1. El Behemot
Autor: Paulo Arieu
“Entonces continuó el SEÑOR y dijo a Job: ¿Podrá el que censura contender con el
Todopoderoso? El que reprende a Dios, responda a esto.Entonces Job respondió al
SEÑOR y dijo: He aquí, yo soy insignificante; ¿qué puedo yo responderte? Mi mano
pongo sobre la boca. Una vez he hablado, y no responderé; aun dos veces, y no
añadiré más. Entonces el SEÑOR respondió a Job desde la tormenta y dijo: Ciñe
ahora tus lomos como un hombre; yo te preguntaré, y tú me instruirás. ¿Anularás
realmente mi juicio? ¿Me condenarás para justificarte tú? ¿Acaso tienes tú un
brazo como el de Dios, y truenas con una voz como la suya? Adórnate ahora de
majestad y dignidad, y vístete de gloria y de esplendor. Derrama los torrentes de tu
ira, mira a todo soberbio y abátelo, mira a todo soberbio y humíllalo,y pisotea a los
impíos donde están. Escóndelos juntos en el polvo; átalos en el lugar oculto.Entonces
yo también te confesaré que tu mano derecha te puede salvar. He aquí
ahora,Behemot, al cual hice como a ti, que come hierba como el buey. He aquí
ahora, su fuerza está ensus lomos, y su vigor en los músculos de su vientre. Mueve
su cola como un cedro; entretejidos están los tendones de sus muslos. Sus huesos son
tubos de bronce; sus miembros como barras de hierro. Es la primera de las obras de
Dios; que sólo su hacedor le acerque su espada. Ciertamente alimento le traen los
montes, y todas las bestias del campo retozan allí.Bajo los lotos se echa, en lo oculto
de las cañas y del pantano. Lo cubren los lotos con su sombra; los sauces del arroyo
lo rodean. Si el río ruge, él no se alarma; tranquilo está, aunque el Jordán se lance
2. contra su boca. ¿Lo capturará alguien cuando está vigilando? ¿Perforará alguien su
nariz con garfios? ” (Job 40 BA)
Muchas preguntas humillantes le había hecho Dios a Job; ahora, en este capítulo 40
I. Le pide que las responda (vv. 1, 2).
II. Job se somete en humilde silencio (vv. 3-5).
III. Dios, para convencerle, razona con él acerca de la infinita distancia y desproporción que
media entre él y Dios, mostrándole que de ningún modo puede competir con su Creador. Le reta
(vv. 6, 7) a rivalizar con él si se atreve, en justicia (v. 8), poder (v. 9), majestad (v. 10; y dominio
sobre los orgullosos (vv. 11-14), y le propone un ejemplo de si poder en cierto animal, llamado
aquí (en hebreo) behemoth (vv. 15-24).
Versículos 1-5
1.Reto humillante que hace Dios a Job. Éste permanecía callado, por lo que Dios le obliga a
responder (vv. 1, 2). Hay quienes opinan que Dios le habló ahora a Job como en un susurro, que
hizo en Job mayor efecto que el torbellino, como le ocurrió también a Elias (1 R. 19:12, 13).
(A) Dios comienza con una pregunta convincente (v. 2): «¿Contenderá el discutido,con el
Omnipotente?». Los que contienden con Dios obran, en efecto, como si quisieran enseñarle a
enmendar sus obras, pues eso es lo que el vocablo hebreo yissor («hallador de faltas») da a
entender.
(B) Dios urge a Job ;que responda pronto: «El que disputa (lit. critica) con Dios, responda a
esto» (v. 2b). Frases muy serias, capaces de humillar y silenciar a cualquier ser creado.
