1. ASAMBLEA EN LA CARPINTERIA
Cuentan que en la carpintería hubo una vez una extraña asamblea.
Fue una reunión de herramientas para arreglar sus diferencias.
El martillo ejerció la presidencia, pero la asamblea le notificó
que tenía que renunciar. ¿La causa? ¡Hacía demasiado ruido!.
Y, además, se pasaba el tiempo golpeando.
El martillo aceptó su culpa, pero pidió que también fuera expulsado
el tornillo; dijo que había que darle muchas vueltas para que sirviera de algo.
Ante el ataque, el tornillo aceptó también, pero a su vez pidió la
expulsión de la lija.
Hizo ver que era muy áspera en su trato y siempre tenía fricciones
con los demás.
Y la lija estuvo de acuerdo, a condición de que fuera expulsado
el metro que siempre se la pasaba midiendo a los demás según su
medida, como si fuera el único perfecto.
En eso entró el carpintero, se puso el delantal e inició su trabajo.
Utilizó el martillo, la lija, el metro y el tornillo. Finalmente,
la tosca madera inicial se convirtió en un fino mueble.
Cuando la carpintería quedó nuevamente sola, la asamblea reanudó la deliberación.
Fue entonces cuando tomó la palabra el serrucho, y dijo:
- "Señores, ha quedado demostrado que tenemos defectos, pero el
carpintero trabaja con nuestras cualidades. Eso es lo que nos
hace valiosos. Así que no pensemos ya en nuestros puntos malos
y concentrémonos en la utilidad de nuestros puntos buenos".
La asamblea encontró entonces que el martillo era fuerte, el
tornillo unía y daba fuerza, la lija era especial para afinar y
limar asperezas y observaron que el metro era preciso y exacto.
Se sintieron entonces un equipo capaz de producir muebles de
calidad. Se sintieron orgullosos de sus fortalezas y de trabajar
juntos.
Ocurre lo mismo con los seres humanos. Observen y lo comprobarán.
Cuando en una empresa el personal busca a menudo defectos en los
demás, la situación se vuelve tensa y negativa. En cambio, al
tratar con sinceridad de percibir los puntos fuertes de los demás,
es cuando florecen los mejores logros humanos.
Es fácil encontrar defectos, cualquier tonto puede hacerlo.
Pero encontrar cualidades, eso es para los espíritus superiores
que son capaces de inspirar todos los éxitos humano
Sugerencias para compartir en grupo…
¿Cuál es la moraleja de este relato?
¿Qué “valores” descubres en él… cómo nos invita a vivirlos?
En nuestro grupo: ¿están presentes estos valores…Sí…No… Cuándo, en qué momentos sí… o en
qué momentos no… por qué crees que sucede esto?
2. ¿Tienes alguna propuesta, iniciativa o comentario para ayudar a contribuir a que todos vivamos en el
grupo estos valores?
EL SUEÑO DEL SULTÁN
Un Sultán soñó que había perdido todos los dientes.
Después de despertar, mandó llamar a un Sabio para que interpretase su sueño.
- ¡Qué desgracia Mi Señor! - exclamó el Sabio - Cada diente caído representa la pérdida de un
pariente de Vuestra Majestad.
- ¡Qué insolencia! - gritó el Sultán enfurecido ¿Cómo te atreves a decirme semejante cosa?
- ¡Fuera de aquí!
Llamó a su guardia y ordenó que le dieran cien latigazos.
Más tarde ordenó que le trajesen a otro Sabio y le contó lo que había soñado.
Este, después de escuchar al Sultán con atención, le dijo:
- ¡Excelso Señor! Gran felicidad os ha sido reservada.
El sueño significa que sobrevivirás a todos vuestros parientes.
Se iluminó el semblante del Sultán con una gran sonrisa y ordenó que le dieran cien monedas de oro.
Cuando éste salía del Palacio, uno de los cortesanos le dijo admirado:
- ¡No es posible! La interpretación que habéis hecho de los sueños es la misma que el primer Sabio.
No entiendo porque al primero le pagó con cien latigazos y a ti con cien monedas de oro.
- Recuerda bien amigo mío - respondió el segundo Sabio "Que todo depende de la forma en el
decir.... uno de los grandes desafíos de la humanidad es aprender a comunicarse.
De la comunicación depende, muchas veces, la felicidad o la desgracia, la paz o la guerra.
Que la verdad debe ser dicha en cualquier situación, de esto no cabe duda, más la forma con que
debe ser comunicada es lo que provoca en algunos casos, grandes problemas.
La verdad puede compararse con una piedra preciosa. Si la lanzamos contra el rostro de alguien,
puede herir, pero si la envolvemos en un delicado embalaje y la ofrecemos con ternura ciertamente
será aceptada con agrado."
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¿Cuál es la moraleja de este relato?
¿Qué “valores” descubres en él… cómo nos invita a vivirlos?
En nuestro grupo: ¿están presentes estos valores…Sí…No… Cuándo, en qué momentos sí… o en
qué momentos no… por qué crees que sucede esto?
