Revista Semana: La otra cara de la ciencia - Colciencias
1. CTeI
LA OTRA
CARA DE
LA CIENCIA
Desde hace más de
100 años, y ahora
más que nunca, los
institutos públicos
de investigación
resultan
fundamentales
para el progreso
del país.
“En muchos casos su trabajo
es silencioso o por lo menos no
muy visible para los ciudadanos
en su día a día, pero no sería una
exageración afirmar que, sin los
institutos públicos de investigación
y desarrollo tecnológico, la forma
como vivimos hoy y como opera
nuestro país dejaría de existir
”
Alejandro Olaya Dávila,
director general de Colciencias
LAOTRACARADELACIENCIA
4. Director editorial
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Preprensa
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Impresión
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Una publicación de
FOTO:SINCHI
Director general
Alejandro Olaya Dávila
Subdirector
Óscar Gualdrón González
Oficina de
Comunicaciones
LisethTorres López
María Angélica Martínez Forero
Sumario
4
ÍNDICE
5. 6. Un futuro lleno de
oportunidades
10. La hora de los institutos
14. La otra cara de la ciencia
16. Al frente del saber
18. Un siglo de éxitos
22. Amigos del hombre
23. Más que solo cifras
24. Portadores de esperanza
26. La nueva joya
27. Un robot cirujano
28. Custodios de la piel
30. Salvando vidas
31. Vigía tecnológico
32. En busca de la verdad
35. “Más ciencias menos
impunidad”
36. ¿Quiénes son los colombianos?
37. Una inmensa riqueza patrimonial
40. Somos lo que hablamos
42. El arte de escuchar
Salud
Humanidades
Ambiente
Justicia
44. Colombia dominada por el agua
46. Cruzada por el bosque seco
48. Biodiversidad sin límites
49. Vida en las cavernas
50. Nuevas especies en Antioquia
51. Vichada, desborde de vida
52. Acuerdos para conservar el
Amazonas
54. Botica amazónica
56. Mejora pronóstico de desastres
naturales
59. Mar adentro
60. Cómo administrar naturaleza
incalculable
62. ‘Made in Colombia’: de no creer
66. Para uso militar y civil
68. Poder en las aguas
70. Buen viento
72. Guardián marino
74. Más allá de la cartografía
76. Conocer el país palmo a palmo
80. La vanguardia del agro colombiano
82. “Medimos a Colombia”
84. La clave para el futuro
86. “La humanidad no puede seguir
depredando los recursos de la
tierra”
88. “La CTeI debe responder a las
necesidades de la sociedad”
Tierra
Libro Verde
Defensa
6. Un futuro
de oportu
la hora de hablar sobre ciencia, tec-
nología e innovación, de identificar
a los líderes de investigación o de
las entidades o grupos que lideran
estos importantes campos, por lo
general las miradas se fijan en las
universidades y en un selecto gru-
po de empresas o centros con una
larga tradición, especialmente en las áreas agropecuarias, de
la salud o de las ciencias sociales. Pocos miran hacia el Es-
tado, en donde hay una larga y rica tradición de institutos y
centros de investigación que desde hace más de un siglo han
sido fundamentales en el conocimiento, inventario y manejo
del territorio, así como en el desarrollo y mejoramiento de
las condiciones de vida de todos los colombianos.
Precisamente esta edición es un recorrido por la historia,
la acción y los aportes que han hecho al país, en especial a
la ciencia y al conocimiento, los 20 institutos públicos más
importantes del Estado. Vistos en su conjunto son un impor-
tante motor de conocimiento y CTeI, más allá de las funcio-
nes que puedan tener en el ordenamiento del Estado. Los hay
centenarios, como el Instituto Nacional de Salud, el Servicio
Geológico Nacional o Medicina Legal; otros de mediana
edad como el Agustín Codazzi o el Caro y Cuervo, que por
su trayectoria están presentes en la vida moderna nacional. Y
también hay unos de reciente creación, como Cotecmar o Co-
daltec, que en su corta existencia ya han construido equipos
que hoy tienen al país a la vanguardia regional.
Queda clara, en todo caso, la imperiosa necesidad que
tiene el gobierno de aprovechar y maximizar los recursos y
conocimientos que tienen estos 20 institutos para que lideren
y busquen soluciones en conjunto a los muchos problemas
que hay en el país. Ya hay algunas experiencias interesantes
que demuestran el poder de lo que pueden hacer.
Sin embargo, es claro que falta una cabeza que defi-
na y lidere las líneas o problemas a resolver, las entida-
A
6
EDITORIAL
7. lleno
nidades
Esta edición es un recorrido por los
aportes que 20 institutos públicos de
investigación han hecho al país
des y equipos, los recursos, tiempos
y metas. Que traiga los recursos mo-
netarios, físicos o de talento que se
requieren, y que lidere la puesta en
marcha de las soluciones o productos
que se obtengan. Seguramente, esa
cabeza debe estar en la Presidencia de
la República, que tiene la capacidad
de convocar y decidir por encima de
los ministerios, centros, institutos y
empresas del Estado.
Un ejemplo de lo que se puede
hacer y se desconoce es el sofisticado
sistema que Codaltec creó y va a po-
ner en marcha con la CAR de Cun-
dinamarca para monitorear y prevenir
emergencias en toda la cuenca del río
Bogotá, a un precio y confiabilidad
que difícilmente otro proveedor na-
cional e internacional puede ofrecer,
en especial porque está construido a
partir del conocimiento que ya hay en
todas las entidades. Otro ejemplo son
las expediciones Bio, que han vuelto
a recorrer algunas regiones que eran
inaccesibles por el conflicto y cuyos
resultados son asombrosos, o las cua-
tro expediciones que la Armada, en
conjunto con institutos y universida-
des públicas han hecho a la Antárti-
ca que han dejado conocimientos, no
solo sobre el continente blanco, sino
sobre nuestros mares, litorales y capa-
cidades técnicas.
Más allá de si esto se concreta o
no, está la urgente necesidad de que
el gobierno trabaje en tres frentes
fundamentales que garanticen el tra-
bajo y sostenibilidad de los institutos
públicos: 1) Mayores recursos, pro-
venientes del presupuesto o de rega-
lías para infraestructura, dotación e
investigación. 2) Crear un agresivo
programa de formación doctoral y en
maestrías de las personas que trabajan
en estas entidades, además de aumen-
tar su número. 3) Rescatar y poner a
disposición de todos los institutos, y
del país, todos los archivos y conoci-
miento producido para abrir nuevos
campos gracias al big data o creación
de productos.
Propuestas pueden ser muchas más
y, sin dudas, mejores. Simplemente que
esta revista sea un dinamizador de un
proceso que ponga a los 20 institutos
del Estado, y a otros más, a la vanguar-
dia de la CT+I en Colombia.
11. La hora de los
institutos
l país cuenta con 20 institu-
tos públicos de investigación
y desarrollo tecnológico, a los
que nos referiremos en ade-
lante como Inid. Ellos, con
sus diferencias misionales,
organizacionales, jurídicas y
de financiación, son una ra-
diografía de las diferentes vi-
siones y esfuerzos desarrollados en el país durante los
últimos 100 años; en especial,del papel del Estado en
el desarrollo de conocimiento científico y tecnológico
fuera del ámbito universitario y,particularmente,des-
de este tipo de organizaciones científico-tecnológicas.
Si se trataran de agrupar por temáticas, cinco
de estos institutos están asociados al sector de am-
biente; cuatro, al sector salud; tres, al sector defensa;
tres, al sector de cultura y sociedad; uno,al sector de
industria y comercio; uno, al sector justicia; uno, al
sector agropecuario; uno, al sector de minas y ener-
gía; por último, uno, al sector de estadísticas.
En conjunto, los Inid hacen presencia en 27
departamentos a través de 57 sedes u oficinas que
cubren casi la totalidad del territorio nacional.
Cuentan con más de 11.200 personas vinculadas
en distintas modalidades, reciben asignaciones
presupuestales del gobierno nacional por aproxi-
madamente 671.000 millones anuales, y captan,
además, cerca de 760.000 millones adicionales de
otras fuentes, gracias a su propia gestión. Bajo los
actuales estándares de medición y reconocimiento
de investigadores y grupos de investigación del país,
los Inid cuentan con 150 investigadores y 80 grupos
de investigación reconocidos.
Su creación o transformación se ha dado como
respuesta a situaciones sociales, económicas o am-
E
FOTOS:JUANCARLOSSIERRA/SEMANA
bientales específicas en diferentes momentos his-
tóricos del país. Algunos son centenarios, como el
Servicio Geológico Colombiano, creado en 1916, o
el Instituto Nacional de Salud (INS) fundado en
1917. Otros son mucho más jóvenes, como el Insti-
tuto Nacional de Metrología (INM), que nació en
2011, o la Corporación de Alta Tecnología para la
Defensa (Codaltec), creada tan solo en 2012.
Las influencias internacionales en la política y
gestión pública de la ciencia y la tecnología, así co-
mo los desarrollos normativos en esa materia han
dejado también su huella en sus formas organizacio-
nales y de financiamiento.Es así como encontramos
desde los grandes institutos nacionales de investiga-
ción, completamente públicos de la pre y posguerra
en la Segunda Guerra Mundial, hasta la creación
y organización de sociedades civiles y comerciales
con participación de entidades descentralizadas del
gobierno, como organizaciones sin ánimo de lucro,
las cuales se rigen por el derecho privado. Lo an-
terior, gracias a las nuevas posibilidades normativas
que el país exploró como efecto de sus leyes de CTe
I,desde la década de los noventa hasta la actualidad.
Como resultado, tenemos un panorama diver-
so en el que 13 de los 20 institutos son entidades
públicas autónomas, vinculadas o adscritas a los
ministerios de sus respectivos sectores; 4 son cor-
poraciones sin ánimo de lucro, de financiación par-
cialmente pública; 1 de ellos es empresa social del
Estado y 1 es una dirección ministerial.
Sus campos de acción son igualmente diversos,
como invaluables sus aportes en todos los ámbitos
de nuestra vida cotidiana. Hemos podido entender
lo que significa ser el país más biodiverso del mun-
do por kilómetro cuadrado, gracias a la exploración
que adelantan de nuestro territorio los cinco Inid
Por Alejandro Olaya / Director de Colciencias
El país les debe mucho a los 20 centros
que han ayudado a mejorar la vida de los
colombianos. Es tiempo de potencializarlos
para que el Estado también sea líder de I+D.
