Evaluación educativa: avances, limitaciones y retos
1. Escuela Normal del Estado:
Profr. Jesús Manuel Bustamante Mungarro
Los avances, limitaciones y retos actuales
de la evaluación del aprendizaje en México
4°A Licenciatura en Educación Primaria
Barreras Corral Melissa
Félix Navarro Valeria Alejandra
Félix Serrano IsleiryMerary
García Ramírez Rossángeli
Morales Yanes Paulina Guadalupe
Moroyoqui Arce María Fernanda
Pérez Arce Karen Lizeth
EVALUACIÓN PARA EL APRENDIZAJE
Profa. Martha Patricia Dorado Huitrón
2. Hermosillo, Sonora – México
22 de febrero 2014
“La evaluación no se puede entender únicamente como el momento de
aplicación de pruebas o exámenes a los alumnos. La evaluación tiene además
otros objetivos que van más allá de la medición del rendimiento escolar con una
prueba o examen.” (Pérez, 2005)
El presente ensayo se refiere al tema de la patología de evaluación educativa, en
el cual se plantean los problemas encontrados en los procesos de evaluación
institucional educativa en sus diversos niveles, como lo son: evaluación del
alumno, de los centros, de los programas y reformas.
La idea central de este tema es que hoy en día la evaluación es empleada como
apoyo para cubrir las necesidades y los intereses de los docentes, en este caso, o
bien del evaluando mismo, dado que el maestro puede valorar lo que desee o
interese, en el momento que crea más oportuno, así como, utilizar los
instrumentos y formas que crea convenientes.
Para analizar este tema es necesario mencionar algunos aspectos importantes
como: la evaluación a los alumnos, a los resultados, a los conocimientos, efectos
observables, entre otros.
El interés esencial de este ensayo es analizar las diferentes disfunciones y
desenfoques de la evaluación escolar, tanto por atrofia como por hipertrofia de
algunos de sus elementos, como por la desvirtuación de su práctica y de su
significado.
En el ámbito académico reflexionaremos acerca de las diferentes patologías de
la evaluación, con el fin de crear una perspectiva y opinión propia acerca de estas.
Si el alumno es el protagonista de la evaluación se le considera como único
responsable de los resultados que obtenga, es por lo que muchos padres y
docentes consideran que la evaluación dará a conocer la capacidad del alumno,
así como todos sus esfuerzos por aprender en un tiempo determinado,
Si el alumno fracasa, menciona (Santos, 1988), es este el que deberá cambiar, ya
que tiene que hacerse responsable de las consecuencias de su falta de esfuerzo o
bien, de sus capacidades.
Hoy en día es necesario que los docentes tomen en cuenta todos los elementos
de la evaluación, así como los diferentes tipos (coevaluación, heteroevaluación,
autoevaluación) para que el docente se evalúe a sí mismo, para poder reflexionar
sobre su práctica y poder mejorar la misma.
3. Constantemente la evaluación da pie a que los alumnos sean comparados, sin
estar completamente seguros de estar evaluando las capacidades individuales de
los estudiantes, sus conocimientos, etc., es aquí en donde entra la injusticia y
desigualdad radical de condiciones naturales y contextuales.
En este mecanismo solo es evaluado el alumno, sin tomar en cuenta que en la
evaluación no es el único implicado en la misma. Es importante conocer que tanto
el maestro, como el proceso del niño, son factores que se deben tomar en cuenta,
así como las necesidades y capacidades que presenten individualmente los
alumnos.
Los resultados sin lugar a dudas son tomados en cuenta dentro del proceso
evaluador, sin embargo hay que ver la necesidad de evaluar otros elementos que
se ven vinculados con el resultado obtenido por los estudiantes, tales como: el
proceso del menor, el ritmo, los medios, el esfuerzo y los fines.
