El documento resume tres historias del Evangelio donde Jesús cura a personas enfermas o con necesidades. En la primera, Jesús devuelve la vida a la hija de Jairo que había muerto. En la segunda, cura a la hija de una mujer pagana que tenía un demonio. Y en la tercera, Jesús cura a un leproso que le suplica por su salud. En todas las historias, Jesús muestra compasión por los enfermos y los cura.
2. Jesús devuelve la vida a la hija de Jairo
Al regresar Jesús, la gente lo acogió bien, pues todos
lo estaban esperando. Llegó entonces un hombre,
llamado Jairo, que era jefe de la sinagoga, y echán-
dose a los pies de Jesús le rogaba que entrase en su
casa, pues tenía una hija única, de unos doce años,
que se estaba muriendo. Cuando caminaba con él,
la gente lo apretujaba.
Estaba todavía hablando, cuando llega uno de casa
del jefe de la sinagoga diciendo: «Tu hija ha muerto,
no molestes más al Maestro».
Pero Jesús, oído esto, le respondió: «No temas, bas-
ta que creas y se salvará». Al llegar a la casa, no dejó
entrar con él más que a Pedro, Santiago y Juan y al
padre de la niña y la madre.
Todos lloraban y hacían duelo por ella, pero él dijo:
«No lloréis, porque no ha muerto, sino que está
dormida».
Y se reían de él, sabiendo que había muerto. Pero
él, tomándola de la mano, dijo en voz alta: «Niña,
levántate». Y retornó su espíritu y se levantó al ins-
tante. Y ordenó que le dieran de comer. Sus padres
quedaron atónitos, pero Jesús les ordenó que no di-
jeran a nadie lo sucedido.
Lucas 8, 40-56
Cura a la hija de una mujer pagana
Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón.
Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de
aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión
de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demo-
nio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces
los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela,
que viene detrás gritando». Él les contestó: Sólo he
sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel.
Ella se acercó y se postró ante él diciendo: «Señor,
ayúdame». Él le contestó: «No está bien tomar el
pan de los hijos y echárselo a los perritos». Pero ella
repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los pe-
rritos se comen las migajas que caen de la mesa de
los amos».
Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que
se cumpla lo que deseas».
En aquel momento quedó curada su hija.
Mateo 15, 21-29
Jesús cura a un leproso
Se le acerca un leproso, suplicándole de rodillas: «Si
quieres, puedes limpiarme». Compadecido, exten-
dió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda lim-
pio». La lepra se le quitó inmediatamente y quedó
limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a
presentarte al sacerdote y ofrece por tu purificación
lo que mandó Moisés, para que les sirva de testimo-
nio». Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien
alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya
no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se
quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acu-
dían a él de todas partes.
Marcos 1, 40-45
Jesús se compadece de los enfermos y los cura
Ecos de la Palabra
3. Los Fariseos
El evangelio habla a menudo de ellos. Les moles-
taba que Jesús hiciera milagros y se juntara con
pecadores. Discutieron mucho con Jesús y le recri-
minaron su actitud abierta y acogedora. Los fariseos
eran una tendencia religiosa. Su nombre parece ser
que viene del verbo «parasch», que significa:sepa-
rar, elegir. Se consideraban «los elegidos».
Historia de los Fariseos
Un descendiente de Alejandro Magno, Antíoco
Epífanes, quiso imponer a los judíos las leyes
inspiradas en la legislación griega. Entonces la gente
piadosa, devota de la ley judía, se rebeló, uniéndose
a Matatías Macabeo y a sus partidarios. Al triunfar
la rebelión judía, esos piadosos personajes se agru-
paron en núcleos religiosos y políticos.
Los fariseos fueron la más importante agrupación
en defensa de la Ley judía.
Herodes el Grande se dio cuenta de su influencia
social y evitó atacarles de frente. Flavio Josefo (un
historiador judío del siglo I) calcula que en tiempos
de Jesús había unos 6.000 fariseos se negaron a
prestar juramento a Herodes el Grande. Defensores
de la Ley de Dios, murieron mártires por defender
su religión.
Posición social
Para entrar en el grupo de los fariseos, después
de un tiempo de prueba, bastaba con compro-
meterse a seguir las reglas de la asociación: ayunos,
limosnas, rituales de lavarse bien antes de comer o
rezar... otras costumbres religiosas.
En tiempos de Jesús había fariseos procedentes de
todas las capas sociales: comerciantes, artesanos,
escribas... De ordinario era gente humilde, virtuosa,
irreprochable, pobre y desinteresada. Se preocupan
de liberar a su pueblo y de ayudar a los pobres; un
medio útil de propaganda para ellos es hacer visi-
bles sus gestos de caridad (Mt 6, 2).
