Índigo Energía e Industria No. 15 - digitalización en industria farmacéutica
Representación o participación: Tensión y complementariedades
1. ¿REPRESENTACIÓN O PARTICIPACIÓN?
Los retos y desencantos en el siglo XXI
REPRESENTACIÓN Y PARTICIPACIÓN CIUDADANA EN EL ECUADOR: TENSIÓN Y
COMPLEMENTARIEDADES
RESUMEN DE LA LECTURA
Cesar Motáfur, analiza las complementariedades y tensiones de la participación
ciudadana y el involucramiento de la sociedad civil en las democracias latinoamericanas
en consolidación, como la ecuatoriana, tomando en cuenta las siguientes las
interrogantes:
¿Cuál es la relación más apropiada para fortalecer la democracia representativa?
¿Cuál es la relación más apropiada entre partidos en la sociedad civil?
¿Cuáles serían las claves de acción para el ejercicio de una ciudadanía activa en
democracias como la ecuatoriana?
Previo a ello, Montáfur explica que ejercer la ciudadanía en el marco de su potencial
democrático se despliega en dos ámbitos de ejercicio de la ciudadanía, el primero refiere
a una ciudadanía pasiva, que implica el ejercicio de los deberes y obligaciones básicas de
los ciudadanos como ir a votar, pagar impuestos, entre otros; asimismo, resalta que en
este esquema la ciudadanía espera que las autoridades satisfagan sus demandas sin
activar en ello mecanismos de control o vigilancia; y el segundo ámbito de participación,
refiere a la ciudadanía activa, en la que los ciudadanos toman un papel protagónico tanto
en el cumplimiento de sus obligaciones y deberes como en la garantía y satisfacción de
sus derechos, así como ir y constituirse como agentes de colaboración, apoyo e
innovación para que las autoridades e instituciones puedan cumplir con sus objetivos. A
fin de fortalecer la democracia, explica que en este ámbito, la ciudadanía activa se centra
en cuatro líneas de acción:
Primero: La exigencia y ampliación de derechos y garantías. Refiere a que la ciudadanía
debidamente organizada, minorías y/o grupos excluidos pueden exigir la inclusión y
ampliación de derechos no reconocidos. Sin embargo, unas de las tensiones acerca de
esta línea de participación, es la tergiversación de la participación democrática de la
sociedad hacia el logro de privilegios corporativos, quebrantando así el principio de
igualdad política.
Segundo: Control social, vigilancia, petición de cuentas a la autoridad. Esta modalidad de
ciudadanía activa refiere a que los ciudadanos pueden cumplir su función de manera
independiente a través de veedurías, grupos de control o seguimiento a fin de producir
información rigurosa y de calidad sobre diversos temas de interés público y
fundamentalmente para fortalecer y relegitimar la institucionalidad. Sin embargo, estas
2. funciones pueden tergiversarse por dependencia directa a grupos de la sociedad
improvisada.
Tercero: Colaboración, cogobierno y fortalecimiento de la institucionalidad. Esta forma de
participación no es la de apoyar a las personas que ocupan cargos de representación por
apoyarlas, como un acto de lealtad, sino fortalecer la autoridad y el liderazgo
democráticos y consolidar la institucionalidad de modo que Estado y sociedad puedan
generar relaciones sinérgicas de beneficio colectivo.
Tal es así, que una forma de participación relevante es el ejercicio de aplicación de los
presupuestos participativos, y otras que podrían ser organizaciones que desarrollen los
procesos de regeneración institucional de la sociedad, ya sea por encontrarse atrapadas
en redes de corrupción, influencia de grupos y de interés que impiden actuar la función del
bien público.
Cuarto: Innovación democrática. Refiere que esta forma de participación activa es una de
las posibilidades para la innovación política, que implica que los ciudadanos como actores
constitutivos más no representativos, tienen mayor libertad para proponer y actuar,
además de la creación de espacios para la deliberación democrática, que permitan una
operación y funcionamiento más eficaz de las instituciones democráticas.
Por último, Montáfur reflexiona sobre la articulación de la política representativa y la
constituyente, en la que describe que tanto los partidos políticos como entes
representativos buscan expresar e institucionalizar puntos de vista que expresen el todo, y
la sociedad como esfera constituyente pretende desatar la fuerza creativa de las partes.
No obstante el fortalecimiento de la democracia representativa, a partir de una ciudadanía
activa, depende justamente de la articulación de las lógicas políticas representativa y
constitutiva.
Lic. Rony Altamirano A.
Especialista en Gestión Pública e Informática
Lima, noviembre del 2016