3. 2. Humilde sumisión de Job. Vuelve ahora en sí y comienza a desleírse en sincero
arrepentimiento. Mientras sus amigos razonaron con él no si rindió. Los tres le habían
condenado por malvado. Eliú mismo había sido demasiado duro con él (34:7, 8, 37). Pero Dios
no le había dirigido frase: duras. Siempre podemos esperar mejor trato de parte de Dios que de
nuestro amigos. Así es como este buen hombre es derrotado y se ofrece como cautivo,
rindiéndose sin condiciones a la gracia de Dios:
(A) Se reconoció ofensor (v. 4): «He aquí que yo soy vil, abominable a mis propios ojos»
El arrepentimiento cambia la opinión que los hombres tienen de sí mismos. Al hablarle Dios, Job
no supo qué responderle: «¿Qué te responderé?» Así da razón de su silencio: no se calla por
mal humor, sino porque ha sido convencido de que no tenía razón.
(B) Promete no volver a ofender y se queda satisfecho con quedar en silencio (v. 4b): «Mi mano
pongo sobre mi boca, como una brida, para suprimir todos los pensamientos apasionados
que puedan hervir en mi mente y guardarme de prorrumpir en frases destempladas».
Job había permitido que sus malos pensamientos hallasen expresión en sus labios (v. 5): «Una
vez hablé, más no responderé; aun dos veces (es decir, varias veces), mas no volveré a
hablar».
Versículos 6-14
Job había sido humillado por lo que Dios le había dicho, pero no se hallaba aún suficientemente
convencido; por ello, Dios continúa razonando con él como anteriormente (v. 6). Comienza
ahora con un reto parecido al de 38:3 (v. 7): «Cíñete ahora, como un luchador (hebreo guéber
4. = varón fuerte, apto para luchar), tus lomos; si tienes la valentía y la confianza de que has
alardeado, muéstralas ahora».
No podemos rivalizar con Dios en justicia. El Señor es justo y santo en su modo de tratarnos,
pero nosotros somos injustos e inicuos en el modo de tratarle a él; tenemos muchísimo de que
reprocharnos a nosotros mismos, pero nada de que reprocharle a él (v. 8): «¿invalidarás tú
también mi juicio? ¿me condenarás a mí para justificarte tú? ¿Ha de sufrir mengua mi
honor para mantener en alto tu reputación?».
Tampoco podemos rivalizar con Dios en poder; por consiguiente, así como es gran impiedad
contender con él, también es gran atrevimiento oponerse a él (v. 9): «¿Tienes tú un brazo como
el de Dios, igual que el suyo en fuerza y en largura? ¿Y truenas con voz como la suya? (V.
37:1
y ss.), ¿o como lo hace de nuevo desde el torbellino (v. 6)? «Ningún ser creado puede hablar tan
convincente y poderosamente, ni con una fuerza tan dominadora como la de Dios, pues habla él
y queda hecho lo que dice.
Su voz creadora es llamada trueno (Sal. 104:7), lo mismo que cuando aterroriza y quebranta a
sus adversarios (1 S. 2:10): «Sobre ellos tronará desde los cielos».
No podemos asimismo rivalizar con Dios en belleza y majestad (v.10): «Si quieres entrar en
competición con él y aparecer más hermoso y atractivo que él, ponte tu mejor traje: Adórnate
ahora de majestad y de alteza; preséntate con pompa marcial y con todo el fausto de que puedas
disponer; prueba a mostrarte con los mejores arreos que puedas hallar; y vístete de honra y de
hermosura, tal que pueda espantar a tus enemigos y encantar a tus amigos; pero, ¿qué será todo
5. eso, comparado con la belleza y la majestad de Dios? Mucho menos que la luz de una luciérnaga,
comparada con la luz del sol en su cénit».
4. Finalmente, tampoco podemos rivalizar con Dios en dominio sobre los soberbios (vv. 11 -14).
Si Job es capaz de humillar y amilanar a los tiranos y a los opresores con la misma facilidad y
efectividad que Dios, se le reconocerá que tiene alguna probabilidad de poder competir con Dios.