A la gente humilde, pobre e ignorante («la gente de
la tierra») quienes, al no ser instruidos y descono-
cer la gran parte de los muchos mandamientos de
la Ley, no podían cumplirlos.
Doctrina
Los fariseos afirmaban que había ¡613 manda-
mientos!. Habían llegado a hacer una larga lista
de cosas que había que cumplir y cosas que estaban
prohibidas. Había que cumplir con 365 mandamien-
tos, uno por cada día del año. Estaba prohibido rea-
lizar 248 acciones, una por cada parte del cuerpo.
Eran buena gente, pero les echaba a perder su orgu-
llo, su empeño en sentirse justos.
Jesús les echó en cara que habían convertido la reli-
gión en una lista de normas sin corazón, sin miseri-
cordia, sin apoyo a los pobres y necesitados.
Los fariseos no están presentes en los relatos de la
pasión. Ellos no fueron quienes llevaron a Jesús a la
cruz.
El gobierno de Judá y Jerusalén estaba en manos del
Sumo Sacerdote y de un grupo de personas muy in-
fluyentes llamados: los saduceos. Ellos fueron quie-
nes condenaron a muerte a Jesús, con el permiso de
Poncio Pilato, el gobernador romano.
Signos de Jesús en favor de los pobres
Los milagros de Jesús no son descritos como he-
chos maravillosos. Aparecen como acciones de
Jesús en favor de los pobres, necesitados y exclui-
dos de su época.
Jesús es el Mesías que ha tomado sobre sí el sufri-
miento de las personas que no tienen ninguna espe-
ranza y que están hundidos física y espiritualmente:
leprosos, ciegos, pecadores, gente de la tierra ago-
biada por un sinfín de impuestos...
Las obras de Jesús no son «milagros» en el sentido
maravilloso de la palabra. Son signos, gestos y ac-
ciones de ayuda solidaria hacia quienes sufren.
Aquellos cristianos que escribieron los evangelios
no se planteaban los milagros como algo extraordi-
nario. La cultura de la época entendía los milagros
como algo habitual. Lo que interesa a quienes escri-
ben los evangelios es decir que Jesús se ha acercado
a los más necesitados de su sociedad con un gesto
de misericordia y ayuda. Jesús rompió las barreras
sociales y religiosas que mantenían fuera de la vida
y la felicidad a las personas necesitadas. Defendió la
dignidad de cada persona.
Usos, costumbres y paisajes
4. Grabación de un vídeo
El smartphone facilita la grabación de vídeos en formato MP4. Atendiendo a las críticas y reproches
que sufre Jesús por llevar adelante su misión de misericordia y acogida, se elabora un vídeo.
El primer paso será crear una buena historia, según el mensaje evangélico que se desee transmitir.
A continuación se escribe el guión. Le seguirá la grabación. El último paso será la proyección en el
aula. Es conveniente que el vídeo sea breve. Dos o tres minutos son suficientes.
Para este tipo de proyecciones hay que buscar primeros planos expresivos. En todo momento, se
debe respetar el mensaje del texto del evangelio.
Procuramos conjugar «técnica» y «creatividad». Tenemos en cuenta: Vestuario, decorados, diálo-
go, costumbres de la época...etc.
Hacer un reportaje
El reportero se sitúa en tiempos de Jesús. Entrevista a algún personaje relacionado con la vida de
Jesús. Por ejemplo: entrevista a un leproso curado por Jesús, entrevista a un discípulo que acom-
paña a Jesús y es testigo de sus acciones... Para realizar esta actividad es conveniente una buena
documentación, intentando poner expresiones y detalles socio-culturales propios de la época de
Jesús.
El evangelio a cuadros
Taller de actividades
José Joaquín Gómez Palacios
Reproches y ataques a Jesús
La vida de Jesús de Nazareth no fue un caminar sobre rosas. Su actitud de misericordia y acogida a peca-
dores, pobres y enfermos le creó no pocos problemas... tantos, tantos que terminó crucificado. Durante
su vida sufrió ataques por parte de aquellos que no querían aceptar su mensaje.
Cita Personas que le atacan Motivo del ataque
Lc 5,21
Lc 5,30
Lc 6,2
Lc 6,7
Lc 6,11
Jn 5,18
Jn 10,19-20
Mt 12,24
Mt 13,54-57
Mc 3,1-6
Lc 4,28-29