Al igual que todo lo mencionado anteriormente, el aprendizaje de los contenidos
no puede dejarse de lado, ya que son necesarios para articular el pensamiento,
adaptarse a la realidad y para poder manejarla. Limitarnos a solamente evaluar los
contenidos nos puede traer conflictos, dado a que contamos con otros aspectos
que tienen suma relevancia en la evaluación y que no se contemplan de una
manera adecuada, como las: actitudes, destrezas, hábitos, valores…
Es importante señalar, que hoy en día es necesario formar personas competentes,
que sepan hacer; poner en práctica sus conocimientos, pues de nada sirve que los
alumnos tengan los saberes, pero no sepan aplicarlos ni comunicarlos, de ser así
no estarían auténticamente formados.
(Melissa Barreras Corral)
Desgraciadamente muchos, si no es que la mayoría de los proyectos curriculares
que siguen un criterio de encadenamiento lineal, es decir que tienen ya propuestos
los objetivos, los contenidos, los métodos y su evaluación, excluyen la evaluación
de aquellos efectos secundarios e imprevistos que pueden ocurrir durante la clase
o bien durante la realización de algún examen.
La aparición de dichos efectos secundarios es inevitable para el docente, es por
ello necesario que al momento de evaluar a los estudiantes, se tome en cuenta
también la preparación por parte del alumno, desde el inicio del proceso de
enseñanza-aprendizaje hasta su final, ya que es importante todo ese esfuerzo que
el alumno ha hecho por aprender, cumplir con tareas y participar en clase, como
para basar toda su calificación en un examen final.
Lo mismo debería ocurrir al momento de evaluar una reforma, ya que el resultado
directo es evaluado, pero sin tener en cuenta los efectos secundarios que la
misma genera, entonces se debe tener en cuenta tanto los resultados que se
buscaban como los que hayan surgido a lo largo de su desarrollo curricular e
implementación.
4. Existen efectos que no son directamente observables y que bien pueden pasar
inadvertidos frente al evaluador, es por eso que muchos docentes podrán decir
que no es posible evaluar aquellos efectos no evaluables, pero eso no es así, ya
que aunque algo no sea observable no quiere decir que no exista.
(EISNER., 1981) nos dice que no debemos olvidar que la mayoría de los
aprendizajes que adquiere el alumno dentro de la escuela no los podemos
encontrar en el currículum explicito, es por eso que concordando con el apartado
anterior el docente debe tomar en cuenta todo el proceso por el cual el alumno
atraviesa al momento de construir su aprendizaje, pero para poder evaluar estos
efectos es necesario la utilización de técnicas de exploración adecuadas, que nos
ayuden a descubrir e interpretar lo oculto del currículum y de ese mismo modo
poder descifrar sus resultados.
Tenemos en mente que la evaluación está marcada por las correcciones, ósea
decir si algo está bien o mal, es por eso que al momento de evaluar debemos
enfocarnos tanto en lo bueno como en lo malo, ya que debemos tener en cuenta
que una evaluación rigurosa requiere de un análisis estructurado en el que la
interconexión de todos los elementos nos permitan la explicación y el significado
de lo que está siendo evaluado, además del papel que juegan los factores
actitudinales, así como los errores y aciertos de los estudiantes.
Es un grave error querer someter a los alumnos o profesores de cualquier
institución educativa a una evaluación conclusiva, sin tener en cuenta las
condiciones, los medios, los tiempos y los contextos en los que se mueven, es por
eso que (CRONBACH., 1963) nos menciona tres grandes áreas sobre las que la
evaluación toma decisiones: el material de instrucción, los individuos y la
regulación administrativa, debido a que dichas condiciones y/o estimulantes
existen, hay que tomarlos en cuenta a la hora de evaluar, como elementos que
pueden ser modificados o mejorados para un posterior desarrollo.
(Merary Félix Serrano)
Según (Santos, 1988) es necesario tomar en cuenta el contexto desde un punto
de vista amplio, de modo contrario la evaluación se limita únicamente a los
criterios que impone el evaluador y el evaluado no comprende estos y, por lógica
no tendría ningún sentido para este. Si uno de los propósitos de la evaluación es
apoyar en la construcción de aprendizaje significativo, es necesario que esta
tenga sentido tanto para el evaluador como para quien se evalúa.
