LA ECUACIÓN DEL NÚMERO PI EN LOS JUEGOS OLÍMPICOS DE PARÍS. Por JAVIER SOLIS ...
11. Vida de Jesús que nos narra un episodio con los leprosos
1. JERUSALEM NEWS
Periódico de Cultura religiosa · Edición Relideleón · nº 11
Jesús cura a diez leprosos y a un ciego
2. Jesús cura a diez leprosos
Cuando Jesús iba a entrar en una ciudad, vinieron a
su encuentro diez leprosos, que se pararon a lo lejos
y a gritos le decían: «Jesús, maestro, ten compasión
de nosotros». Al verlos, les dijo: «Id a presentaros
a los sacerdotes». Y sucedió que, mientras iban de
camino, quedaron limpios. Uno de ellos, viendo que
estaba curado, se volvió alabando a Dios a grandes
gritos y se postró a los pies de Jesús, rostro en tie-
rra, dándole gracias. Este era un samaritano.
Jesús dijo: «¿No han quedado limpios los diez?; los
otros nueve, ¿dónde están? ¿No ha habido quien
volviera a dar gloria a Dios más que este extranje-
ro?». Y le dijo: «Levántate, vete; tu fe te ha salvado»
Lucas 17, 11-19
Jesús cura a un leproso
Se le acerca un leproso, suplicándole de rodillas: «Si
quieres, puedes limpiarme». Compadecido, exten-
dió la mano y lo tocó diciendo: «Quiero: queda lim-
pio». La lepra se le quitó inmediatamente y quedó
limpio. Él lo despidió, encargándole severamente:
«No se lo digas a nadie; pero para que conste, ve a
presentarte al sacerdote para que sirva de testimo-
nio». Pero cuando se fue, empezó a pregonar bien
alto y a divulgar el hecho, de modo que Jesús ya
no podía entrar abiertamente en ningún pueblo; se
quedaba fuera, en lugares solitarios; y aun así acu-
dían a él de todas partes.
Marcos 1,40-45
Jesús cura a un ciego en Jericó
Cuando se acercaba a Jericó, había un ciego senta-
do al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que
pasaba gente, preguntaba qué era aquello; y le in-
formaron: «Pasa Jesús el Nazareno».
Entonces empezó a gritar: «¡Jesús, hijo de David,
ten compasión de mí!».
Los que iban delante lo regañaban para que se ca-
llara, pero él gritaba más fuerte: «¡Hijo de David,
ten compasión de mí!».
Jesús se paró y mandó que se lo trajeran.
Cuando estuvo cerca, le preguntó: «¿Qué quieres
que haga por ti?». Él dijo: «Señor, que recobre la
vista».
Jesús le dijo: «Recobra la vista, tu fe te ha salvado».
Y enseguida recobró la vista y lo seguía, glorificando
a Dios. Y todo el pueblo, al ver esto, alabó a Dios.
Lucas 18, 35-43
Jesús cura y devuelve la esperanza sin esperar nada a cambio
Ecos de la Palabra
3. Usos, costumbres y paisajes
El drama de ser leproso
En tiempos de Jesús, las personas afectadas por
la lepra enfrentaban una situación social muy
difícil. Los leprosos sufrían una fuerte marginación
social y religiosa. Era como si estuvieran muertos en
vida.
- Exclusión social: Los leprosos eran excluidos de
la sociedad y considerados “impuros”. Se les
prohibía vivir en áreas pobladas y se les obliga-
ba a alejarse de las poblaciones. Esto los llevaba
a vivir en cuevas separados de la gente. Debían
llevar el rostro tapado. Y, cuando alguien se
acercaba, estaban obligados a hacer sonar una
campanilla y a gritar: ¡Soy impuro, soy impuro!
- Estigmatización: La lepra era vista como una
maldición divina, y las personas que la padecían
eran marginadas y rechazadas por sus familias
y comunidades. Al drama de sufrir físicamente
se unía la soledad y el desprecio.
- Pérdida de derechos civiles: Los leprosos per-
dían sus derechos civiles y eran considerados
legalmente como muertos en vida. Esto signi-
ficaba que no tenían acceso a la propiedad, no
podían participar en el comercio y estaban ex-
cluidos de la vida política y religiosa.