12. Presentación
12
El Estado tiene en sus institutos un
conocimiento y unas capacidades
que debería aprovechar al máximo
del sector ambiente: el Von Humbolt, el Sinchi, In-
vemar, el Von Neuman y el Ideam. En este sentido,
el descubrimiento permanente de nuevas especies
de fauna y flora, así como la identificación de mi-
les de especies endémicas nos ha permitido no solo
maravillarnos ante la riqueza natural del país, sino
generar políticas públicas para preservar esta bio-
diversidad, establecer reservas, parques naturales,
entre otros, con base en el conocimiento científico.
Como si lo anterior fuera poco, también se han
podido salvar millones de vidas de colombianos del
ataque y propagación de epidemias, debido a la red
de vigilancia epidemiológica, bajo responsabilidad
del Instituto Nacional de Salud (INS). Esta mis-
ma entidad, a través de la coordinación de la Red
Nacional de Donación y Trasplante de Órganos y
Tejidos,ha devuelto la esperanza a miles de familias
que ven en estas donaciones la única posibilidad de
sobrevivencia de sus seres queridos.
Se nos ha permitido ya no solo soñar, sino ser
protagonistas y competidores internacionales rele-
vantes en industrias de alta tecnología, con la serie
de buques de desembarco anfibio, patrulleras de
costa y río,buques de ayuda humanitaria y aulas flo-
tantes que ha desarrollado Cotecmar.
Estos casos son solo una pequeña muestra de
las experiencias exitosas de los Inid, mediante los
cuales se han realizado aportes al desarrollo del país
con impacto directo en nuestra vida cotidiana.
Este panorama nos deja entrever la diversidad
temática de estos 20 institutos; trayectoria y formas
organizacionales, que en la mayoría de los casos
combinan hábilmente actividades de investigación
científica,desarrollo tecnológico e incluso innovación.
Todo ello sirve para informar y apoyar políticas sec-
toriales, así como la toma de decisiones y otras ac-
tividades de intervención con casi todos los grupos
poblacionales o industriales del país. En muchos ca-
sos, su trabajo es silencioso o, por lo menos, no muy
visible para los ciudadanos, pero no sería exagerado
afirmar que sin los Inid la forma como vivimos hoy y
como opera nuestro país sería diferente.
¿Y frente a los desafíos del
país a 2030?
Como es públicamente conocido, Colombia, junto a
otros 192 países, se ha comprometido en la imple-
mentación de la Agenda 2030, que contempla los
17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) con
metas específicas para cada uno.Detenernos a pensar
sobre el tipo de instituciones, políticas y programas
que requerimos para afrontar los grandes desafíos
sociales, económicos y ambientales que ello conlleva,
hace que inevitablemente nos preguntemos si ¿es la
actual arquitectura de Inid la que requiere el país para
enfrentar la Agenda 2030?
Me aventuraré a decir que los actuales Inid son
una importante base,pero que se requieren profundas
transformaciones. La razón es que cada uno de los
17 ODS son en sí mismos un sistema complejo,
cuyo abordaje y solución requiere transformaciones,
Los institutos
y centros
contribuyen a
conocer a fondo
el territorio y sus
características.
13. de pesos es el
presupuesto
que al año
manejan los
20 institutos
entre
presupuesto
del gobierno
y capital
propio.
1,4
BILLONES
precisamente a nivel de sistema; la trayectoria y
experiencia de cada instituto es de vital importancia
tanto para la compresión de las problemáticas que
deben ser abordadas como para proveer parte de la
solución,pero no una solución absoluta.
Ilustraré el concepto de transformación a nivel
de sistema con un ejemplo. El ODS 7 se propone
a 2030: “Garantizar el acceso a una energía asequible,
segura,sostenible y moderna para todos”.Para garantizar
lo anterior, no solo bastará con poner en marcha
un Inid de energía sostenible. Por supuesto, que
aporte a las soluciones para este problema vendrá del
desarrollo de artefactos tecnológicos, muchos de los
cuales ya están desarrollados (celdas solares, turbinas
eólicas,biodigestores,microrredes,entre otras tecno-
logías) y cuentan con un nivel de madurez tecnológi-
ca suficiente que permiten su uso masivo.
Sin embargo,un componente igualmente importan-
te de las soluciones vendrá de la capacidad de tra-
bajar de manera interdisciplinaria, interinstitucional
y con múltiples actores sociales para garantizar su
implementación de forma integral; de la capacidad
de desarrollar y poner en marcha nuevos marcos jurí-
dicos y regulatorios que permitan la participación de
nuevos actores, formas organizacionales, formas de
comercialización y tarifación disruptivas.
Las soluciones transformativas también
implicarán desarrollar nuevos modelos de negocio
y formas gerenciales para garantizar sostenibilidad
en el tiempo y viabilidad económica. También
se requerirán nuevos modelos de educación y
pedagogía que permitan sortear barreras incluso
culturales, en cuanto a la adopción y uso de
ciertas tecnologías, al igual que el desarrollo
de las competencias en las comunidades para
autogestionar estas soluciones.
Finalmente, y no menos desafiante, es que se
requerirá de nuevos instrumentos de apoyo público
en diferentes entidades líderes de sector: minas y
energía, industria y comercio, educación, ciencia
y tecnología. Se necesita desarrollar esquemas
de intervención, gobernanza y arquitectura
institucional que nos permitan promover soluciones
integrales a los problemas del desarrollo
sostenible, primero a pequeña escala
y luego ampliando su alcance.
Todo lo anterior, es lo que
hemos llamado innovación
transformativa.
Un nuevo modelo
Desde hace algún tiempo,
en Colciencias hemos
venido teniendo un
diálogo con los Inid,buscando su fortalecimiento
de cara al desarrollo del país. Con este objetivo
creamos una mesa de trabajo permanente, la cual
hemos llamado Comisión Intersectorial de Institutos
Públicos de Investigación.
Uno de los primeros ejercicios realizados
consistió en establecer y priorizar los temas para
trabajar. De seis temas que los Inid previamente
identificaron, se destacaron tres como los más
urgentes para ser abordados: i) régimen especial
de carrera de ciencia, tecnología e innovación
para investigadores de los Inid públicos;
ii) cualificación y formación avanzada (doctorado)
para los investigadores de los Inid; y iii) diseño
de un modelo de centros nacionales de I+D+i en
articulación con otros actores del SNCTI.
Me detendré brevemente en este último,
sobre el cual tenemos más interrogantes que
certezas. No obstante, creemos que ha llegado
el momento de hacer un profundo rediseño
institucional, de gobernanza, áreas y formas
de intervención de los Inid, enfocados en las
actuales problemáticas del país e incluyendo los
centros de investigación, desarrollo tecnológico
e innovación de naturaleza privada (cerca de
100). Esto es necesario si queremos avanzar
en el desarrollo de soluciones reales y trans-
formadoras de problemas tan complejos como
consignados en la Agenda 2030, y que nos com-
prometimos a resolver.
Este rediseño debe contemplar la concentración
de capacidades en un número más reducido y
fortalecido de instituciones, que bajo un nuevo
modelopuedantrabajarenredconmúltiplesactores,
teniendo a los Inid como eje central.Para lograr una
propuesta transformativa hemos desarrollado
siete principios que serán el centro de la
nueva política de ciencia e innovación del
país, la cual hemos denominado Libro
Verde 2030. Los siete principios que deben
guiar esta nueva arquitectura institucional,
así como su forma de intervención son:
i) direccionalidad, ii) interdisciplinariedad,
iii) participación, iv) aprendizaje
y experimentación, v)
investigación e innovación
responsable, vi) cooperación y
vii) coherencia.
El reto es grande, pero
estamos seguros de que con
voluntadytrabajoarticulado
entre el gobierno nacional
y los institutos,podremos
lograrlo.
Alejandro Olaya
14. 1. Instituto Nacional de Cancerología
• Año de fundación: 1934
2. Centro Dermatológico Federico
Lleras Acosta
• Año de fundación: 1934
3. Instituto de Evaluación Tecnológica
en Salud (Iets)
• Año de fundación: 2012
4. Instituto Nacional de Salud (INS)
• Año de fundación: 1917
5. Instituto Nacional de Medicina
Legal y Ciencias Forenses
• Año de fundación: 1914
6. Instituto Colombiano de
Antropología e Historia (Icanh)
• Año de fundación: 1938
7. Centro Nacional de Memoria
Histórica (Cnmh)
• Año de fundación: 2011
8. Instituto Caro y Cuervo (ICC)
• Año de fundación: 1942
9. Instituto de Investigación de Recursos
Biológicos Alexander von Humboldt
• Año de fundación: 1993
10. Instituto de Hidrología, Meteorología y
Estudios Ambientales (Ideam)
• Año de fundación: 1976
11. Instituto de Investigaciones Marinas y
Costeras José Benito Vives de Andréis
(Invemar)
• Año de fundación: 1993
12. Instituto de Investigaciones Ambien-
tales del Pacífico John von Neumann
• Año de fundación: 1993
13. Instituto Amazónico de Investigaciones
Científicas Sinchi
• Año de fundación: 1993
Salud
Cultura y Humanidades
Ambiente
La otra cara
Aparte de las universidades, en el Estado colombiano
existen 20 institutos de investigación públicos que,
aunque poco conocidos, son importantes en generar
conocimiento basado en CT+I.
14
15. 14. Corporación de Alta Tecnolo-
gía para la Defensa (Codaltec)
• Año de fundación: 2012
15. Corporación de Ciencia y
Tecnología para el Desarrollo de
la Industria Naval, Marítima y
Fluvial (Cotecmar)
• Año de fundación: 2001
16. Centro de Investigaciones
Oceanográficas e Hidrográficas
del Caribe
• Año de fundación: 1975
17. Instituto Geográfico
Agustín Codazzi (Igac)
• Año de fundación: 1936
18. Servicio Geológico
Colombiano (SGC)
• Año de fundación: 1916
19. Corporación Colombiana de
Investigación Agropecuaria
(Corpoica)
• Año de fundación: 1993
20. Instituto Nacional de
Metrología (INM)
• Año de fundación: 2011
Defensa
Tierra y suelos
Industria y comercio
Los institutos nacionales de
investigación y desarrollo de Colombia
Metrolog
• Aññoo de
LLoss
iiinnvee
• Hacen presencia en 27 departamentos.