¿Tienes alguna propuesta, iniciativa o comentario para ayudar a contribuir a que todos vivamos en el grupo
estos valores?
3. LA HIJA
Una hija se quejaba a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles.
No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencida.
Estaba cansada de luchar. Parecía que cuando solucionaba un problema, aparecía otro.
Su padre, un chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó
sobre fuego fuerte.
Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo.
En una colocó zanahorias, en otra colocó huevos y en la última colocó granos de café. Las dejó hervir sin
decir palabra.
La hija esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.
A los veinte minutos el padre apagó el fuego. Sacó las zanahorias y colocó en un tazón.
Sacó los huevos y los colocó en otro tazón. Coló el café y lo puso en un tercer tazón.
Mirando a su hija le dijo: "Querida, ¿qué ves?" "Zanahorias, huevos y café" fue su respuesta.
La hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. Ella lo hizo y notó que estaban blandas.
Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera. Luego de sacarle la cáscara, observó el huevo duro.
Luego le pidió que probara el café. Ella sonrió mientras disfrutaba de su rico aroma.
Humildemente la hija preguntó: "¿Qué significa esto, Padre?" El le explicó que los tres elementos habían
enfrentado la misma adversidad: agua hirviendo, pero habían reaccionado en forma diferente. La
zanahoria llegó al agua fuerte, dura.
Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar
en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café sin embargo eran únicos. Después
de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
"¿Cual eres tú?", le preguntó a su hija. "Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes?.
¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?"
¿Y cómo eres vos?
¿Eres una zanahoria que parece fuerte pero que cuando la adversidad y el dolor te tocan, te
vuelves débil y pierdes tu fortaleza?
Eres un huevo, que comienza con un corazón maleable?
Poseías un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un
despido te has vuelto duro y rígido?
Por fuera te ves igual, pero ¿eres amargado y áspero, con un espíritu y un corazón
endurecido?
¿O eres como un grano de café?
El café cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. Cuando el agua llega al
punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor.
Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor tú reaccionas mejor y haces
que las cosas a tu alrededor mejoren.
4. LOS DOS LOBOS…
SABIDURÍA INDÍGENA
Un viejo jefe de una tribu estaba charlando con sus nietos, acerca de la vida.
—Una gran pelea está ocurriendo dentro de mí, les dijo, es entre dos lobos.
Uno de los lobos es la maldad, el temor, la ira, la envidia, el dolor, el rencor, la avaricia, la
arrogancia, la culpa, el resentimiento, la inferioridad, la mentira, el orgullo, el egoísmo, la
competencia y la superioridad.
El otro lobo, es la bondad, la alegría, la paz, el amor, la esperanza, la serenidad, la humildad, la
dulzura, la generosidad, la benevolencia, la amistad, la sinceridad, la sencillez, la misericordia, la
verdad, la solidaridad, la compasión y la fe.
Esta misma pelea está ocurriendo dentro de ustedes, en su propio interior y dentro de todos los seres
de la Tierra.
Los niños pensaron por unos instantes y uno de ellos preguntó a su abuelo:
—¿Y cuál de los lobos crees que ganará?
El viejo jefe respondió simplemente:
—Aquel al que más alimentes...
“Si vives en la mentira, buscando siempre la división, mirando sólo los defectos de los otros para
burlarte de ellos, luchando contra todos, siempre creído/a de que sólo tu eres el mejor, que tú eres el
único que importa, el único que se tiene que sentir bien… Si así vives, ya sabes qué lobo ganará!!.
Pero si vives en la verdad, buscando siempre la unión, la amistad, comprendiendo a los otros, y
valorándolos por lo que son, entendiendo que todos los demás son tus hermanos, y pueden ser tus
amigos; si vives con generosidad mirando en qué puedes ayudar a los otros, cómo puedes construir
un mundo mejor, de bien y de paz… Entonces, ya sabes también qué lobo ganará!!...
Y mirando a sus nietos muy hondamente el abuelo concluyó: “De ti depende… de lo que hagas
cada día contigo mismo y de cómo vivas con los otros”.
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Sugerencias para compartir en grupo…
¿Cuál es la moraleja de este relato?
¿Qué “valores” descubres en él… cómo nos invita a vivirlos?
En nuestro grupo: ¿están presentes estos valores…Sí…No… Cuándo, en qué momentos sí… o en
qué momentos no… por qué crees que sucede esto?
5. ¿Tienes alguna propuesta, iniciativa o comentario para ayudar a contribuir a que todos vivamos en el
grupo estos valores?
Canción: “Sólo el amor” (Silvio Rodriguez).
PANTALONES MOJADOS
Sugerencias para compartir en grupo…
¿Cuál es la moraleja de este relato?
¿Qué “valores” descubres en él… cómo nos invita a vivirlos?
En nuestro grupo: ¿están presentes estos valores…Sí…No…
Cuándo, en qué momentos sí… o en qué momentos no… por qué
crees que sucede esto?
¿Tienes alguna propuesta, iniciativa o comentario para ayudar a
contribuir a que todos vivamos en el grupo estos valores?