- Dependencia de la caridad: Dado que se les
prohibía trabajar y participar en la sociedad, los
leprosos eran como mendigos. Para sobrevi-
vir dependían de personas compasivas que les
proporcionaban alimentos.
- Restricciones religiosas: Se les prohibía entrar
en el Templo y en las sinagogas bajo pena de
muerte y participar en actividades religiosas.
Jesús, durante su ministerio, se destacó por mostrar
compasión hacia los leprosos. En varios pasajes del
evangelio se relata cómo Jesús curó a leprosos y los
incluyó socialmente en su comunidad, desafiando
las normas sociales y religiosas. Su actitud compasi-
va y el tratamiento a los leprosos fueron una parte
importante de su mensaje de amor y misericordia.
Ceguera física y espiritual
En la época en la que vivió Jesús abundaban las
personas ciegas al no disponer de medios sanita-
rios para hacer frente a las enfermedades oculares.
Los ciegos se enfrentaban a una situación social di-
fícil debido a las limitaciones impuestas por su dis-
capacidad y por las creencias religiosas.
- Limitaciones en la movilidad y el trabajo: Se en-
frentaban a grandes limitaciones por su escasa
su capacidad para moverse y trabajar de mane-
ra independiente.
- Marginación social: La sociedad de aquella épo-
ca consideraba la ceguera como un castigo di-
vino por pecados cometidos. Como resultado,
las personas ciegas eran marginadas y excluidas
de la vida social. Eran objeto de burla al desco-
nocer las causas objetivas de esta enfermedad.
- Mendicidad: Dado que no podían encontrar
empleo o participar en actividades económicas,
las personas ciegas se veían obligadas a mendi-
gar en plazas y mercados para sobrevivir.
- Discriminación religiosa: En la tradición judía,
se creía que las personas ciegas sufrían este
castigo por haber cometido pecados anteriores.
Sufrían la prohibición de participar en activida-
des religiosas y entrar en lugares sagrados.
La ceguera física, símbolo de la ceguera espiritual
Cuando los evangelios relatan curaciones de
ciegos, no sólo quieren mostrar a Jesús actuan-
do con poder sobre esta enfermedad física,
devolviendo la vista e incluyendo socialmente
a los invidentes. Muchos de estos relatos son
simbólicos. En ellos se compara la ceguera físi-
ca con la «ceguera espiritual».
Jesús, así como curaba a los ciegos, también
«abría los ojos de la fe» a las personas no cre-
yentes para que descubrieran el amor y la mise-
ricordia de Dios y se unieran a Él.
Al creyente se le abren poco a poco los ojos es-
pirituales de la fe para unirse a la luz de Dios.
4. La carta de un leproso
Escribimos una o varias cartas ficticias desde la perspectiva de un leproso o una leprosa antes de
ser curado o curada por Jesús. La carta debe expresar los sentimientos, miedos y sufrimientos an-
tes de ser curados por Jesús. Relatar también cómo cambió su vida después de la curación.
Los leprosos de hoy. Power point o Canva
Realizad un power point o canva en el que aparezcan los «nuevos leprosos». es decir, gente margi-
nada y excluida por diversos motivos. En todo power point o canva: imágenes de calidad artística y
excelente resolución. Pocas palabras.
Rueda de prensa con dos ciegos curados por Jesús
Dos miembros del grupo actúan en el papel de dos ciegos curados por Jesús. El resto de grupos
representa el papel de varios periodistas que acuden a la rueda de prensa. Les preguntan. Impor-
tante la preparación: documentación de la situación de los ciegos en tiempos de Jesús, elección de
las preguntas, preparación de las respuestas... La rueda de prensa será como una escenificación.
El evangelio a cuadros
Taller de actividades
José Joaquín Gómez Palacios
Curaciones de leprosos · Los detalles
Mt
8,2-4
Actitud del leproso
Gesto de Jesús
Palabras de Jesús
Acción del leproso
Mc
1,40-45
Actitud del leproso
Gesto de Jesús
Palabras de Jesús
Acción del leproso
Lc
5,12-14
Actitud del leproso
Gesto de Jesús
Palabras de Jesús
Acción del leproso
Lc
17,11-19
Actitud de los leprosos
Gesto de Jesús
Actitud de 9 leprosos
Actitud de 1 leproso
Palabras de Jesús