• Tienen 57 oficinas.
• Cuentan con más de 11.200 trabajadores.
• Reciben aproximadamente 671.000 millones de pesos por parte del gobierno.
• Tienen ingresos por 760.000 millones de pesos por autogestión.
• Trabajan 150 investigadores reconocidos por Colciencias.
• Tienen 80 grupos de investigación reconocidos por Colciencias.
de la ciencia
16. Al frente del saber
Los institutos públicos de investigación
son fundamentales en el desarrollo del
país. Estos son algunos directivos de las
entidades más importantes.
16
De izquierda a derecha.
1. Catalina Chica Vargas - Asesora de Planeación del Instituto Sinchi, 2. Omar Franco Torres - Director del Ideam
3. Ofelia Ros - Instituto Caro y Cuervo - Decana de la Facultad del Seminario Andrés Bello, 4. General (RA) Julio Alberto
González Ruiz - Gerente General Codaltec, 5. Óscar Eladio Paredes Zapata - Director del Servicio Geológico Colombiano,
6. Brigitte LG Baptiste - Directora del Instituto Humboldt, 7. Giovanny Ramírez Moreno - Subdirector de Investigación del
Instituto John von Neumann, 8. Martha Lucía Ospina -Directora del Instituto Nacional de Salud.
17. De izquierda a derecha.
9. Claudia Marcela Rojas Daza - Directora del Centro Dermatológico Federico Lleras, 10. Óscar Gualdrón - Subdirector de Colciencias,
11. Carlos Eduardo Valdés - Director del Instituto Nacional de Medicina Legal, 12. Jaime Calderón - Director del Instituto de Evaluación
Tecnológica en Salud, 13. Martha Sade - Subdirectora Científica del Icahn, 14. Capitán de Navío Hermann León - Director del Centro de
Investigación Oceanográfico e Hidrográfico del Caribe, 15. Edwin Arvey Cristancho - Director del Instituto Nacional de Metrología,
16. Juan Antonio Nieto - Director del Instituto Geográfico Agustín Codazzi, 17. Carolina Wiesner - Directora del Instituto Nacional de Cancerología.
18. El trabajo del Instituto Nacional de
Salud ayudó al control y erradicación
de algunas enfermedades y aumentó
expectativa de vida de los colombianos.
Un siglo
de éxitos
n bebé de 23 me-
ses llegó el pasado
9 de marzo con su
madre al Hospital
Infantil Conce-
jo de Medellín.
Moqueaba, tenía
fiebre, los ojos in-
flamados, dolor de garganta y unas man-
chas rojizas que alertaron de inmediato a
la médica que lo atendió. Unos días atrás,
una circular emitida por el Ministerio de
Salud y el Instituto Nacional de Salud
(INS) habían establecido una serie de me-
didas por el posible regreso del sarampión,
procedente de Venezuela, donde se esta-
ban reportando numerosos casos.
La médica nunca había visto la enfer-
medad. El último caso autóctono en Co-
lombia databa de 2002 y,el último impor-
tado de 2011.Pero ató cabos: madre e hijo
eran migrantes venezolanos y los síntomas
correspondían a los descritos en la litera-
tura científica.
Las reglas de juego de la salud públi-
ca en Colombia establecen que 106 tipos
de eventos deben ser notificados. Fiel
al protocolo, el hospital informó sobre
la situación a la Secretaría de Salud del
municipio,esta a la departamental y esta,
a su vez, al Instituto Nacional de Salud
(INS), la cabeza del Sistema de Vigilan-
cia en Salud Pública (Sivigila).
Pero en esta era la medicina no se
conforma con lo que los ojos ven. Así
U
que enviaron muestras de sangre, orina
e hisopado nasofaríngeo al Laborato-
rio de Salud Pública de Antioquia, que
confirmó el diagnóstico inicial. Solo
faltaba una última palabra: la del INS,
responsable del control de calidad de los
exámenes de esta índole. Y ya no hubo
la menor duda: el sarampión había rein-
gresado a Colombia. Este caso muestra
parte del trabajo silencioso y fundamen-
tal que hace el INS en el país.
Promesas cumplidas
Un siglo atrás, mientras caminaban por
los jardines que rodeaban las instalacio-
nes del recién inaugurado Laboratorio
de Higiene Samper-Martínez, los mé-
dicos Bernardo Samper Sordo y Jorge
Martínez Santamaría expresaban a un
periodista de la extinta revista El Gráfico:
“Este laboratorio está destinado a revolucio-
nar las ciencias médicas entre nosotros. De
ahora en adelante,al médico le bastará hacer
practicar un examen bacteriológico para dar
un diagnóstico preciso, cierto, no uno aven-
turado que se funde solo en el examen exte-
rior del paciente”.
El laboratorio que inauguraron el 24
de enero de 1917, el primordio del INS,
revolucionó las ciencias médicas en Co-
lombia. Desde ese momento, hay una lí-
nea histórica ininterrumpida entre aquella
iniciativa privada y la reconfirmación por
laboratorio,101 años después,del caso de
sarampión procedente de Venezuela.
18
Por Carlos Fernado Daguer / Periodista y autor del libro: Vigilantes de la salud:
un siglo del Instituto Nacional de Salud
SALUD
19. tes para alcanzar el que,según el
ministro de Salud, Alejandro
Gaviria,es el hecho social más
importante de los últimos cien
años en Colombia: el aumento,
hasta prácticamente duplicarse,
de la esperanza de vida.
La rabia
En 1917 los colombianos mo-
rían, en promedio, a los 40 años
de edad. Enfermedades como la
viruela, la fiebre tifoidea, el pa-
ludismo, la fiebre amarilla, la di-
sentería, la difteria, la anemia tropical, la
tuberculosis, la rabia y la lepra los desve-
laban con mayor frecuencia. No existía un
Ministerio de Salud. Lo más aproximado
era la Junta Central de Higiene,creada en
las postrimerías del siglo XIX y adscrita a
otros ministerios.
Los socios, Bernardo Samper Sordo
y Jorge Martínez Santamaría, formados
en Colombia, el Reino Unido y Estados
Unidos, tenían un proyecto ambicioso.
El edificio que levantaron en Chapinero,
tenía desde ese momento la aspiración
de perdurar. Era igual al laboratorio del
estado de Nueva York. Entre las pri-
meras actividades que reali-
zaron, aparte de exámenes
de laboratorio, estuvieron la
producción de suero antidif-
térico y vacuna antirrábica. La
elección era caprichosa: una
hermana de Samper había fa-
llecido por la difteria, y otra,
después de ser mordida por un
gato sospechoso de rabia, tuvo
que viajar a Estados Unidos
para que le administraran la
vacuna respectiva.
El portafolio de productos
y servicios fue creciendo aceleradamente,
así como el prestigio del nuevo laboratorio.
Las embotelladoras de agua y de gaseosas
se preciaban de haber sometido sus pro-
ductos a los exámenes del Samper-Mar-
tínez. Los ganaderos de la Sabana de
Bogotá elogiaban, en cartas publicadas en
la prensa,sus vacunas veterinarias.El mis-
mo vicepresidente de la Junta Central de
Higiene reconocería en 1919 que los dos
médicos habían realizado, “con su propio
esfuerzo e inspirados por el patriotismo, una
obra que reclamaba imperiosamente la Higie-
ne y que nuestros gobiernos, a pesar de leyes y
decretos,no pudieron fundar”.
En medio de esos dos puntos, una
lista de hitos igualmente relevantes: la
compra de aquel laboratorio por el Es-
tado en la segunda mitad de los años
veinte para que se ocupara de las “inves-
tigaciones necesarias para determinar la
naturaleza de las epidemias y epizootias”;
la asunción como laboratorio nacional
de referencia y como coordinador de la
Red Nacional de Laboratorios a finales
de los setenta; el desarrollo de capacida-
des para confirmar los casos de las epi-
demias del siglo XX, como la influenza
AH1N1, el chikungunya, el zika...
Aquella es solo la síntesis del rol del
INS en cuanto laboratorio, una labor sin
intermitencias entre el pasado y el presen-
te. Sin embargo, de manera paralela, de-
pendiendo del énfasis que cada momento
histórico ha requerido, la institución ha
asumido otro tipo de funciones: la elabo-
ración de vacunas y otros productos bio-
lógicos, la investigación y la divulgación
científicas, la construcción de acueductos
y alcantarillados en zonas rurales, la vi-
gilancia de epidemias y la formación de
profesionales de la salud,entre otras.
Todas ellas, acompañándose y retroa-
limentándose, han resultado determinan-
FOTOS:CORTESÍAINS
El Instituto ha jugado
un papel importante
para controlar la
propagación del zika
y el chikungunya.
101
AÑOS
de historia
conmemoró
el INS el
pasado 24 de
enero.
20. 20
El Congreso autorizó la compra en
1925, y finalmente en 1929 nació el Ins-
tituto Nacional de Higiene Samper-Mar-
tínez. La nueva entidad incorporaba, ade-
más, el Laboratorio Oficial de Higiene y
el Parque de Vacunación, creado en 1897
por el veterinario Jorge Lleras Parra para
producir la vacuna contra la viruela, que
fue erradicada en 1979 sin necesidad de
importar una sola dosis.
Hacia los años cuarenta, el porta-
folio de productos del instituto incluía
ya unos 30 para la salud humana y una
decena de uso veterinario. De esos años
es celebrada la capacidad que adquirió
para producir tratamientos antimalá-
ricos en cantidades suficientes a partir
del árbol americano de la quina. La
Segunda Guerra Mundial había provo-
cado el cierre de los mercados de Asia,
y era imposible obtener las cortezas de
aquel continente.
