El documento describe el período de Adviento en el calendario litúrgico cristiano como un tiempo de espera y preparación para la celebración de la Navidad. Se espera la venida gloriosa de Cristo al final de los tiempos y también se conmemora su primer venida al nacer en Belén. El Adviento invita a los cristianos a recordar el pasado, vivir el presente y preparar el futuro a través de la contemplación del nacimiento de Jesús, la presencia de Cristo en el mundo actual y la espera de su segunda venida.
2. La palabra “Adviento”
viene del latín:
adventus Redemptoris,
= ‘venida del Redentor’)
Es el primer período
del año litúrgico cristiano.
Este es un
periodo de espera.
Por una parte la comunidad de
creyentes espera la venida gloriosa
del Señor al fin
de los tiempos
para juzgar a los hombres.
Ahora recuerda la espera
de su primer venida con la fe
y alegría de María.
3. El tema de la esperanza de la segunda venida de Cristo,
propio de la fiesta de Cristo Rey, continua en el periodo
de Adviento, cuando conmemoramos su primera venida,
naciendo de María en Belén hace 2000 años.
En la iglesia primitiva, se celebraba el nacimiento de
Jesucristo, y se observaba un tiempo de preparación
para esto. - En la iglesia romana es de 4 semanas,
- y en la orthodoxa es de 40 dias.
4. La espera de la celebración del nacimiento de Cristo
en la historia, ayudaba los fieles esperar su segunda
venida al fin de los tiempos. En nuestro periodo
litúrgico de adviento, las lecturas de los primeros
3 semanas refieren mas a la segunda venida,
Mientras que la última semana trata
de la primera Navidad, cuando Jesus
nació de Maria en el portal de Belén.
5. El tiempo de
Adviento
es un período
privilegiado para
los cristianos
ya que nos invita a
1 recordar el pasado,
2 nos impulsa a vivir
el presente
3 a preparar el futuro.
6. - Recordar el pasado: - Celebrar y contemplar el
nacimiento de Jesús en Belén. El Señor ya vino y nació
en Belén. - Esta fue su venida en la carne, lleno de
humildad y pobreza. Vino como uno de nosotros,
hombre entre los hombres. Esta fue su primera venida.
7. Vivir el presente:
Se trata de vivir
en el presente
de nuestra vida diaria la
"presencia de Jesucristo"
en nosotros y,
por nosotros, en el mundo.
Vivir siempre vigilantes,
caminando por los caminos
del Señor, en la justicia
y en el amor.
8. Preparar el futuro:
Se trata de prepararnos para la Parusía
o segunda venida de Jesucristo en
la "majestad de su gloria".
9. Entonces vendrá como Señor y como Juez de todas las naciones, y premiará con el Cielo a
los que han creído en Él; vivido como hijos fieles del Padre y hermanos buenos de los demás.
10. Dice Benedicto XVI - La venida del Señor en Belén y su última venida se
contemplan dentro de una visión unitaria, no como dos venidas distintas, sino como
una sola y única venida, desdoblada en etapas distintas. Hay que distinguir en el
adviento una doble perspectiva: --una existencial --otra cultual o litúrgica.
11. Ambas perspectivas no sólo no se oponen, sino
que se complementan y enriquecen mutuamente.
-La espera cultual, que se consuma en la
celebración litúrgica de la fiesta de navidad,
se transforma en esperanza escatológica
proyectada hacia la parusía final.
-La espera, en última instancia, es única; porque la venida del
Señor, aparentemente múltiple y fraccionada, también es única.
13. PREPARACIÓN EN EL
ANTIGUO TESTAMENTO
ISAIAS
Es el gran pedagogo del adviento,
“preparar el camino del Señor”.
Es el portavoz de Dios.
El pregonero del Señor, e profeta
del verdadero y único mesías.
Describe con imágenes cuajadas de belleza y
simbolismo la paz, el gozo y la seguridad
de los tiempos mesiánicos.
Dirige su mirada más allá de las aflicciones
del presente y las centra en una era de paz
universal, que será inaugurada
por el Mesías, que es manso,
sabio y amante de la paz.
Volverán del exilio los hijos de Dios dispersos.
El Monte Sión se convertirá en el vértice,
en el centro no sólo de Israel sino de toda
la tierra. Isaías es el precursor del
universalismo del evangelio.
