La gente se queja de los problemas y atribuye esa responsabilidad a Dios, queriendo demostrar con sus afirmaciones, que la mejor evidencia de la no existencia de Dios es la realidad de todo lo que pasa en el mundo. ¿Acaso esto es así?
1. Como lograr que Dios se manifieste a nuestra vida
Por Alexander Dorado Albán
“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos,
diciendo: Rabí, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondió
Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino para que las obras de Dios se manifiesten
en él. Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la
noche viene, cuando nadie puede trabajar. Entre tanto que estoy en el mundo, luz soy del
mundo.” Juan 9:1-5
La situación se refiere a la sanidad de Jesús a un hombre ciego de nacimiento. Hoy en día
la ciencia, la medicina no tiene una solución para esta situación. Pero aquello que es
imposible para los hombres, es posible para Dios.
La pregunta de los discípulos nos introduce al tema en cuestión, ¿Quién pecó este o sus
padres para que haya nacido ciego? Es la causa de la enfermedad lo que le preocupa, o es
algo más de fondo.
La pregunta devela la actitud que se tienen las personas respecto a Dios, que lo coloca en
una condición de un Dios severo o injusto. Dando a entender que la ceguera del niño era
un castigo de Dios.
Es común que se cuestione a Dios por lo que pasa en el mundo. “Si Dios existe, ¿porque
haya tanta maldad? ¿Por qué Dios permite que haya tanta injusticia? ¿Por qué le pasan
cosas malas a gente buena?
En cierta ocasión un profesor en clase de física, negaba la existencia de Dios a partir de la
maldad, “si Dios existiera no habría maldad en el mundo”, era su afirmación, uno de sus
estudiantes interpeló la tesis del profesor de la siguiente manera:
Desde el punto de vista de la física, el frio no existe, porque es ausencia de calor; ni la
oscuridad existe, porque es ausencia de luz; diríamos que la maldad es la ausencia de Dios
en la vida de las personas.
Dios quiere manifestarse a nuestra vida, y lo ha hecho, (Jeremías 31:3) pero debemos
entender que en muchos casos Dios no puede manifestarse porque los hombres nos
convertimos en barreras que impiden que el actué.
Fue el caso de Nazaret, donde no pudo hacer muchos milagros por la incredulidad de
ellos. Luego, debemos entender que el Dios de los imposibles quiere actuar y
manifestarse, pero debemos crear condiciones para que esto se dé.
2. 1. Las personas hacen responsable a Dios por lo que pasa en el mundo. Cuestionan la
existencia de Dios por la magnitud de los problemas que tienen o existen en el
mundo. Problemas que nos los ha dado Dios, pero lo hacen responsable.
2. Los problemas son la oportunidad para que Dios se manifieste. El propósito de
situaciones que vivimos las personas son la oportunidad para que Dios actué de
manera sobrenatural en nuestras vidas. (Vers. 3)
3. Para que Dios se manifieste, debió hacer las obras de Dios. Hacer aquello que Dios
me ha mandado a hacer. La fe sin obras está muerta. El produce en nosotros el
querer como el hacer. (Vers. 4 a)
4. Para hacer las obras de Dios hay un plazo determinado. Todo tiene su tiempo, y
debo aprovecharlo, antes que el tiempo pase rápidamente y se pierda la
oportunidad. Mientras dura el día y se puede trabajar. (Vers. 4b)
5. Para que Dios me use debo enfocarme en la misión que él me ha dado. Es fácil
dispersarse y desviarse a otras cosas. Y por estar haciendo otras cosas, dejo de
lado aquellas obras que el me ha mandado a hacer. (Vers. 5)
El llamado que Dios nos hace es ser los instrumentos útiles en sus manos a través de los
cuales el pueda actuar y manifestarse. El pecado más común es de omisión. “quien sabe
hacer lo bueno y no lo hace, le es pecado.”
En la cruz, Jesús dijo: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Hoy en día, la
plegaria de Jesús tendría una cierta variación: “Padre, perdónalos, porque no hacen lo que
saben.”
Debemos vencer la inercia, la indiferencia, la incredulidad, y ponernos en movimiento; la
fe son obras es muerta; la oración debe convertirse en acción. Para que Dios se
manifieste debemos hacer las obras de Dios, hacer aquello que él nos ha encomendado.
Para que otros actúen, debemos empezar nosotros a hacer aquello que debe hacerse. Las
personas no irán mas allá de donde van sus líderes; estamos llamados a dar ejemplo, y a
generar un factor de arrastre en los discípulos.
Jesús nos dio ejemplo, para que así como el hizo nosotros lo hagamos, y seremos
bienaventurados por hacerlo. El espera que las obras que el hizo, mayores hagamos,
porque él fue la Padre. (Juan 14:16)