La divulgación científica se hacía por
medio del Boletín del Instituto Nacional de
HigieneSamper-Martínez.La publicación
había nacido en 1927 con un número so-
litario que abordó el análisis de las pro-
piedades del yagé, del que se presumía
que tenía propiedades telepáticas, cien-
Brasil), y el primero que la utilizó para
frenar un brote de la enfermedad.Al final,
esta experiencia favoreció la adopción de
métodos modernos de salud pública en
Colombia,la generación de conocimiento
científico de alcance global y la formación
de varios reconocidos científicos. Todas
esas capacidades,reflejadas especialmente
en las áreas de la entomología,la parasito-
logía y la virología, serían desde los años
sesenta parte del INS.
Una nueva era vivió la entidad entre
los años setenta y ochenta, cuando tuvo
la responsabilidad del Programa Nacional
de Saneamiento Básico Rural, que con-
sistía en construir acueductos y alcanta-
rillados para asentamientos de menos de
2.500 personas. El balance: cerca de 7.500
acueductos y 700 alcantarillados construi-
dos.Y, más allá del saneamiento básico,
en esas dos décadas el instituto tuvo una
gran producción de vacunas –alrededor de
16 millones de dosis anuales, de las cuales
exportaba un millón a Centroamérica,Su-
ramérica y África–,y produjo los primeros
grandes análisis de morbilidad y mortali-
dad, precursores de lo que hoy es el Sis-
tema Nacional de Estudios y Encuestas
Poblacionales para la Salud.
En los tiempos del zika
El INS de la actualidad adquirió su for-
ma, en buena medida, desde la segunda
mitad de los noventa. En términos de
producción, la entidad se concentró en
aquellos productos desatendidos por la
tíficamente descartadas por el autor del
estudio.El boletín continuaría en los años
cuarenta divulgando investigaciones so-
bre la rabia, la lepra, la encefalitis equina,
las técnicas de preparación de productos
biológicos e incluso análisis de las propie-
dades de las aguas medicinales de distin-
tos municipios colombianos.
El Instituto Samper-Martínez existió
como tal hasta 1961, cuando se fusionó
con el Instituto de Estudios Especiales
Carlos Finlay, el Laboratorio de BCG
–que producía la vacuna antituberculo-
sa–, el Laboratorio de Higiene Industrial,
el Laboratorio del Instituto Nacional de
Nutrición y el Laboratorio de Control de
Productos Farmacéuticos. Fue entonces
cuando comenzó a llamarse Instituto Na-
cional de Salud.
El legado más rico de esta reestruc-
turación fue, indiscutiblemente, el del
Instituto Carlos Finlay. Creado en 1936
por el gobierno nacional y la Fundación
Rockefeller, este centro se venía ocupan-
do especialmente de realizar investiga-
ciones sobre la fiebre amarilla. De hecho,
Colombia se convirtió en el tercer país
del mundo que produjo la vacuna antia-
marílica (después de Estados Unidos y
Salud / INS
El INS contribuyó a erradicar la
viruela y a eliminar la oncocercosis,
o ceguera de los ríos
El INS produce
sueros para tratar
intoxicaciones
causadas por el veneno
de serpientes y orugas.
21. gran industria farmacéutica, como los
sueros para tratar intoxicaciones causa-
das por el veneno de serpientes y orugas.
Por otra parte, entregó el control de me-
dicamentos al Instituto Nacional de Vi-
gilancia de Medicamentos y Alimentos
(Invima), creado por la Ley 100 de 1993.
Y,recién entrado el nuevo siglo,asumió la
vigilancia epidemiológica del país.
Varias epidemias han puesto a prue-
ba el sistema de vigilancia: AH1N1 en
2009, chikungunya en 2014, zika en
2016. Quizás esta última fue la que le
devolvió al INS una gran notoriedad
internacional. Colombia no solo dio cie-
rre a la epidemia con menos casos de los
esperados,sino que proveyó información
transparente y de calidad.
Conscientes de esto, los Centros para
la Prevención y el Control de Enferme-
dades (CDC) de Estados Unidos encon-
traron en Colombia un buen aliado para
producir investigación científica de alcance
global. Esta fue una de las razones por las
cuales, en febrero de 2016, los presidentes
Juan Manuel Santos y Barack Obama
acordaron adelantar investigaciones con-
juntas sobre el zika.
La primera parte de la colaboración
comenzó con el proyecto Vigilancia de
Embarazadas con Zika (VEZ), en el que
se intensificó la vigilancia entre esta po-
blación con síntomas de infección por el
virus y de sus bebés una vez nacidos. El
proyecto buscaba,entre otras cosas,deter-
minar el riesgo de microcefalia y anoma-
lías del sistema nervioso central en fetos
y bebés de mujeres que habían estado ex-
puestas al virus durante el embarazo. En
el contexto de este estudio,investigadores
del INS encontraron la presencia del zika
en el nervio óptico, la retina y el iris de
muestras fetales. El hallazgo, de alto im-
pacto mundial, apareció publicado en la
prestigiosa revista JAMA Ophthalmology.
La entidad, de la mano de los CDC,
avanza en el conocimiento de los efec-
tos a largo plazo de la infección por zika
durante el embarazo, en un proyecto
denominado Zika en Embarazadas y
Niños (ZEN). Como ha expresado Tom
Frieden, director de la agencia estadou-
nidense, “Colombia ha sido un excelente
aliado en la lucha. Esta colaboración pro-
veerá información científica determinante
para ayudar a Estados Unidos, a Colombia
y a otros países a prepararse para los desafíos
sin precedentes planteados por el zika”.
En el presente tiene el desafío de sor-
tear los problemas de salud pública deri-
vados de la crisis de salud de Venezuela.
“Nuestrosistemadevigilanciaestámásatento
que de costumbre a los cambios que puedan
ocurrir –expresa la directora de la entidad,
Martha Lucía Ospina–. Las epidemias del
siglo XXI nos han dado experiencia y han
aumentado nuestras capacidades. Hoy en día
hemos desarrollado un conjunto variado de
técnicas de vigilancia que van desde el mo-
nitoreo de rumores, noticias y tendencias en
redes, pasando por la tradicional notificación
de caso, hasta las estimaciones matemáticas de
casos,basados en mediciones centinela”.
Un siglo después de su creación, el
instituto puede preciarse de varios lo-
gros. Tiene méritos en la reducción de
las enfermedades infecciosas, la drástica
caída de la mortalidad infantil y el con-
secuente aumento de la esperanza de
vida, que hoy alcanza 74 años. Fue actor
de primera línea en la erradicación de la
viruela y en la eliminación de la onco-
cercosis (también llamada ‘ceguera de los
ríos’). Ha convertido a Colombia en un
referente en la investigación sobre cha-
gas, leishmaniasis y zika. Edita la revista
Biomédica, una de las 19 más citadas la
única del top escrita en español.Y,clara-
mente, tiene un sistema de vigilancia en
salud pública de alta fiabilidad.
Bien lo expresó el presidente Juan
Manuel Santos cuando visitó sus insta-
laciones en enero de 2017: el INS “nos
permite dormir con más tranquilidad”.
Con su trabajo el INS ayudó a que los
colombianos aumentaran su esperanza
de vida, que hoy es de 74 años
El Laboratorio de
Higiene Samper-
Martínez y otros
más le dieron vida
en 1961 al INS.
22. No era la primera vez que el INS
utilizaba animales de laboratorio. Des-
de 1917, los doctores Bernardo Samper
y Jorge Martínez, fundadores de la ins-
titución, recurrían a conejos para diag-
nosticar la rabia y elaborar la vacuna
respectiva. Como explica Néstor Mon-
dragón, director de Producción del INS,
“los animales han estado involucrados en
el 98 por ciento de las investigaciones rea-
lizadas por los premios Nobel en Medicina
o Fisiología. Nos han permitido desarrollar
vacunas y medicamentos que han mejorado
nuestra calidad de vida”.
La sede actual del INS, inaugura-
da en 1970, contó con un bioterio en
el que se criaban y mantenían anima-
les para producir vacuna antirrábica,
ejecutar protocolos de investigación,
identificar agentes patógenos y con-
trolar la calidad de los productos bio-
lógicos y de los sueros hiperinmunes.
Sin embargo, la mayor parte de los
grupos de trabajo mantenía animala-
rios para cría y experimentación.
En 1993 se centralizó el manejo de
los animales en un bioterio de 2.200 me-
tros cuadrados que quedaría obsoleto al
cabo de una década. Entre la disyuntiva
de remodelarlo o levantar uno nuevo, ga-
nó la segunda opción. La primera etapa
comenzó en 2008, la segunda en 2012 y
lo inauguraron en 2017.
El bioterio del INS es el primer
proyecto en Colombia comisionado in-
ternacionalmente que cuenta con insta-
laciones y equipos adecuados para este
tipo de pruebas. Esto significa que cada
elemento del diseño cumplía previa-
mente con los requisitos necesarios para
cuidar y usar los animales de laboratorio.
Más aún, antes de cortar la cinta, pasó
las pruebas de 750 escenarios de falla.
La seguridad es lo más importante
cuando se realizan prácticas microbio-
lógicas. “Ningún agente infeccioso debe
ingresar al área donde se alojan los ani-
males –puntualiza Mondragón–. Si no
estuvieran completamente libres de agen-
tes patógenos, las pruebas que hacemos
podrían alterarse, afectar los resultados y
la reproducibilidad de los mismos. Por eso
tenemos que ofrecerles un alojamiento de
cinco estrellas”.
D
os centenares de
roedores libres
de patógenos to-
maron el vuelo
de Air Canada
que cubría la ruta
Boston y Toron-
to. Como en un Arca de Noé consa-
grada a perpetuar las especies, cada
ejemplar del pasaje –ratas, ratones,
hámsteres, cobayos y gerbiles– tenía
una pareja del sexo opuesto. La ciu-
dad canadiense solo sería una parada
en su largo viaje. El destino final: el
bioterio más moderno de Suraméri-
ca, del Instituto Nacional de Salud
(INS), en Bogotá.
En diciembre de 2016, estos roe-
dores fueron los primeros inquilinos
de aquel espacio diseñado con los más
altos estándares para criar y mantener
animales de laboratorio. Y en abril del
año siguiente la progenie estaba lista a
servir en investigaciones. Unos ejem-
plares harían su aporte en pruebas de
control de medicamentos; otros con-
tribuirían a ampliar el conocimiento
sobre las enfermedades de mayor in-
terés en la salud pública del país: zi-
ka, chikungunya, dengue, rabia, entre
otras. “Hoy en día es posible simular en
biomodelos cosas que suceden en la vida
de los seres humanos y que no podrían ha-
cerse de otra manera”, explica la direc-
tora del INS, Martha Lucía Ospina.