“Por tanto, el Señor mismo os dará señal:
He aquí que la virgen concebirá y dará a luz
un hijo, y llamará su nombre Emanuel”
(Isaías 7:14 ).
14. Jeremías
"He aquí, vienen días
declara el Señor,
en que cumpliré
la buena palabra
que he hablado
a la casa de Israel
y a la casa de Judá.
En aquellos días
y en aquel tiempo
haré brotar de David
un Renuevo justo,
y El hará juicio
y justicia en la tierra.
En aquellos días estará a salvo Judá,
y Jerusalén morará segura,
y este es el nombre con el cual
será llamada: el Señor,
justicia nuestra.”
33,14 - 16
15. Miqueas
Es uno de los llamados profetas menores.
Él es quien profetiza que de
Belén, la más pequeña entre
ciudades de Judá, nacerá
el Mesías, el libertador
y que él será nuestra paz.
“Pero tú, Belén, Efrata,
pequeña para estar entre las
familias de Judá, de ti, me
saldrá el que será Señor en
Israel; y sus salidas son desde
el principio, desde los días
de la eternidad”.
(Miqueas 5:2 ).
16. Zacarías
Un día que Zacarías estaba en el
templo dedicado a sus funciones
sacerdotales, un ángel del Señor
apareció al lado derecho del
altar. La visión turbó a Zacarías,
El ángel le dijo
“tu plegaria ha sido escuchada,
“Isabel, tu esposa, dará a luz un
hijo al que pondrás de nombre
Juan. Será grande en la
presencia del Señor.
No beberá vino ni licores y
estará lleno del Espíritu Santo.
Está destinado a llevar a muchos
hijos de Israel al Señor, su Dios.
17. Zacarías el esposo de Isabel,
vivió toda su vida en la ley
de Dios. Esperó contra toda
esperanza. Resultó vencedor
de la prueba y entonó el
cántico de acción de gracias
por le nacimiento de Juan,
el hijo de la vejez, prediciendo
su misión profética,
y alabando
“la misericordia entrañable
de nuestro Dios”, que nos
visitará con el sol que nace de
lo alto, para iluminar a los
que viven en tinieblas y
sombreas de muerte, para
guiar nuestros pasos
por el camino de la paz”.
18. San Juan Bautista
Juan es el hombre
del adviento.
Su vida, su misión
fue ser adviento
ya desde el mismo
vientre de su madre.
Es el compañero ideal,
austero y gozoso,
que nos introduce,
como nadie en los
caminos del adviento.
19. Heraldo y precursor del Señor,
nos llama a la conversión a
la austeridad, al gozo y al
seguimiento de Jesús.
Es el mayor de los nacidos de mujer.
20. Y su voz sigue resonando en
el desierto y en los corazones
de las gentes de buena voluntad
llamando a la conversión
y al seguimiento de Jesucristo.
21. El fue escogido para mostrar
a las gentes el Cordero de Dios
que quita el pecado del mundo.
22. Juan sería
“la voz que
clama en el
desierto:
Preparad el
camino a Yahvé.
Enderezad
calzada en
la soledad
a nuestro Dios”.
Isaías 40:3. ( Mateo 3:1-3 ).
23. Caminará delante de Dios en el espíritu
y tendrá el poder de Elías para reducir a
los rebeldes, a fin de preparar al Señor
un pueblo bien dispuesto”. Lc 1,17-
24. Su bautismo purificatorio y penitencial en el
Jordán inauguró el agua viva que desde entonces
tiene poder de salvación para los hombres.
26. MARÍA
Desde la anunciación
María es la primera
en esperar
el nacimiento de Cristo.
Fue ella iniciado en este
misterio, por invitación
personal de Dios.
Ella respondió “sí”
generosamente a la invitación
de ser la madre de Dios,
el instrumento por el cual Dios
se encarnó entre los hombres
y entro en nuestra historia.
27. Y entrando, en su presencia el ángel le dijo:
«Alégrate, llena de gracia,
el Señor está contigo».
29 Ella se conturbó por estas palabras,
y discurría qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo: «No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios;
31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz
un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
32 El será grande y será llamado Hijo del
Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de
David, su padre; 33 reinará sobre la casa de
Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin».