Además, las evaluaciones comúnmente se realizan de manera cuantitativa, es
decir asignando un número del 1 al 10 o del 5 al 10 al alumno para clasificar su
desempeño. Esta forma de evaluación le es más cómoda a los docentes, le es
satisfactoria a los padres e incluso a los alumnos pero, ¿Cómo saber con un
simple número cuál es realmente el desempeño de los alumnos? Es decir, no es
que este mal este método pero, no brinda ni a los padres ni a los estudiantes
información suficiente acerca de la situación de estos últimos, no ofrece mucha
oportunidad de mejora ya qué no deja claro que es lo que le falta al alumno por
5. aprender. “La asignación de números de una manera mecánica, como es común
en los procedimientos cuantitativos, no garantizan la objetividad” (Cook, 1986).
También se utilizan instrumentos de evaluaciones muy cuantitativos, estáticos y
descontextualizados; a través de los cuestionarios o exámenes difícilmente se
puede capturar información precisa acerca de lo que ha aprendido el alumno, qué
es lo que exactamente le falta por mejorar. Igual por parte del alumno, se
preocupará más por responder dichos cuestionarios o exámenes de la manera en
que el profesor espera que por la construcción de sus aprendizajes.
Por ello, es importante emplear otros métodos e instrumentos de evaluación, con
los que el estudiante ponga en práctica de diversas maneras los conocimientos y
habilidades adquiridas hasta el momento, donde también se puedan observar sus
áreas de oportunidad, para que posteriormente el profesor pueda diseñar
estrategias o actividades que impulsen la mejora de los alumnos.
(Valeria Félix Navarro)
Actualmente en el ámbito educativo se evalúa de forma incoherente, ya que
con los nuevos cambios realizados en educación, se enseña y aprende por
medio de la comprensión y análisis de situaciones que se presentan en la
vida diaria, pero posteriormente se realiza un examen de carácter
memorístico que contradice la forma como se está enseñando. A pesar de
todo lo que se ha intentado lograr para cambiar los métodos de evaluación,
estos siguen siendo tradicionales, pero disfrazados de prácticas
constructivistas, siendo lo mismo de siempre, pero “actualizados”. Los
alumnos siguen teniéndole miedo al examen, y a todo lo que este conlleva, y
por lo tanto el alumno solo se prepara para “pasar” el examen y salir avante
de él, no estudian por obtener un aprendizaje significativo ni comprenden
gran parte de la información, solo la memorizan para el día del examen, y
esta información al paso del tiempo se olvidará ya que solo se aprendió para
la prueba. Como nos hemos dado cuenta, y lo que nos dice nuestra
experiencia como estudiantes, todo trabajo o producto culminó en una
evaluación, siendo los instrumentos de evaluación; en su gran mayoría,
exámenes y cuestionarios, estos no son malos, pero aplicados de forma
incorrecta solo lograron causarnos temor y aprendizajes vagos.
Además el docente de primaria no tiene muy claro el concepto de trabajar
por competencias, ya que cuando se habla de este concepto, la mayoría de
los docentes responden que sí las utilizan en su hacer, sobre todo cuando
ponen a competir a sus estudiantes unos con otros, lo cual es erróneo. Que
un alumno sea competente significa que debe tener una serie de habilidades,
conocimientos, actitudes y aptitudes que le permitan desarrollarse
plenamente en su vida diaria y en su entorno inmediato, no es el hecho de
competir entre alumnos para ver cuál es mejor, o quien sabe más, sino que
se tienen que aplicar las competencias para que todos los alumnos puedan
salir adelante y que aprendan satisfactoriamente; no al mismo ritmo o
tiempo, pero que lleguen al aprendizaje esperado que se pretende. Aunado a
6. esto se encuentra el tema de otorgar valores numéricos a las evaluaciones,
ya que es muy difícil que una calificación nos pueda brindar información
acerca de lo que aprendió el alumno, ya que casi siempre las evaluaciones
se realizan de manera subjetiva, y basándose en calificaciones obtenidas en
trabajos y exámenes, sin tomar en cuenta lo que el alumno verdaderamente
aprendió, ya que un examen no puede determinar con qué exactitud o en qué
medida el alumno se apropió del aprendizaje.