El bioterio del Instituto Nacional de Salud es uno de los más
modernos de América Latina. Los animales que allí viven
son fundamentales para la salud de los colombianos.
Amigos del hombre
22
Salud / Bioterio
El INS produce sueros antiofídicos e
investiga en enfermedades como el zika o
dengue, para lo cual estos roedores resultan
fundamentales.
FOTOS:SERGIOIVANACEROYATE
23. El Observatorio Nacional de Salud trabaja por
entender el comportamiento epidemiológico del país.
ntre 1968 y 1975,
ante la necesidad
de contar con una
entidad que tuviera
agilidad adminis-
trativa y autono-
mía suficiente para
sacar adelante el Programa Nacional
de Saneamiento Básico Rural, el go-
bierno de Colombia creó un organis-
mo descentralizado dentro del sector
salud. Su nombre: Instituto Nacional
para Programas Especiales de Salud
(Inpes), recordado especialmente por
haber puesto en marcha un ambicioso
plan de construcción de acueductos y
alcantarillados en poblaciones de no
más de 2.500 habitantes.
La reestructuración no solo signifi-
có que el Instituto Nacional de Salud
(INS) pasara a ser una de las divisiones
del Inpes. También implicó el traslado
del área de Investigaciones Especia-
les del Ministerio de Salud a la nueva
entidad. Desde 1964, esta división se
ocupaba de analizar los resultados del
Estudio de Recursos Humanos para la
Salud y la Educación Médica en Co-
lombia, un esfuerzo a gran escala para
conocer la salud de la población. Una
vez trasladada al Inpes, la
división se hizo cargo de los
diagnósticos que requiriera
el ministerio para formular
planes y diseñar normas.
Gracias a esta institu-
cionalización de los estudios
epidemiológicos y el diseño
de grandes encuestas pobla-
cionales, la salud en Colom-
bia pasó del diagnóstico indi-
vidual al diagnóstico colectivo.
Como expresó Moisés Was-
serman,director del INS entre
1996 y 1998, “esta actividad
precursora de los modernos siste-
mas de información generó un
conocimiento básico importante
sobre la realidad colombiana y
dio comienzo a una política de
salud estructurada y racional”.
Medio siglo después, el
INS sigue participando en las
grandes encuestas realizadas en Colom-
bia sobre demografía, nutrición y vejez
(ENDS, ENSIN, SABE), entre otros
temas. Sin embargo, el Ob-
servatorio Nacional de Salud
(ONS),la dirección del institu-
to responsable del análisis y la
gestión del conocimiento, su-
plió el papel que cumplía la di-
visión de Estudios Especiales.
El ONS comenzó a tra-
bajar en 2013. Integra la in-
formación epidemiológica y
de salud pública para orientar
las decisiones del sector. A
la fecha ha publicado nueve
informes. Gracias a ellos, el
país ha podido conocer, por
ejemplo, que más de la mitad
E
de las muertes en el país son evi-
tables, que la posición socioeco-
nómica de las personas se asocia
con desenlaces diferentes o que
los peores indicadores de salud
se presentan en las zonas más
afectadas por el conflicto.
Los informes del ONS se han conver-
tido en un insumo clave en los debates del
Congreso de la República y los tomadores
de decisiones del sector en Colombia.
Sin embargo, a nivel global, el es-
fuerzo de más impacto es el aporte de
datos del país en el informe sobre mor-
talidad y causas de muerte en el mundo,
que periódicamente publica la presti-
giosa revista científica The Lancet.
“Participamos desde las reuniones de
planeación y verificación de las fuentes de
información hasta la revisión de las esti-
maciones y la lectura de la versión final
del artículo”. No es para menos: aquella
es la estimación de mayor credibilidad
sobre la carga de la enfermedad en el
mundo, dice Carlos Andrés Castañeda,
director del ONS.
Más que solo cifras
Los estudios
y series del
observatorio son
fundamentales
para tomar
decisiones de
salud pública.
ha
publicado el
Observatorio
Nacional
desde su
creación en
2013.
9
INFORMES
FOTO:CARLOSJULIOMARTÍNEZ-SEMANA
24. Portadores de
esperanza
El Instituto Nacional de Cancerología, en sus 84 años
de historia, combina labores de asistencia médica,
docencia, investigación y salud pública, en busca de
reducir la incidencia y la mortalidad por cáncer.
a integralidad y la
interdisciplinarie-
dad han sido los ejes
fundamentales que
mueven al Instituto
Nacional de Cance-
rología (INC) en su
mirada asistencial del paciente con cán-
cer. Desde su fundación ha querido mos-
trar que esa enfermedad no es sinónimo
de muerte, y día a día trabaja por darles
esperanza a las personas que la padecen.
El trabajo del INC es de suma
importancia y más si se estima que,
según la OMS, cada año cerca de 14
millones de personas son diagnosti-
cadas con algún tipo de cáncer en el
planeta y que en el país la cifra puede
ascender a 71.442 casos.
Desde su creación en 1934, el
Instituto Nacional de Radium,
como se llamaba entonces, buscó
generar acciones que permitieran
prevenir la enfermedad, diagnosti-
carla oportunamente y tratarla con
los altos estándares de calidad que
siempre han sido un factor común a
lo largo de su historia.
L
FOTOS:JOHNHAMON
En la actualidad, el INC está ads-
crito al Ministerio de Salud y se rige
por seis procesos misionales: diagnós-
tico y estadificación del cáncer, unida-
des funcionales de tratamiento, apoyo
clínico, investigación, formación de
talento humano y salud pública.
Los primeros tres ejes tienen que
ver con la atención de pacientes y su
trabajo se enfoca en la integralidad
del diagnóstico y el tratamiento a las
personas que tienen esta enfermedad.
Para ello, cuenta con más de 88 servi-
cios encaminados al diagnóstico, tra-
24
Salud / Instituto Nacional de Cancerología
El INC cuenta
con más de
88 servicios
enfocados en el
diagnóstico y
tratamiento de
los pacientes de
cáncer.
25. “Para fortalecer nuestra investigación
creamos un biobanco desde hace cinco años;
la idea es promover el trabajo desde la pers-
pectiva de la biología molecular. El bioban-
co cuenta con 3.000 muestras de pacientes
que por consentimiento informado nos do-
nan parte de la biopsia del tumor y servirá
de base para nuestras investigaciones”, ma-
nifestó Carolina Wiesner, directora del
Instituto Nacional de Cancerología.
Lasraícesquenutrenestaslíneasson
siete grupos de investigación en preven-
ción y detección temprana, vigilancia
epidemiológica, políticas y movilización
social, seguimiento y evaluación de ser-
vicios oncológicos, biología del cáncer,
epidemiología y etiología, y monitoría.
Por otra parte, el INC también tra-
baja en la formación de talento humano
y ha instruido a cerca del 80 por ciento
de todos los médicos en oncología de se-
gunda especialidad en el país. En salud
pública, el cancerológico es coordinador
del sistema de vigilancia epidemiológica
de cáncer, cuyo trabajo sirve de soporte
para la evaluación de las intervenciones
y la generación de las políticas para el
control del cáncer en el país, por parte
del Ministerio de Salud.
Toda esta titánica labor la realizan
cerca de 2.000 personas que trabajan
en el INC, de las cuales 700 son de
planta. El año pasado, el presupuesto
fue de 292.000 millones de pesos, de
los cuales el 10 por ciento se asignó
para investigación. El 20 por ciento de
los recursos provienen del presupuesto
general de la Nación.
“En el país, las instituciones priva-
das que prestan servicios de atención a
pacientes con cáncer se ha incrementado
exponencialmente; como entidad del Es-
tado, nuestro trabajo debe centrarse en la
generación de conocimiento a través de la
investigación, teniendo en cuenta que la
incidencia se incrementa porque la pobla-
ción está envejeciendo y la probabilidad de
cáncer es más alta. La investigación debe
estar de la mano de la atención a los pa-
cientes y de una mirada poblacional del
cáncer”, concluyó la directora Wiesner.
Después de 84 años, el INC con-
serva su espíritu de atención integral
al paciente y de control del cáncer, y
trabaja en el fortalecimiento de su la-
bor investigativa en busca de nuevos
tratamientos, campañas e innovacio-
nes que permitan mejorar la calidad
de vida de los colombianos. Es la ins-
titución de la esperanza.
tamiento multidisciplinario y soporte
al paciente con cáncer.
Para el proceso de diagnóstico, el
INC presta los servicios de alta espe-
cialización en patología genética mole-
cular, medicina nuclear, radiofarmacia,
laboratorio clínico, banco de sangre,
imagenología. En las unidades funcio-
nales, cuenta con cirugía oncológica,
oncología radioterápica, hematoon-
cología, oncología clínica. Además, el
INC ofrece 9 salas de cirugía, 40 si-
llas de quimioterapia, 27 unidades de
cuidado intensivo, 196 camas de hos-
pitalización, una unidad de trasplante
de médula ósea, salas de cirugía de alta
complejidad y servicios de soporte en
medicina del dolor, cuidados paliati-
vos, salud mental, psicología, nutri-
ción, rehabilitación y trabajo social.
En la parte de investigación, el
INC es el único hospital público que,
a su vez, es un centro de investiga-
ción reconocido por Colciencias desde
2012. Cuenta con ocho líneas de inves-
tigación en epidemiología descriptiva,
diagnóstico y tratamiento, biología del
cáncer, aspectos psicosociales del cán-
cer, control de riesgo y detección tem-
prana, diversidad y etiología del cáncer,
servicios oncológicos y actuar político.
En 2017, el presupuesto del INC fue de
292.000 millones de pesos, de los cuales
destinó el 10 por ciento a investigación
El INC cuenta
con un biobanco
con más de
3.000 muestras
de tumores que
son base de sus
investigaciones.
Carolina
Wiesner es
la primera
directora
mujer del INC
en 84 años de
historia.