34 María respondió al ángel: - «¿Cómo será esto,
puesto que no conozco varón?»
35 El ángel le respondió:
«El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del
Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que
ha de nacer será santo y será llamado Hijo de
Dios. 36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha
concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto
mes de aquella que llamaban estéril, 37 porque
ninguna cosa es imposible para Dios».
38 Dijo María: «He aquí la esclava del Señor;
hágase en mí según tu palabra».Lc 1,28
28. María es la
estrella del Adviento,
su rostro, su regazo, su fruto.
María de Nazaret
vivió en su vientre virginal,
en su mente
y en su corazón el primero
y más hermoso de los
advientos durante 9 meses,
pues llevó en su vientre
con inefable amor
de madre a
Jesucristo”.
Que largo y hermoso
adviento…!
29. Ella es la “mater spei”,
el modelo de la espera
y de la esperanza.
Nadie supo como ella
prepara un sitio al Señor,
al Hijo que florecía
en sus entrañas…
- El icono de María
gestante personifica a la
iglesia madre que está
llena de Cristo y lo pone
como luz, en el mundo
para que el resto de sus
hermanos habiten
tranquilos hasta los
confines del mundo.
30. En santa María
del adviento,
se realizó
la promesa
de Israel,
la esperanza,
después, ahora
y ya para
siempre
de la iglesia.
31. JOSÉ DE
NAZARET
la aparición del ángel -
María, estaba desposada
con José y, antes de empezar
a estar juntos ellos,
se encontró encinta
por obra del Espíritu Santo.
Su marido José, como era
justo y no quería ponerla
en evidencia, resolvió
repudiarla en secreto.
32. Así lo tenía planeado, cuando
el ángel del Señor se le apareció
en sueños y le dijo:
«José, hijo de David, no temas
tomar contigo a María tu mujer
porque lo engendrado en ella
es del Espíritu Santo.
Dará a luz un hijo, y tú le
pondrás por nombre Jesús,
porque él salvará a su
pueblo de sus pecados».
Todo esto sucedió para que
se cumpliese el oráculo del
Señor por medio del profeta:
Ved que la virgen concebirá
y dará a luz un hijo,
y le pondrán por nombre
Emanuel, que traducido
significa: «Dios con nosotros».
Lc 1,21-
33. ISABEL
María compartió el gozo de este
Misterio con su prima Isabel.
Ella podía compartir su propia alegría,
pues por obra de Dios, también esperaba
un hijo, que seria Juan el Bautista,
precursor del Cristo.
Su gravidez inesperada y tarda es gracia
y anticipo del Señor y para el Señor.
Es fecundada en ciernes y en espera
de la fecundidad de los siglos.
Es modelo de quien reconoce la obra
de Dios, bendice el fruto de su amor
“Entró María en casa de Zacarias
y saludo a Isabel.
Al escuchar la anciana prima las
palabras de María notó que el niño
que llevaba seis meses en su seno,
daba saltos de gozo,
y llena del Espíritu Santo
exclamó con entusiasmo:
Bendita tú entre las mujeres
y bendito el fruto de tu vientre.
¿Quién soy yo para merecer que venga
a visitarme la madre de mi Señor?
¡Dichosa tú que has creído!,
porque todo lo que te ha dicho
el Señor, se cumplirá. –
La visitación Lc 1,39-
34. Los reyes magos
Los tres sabios se reúnen para buscar alguna señal porque saben
por sus estudios que “algo” va a pasar, que iba a suceder algo
muy importante, aunque son sabios y ricos no dudan en ponerse
en marcha para seguir la señal (la estrella).
En nuestra vida Dios nos pone señales, pequeñas estrellas
que nos marcan el camino. Ellos dejaron su comodidad y seguridad
para seguir las señales del Señor. Tuvieron que luchar contra
los elementos, el frio, el viento, y la ignorancia de los poderosos
como Herodes y las burlas de muchos. Comenzaron una gran
aventura, pero su fe y esperanza y perseverancia
fue apremiada pues llegaron a ver al Cristo.
36. Luego, se lee la Biblia y se hace
alguna meditación. La corona
se puede llevar al templo para
ser bendecida por el sacerdote.