En cuanto a la forma de evaluar del docente, cada uno tiene su propia
manera de hacerlo, ya que los criterios de evaluación son muy variados.
Aunque el docente imparta varias asignaturas diferentes, el docente siempre
evaluará de la misma manera a como está acostumbrado, por lo que en
primaria el maestro utiliza, en su gran mayoría, los mismos métodos de
evaluación para cada asignatura, con algunas cosas diferentes, pero casi
siempre enfocadas a los mismos criterios.
(Paulina Morales Yanes)
Dentro de la escuela los profesores utilizan con mucha frecuencia la evaluación
con poca ética, ya que a través del tiempo “la evaluación ha sido un instrumento
de control, de amenaza e, incluso, de venganza, respecto a algunos alumnos que
se han permitido ejercitar el derecho a la crítica, a la discrepancia o la
indisciplina”(Santos, 1988) razón por la cual se dice que al momento de evaluar el
docente se enfrenta a muchos problemas éticos, ya que por diferentes
circunstancias puede ser influenciado de manera positiva o negativa al momento
de evaluar a cada alumno y perder la objetividad que se necesita para poder
asignar la calificación del mismo.
También es importante mencionar que la evaluación solamente desarrolla una
función de sanción hacía los alumnos y no lleva a cabo su función original la cual
es de “cambio”; la evaluación sirve para detectar cuales son las partes que están
fallando y en qué aspectos, y de esta manera es como se puede llegar al cambio
con la finalidad de mejorar, aunque en la actualidad dentro de la educación se
utiliza solamente la función errónea de sanción.
La evaluación es una gran herramienta de retroalimentación para los alumnos, ya
que es posible detectar los aciertos y las fallas que tienen y sirve para la toma de
decisiones al respecto, lo cual es la esencia original de la evaluación; sin embargo
dentro de la educación suele perderse ese efecto de retroalimentar debido a que
muchas veces los docentes sienten cierto poder al momento de asignar las
calificaciones a sus alumnos y se niegan a argumentar las mismas, lo cual da
como resultado la pérdida de la retroalimentación.
(Karen Lizeth Pérez Arce)
La evaluación suele ser descendente, debido a que se va evaluando desde los
principales directivos hasta llegar alumno, sin embargo dicho proceso no se realiza
de manera ascendente ya que los alumnos no evalúan a los maestros, ni los
maestros evalúan a los directores y de igual manera los directores no evalúan a
7. los inspectores. Desde mi punto de vista considero que dicho aspecto sería muy
enriquecedor si se llevara a cabo porque así la evaluación giraría en dos
direcciones ya que se analizaría de mejor manera el trabajo impartido desde los
aprendices hasta los máximos directivos.
Una evaluación democrática es un proceso de evaluación muy participativo y
empoderador centrado en las personas, el cual da a los interesados la capacidad
de comprender y realizar su propia autoevaluación para mejorar sus condiciones
de vida. (Marco Segone, 1998).
Es por ello que es importante la participación directa de los protagonistas, porque
la evaluación debe estar centrada en las personas involucradas, a fin de darle
fiabilidad y validez a la misma. De igual manera el evaluador deberá analizar la
historia real de las situaciones de los alumnos, para que sea democrática y
significativa.
Sin embargo, también es importante el papel que toman los evaluadores externos,
ya que desde su perspectiva se puede generar una mejora sustantiva para los
alumnos, debido a que como no están tan inmersos pueden detectar deficiencias,
áreas de oportunidad o bien valorar éticamente desde su punto de vista. El
evaluador externo goza de varios aspectos que el mismo maestro no dispone tan
abiertamente, por ejemplo, su disponibilidad de tiempo, distancia afectiva de la
dinámica, puntos de referencias más amplios y también el desarrollo de
sugerencias para el mejoramiento.