26. La nueva joya
El nuevo Centro de Prevención y Diagnóstico
Temprano del Instituto Nacional de Cancerología
cuenta con más de 50 profesionales que trabajan en
la detección temprana de diferentes tipos de cáncer.
nte la gran canti-
dad de personas
que año tras año
son diagnostica-
das de algún tipo
de cáncer de for-
ma tardía, el Ins-
tituto Nacional de Cancerología (INC)
creó este año el Centro de Prevención y
Diagnóstico Temprano (CPreD), el pri-
mero público de Colombia de su tipo y
que es fruto de la alianza de esta entidad
con la Alcaldía de Bogotá.
El INC inauguró su nueva joya el 5 de
febrero (en el marco de la celebración del
Día Mundial contra el Cáncer) en las ins-
talaciones del antiguo Hospital San Juan
de Dios. El CPreD tiene el reto de diag-
nosticar el cáncer en etapas más tempra-
nas,para así reducir la tasa de mortalidad y
mejorar la sobrevida de los pacientes.
La meta es grande si se tiene en
cuenta que,según la Organización Mun-
dial de la Salud (OMS), 14 millones de
personas en el mundo son diagnostica-
das de algún tipo de cáncer cada año.En
el país, según un estudio del Instituto
de Cancerología, se presentan cerca de
62.000 casos por año y 32.000 personas
fallecen por esta causa.
Esta estrategia de salud pública bus-
ca identificar a las personas con mayor
probabilidad de presentar algún tipo de
cáncer, prevenir y hacerles un diagnóstico
temprano.O,llegado el caso,aplicarles un
tratamiento oportuno y de esta forma re-
ducir los índices de mortalidad y mejorar
los niveles de calidad de vida.
Para su funcionamiento, el CPreD
cuenta con 10 consultorios donde presta
los servicios de tamización y diagnóstico
para el cáncer de cuello uterino, colon y
recto; de piel, próstata y mama, los más
frecuentes en el país. Además, tiene a su
disposición un equipo interdisciplinario
conformado por más de 50 profesionales
que suministran sus servicios de medicina
general y especializada.
El nuevo centro cuenta con equipos
de alta tecnología para realizar exámenes
como la prueba de detección del ADN
del virus del papiloma humano (VPH),
A
FOTOS:JOHNHAMON
FOTO:CORTESÍAINSTITUTONACIONALDECANCEROLOGÍA
mamografías,tamizaje corporal total para
la detección de melanoma; igualmente,
realiza tamización de sangre oculta en
materia fecal por una técnica inmuno-
química para cáncer de colon y recto, ci-
tologías de cuello uterino, colonoscopias,
endoscopias de vías digestivas, antígeno
prostático específico,entre otras pruebas.
“El CPreD plantea un modelo de aten-
ción integral en el que la tarea no solo recae
en los médicos oncólogos,sino que,por el con-
trario, busca vincular a los profesionales de
la salud y la población general realizando
trabajos de consejería, capacitaciones y ase-
sorías con el fin de promover el control de
riesgo, autocuidado y consulta temprana”,
manifestó Devi Puerto,coordinadora del
grupo de Prevención y Detección Tem-
prana del Cáncer del INC.
El Centro forma parte del plan de
recuperación del antiguo complejo hos-
pitalario del San Juan de Dios.También
cuenta con salas de conferencia, labora-
torios de simulación y modelos anató-
micos, que apoyan esta labor bajo una
mirada humanística.
26
El Centro de Prevención
y Diagnóstico Temprano
abrió sus puertas el 5 de
febrero y está ubicado
en el antiguo complejo
hospitalario del San Juan
de Dios en Bogotá.
Salud /CPDT
27. El Instituto Nacional de Cancerología adquirió
el sistema quirúrgico Da Vinci, una alternativa
tecnológica de punta para realizar cirugías
eficientes y poco invasivas.
a escena parece de ciencia fic-
ción: el paciente permanece
acostado en una mesa de ciru-
gía, dormido por la anestesia,
mientras unas manos robóticas
operadas a distancia realizan
en su cuerpo incisiones con el
bisturí. Pero no es una anticipación: ese sistema qui-
rúrgico ya existe en el país y es tan seguro y poco
invasivo que parece una fantasía.
Desde el año pasado, el Instituto Nacional de
Cancerología (INC) adquirió el sistema Da Vinci,
una consola robótica para hacer procedimientos
quirúrgicos. Un panel de control dirige a distan-
cia un brazo mecánico que reproduce con altísima
precisión las acciones ordenadas por el cirujano.
Este, por medio de una pantalla tridimensional
de alta definición, puede ver en tiempo real el
procedimiento quirúrgico. Y como la cámara de
Da Vinci no tiene puntos ciegos, el especialista
tiene acceso a áreas difíciles.
La Administración de Alimentos y Medica-
mentos (FDA, por sus siglas en inglés), de Estados
Unidos, aprobó el sistema quirúrgico Da Vinci en
2000 y el Invima hizo lo propio en 2009. Su meca-
nismo perfecciona los movimientos de la mano del
cirujano, elimina las posibles alteraciones por el pul-
so y realiza incisiones más pequeñas que las de una
operación convencional. “En el Instituto Nacional de
Cancerología, contamos con un solo robot que utilizamos
para realizar cirugías asistidas en pacientes con cáncer de
origen gastrointestinal, próstata, vejiga, tumores de tó-
rax, cabeza y cuello, con grandes resultados”, manifestó
Jesús Antonio Acosta, subdirector general de Aten-
ción Médica y Docencia.
El sistema Da Vinci reduce considerablemente
el tiempo de las cirugías, los riesgos de infección,
de complicaciones, de dolor posoperatorio y ofrece
mejores resultados estéticos, pues las cicatrices que
resultan tras el procedimiento son más pequeñas.
BENEFICIOS PARA EL
PACIENTE:
• Menos dolor posoperatorio y riesgo de infección
• Menos tiempo de hospitalización
• Mayor seguridad en el procedimiento
• Tiempo de recuperación más corto
• Menor riesgo de impotencia e incontinencia
en problemas de próstata
• Menor riesgo de complicaciones
L FOTO:JOHNHAMON
al año se
espera
realizar con
el sistema Da
Vinci.
300
CIRUGÍAS
Un robot cirujano
28. Salud / Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta E.S.E.
Custodios
de la piel
El Hospital Universitario Centro Dermatológico
Federico Lleras Acosta E. S. E. realiza labores de
docencia, investigación y asistencia con el fin de
proteger la salud de los colombianos.
a creciente canti-
dad de enferme-
dades cutáneas,los
pocos especialistas
y las escasas in-
vestigaciones en
este campo hi-
cieron que el go-
bierno de Alfonso
López Pumarejo
creara, en 1934, el Laboratorio Central
de Investigaciones de Lepra, bajo la
dirección del profesor Federico Lleras
Acosta, uno de los pioneros de este te-
ma en el país. De hecho, tras su muerte,
el centro fue nombrado en memoria de
este científico.
De solo investigar y tratar de curar
la lepra, el centro amplió su espectro a
las enfermedades que más afectan la
piel de los colombianos. A comienzos
de los años noventa, no fue ajeno a la
crisis en la que cayeron muchos centros
asistenciales y de investigación de la sa-
lud. Incluso, estuvo al borde del cierre.
Para salir adelante, el Federico Lleras
se vio obligado a realizar una reestruc-
turación a partir de la coyuntura que
atravesaba el sector de la salud, la de-
bilidad de las instituciones en el campo
de la dermatología y la baja formación
de especialistas en esta rama de la me-
dicina. Fue así como rediseñaron los
servicios de asistencia y la formación
médica hasta convertirse,en 2014,en el
Hospital Universitario Centro Derma-
L
tológico Federico Lleras Acosta. Pese a
estos ires y venires, la entidad siempre
mantuvo intacto su objetivo de dar so-
luciones a las enfermedades de la piel.
El Federico Lleras tiene una res-
ponsabilidad financiera y social con los
colombianos. Por esta razón, invierte
parte de su presupuesto en atención
en salud pública (en la enfermedad de
Hansen,leishmaniasis y cáncer de piel),
en atención gratuita a población vul-
nerable, en programas de promoción,
prevención de enfermedades y capaci-
tación de profesionales de la salud.
Xiomara Perea, subdirectora técnico-cientifica, Clemencia
Ovalle, jefe de docencia e investigación y Claudia Marcela
Rojas, directora del Centro Dermatológico.
28
FOTO:ESTEBANVEGA
29. “Las enfermedades de Hansen y leish-
maniasis reciben poca atención, recursos e
investigaciones de acuerdo con los infor-
mes de la OMS. Nuestra responsabilidad
es trabajar en la atención, promoción,
prevención e investigación de estas en-
fermedades y, de esta manera, ayudar en
la formulación de políticas públicas”, dijo
Clemencia Ovalle, jefe de Docencia e
Investigación y líder del grupo de der-
matología tropical.
En el segundo grupo, de derma-
tología general, su investigación se
enfoca en la fotodermatología, cáncer
de piel y otras dermatosis,como acné y
psoriasis. La línea de cáncer de piel ha
orientado sus esfuerzos a la incidencia
y los factores de riesgo del carcinoma
basocelular, escamocelular y melano-
ma en el ámbito local.
Los resultados han permitido de-
sarrollar una regla para identificar
personas con alto riesgo de desarrollar
cáncer de piel no melanoma. También,
en fotodermatología, las investigacio-
nes permitieron mejorar la atención
de pacientes con enfermedades lumí-
nicas. “En el Centro resolvemos entre el
80 y 90 por ciento de las patologías que
nos llegan, hemos hecho inversión en ad-
quisición de nueva tecnología como, por
ejemplo, el Fotofinder ATBM, que nos
permite realizar un mapeo corporal de
todas las lesiones que tiene el paciente en
su piel y hacerle seguimiento. Por último,
hemos creado diferentes clínicas, en cán-
cer de piel, dermatitis atópica, dermatitis
de contacto, pelo, psoriasis, la de estética
y próximamente la de enfermedades au-
toinmunes”, agregó Claudia Marcela
Rojas, directora del Federico Lleras.
De igual forma, en este Centro se
forma cerca del 22 por ciento de los der-
matólogos del país,quienes salen con los
más altos estándares de conocimientos
técnicos y científicos de la especialidad.
Además, todo el hospital tiene las acre-
ditaciones ISO 9001 y 14000, y la certi-
ficación en buenas prácticas clínicas.
