La tecnología de la información mejora la calidad del proceso educativo al permitir superar las barreras de espacio y tiempo, mejorar la comunicación e interacción entre los participantes, construir fuentes de información de manera distribuida, fomentar la participación activa en la construcción colectiva del conocimiento, y potenciar a los individuos a través del desarrollo de habilidades como la comunicación, administración y distribución del conocimiento, y el aprendizaje colectivo.