(A) La justicia de Job es aquí retada a humillar a los soberbios con una mirada: Se da por
supuesto aquíque Dios puede hacerlo y lo hará; de no ser así, no retaría a Job a hacerlo. Dios
demuestra ser Dios en que resiste a los soberbios, se sienta en su trono para juzgarlos y puede
llevarlos a la ruina. Los soberbios son tan malvados que en la raíz de la mucha perversidad que
hay en este mundo está el orgullo. Pero los soberbios serán abatidos. La ira de Dios, derramada
sobre los altivos (v. 11), los humillará, los quebrantará (v. 12) y los hundirá en el polvo del
sepulcro y en la oscuridad del seol (v. 13). Así como con una mirada de amor puede Dios
reavivar el corazón de los contritos, con una mirada de ira puede abatir a los altivos.
Estaban orgullosos del honor que ostentaban y de la posición que ocupaban, pero serán
sepultados en el olvido y no se les recordará más que a los que están escondidos en el polvo.
Dice literalmente el v. 13: «Escóndelos en el polvo juntamente; ata sus rostros en la
oscuridad» (comp. 17:16). Así como ellos se unían en coaliciones y ligas para hacer el mal, así
también Dios los ata y liga juntamente en su destrucción. Así de completa será la victoria que
obtendrá Dios, al final, sobre los altivos pecadores que se alzan en oposición contra él.
Se le propone a Job aquí que haga otro tanto. Había estado él discutiendo apasionadamente con
Dios y su providencia: «Ven acá», le dice Dios, «prueba primero tu mano sobre los altivos y
6. verás en cuan poco tienen ellos el furor de tu ira ¿y quieres que yo me sienta afectado por
ella?». Si Dios, y sólo él, tiene poder suficiente para humillar y abatir a los orgullosos, no cabe
duda de que también tiene la sabiduría suficiente para conocer cuándo y cómo ha de hacerlo, y
no es de nuestra competencia prescribirle o enseñarle el modo de gobernar el mundo.
(B) Si Job pudiese llevar a cabo las obras que aquí se mencionan, Dios mismo promete hacerle
justicia reconociendo que su diestra le ha proporcionado el triunfo (v. 14): Yo mismo te
confesaré que podrá salvarte tu diestra, aunque, después de todo, no tendrá la fuerza suficiente
para que puedas contender conmigo».
Versículos 15-24
Para dar más pruebas de su gran poder, Dios concluye su discurso con la descripción de dos
poderosos animales, que superan con mucho al hombre en tamaño y fuerza; al primero seie llama
en hebreo behemoth y se le suele identificar con el hipopótamo; al segundo se le llama livyathán
y es opinión casi unánime que se trata del cocodrilo. Al primero se le describe en estos
versículos; al segundo, en el cap. siguiente (en la Biblia Hebrea, el cap. 40 tiene 32 verss.,
comprendiendo los ocho primeros del cap. 41 de nuestras Biblias -nota del traductor).
1. Descripción que se nos da aquí del behemoth.
Su cuerpo es muy fuerte y bien formado (v. 16) «Su fuerza está en sus lomos». Sus huesos,
comparados con los de otras criaturas, son como bronce, y sus costillas como barras de hierro (v.
18). Su hueso posterior o cóccix es tan fuerte que, aunque su cola no es larga, la atiesa como un
cedro (v. 17).
Es un animal herbívoro y no devora a otros animales: «Hierba come como el buey» (v. 15b);
«los montes producen hierba para él» (v. 20), y las bestias del campo no se espantan de él
7. como del león, sino que retozan en tomo suyo (v. 20b), sabiendo que nada tienen que temer de él.
Se recuesta bajo los lotos (v. 21), que lo cubren con su sombra (v.22), disfrutando de aire fresco
para respirar, mientras que los leones, que viven de su presa, cuando quieren reposar se ven
obligados a retirarse a sus guaridas (38:40) para estar a cubierto de los rayos del sol ardiente.
Quienes aterrorizan a otros se ven obligados, muchas veces, a esconderse; en cambio, los que
permiten a otros acercarse a ellos sin peligro, pueden también vivir libres de peligro; incluso los
cañaverales y juncos plantados en la humedad,aunque parezcan ser débil defensa, son suficientes
para la seguridad de los que no piensan hacer daño a nadie.