Hoy, el Hospital Universitario Cen-
tro Dermatológico Federico Lleras es un
referente para el país y sus investigacio-
nes de vanguardia lo posicionan como
uno de los mejores en su campo.
A lo largo de su historia,ha prioriza-
do la atención gratuita en enfermedades
como la de Hansen y leishmaniasis, que
aunque algunos creen ya erradicadas, el
año pasado se presentaron 250.000 casos
en el mundo y 394 en el país.
Por otra parte, en el Sistema Nacio-
nal de Ciencia,Tecnología e Innovación,
el Federico Lleras figura como un insti-
tuto de investigación,sin embargo,busca
ser reconocido como un centro de inves-
tigación.Actualmente,tiene dos grandes
grupos de investigación: el de dermato-
logía tropical, clasificado en la categoría
A de Colciencias, en el que se genera
conocimiento en enfermedades como la
de Hansen, leishmaniasis y micosis, que
en el país son consideradas problemas de
salud pública. Las investigaciones reali-
zadas por el Centro buscan mejorar los
métodos de diagnóstico,estudios relacio-
nados con la susceptibilidad y resistencia
a los medicamentos, estudios epidemio-
lógicos y bancos biológicos que impacten
la calidad de vida de los pacientes.
Nuevo aliado
Las barreras que tienen los
pacientes para acceder a
especialistas en dermatología
son uno de los problemas
más grandes para resolver
en el país, en donde solo
hay 830 dermatólogos,
concentrados en su
mayoría en las principales
ciudades. Para enfrentar
esto, el Federico Lleras
lanazará en unos meses
Teledermatología, un
servicio que le permitirá a
cualquier médico o persona
enviar una imagen desde
un smartphone y recibir, en
horas, el diagnóstico. Por
esta vía se espera resolver
el 80 por ciento de las
patologías.
Este programa permitirá que
en las zonas donde no hay
dermatólogos puedan contar
con una oportuna atención
y un rápido diagnóstico, que
en estos temas es crucial.
El nuevo proyecto de
Teledermatología fue
seleccionado dentro de la
la convocatoria de salud,
realizada por Colciencias el
año pasado.
Se estima que en los próximos
4 meses se termine de
implementar y se inaugure el
servicio, eliminando las barreras
de acceso a la consulta de la
población colombiana.
30. E
Salud / Centro Dermatológico Federico Lleras Acosta E.S.E.
l cáncer de piel
es el más común
de todos los ti-
pos de cáncer en
el mundo. Sin
embargo, el des-
conocimiento, el
poco cuidado de
las personas y las
barreras de acceso a la atención han he-
cho que, año tras año, cada vez más co-
lombianos desarrollen esta enfermedad.
En general, es importante saber
que hay dos tipos de cáncer de piel: el
no melanoma, de células basales y célu-
las escamosas que es el más común; y el
melanoma, que es el más peligroso, pero
que se presenta en un número menor.
Además, cualquiera puede desarrollar
esta enfermedad y son más propensas las
personas que tienen mucha exposición al
sol o que sufrieron quemaduras de piel,
que tienen cabello y ojos claros o con an-
tecedentes familiares.
De hecho, un estudio realizado por
el grupo de investigación de dermato-
logía general del Federico Lleras, en
conjunto con la Universidad Nacional,
determinó el aumento de cáncer de piel
entre los colombianos.En 2003 se regis-
Salvando vidas
El Centro
Dermatológico
Federico Lleras
Acosta creó en
2016 una clínica
especializada en
cáncer de piel
para aumentar
la sobrevida de
los pacientes.
traron, en promedio, 23 casos de cáncer
de piel de tipo no melanoma por cada
100.000 habitantes; en 2007 el número
aumentó a 41,y se estima que para 2020
los casos lleguen a 102 por 100.000 ha-
bitantes. Las cifras pueden tornarse más
preocupantes si se tiene en cuenta que el
melanoma causa el 80 por ciento de las
muertes por cáncer de piel y se pueden
evitar con diagnóstico temprano.
Frente a este panorama, el grupo de
investigación de dermatología general
–línea cáncer de piel– se dio a la tarea
de caracterizar los factores de riesgo de
contraer cáncer de piel en Colombia. Y,
después, adelantó un estudio que identi-
ficó las principales barreras de acceso de
los pacientes al sistema de salud
Luego de las investigaciones, el
Centro Dermatológico creó tres grandes
proyectos. El primero fue realizar cam-
pañas de prevención, para que la gente
entienda los factores de riesgo,se proteja
y asista oportunamente al médico.
El segundo ha sido capacitar a los
médicos de las IPS,EPS,los profesiona-
les de la salud de las diferentes entidades
territoriales y estudiantes de último año
de medicina. Por último, ante las demo-
ras y fallas al acceso en salud, el Fede-
rico Lleras participó con el Ministerio
de Salud en la construcción de las rutas
integrales de atención en salud.
Además de estas acciones, el Cen-
tro Dermatológico decidió crear, en
febrero de 2016,la Clínica de Tumores
de Piel,que cuenta con especialistas en
dermatología, dermatooncólogos y ge-
netistas, además de equipos de última
tecnología al servicio de los pacientes.
“Antes, una persona entre el diagnóstico y
el inicio de su tratamiento debía esperar
por lo menos entre ocho meses y un año.
El trabajo del Centro Dermatológico ha
permitido disminuir este tiempo a menos
de dos meses, lo que ha llevado a mejo-
rar el pronóstico de la enfermedad en el
paciente y su calidad de vida”, manifestó
la doctora Xiomara Perea,subdirectora
técnico-científica.
El Centro ofrece asistencia,docencia,
investigación, asesoría al Ministerio de
Salud, campañas de promoción y pre-
vención, entre otras acciones, para tratar
de que cada vez sea menor el número
de personas que estén en riesgo de tener
cáncer de piel y mejorar la calidad de vida
de los que ya fueron diagnosticados. Su
compromiso con los colombianos sigue
vigente después de 83 años de historia.
La clínica ha
reducido el tiempo
de diagnóstico y
tratamiento de
los pacientes.
30
FOTO:CORTESÍAHOSPITALUNIVERSITARIOCENTRODERMATOLÓGICO
FEDERICOLLERASACOSTAE.S.E.
31. demorará
el estudio
de evidencia
científica tras
la aplicación
de los nuevos
algoritmos.
E
l Iets es el responsable de eva-
luar todas las tecnologías en
salud en el país: medicamen-
tos, dispositivos, tratamientos
y procedimientos. Hace este
análisis por medio de una
revisión sistemática de la evi-
dencia científica de cada uno
de estos procesos, lo que pue-
de tardar entre seis y ocho meses.
Una vez efectuada la revisión de una de estas
tecnologías, realiza una guía práctica clínica o una
evaluación con el fin de que el Ministerio de Salud
u otros organismos tengan una base para tomar deci-
siones o crear políticas en salud.De hecho,su trabajo
ha sido fundamental para las decisiones que ha to-
mado el gobierno de reducir o controlar el precio de
más de 1.100 medicamentos, lo que le ha ahorrado
millonarios recursos al sistema.
Actualmente, este proceso manual resulta muy
dispendioso.Por eso,el Iets está poniendo en marcha
el proyecto Eureka, que utiliza diferentes algoritmos
que van a reducir el tiempo de evaluación de las dife-
rentes tecnologías a la mitad.
Esta proyecto es realmente innovador,ya que op-
timiza tiempos de evaluación sin sacrificar la calidad,
más si se tiene en cuenta que para elaborar una de
estas guías prácticas, que resuelven en promedio 10
preguntas, los investigadores manualmente deben
revisar entre 5.000 y 10.000 referencias o estudios a
nivel mundial por cada interrogante.
El desarrollo de Eureka lleva ocho meses y en su
primera fase sus responsables realizaron un diagnós-
tico para identificar qué procesos se podían automa-
tizar y utilizar big data o herramientas de aprendizaje
automático.Luego,buscaron qué otros métodos ya se
habían inventado a nivel mundial y se podían replicar.
En total, cuatro personas participan del proce-
so de desarrollo de los algoritmos que darán vida a
Eureka. “El proyecto permitirá optimizar la selección
o la manera cómo se hace el seguimiento de toda la in-
formación disponible en términos de calidad y perti-
nencia. Ayudará a acortar los procesos de realización de
evaluación de tecnologías en salud y, por consiguiente,
la realización de las guías prácticas, que, entre otras
cosas, serán más objetivas. Por otra parte, Eureka faci-
litará la búsqueda de información en las bases de datos
del sistema de salud colombiano”, explicó el doctor
Jaime Calderón, director del Iets.
Para el país es importante esta institución tecno-
lógica que participa, desde hace más de cinco años,
en la arquitectura de las decisiones que toma en el
sistema de salud, incluso en los análisis de impacto
presupuestales de medicamentos. Su labor sirve un
soporte para el Ministerio de Salud y de respaldo para
los colombianos.
3
MESES
FOTOS:ESTEBANVEGALA-ROTTA/SEMANA
Vigía tecnológico
El Instituto de Evaluación Tecnológica en Salud (Iets)
realiza análisis de tecnologías médicas. Su labor es
un soporte para el desarrollo de políticas públicas.
Se espera que
el proyecto
Eureka sea
utilizado por
diferentes
personas el
próximo año,
luego de su
validación.
32. 32
En busca
de la verdad
os conflictos so-
ciales y políti-
cos, la Violencia,
las guerrillas, el
narcotráfico, los
paramilitares, las
bacrim o el cri-
men organizado
han puesto a prueba muchas veces
al Estado. Sin embargo, durante más
de un siglo el Instituto de Medicina
Legal ha actuado como garante de la
verdad, al dilucidar lo ocurrido con los
muertos, y ha sido un soporte funda-
mental de la Justicia del país.
Ese compromiso ha estado presen-
te desde su creación en 1914, cuando
el gobierno promovió la creación de
diferentes Oficinas de Medicina Le-
L
FOTO:CORTESÍAMEDICINALEGAL
gal, como se llamaban entonces, en
cada una de las capitales de los de-
partamentos del país, exceptuando la
de Cundinamarca, que ya funcionaba
desde 1897. En Bogotá inició labo-
res bajo la dirección del profesor José
María Lombana Barreneche, donde se
prestaban los servicios de clínica,pato-
logía y toxicología forense.
