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Desarrollo:
Día de Muertos
Desde la época prehispánica en México, los indígenas han rendido culto a la
muerte y la han concebido como una dualidad de vida, parte del ciclo de la
naturaleza.
Al llegar los conquistadores, el culto a la muerte se fusionó con la religión católica,
dando origen a la tradición del Día de Muertos durante el 1 y 2 de noviembre de
cada año. En estas fechas los mexicanos celebramos a nuestros muertos
acudiendo a los panteones para adornarlos con flores, y en nuestros hogares
colocamos altares, para que las almas queridas abandonen el más allá y vaguen
unos cuantos días por el mundo, visitando a su familia, su casa y amigos. Lo que
se le pone en el altar son alimentos, veladoras, incienso, licor, flores, fotografías,
música y objetos personales del difunto; ofrendas que se preparan con respeto por
los familiares para recordar a los que se han ido. Calaveras de dulce, pan de
muerto, dibujos que se burlan de la muerte; versos que ridiculizan a personajes
vivos de las artes, la ciencia o la política son parte de esta tradición y hacen
referencia al célebre dicho popular: ‘el muerto al cajón y el vivo al fiestón’.
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Conclusiones:
EL día de Muertos a nuestra manera de ver, se está haciendo cada vez más débil.
Esto se debe, a que nuestra sociedad es cada vez más influenciada por la
Estadunidense. Los valores, las costumbres, las tradiciones etc. Se pierden cada
vez más la juventud se ve cada vez más desinteresada en seguir con esta
tradición del Halloween y los disfraces toman más y más fuerza cada vez.
Aparentemente nuestras tradiciones actualmente son menos respetadas por la
gente de hoy.