El documento discute el desafío que representa cultivar una cultura geográfica entre los estudiantes. Propone que la geografía debe enseñarse de una manera multidiciplinaria, relacionando lo local con lo global y desarrollando habilidades, actitudes y valores. También argumenta que los estudiantes deben aprender sobre el territorio, la interacción humana con el medio ambiente, y la toma de decisiones sostenibles, para comprender mejor los problemas globales actuales como la crisis ambiental.