El evaluador no solo observa, sino va más allá, busca causas e interpreta a su
manera. El estar ajeno a la dinámica puede propiciar una ayuda al maestro, ya
que es importante tener varias perspectivas y no solo quedarse con la idea del
docente. Debido a que el evaluador directo tiene distintas necesidades que
atender de los alumnos, puede descuidar algunos aspectos que muchas veces
resultan de gran utilidad y es el agente externo quien las observa e indaga sobre
ello.
Por otra parte, es importante la autoevaluación del alumno, ya que lo lleva a
reflexionar sobre sus propias acciones, comportamientos o decisiones tomadas.
Sin embargo no se debe evaluar únicamente la calificación del alumno, ya que no
se evaluarán con criterios justos, más bien es importante retomar en lo que
fallaron y en base a eso mejorar. De igual manera, es importante que el profesor
vea la evaluación como algo serio y no asignar una calificación superficialmente
por la falta de tiempo o poca disponibilidad del mismo.
(María Fernanda Moroyoqui Arce)
De acuerdo a (Santos, 1988), “no se hace una buena evaluación sincrónica
respecto al proceso de aprendizaje o, más ampliamente, de educación”. Podemos
comprobar que esto sí sucede en el sistema educativo mexicano. Recordando el
tiempo en el que comenzaron a actualizar la reforma de educación básica en el
2004 y casi ocho años después se renueva la reforma de las escuelas Normales
buscando la sincronía entre ambas, queda en evidencia que mientras se trataba
8. de modernizar los contenidos para los alumnos, los docentes no comprendían en
su totalidad de qué manera comenzar a trabajar la educación de acuerdo a las
necesidades actuales. Este evento incide directamente en los procesos de
evaluación, todavía es tiempo que no se define un modelo para valorar el
desempeño del alumno, que abarque cada una de las dimensiones en un modelo
por competencias.
Queremos que se analice el desempeño del niño en cada una de sus etapas de
desarrollo, esto significa que debemos crear instrumentos valorativos que vayan
de acuerdo a las necesidades específicas que se presentan en ese momento. Por
ende se entiende que el docente debe estar capacitado como un investigador que
reflexiona constantemente sobre su práctica y sus resultados. Deducimos
entonces que la solución ante este problema de evaluación sería un cuerpo
docente eficaz y autosuficiente para lograr el propósito de evaluar. Pero si
hablamos de cumplir estándares curriculares a nivel estatal o federal, entonces
también se requiere de instrumentos de evaluación masivos y flexibles que
puedan dar mayor certeza de los resultados de la educación en México,
herramientas distintas a los exámenes de ENLACE o PISA que eran aplicados
para medir a los alumnos y a los maestros.
“Pero tampoco se hace una adecuada evaluación diacrónica; aquella que se
realiza con una perspectiva temporal que ofrezca nuevos elementos de
referencia”, complementa (Santos, 1988). Considero que en este sentido si hemos
avanzado, aquí retomo lo que anteriormente mencionábamos sobre los diferentes
modelos de evaluación como la autoevaluación, la coevaluación y la
heteroevaluación. Si es cierto que no en todos los casos se realizan con
honestidad y objetividad, sin embargo hemos intentado incrementar el uso de este
tipo de métodos para aprovechar las bondades que proporcionan.
En conclusión, los avances de la evaluación en México comienzan desde la
implementación del modelo por competencias, que según (Zabala & Arnau, 2008)
son la actuación eficiente en un contexto determinado. Se trabajan contenidos
factuales, conceptuales, procedimentales y actitudinales. Este enfoque permite
reestructurar el modelo educativo desde su raíz, pues está en busca de la
profesionalización docente, que le devuelve la credibilidad y fuerza a su imagen.
Implica realizar la dinámica enseñanza-aprendizaje tomando en cuenta cada una
de las dimensiones que conforman al ser humano, para que su crecimiento sea
integral. Se está transformando la educación y por lo tanto también los métodos de
evaluación, el docente ahora tiene claras sus responsabilidades y con este nuevo
plan somos ahora investigadores, filósofos, psicólogos y demás… El docente
ahora debe realizar una metaevaluación; evalúa la evaluación implementada:
¿Para quién? ¿Por qué? ¿Cuándo? ¿Con qué instrumentos? ¿De qué manera?,
con el propósito de lograr el perfeccionamiento de la dinámica valorativa.