Vive tranquilo en el agua, y parece buen bebedor de este líquido, pues se nos dice que no se
inmuta aunque se salga el río de madre y se estrelle contra su boca todo un Jordán (v. 23). El v.
24 es oscuro; su sentido más probable es: «¿Lo tomará alguien en sus ojos (es decir, de frente,
cuando está mirando -mejor que «por los ojos». Nota del traductor), y horadará su nariz con
arpones?».
Que es el Behemot:
Forma plural de una palabra hebrea. Aparece nueve veces en el Antiguo Testamento, transcrita
en Job 40.15 y traducida las otras veces de diferentes maneras (Dt 32.24; Job 12.7; Sal 49.12, 20;
50.10; 73.22; Jer 12.4). Generalmente significa “bestias”, “animales” o “ganado”.
Sin embargo, en Job 40 behemot parece referirse al hipopótamo del Nilo, animal enorme que
alcanza hasta 4 m de longitud, de piel desnuda muy gruesa y de cabeza gigantesca. En el
discurso de Jehová en Job 40, es símbolo del poder creador de Dios.
Según el Diccionario Nelson, BEHEMOT es la forma plural de una palabra hebrea. Aparece
nueve veces en el Antiguo Testamento, transcrita en Job 40.15 y traducida las otras veces de
8. diferentes maneras (Dt 32.24; Job 12.7; Sal 49.12, 20; 50.10; 73.22; Jer 12.4). Generalmente
significa “bestias”, “animales” o “ganado”.
Sin embargo, en Job 40 behemot parece referirse al hipopótamo del Nilo, animal enorme que
alcanza hasta 4 m de longitud, de piel desnuda muy gruesa y de cabeza gigantesca. En el
discurso de Jehová en Job 40, es símbolo del poder creador de Dios.
Yahve señalando a Behemot y Leviatán
Behemot (hebreo: )תומהב es un monstruo mítico, de la mitología hebrea.
Descripción
Se cree que el Behemot (También conocido como Bahamuth) estaría asociado al Búfalo de
Agua,Rinoceronte, Cocodrilo, Elefante o, la más común, al hipopótamo.[1] Aparece mencionado
en la Biblia, en el Libro de Job (40,15-24) junto a otro monstruo, Leviatán, que representaría
9. al cocodrilo, para aludir a Egipto. La caza de hipopótamos y cocodrilos fue un peligroso deporte
practicado con cierta frecuencia por la realeza egipcia, como puede contemplarse en algunos
frescos y relieves de esa cultura.
En el apócrifo Libro de Enoc Behemot y Leviatán son descritos así:
Y en ese día se separarán dos monstruos, una hembra llamada Leviatán, que morará en
el abismo sobre donde manan las aguas, y un macho llamado Behemot, y ocupará con
sus pechos un desierto inmenso llamado Dandain.
En otras leyendas hebreas ambas criaturas son enemigas que se enfrentaron al principio de los
tiempos y han de ser destruidos por Dios antes de que acaben con su Creación. Otras versiones
de estas leyendas sostienen por el contrario que la batalla entre los monstruos no fue al principio,
sino que será el día del Juicio Final. Durante la Edad Media, Behemot llegó a ser el nombre de
un demonio.
La descripción más completa de Behemot se encuentra sin embargo en el Libro de Job:
Presta atención a Behemot: se alimenta de hierba como el buey. Mira qué fuerza en
sus riñones, qué vigor en los músculos de su vientre. Endereza su cola como un
cedro, se entrelazan los nervios de sus muslos. Sus huesos son tubos de bronce; sus
cartílagos, barras de hierro. Es la primera de las obras de Dios, quien lo hizo rey de
sus compañeros. Le pagan tributo las montañas y todas las fieras que en ellas
retozan. Debajo de los lotos se revuelca, en la espesura de cañas y de juncos. Le
cubren los lotos con su sombra, le rodean los sauces del torrente. Aunque el río
10. anegue, no se asusta; quieto está aunque un Jordán le llegue al hocico. ¿Quién podrá
apresarlo por los ojos o taladrarle la nariz con una estaca? Libro de Job (XL,15-24)
También vale la pena hacer la mención que se describe a Behemot, como la “Obra maestra de
Dios”, solo Dios puede vencerlo.