El niño de 8 años entró en el salón de clase para hacer su examen final. El se encontraba muy
nervioso acerca de tal examen, su angustia creció tanto que sin poderse controlar se orinó en sus
pantalones.
Miró hacia abajo y vio como gotas caían suavemente al piso. Para su sorpresa cuando levanta su
vista y ve a su profesora nota que ella lo llama a su escritorio. ¿Cómo podría moverse sin dejar al
descubierto su situación? La profesora al notar que el niño esta como paralizado y no va hacia ella,
lentamente se viene al pupitre del niño.
Oh, no! Piensa él. ¿Qué voy hacer? Ahora seré avergonzado y mis compañeros se reirán de mi.
En ese momento una niña, compañera de clases, viene hacia él con una pecera y al pasar frente a él
se tropieza y derrama el agua de la pecera sobre la ropa de él, mojándole totalmente...
La Maestra apresuradamente toma al niño y lo lleva al baño para ayudarlo a secarse su ropa,
mientras el internamente decía: Gracias Dios! Gracias Dios! Que gran regalo me diste!
Para ocultar aún mas lo que vivió, al regresar al salón de clases, miró a la niña y le grito:
- "¿No sabes por donde caminas?"
En el tiempo de receso ningún compañerito se quiso acercar a esta niña y ella estaba sola. Todos la
miraban con menosprecio por haber mojado al compañero.
Cuando terminó la clase, la niña iba caminando solita hacia su casa, ya que ninguno quiso estar con
ella y el niño se acercó y le pregunto:
- Realmente te tropezaste? Fue un accidente?
Y ella lo miró y le dijo:
- No, yo vi lo que te paso, vi que te orinaste y la profesora venia a ti, por eso corrí y tome la pecera
para hacer que me tropezaba porque no quería que fueras avergonzado en clase.
Ahora el niño estaba más paralizado de lo que se sintió en el salón...
6. Cuantas veces han derramado la pecera sobre nosotros para protegernos? Cuantas veces se ha
creado una situación que no hemos entendido en el momento, pero luego entendemos que solo fue
para beneficiarnos?
Conservemos la calma ante las situaciones que se nos presenten, siempre llegará una solución,
aunque a primera vista no la reconozcamos.
AMIGOS
Cierto día, Guillermo y su perro llegaron rengueando al Colegio. Guillermo tenía una de sus piernas cubierta
con una venda, mientras que su perrito tenía una de sus patas envuelta por unos trapos. Los dos caminaban
despacio, y como a los saltos, apoyando con dificultad sus “patas” vendadas.
El perrito se quejaba a veces –debido al dolor que tenía-, pero de a ratos, también meneaba la cola, como con
agradecimiento.
Guillermo llegó tarde a clases ese día, y pidió disculpas a su maestra diciendo:
-Ayer, mientras jugábamos nos caímos, mi perro y yo.
-Ya lo veo, Guille –respondió la maestra-.
-A mi perrito se le lastimó su patita; pero ya se la vendé, pronto se repondrá!!...
-¿Y tú? –preguntó interesada la maestra.
-Shhh! Acérquese y no se lo diga a nadie! Yo no tengo nada. Me vendé sólo para consolarlo. Para hacerle
compañía y que no se sintiera sólo con su herida.
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Sugerencias para compartir en grupo…
¿Cuál es la moraleja de este relato?
¿Qué “valores” descubres en él… cómo nos invita a vivirlos?
En nuestro grupo: ¿están presentes estos valores…Sí…No… Cuándo, en qué momentos sí… o en
qué momentos no… por qué crees que sucede esto?
¿Tienes alguna propuesta, iniciativa o comentario para ayudar a contribuir a que todos vivamos en el
grupo estos valores?
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Si bien este es un “cuento”, conozco una anécdota de un Colegio en Estados Unidos que es real, que ocurrió
verdaderamente, y creo que puede decirnos mucho a propósito del “Compañerismo”.
Ocurrió que en una Secundaria le diagnosticaron Leucemia (algo así como un cáncer en la sangre), a uno de
sus alumnos. Él, aunque muy tocado por la situación, prefirió continuar adelante con el Colegio, es decir,
seguir viviendo la vida con la mayor normalidad posible, por ejemplo, concurriendo a clase siempre que
pudiera y su enfermedad lo dejara.
Claro, al cabo de un tiempo, y pasadas algunas sesiones de “quimioterapia”, las consecuencias de su
enfermedad eran visibles, sin ir más lejos, comenzó a perder el pelo, y se quedó totalmente pelado.
Allí fue que sus compañeros, comenzando por sus más amigos, y siguiendo por todo su curso (incluyendo a
las mujeres!!) quisieron solidarizarse con lo que él estaba viviendo y todos se fueron rapando, hasta quedar
todos sus amigos de clase pelados como él…
Cada vez que pienso qué es un amigo, o qué significa ser un verdadero compañero, recuerdo a estos chicos y
chicas… ¡Quién pudiera, como ellos, tener el coraje de solidarizarse siempre con las heridas, enfermedades o
dificultades de los demás!