Las principales limitaciones de la evaluación surgen del docente. Existe la
problemática de que algunos profesores se han estancado en los proyectos
curriculares de encadenamiento lineal, y ahora los cambios acelerados de la
sociedad exigen de innovación y actualización constante. Aunado a lo anterior,
9. hablamos también de la necesidad de modificar las reformas entre la educación
preescolar, primaria, secundaria y normal al mismo tiempo, con la finalidad de
evitar desfases, confusiones y deficiencias en el sistema. Además, analizamos
que el docente debe comprender que una evaluación no establece si el alumno
está bien o mal, es un seguimiento de caso con cada estudiante, requiere de un
expediente cuyo contenido explique el proceso que vive el alumno, y dé un
significado a lo que se ha valorado, son instrumentos para categorizar el nivel en
el que se encuentra y así buscar los medios metodológicos para que avance.
Después de los cambios históricos que ha sufrido la evaluación, hoy en día la
flexibilidad del currículum es una propiedad indispensable para valorar
adecuadamente el desarrollo cognitivo.
Los retos actuales tienen que ver con comprender el enfoque por competencias,
estamos trabajando para la formación integral de ciudadanos, esto exige que el
docente se mueva a través de un panorama amplio y ambicioso de propósitos
formativos. Debe eliminar la idea de que el examen es la única herramienta, la
prioridad es el acompañamiento del proceso cognoscitivo que vive el niño a lo
largo del ciclo escolar, y para lograrlo debe tomar en cuenta las particularidades
de cada alumno, como ser individual que trae consigo una serie de ideas previas
de acuerdo a su propia experiencia de vida.
Para atender la gran diversidad de seres humanos que se nos va a presentar de
distinta manera cada año, otro reto docente es la innovación en la evaluación. Se
nos presentarán una serie de efectos no evaluables que requerirán técnicas de
exploración específicas, que nos ayuden a descubrir e interpretar lo oculto del
currículum y de ese mismo modo poder descifrar sus resultados. Cada grupo tiene
su propia radiografía, con su estilo, ritmo e historial, quizá sea complejo y cansado
realizar una metodología distinta para cada alumno de cada grupo a lo largo de
nuestros treinta años de servicio, pero los frutos en la futura sociedad serán el
mayor legado que podemos dejar para transformar la cultura mexicana.
Los números que representan categorías no dejan claro que es lo que le falta al
alumno por aprender y que métodos son viables para apoyarlo, por ello
necesitamos de docentes con ética, objetividad y justificación al momento de
evaluar, que estén abiertos a realizar evaluaciones ascendentes y descendentes.
Queremos una paraevaluacion, en la que se analice el desarrollo procedimental y
se busque un avance cognitivo, no que únicamente describa la coherencia del
programa y su eficacia en torno a un objetivo planteado, sino que actúe de manera
pedagógica para que se conduzca hacia la mejora continua y la transformación de
la sociedad.
(Rossángeli García Ramírez)
10. Bibliografía
Cook. T. D. & Reichardt. Ch. S. (1986). Métodos cualitativos y cuantitativos
en la investigación educativa. Madrid. Morata.
CRONBACH. (1963). Course improvement through evaluation, Teachers
college Record.
EISNER. (1981). The Methodology of qualitative Evaluation: the case of
Educational Connoiseurship and Educational Cristicism, Stanford University,
Unpublish.
Marco Segone. (Mayo de 1998). Evaluación democrática. Obtenido de
http://www.preval.info/programa/wp-content/uploads/2008/08/011-segone-
evaluacion-democratica1.pdf
Pérez, L. E. (2005). Reflexiones sobre evaluación educativa. México:
CECyTE, NL.
Santos, M. Á. (1988). Patología general de la evaluación educativa. Málaga:
Aprendizaje.