Existe adémás una corriente que mas bien piensa que el origen del mito pudo ser un dragón o un
dinosaurio por la descripción de la cola como un cedro.
2. Esta descripción de tan voluminosa y fuerte bestia es un motivo más para humillarnos delante
de Dios, pues él lo hizo así como a nosotros (v. 15).«Él es una obra maestra (lit. principio) de
Dios» (v. 19). «Sólo el que lo hizo puede acercarle la espada» (v. 19b). Es como si Dios le
dijese a Job: «Yo te hice a ti igual que a él, pero él no se querella conmigo ¿por qué lo haces
tú? Y, si a pesar de su gran tamaño y fuerza, mis manos lo crearon y mis manos lo pueden
destruir lo mismo que a un gusano o a una mosca, ¿no puedo hacer lo que quiera con lo
que me pertenece?». El que construye una máquina poniendo cada pieza en su sitio, la puede
desmontar con la misma facilidad. Es probable que el behemoth y el livyathán (lit. Comúnmente
se escribe leviatán) representen a los altivos opresores que Dios había mencionado anteriormente
(vv. 11 y ss.), retando a Job a que los humillara y abatiera.
Según el Diccionario Bíblico de Ed. Certeza, morfológicamente se trata del plural hebreo de
bƒheµmaÆ, que aparece nueve veces en el Antiguo Testamento (Dt. 32.24; Job 12.7; 40.15; Sal.
49.12, 20; 50.10; 73.22; Jer. 12.4; Hab. 2.17), y en todos estos casos, salvo uno, aparentemente el
significado que se le asigna es “bestias”, “fieras”, “animales”, o “ganados”.
11. En Job 40.15, empero, la referencia se limita de tal modo en los versículos siguientes que
pareciera que se quiere sugerir algún animal específico, y generalmente se considera que el
plural aquí tiene sentido intensificador, “gran bestia”, y que se refiere al hipopótamo (así
°vm°vm Versión moderna (hecha por H. B. Pratt), eds. rev. 1929 mgmg margen), que es el
animal que responde mejor a la descripción.
Se ha sugerido una derivación sobre la base de un hipotético término egipcio p<.ih.mw, ‘el buey
del agua’, pero el hecho de que el egipcio tiene otras palabras para hipopótamo hace que esto
resulte improbable. Si bien se han propuesto otras teorías, la equiparación con el hipopótamo
puede aceptarse provisoriamente dado el estado actual de los conocimientos. La Septuaginta (vs.
gr. del AT) usa aquí la palabra kteµnos. (* Bestia )
Bibliografía.
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S. R. Driver y G. B. Gray, The Book of Job, ICCICC International Critical Commentary, 1921,
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Z. V. Togan (eds.eds. edición, editor(es), editado), Proceedings of the Tweny-Second Congress
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1975, pp.pp. página(s) 1–14.
T.C. Mitchell, M.A., SubDirector del Departamento de Antigüedades Asiáticas Occidentales,
Museo Británico, Londres, Inglaterra.
Referencias
1. Metzeger & Coogan (1993) Oxford Companion to the Bible, p76.
Fuentes Bibliográficas:
Wikipedia,Behemot
Mattew Henry trad. al español por Francisco Lacueva, Comentario exegético Devocional
a toda al Biblia, 2 – Libros Poéticos (Job, Proverbios, Eclesiastes, Cantares), p.171 -
174,ed. clie
Biblia de las Américas
Diccionario Nelson, Behemot
Diccionario Ed. Certeza,Behemot