Este documento discute cómo las expresiones limitantes como "No puedo" y "No soy capaz" influyen negativamente en nuestro pensamiento y acción al reafirmar nuestras limitaciones percibidas y debilitar nuestra voluntad de intentar nuevas cosas. Aunque a menudo estamos convencidos de nuestras propias incapacidades, permanecer presos de esas limitaciones mentales hasta que decidamos enfrentarlas y superarlas.
1. Las Limitaciones Están En la Mente
Cada vez que decimos: No puedo
mentalmente o en voz alta, nos
estamos asegurando el no intentar
siquiera hacer algo que creemos que
no sabemos o no seremos capaces de
hacer. Muchas de las expresiones
que usamos influyen negativamente
en nuestra manera de pensar y de
actuar.
Frases como: "No puedo", "No sé si soy
capaz", "Mejor me retiro antes de
cometer un error", "Es que siempre
tengo mala suerte", "Es que soy
malísimo para esto", reafirman
nuestras limitaciones y debilitan
nuestra voluntad de intentarlo en
algún momento. Inclusive al estar
convencidos de nuestra incapacidad
con respecto a algo, perdemos la
confianza en nosotros mismos y
quedamos presos de una situación
de limitación hasta que decidamos
enfrentarla y superarla.