Durante el Adviento,
se coloca en las iglesias y
también en algunos hogares una
corona de ramas de pino, llamada
corona de Adviento, con cuatro
velas, una por cada domingo
de Adviento.
a cada una de esas cuatro velas se
le asigna una virtud que hay que
mejorar en esa semana,
porejemplo:
la primera, el amor;
la segunda, la paz;
la tercera, la tolerancia y
la cuarta, la fe.
Los domingos de Adviento,
la familia o la comunidad
se reúne en torno a la
corona de Adviento.
37. La Corona de Adviento tiene su origen en una tradición pagana europea que consistía en prender velas durante
el invierno para representar al fuego del dios sol, para que regresara con su luz y calor durante el invierno.
Los primeros misioneros en países nórdicos, aprovecharon esta tradición para evangelizar a las personas.
Partían de sus costumbres para enseñarles la fe católica. La corona está formada por una gran variedad de
símbolos: Se trata de un conjunto de ramas verdes, sin flores debido a la austeridad propia del Adviento,
dispuestas o trenzadas en círculo, a las que se suman cuatro cirios ubicados en la periferia..
38. El primer cirio se enciende en el primer domingo de Adviento,
junto con la lectura de un pasaje bíblico o la realización de plegarias.
Sucesivamente se encienden los restantes cirios, uno nuevo en cada uno de los
siguientes domingos, hasta que en el domingo previo a la Navidad se encienden los
cuatro cirios. A menudo, se coloca en el centro un quinto cirio de color blanco,
que se enciende en Nochebuena o en Navidad.
39. La forma circular - El círculo no tiene principio ni fin. Es señal del amor de Dios que es eterno,
sin principio y sin fin, y también de nuestro amor a Dios y al prójimo que nunca debe de terminar.
Las ramas verdes - Verde es el color de esperanza y vida, y Dios quiere que esperemos su gracia,
el perdón de los pecados y la gloria eterna al final de nuestras vidas. El anhelo más importante en nuestras
vidas debe ser llegar a una unión más estrecha con Dios, nuestro Padre.
40. LAS CUATRO VELAS
Nos hace pensar en la obscuridad
provocada por el pecado que ciega al
hombre y lo aleja de Dios. Después de
la primera caída del hombre, Dios fue
dando poco a poco una esperanza de
salvación que iluminó todo el universo
como las velas la corona.
Así como las tinieblas se disipan con cada
vela que encendemos, los siglos se fueron
iluminando con la cada vez más cercana
llegada de Cristo a nuestro mundo.
Son cuatro velas las que se ponen en la
corona y se prenden de una en una,
durante los cuatro domingos de
adviento al hacer la oración en familia.
….y la luz se identifica con el espíritu y
la fuerza de la vida que persiste, aún en
medio de los días cortos y del frío que
gobierna usualmente el Hemisferio
Norte en el tiempo de Adviento.
-En la simbología cristiana, la luz
significa Cristo, a partir delEvangelio
de Juan que lo presenta como la «luz
del mundo» (Juan 8:12).
41. 1 La primera vela se llama
"Vela de la Esperanza".
Simboliza la fe en Dios
manteniendo sus promesas
a la humanidad.
- Verde
2 La segunda se llama
"Vela de Preparación",
recordándoles a los Cristianos
que deben "prepararse" para
recibir a Dios. Deben vigilar y
hacer penitencia.
- morada-azul
3 La tercer es la
"Vela de la Alegría".
Recuerda a los ángeles
cantando alegremente sobre
el nacimiento de Cristo.
- rosa
42. 4 La cuarta vela, La "Vela del Amor",
les recuerda a los Cristianos que Dios
los ama lo suficiente como para enviar
a su único Hijo a la Tierra.
- Amarillla-blanca -
La "Vela de Cristo",
la blanca del centro,
representa a Jesucristo mismo.
43. Las manzanas rojas
que adornan
la corona
representan los
frutos del jardín
del Edén
con Adán y Eva
que trajeron
el pecado
al mundo
pero recibieron
también la promesa
del Salvador
Universal.
45. Oración de la bendición
de la corona
Señor Dios, bendice con
tu poder nuestra
Corona de Adviento
para que, al encenderla,
despierte en nosotros
el deseo de esperar la
venida de Cristo
practicando las buenas
obras, y para que
así, cuando Él llegue,
seamos admitidos
al Reino de los Cielos.
