2. Dios nos dio parientes y también nos dio
la oportunidad elegir a nuestros amigos.
No esperes que tu amigo venga a
descubrirte su necesidad : ayúdale Tu
antes.
3. Siempre creí que el privilegio, el alivio y el
consuelo más grandes de la amistad consisten
en que no es necesario explicar nada.
Los silencios entre amigos constituyen
auténticas conversaciones. Lo que importa
no es lo que se dice, sino lo que jamás
resulta preciso decir.
Un amigo escucha la canción de mi
corazón y me la canta cuando me
falla la memoria.
4. El simple conocimiento de una amistad torna posible
resistir la soledad, la enfermedad y la confusión,
aunque el amigo carezca de medios para ayudarte.
Basta con que exista. La amistad no mengua con la
distancia, ni con el tiempo, la reclusión o la guerra, el
sufrimiento o el silencio. Es allí en donde más
hondamente arraiga.
Es allí donde florece.
“QUEDARSE” es una palabra encantadora en el vocabulario de un amigo.
Lo que más nos sostiene no es tanto la ayuda
de nuestros amigos como la seguridad de
saber que podemos contar con ellos.
5. ...Es que mis amigos han hecho la historia
de mi vida...
De mil maneras mudaron mis limitaciones
en privilegios maravillosos y me
permitieron caminar serena y feliz entre las
sombras creadas por mi privación
6. Los amigos no están siempre allí
para lograr que sucedan las
buenas cosas. Pero incluso a
solas con un camello en el centro
del Sáhara, o navegando en
solitario durante una borrasca,
contigo van sus pensamientos y
sus deseos de lo mejor para ti.
Piensa en tus amigos cuando
consultes la brújula o recojas la
vela.
Quieren que encuentres la
felicidad especial que buscas.
7. Querría ahorrarte toda pena,
todo fallo, cualquier fracaso.
Pero entonces vivirías ajeno a
los demás seres del planeta.
Una familia, un matrimonio o
una amistad se construyen tanto
con dolores como con alegrías.
Si pudiera darte algo, sería la
paz en lo más profundo de tu
vida, que fuese serena y firme
en todos los avatares.
8. Te deseo dicha, pero no la
felicidad que se compra dando
la espalda al mundo. Ni la de
renunciar por comodidad a tus
sueños. Te deseo la dicha de
hacer todas las cosas lo mejor
que puedas. De correr el
riesgo de intentarlo. De correr
el riesgo de dar.
De correr el riesgo de AMAR.
Deseo que recibas cartas
cuya letra reconozcas al
instante; una letra que no
viste en años, o una letra por
completo desconocida.
Deseo que recibas cartas de
elogio, rebosantes de
estímulo, cartas de amor y
gratitud.
Te deseo cartas que
comiencen diciendo:
“Tenemos la satisfacción de
anunciarle...”
Te deseo cartas rebosantes
de garabatos y borrones y
cubiertas de cruces, que son
BESOS.
9. Te deseo la sorpresa de
hallar algo mejor de lo que te
atreviste a esperar.
Te deseo buenos recuerdos
con que soportar los malos
tiempos.
Te deseo la alegría de
tener siempre a alguien
con quien compartir las
cosas.
Deseo que a veces,
sólo a veces, consigas
lo que anhelabas en
vez de lo que
necesitabas.
10. Te deseo la sorpresa de
hallar algo mejor de lo que te
atreviste a esperar.
Te deseo buenos recuerdos
con que soportar los malos
tiempos.
Te deseo la alegría de
tener siempre a alguien
con quien compartir las
cosas.
Deseo que a veces,
sólo a veces, consigas
lo que anhelabas en
vez de lo que
necesitabas.