hay en este mundo hoy en
día?
Su experiencia fue una repetición de la historia
del pueblo de Israel que nos debe servir a todos
de ejemplo.
Nos enseña que, aunque nos hayamos alejado
de Dios y vivido durante mucho tiempo en el
pecado, hay esperanza.
Pero tenemos que levantarnos, liberarnos de
las redes de nuestra propia insensatez que nos
tienen atrapados, y regresar a nuestro Dios que
siempre nos espera.