Te lo pedimos por
Cristo nuestro Señor.
Amén.
46. La liturgia de Adviento
En las Epístolas
exhorta al creyente para que,
dada la cercanía del Redentor,
deje las obras de las tinieblas
y se vista con la
armadura de la luz;
que se conduzca honestamente,
como en pleno día, con dignidad,
y se revista de Nuestro
Señor Jesucristo;
ella muestra que las naciones
son llamadas a alabar
el nombre del Señor;
ella los invita a regocijarse
en la cercanía del Señor,
de manera que la paz de Dios,
que sobrepasa todo conocimiento,
custodie sus corazones y
pensamientos en Cristo Jesús;
los exhorta a no juzgar,
pues cuando el Señor venga
manifestará los secretos
escondidos en los corazones.
47. En los evangelios
la Iglesia habla del Señor
que viene en su gloria;
de Aquél en quien,
Y a través de quien,
se cumplen las profecías;
del Guía Eterno en medio
de los judíos; de a voz en
el desierto, "Preparad el
amino del Señor".
La Iglesia en su Liturgia
nos devuelve en espíritu
al tiempo anterior a la
Encarnación del Hijo de
Dios, como si realmente
se fuera a realizar.
48. lecciones
de adviento
para nosotros
La austeridad y
pobreza de las
circunstancias del
nacimiento de
Cristo, nos ayuda
recordar los pobres
del mundo, en
contraste con los
excesos de gastos
en bienes
materiales
49. Es un tiempo
de oración
y de reflexión
caracterizado por
la espera vigilante
(es decir, tiempo
de esperanza
y de vigilia),
de arrepentimiento,
de perdón
y de alegría.
El Cristo que viene
nos traerá
- La misericordia
- La justicia
-La paz
50. Papa Benedicto XVI sobre el Adviento
En la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor,
o también del dios al que se rinde culto y que regala a sus fieles el tiempo
de su parusía (venida), tiempo para preparar su visita oficial, es decir,
que el Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo.
51. Por eso nos recuerda
dos cosas
1, que la presencia de Dios
en el mundo
ya ha comenzado,
y que él ya está presente
de una manera oculta;
2, que esa presencia de
Dios que acaba de
comenzar, aún no es total,
sino que esta en proceso
de crecimiento y
maduración.
52. Su presencia ya ha comenzado,
y somos nosotros, los creyentes,
quienes, por su voluntad, hemos
de hacerlo presente en el mundo.
Es por medio de nuestra fe, esperanza
y amor como él quiere hacer brillar la
luz continuamente en la noche del mundo.
53. Nuestra luz
De modo que las luces que
encendamos en las noches
oscuras de este invierno
serán a la vez consuelo y
advertencia: certeza
consoladora de que
«la luz del mundo» se ha
encendido ya en la noche
oscura de Belén y ha
cambiado la noche del pecado
humano en la noche santa
del perdón divino;
54. por otra parte, la conciencia
de que esta luz solamente puede
—y solamente quiere— seguir
brillando si es sostenida por
aquellos que, por ser cristianos,
continúan a través de los tiempos
la obra de Cristo.
55. La luz de Cristo quiere iluminar la noche del mundo a
través de la luz que somos nosotros; su presencia ya
iniciada ha de seguir creciendo por medio de nosotros.
56. Cuando en la noche santa suene una y
otra vez el himno “hoy Cristo ha nacido”
debemos recordar que el inicio que se
produjo en Belén ha de ser en nosotros
inicio permanente, que aquella noche
santa es nuevamente un «hoy» cada vez
que un hombre permite que la luz del
bien haga desaparecer en él , las
tinieblas del egoísmo (...)
57. el niño Dios nace allí donde se obra
por inspiración del amor del Señor,
donde se hace algo más
que intercambiar regalos.
Adviento significa presencia de Dios
ya comenzada, pero también
tan sólo comenzada.
58. Esto implica
que el cristiano
no mira solamente
a lo que ya ha sido
y ya ha pasado,
sino también a lo
que está por venir.
En medio de todas las
desgracias del mundo
tiene la certeza de que
la simiente de luz
sigue creciendo oculta,
59. hasta que un día
el bien triunfará
definitivamente
y todo le estará
sometido:
el día que
Cristo vuelva.
Sabe que
la presencia de Dios,
que acaba de
comenzar,
será un día
presencia total.
60. Ven, ven, Señor, no tardes.
Ven, ven, que te esperamos.
Ven, ven, Señor, no tardes,
ven pronto, Señor.
El mundo muere de frío,
el alma perdió el calor,
los hombres no son hermanos,
el mundo no tiene amor.
Envuelto en sombría noche,
el mundo, sin paz, no ve;
buscando va una esperanza,
buscando, Señor, tu fe.
Al mundo le falta vida,
al mundo le falta luz,
al mundo le falta el cielo,
al mundo le faltas tú.
61. La pena que la tierra soportaba,
a causa del pecado, se ha trocado
en canto que brota jubiloso,
en labios de María pronunciado.
El sí de las promesas ha llegado,
la alianza se cumple, poderosa,
el Verbo eterno de los cielos
con nuestra débil carne se desposa.
Misterio que sólo la fe alcanza,
María es nuevo templo de la gloria,
rocío matinal, nube que pasa,
luz nueva en presencia misteriosa.
A Dios sea la gloria eternamente,
y al Hijo suyo amado, Jesucristo,
que quiso nacer para nosotros
y darnos su Espíritu divino. Amén.
62. Preparemos los caminos
ya se acerca el Salvador
y salgamos, peregrinos,
al encuentro del Señor.
Ven, Señor, a libertarnos,
ven tu pueblo a redimir;
purifica nuestras vidas
y no tardes en venir.
El rocío de los cielos
sobre el mundo va a caer,
el Mesías prometido,
hecho niño, va a nacer.
Te esperamos anhelantes
y sabemos que vendrás;
deseamos ver tu rostro
y que vengas a reinar.
Consolaos y alegraos,
desterrados de Sión,
que ya viene, ya está cerca,
él es nuestra salvación.
63. Alegría de nieve
por los caminos.
Todo espera la gracia
del Bien Nacido.
En desgracia los hombres,
dura la tierra.
Cuanta más nieve cae,
más cielo cerca.
La tierra tan dormida
ya se despierta.
Y hasta el hombre más muerto
se despereza.
Ya los montes se allanan
y las colinas,
y el corazón del hombre
vuelve a la vida. Amén.
64. Mirad las estrellas fulgentes brillar,
sus luces anuncian que Dios ahí está,
la noche en silencio, la noche en su paz,
murmura esperanzas cumpliéndose ya.
Los ángeles santos, que vienen y van,
preparan caminos por donde vendrá
el Hijo del Padre, el Verbo eternal,
al mundo del hombre en carne mortal.
Abrid vuestras puertas, ciudades de paz,
que el Rey de la gloria ya pronto vendrá;
abrid corazones, hermanos, cantad
que vuestra esperanza cumplida será.
Los justos sabían que el hambre de Dios
vendría a colmarla el Dios del Amor,
su Vida es su vida, su Amor es su amor
serían un día su gracia y su don.
Ven pronto, Mesías, ven pronto, Señor,
los hombres hermanos esperan tu voz,
tu luz, tu mirada, tu vida, tu amor.
Ven pronto, Mesías, sé Dios Salvador.
Amén
65. Madre de Dios
y madre de los hombres,
danos a Jesús, llévanos a Él (2)
Como luz que anuncia el nuevo día
como estrella que precede al sol.
Eres tú, Virgen Maria,
que nos das al Hijo Dios
La primera de las profecías
anunciándonos la salvación
Se hace carne en ti,
María que nos das al hijo Dios
Quien te hizo nacer en tus entrañas
Virgen madre de tu creador
Todo el cielo en ti, María
que nos das al Hijo Dios.
66. Ven Salvador, ven sin tardar
Tu pueblo santo esperando está
El Dios de paz, Verbo divino
Quiso nacer en un portal
Él es la luz, vida y camino
Gracia y perdón trajo al mortal
Vino a enseñarnos el sendero,
Vino a traernos el perdón
Vino a morir en un madero
Precio de nuestra redención,
Por una senda oscurecida,
Vamos en busca de la luz
Luz y alegría sin medida
Encontraremos a Jesús
Nuestro Señor vendrá un día
Lleno de gracia y majestad
De nuestro pueblo él será guía
Juntos iremos a reinar