Para 1937, esta labor se integró y
las oficinas de todas las capitales con-
formaron un sistema nacional cuyo
centro de operaciones estaba en Bogo-
tá. La construcción de la sede del Ins-
tituto de Medicina Legal se inició en
1943, y los servicios de ciencias foren-
ses ya contaban con áreas de balística,
hematología y biología, fotografía, psi-
quiatría, química y física.
JUSTICIA
33. Desde hace 104 años, el Instituto de Medicina Legal
ha servido de brazo científico de la justicia en su
trabajo por esclarecer los delitos. Con su labor ha
escrito varias páginas de la historia del país.
Con la Constitución en 1991, el
Instituto de Medicina Legal y Cien-
cias Forenses se transformó en un
establecimiento público de orden
nacional, con personería jurídica, au-
tonomía administrativa y patrimonio
propio, adscrito a la Fiscalía General
de la Nación. Tres años después, pa-
ra tener mayor cobertura poblacional
y con el fin de descentralizar más el
servicio, se crearon unidades locales en
municipios estratégicos, lo que permi-
tió tener una mayor supervisión en el
país y brindar asesoría a los médicos
rurales en lo concerniente a la labor
pericial.
En la actualidad, Medicina Legal
presta numerosos servicios de análisis
técnico-científicos divididos en áreas
como clínica forense, patología forense,
antropología forense, ciencias forenses,
que cuentan con laboratorios de balísti-
ca; psicología y psiquiatría forense, que
entre otras labores realizan valoraciones
El Instituto de Medicina Legal cuenta con
33 laboratorios acreditados en todo el
país para el fortalecimiento científico
a las mujeres víctimas de violencia por
parte de su pareja o expareja.
Además, el instituto cuenta con un
Centro de Referencia Nacional sobre
violencia,en el que se realizan boletines
epidemiológicos basados en un análisis
de los diferentes contextos de violencia
a nivel nacional; igualmente, realiza la
publicación de la revista Forensis,publi-
cación anual que compila el comporta-
miento de las lesiones de causa externa
en el país, contiene estudios descripti-
vos y variables sociodemográficas de
tiempo y lugar.
El fortalecimiento científico ha lle-
vado al Instituto de Medicina Legal a
incursionar en campos como la genética,
odontología, osteopatología, patología,
toxicología,biología,psiquiatría,psicolo-
gía,entre otros,todos con énfasis forense.
Y cuenta con 33 laboratorios acreditados.
En 2014 creó el primer Observa-
torio de Violencia basada en Género,
para el Distrito Especial de Buenaven-
tura, como método que aporte a la pre-
vención de la violencia de la mujer y el
tratamiento diferencial positivo.
“Colombia ha registrado los mayores
avances científicos en identificación huma-
na en los últimos 30 años. Esto, promovido
por el desarrollo de la antropología forense,
gracias a trabajos impulsados desde la Uni-
versidad Nacional de Colombia y la Fiscalía
General de la Nación. De hecho, Medicina
Legal tiene la colección más grande de Amé-
rica Latina de cuerpos esqueletizados, con
600, con nombres, edad, estatura, toda la
información biográfica de la persona, que
nos sirve de referencia para hacer estudios e
investigaciones”, manifestó Carlos Eduar-
do Valdés,director del Instituto Nacional
de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
La evolución de Medicina Legal
va de la mano de los hechos que ocu-
rren en el país. Por eso, ahora estudian
no solo los fenómenos ocurridos en in-
fueron
identificados
entre 2014
y 2017 por
cotejo de
ADN.
1.333
CUERPOS
34. 34
dividuos, sino en comunidades, pues en
muchas ocasiones,producto de la guerra,
las víctimas fueron poblaciones enteras
que sufrieron desplazamiento forzado,
tortura, violaciones y abusos sexuales.
En este nuevo camino para el instituto
juegan un papel crucial la psiquiatría la
psicología forense.
Un gran refuerzo
Más de un siglo de trabajo avala la labor
del Instituto de Medicina Legal en cuan-
to a identificación de cuerpos; sin embar-
go,año tras años siguen buscando nuevos
métodos o tecnologías que permitan rea-
lizar este trabajo con mayor certeza.
Por esta razón, desde el año pasado
esta entidad ha puesto en funcionamien-
to una nueva tecnología, denominada
secuenciación de alta generación, que
complementa los otros campos de inves-
tigación y ha dado grandes resultados,un
aporte a la genética forense del país.
Hasta el momento, para identificar
algunos cuerpos se estudiaban sectores
específicos de sus moléculas, pero, en
algunos casos, los cadáveres presenta-
ban un alto grado de descomposición,
los huesos estaban deteriorados y reali-
zar estos estudios era difícil debido a la
fragmentación de las moléculas.
“La implementación de esta nove-
dosa técnica nos ha permitido estudiar
los fragmentos de moléculas sin impor-
tar lo degradada que estén. Ahora, con
lo poco que nos llegue, sacamos infor-
mación provechosa para identificación,
lo que hace que nuestro trabajo sea más
claro y con mayor certeza”, agregó el
director Valdés.
Este procedimiento se implementó
desde octubre, y se utiliza en la identi-
ficación de las víctimas del holocausto
del Palacio de Justicia y en el recono-
cimiento de los perfiles genéticos de
los muertos en la masacre de Bojayá,
ocurrida el 2 de mayo de 2002. Ade-
más, el desarrollo de esta tecnología
podría ser clave en el reconocimiento
de cadáveres en condición de no iden-
tificación o en otros hechos ocurridos
en el país, como el de la Escombrera,
una fosa común ubicada en la comuna
13 de Medellín y en la que se cree, por
lo menos, hay 300 cuerpos.
La secuenciación de alta generación
no es excluyente de las otras ciencias
básicas que trabajan en la labor de
reconocimiento, por el contrario, las
complementa. Hoy, los equipos del
Instituto de Medicina Legal trabajan
de manera integral y esto ha permitido
identificar en los últimos 5 años un to-
tal de 143.662 personas fallecidas; sus
resultados son confiables y cumplen
con todos los estándares de calidad.
Medicina Legal
implementó
un nuevo
procedimiento
llamado
secuenciación de
alta generación.
Sirve para
identificar restos
humanos.
Tipo de identificación 2014 2015 2016 2017 2018
Cotejo dactilar 24.205 25.401 26.677 26.891 6.982
Reconocimiento familiar 4.867 3.663 2.795 2.305 567
Identificación autoridad 4.974 3.126 2.454 1.719 357
Contexto familiar 1.171 1.142 1.161 1.073 274
Cotejo ADN 364 328 321 320 121
Cotejo carta dental 63 77 88 85 10
Antropología 17 9 10 5 -
Sin información - - 9 31 5
Total 35.661 33.746 33.515 32.429 8.316
Personas fallecidas e identificadas según tipo de identificación y año.
Colombia, año 2014 a marzo 31 de 2018.
FUENTE: INSTITUTO NACIONAL DE MEDICINA LEGAL Y CIENCIAS FORENSES (INMLCF) / GRUPO CENTRO DE REFERENCIA
NACIONAL SOBRE VIOLENCIA
BASE: SISTEMA DE INFORMACIÓN RED DE DESAPARECIDOS Y CADÁVERES (SIRDEC)
FOTO:NATALIABOTERO
Justicia / Medicina Legal
35. Cuáles han sido
los principales
avances del
instituto?
CARLOS EDUARDO
VALDÉS: Hay muchos, pero diría
que en los últimos 30 años Colombia
ha avanzado bastante en el campo de
la identificación humana. También, en
otras áreas, hemos liderado procesos que
nos han ayudado en nuestra labor; por
ejemplo,en odontología forense hemos
desarrollado las cartas dentales pre
mortem y post mortem, lo que ha permi-
tido de cierta manera la modernización
de las historias odontológicas del país
y son referencia de nuestras investiga-
ciones. Hemos avanzado en áreas como
histopatología y toxicología, en las que
podemos detectar más de 600 tóxicos en
el cuerpo.Finalmente,nuestro trabajo en
química nos ha fortalecido en concep-
tos como la evidencia traza… Me que-
do corto con los avances obtenidos en
las diferentes áreas.
¿Cómo ha sido
la evolución
de la gené-
tica en lo
forense?
C.E.V.: El de-
sarrollo de la ge-
nética
¿
“Más ciencia,
menos impunidad”
Carlos Eduardo Valdés, director de Medicina Legal,
habla sobre los avances de la entidad, los logros en la
identificación de cuerpos y los retos futuros.
en Colombia está muy ligado a la vida y
obra del profesor Emilio Yunis Turbay,
gran impulsor y referente de este trabajo.
Gracias al doctor Yunis, en los años no-
venta pudimos adentrarnos en el mundo
de la genética humana y, por eso, somos
la punta de lanza,como usted dice.
¿Qué tan buena es la identi-
ficación de cuerpos que se
realiza en el país?
C.E.V.: Es muy buena. Primero, noso-
tros contamos con muchos doctores en
genética y otras especialidades, que han
recibido reconocimientos en Europa o
Estados Unidos. Otros países pueden
tener diferentes técnicas o tecnologías,
pero no han tenido las violencias que tie-
ne Colombia,lo que nos ha permitido,de
cierta forma,avanzar en nuestras investi-
gaciones y procesos. Incluso, servimos de
apoyo a otras instituciones. Por ejemplo,
si yo voy a Austria y les preguntó sobre
restos óseos,me van a contar su única ex-
periencia que es la de la Segunda Guerra
Mundial y la están estudiando; nosotros
tenemos una experiencia continuada de
104 años, con errores y aciertos. Eso lo
tienen pocos en el mundo.
¿Qué errores ha cometido el
Instituto de Medicina Legal?
C.E.V.: Siempre la ciencia parte de un
conocimiento experimental,es decir,mu-
chas veces se basa en el método de ensayo
y error,no se aprenden cosas si no existen
errores.La ciencia nace con el error.
¿No hay toda una enseñanza
con lo ocurrido en el Palacio
de Justicia?
C.E.V.: Medicina Legal tiene
una gran deuda con la sociedad
en este tema. No podemos
negar que el instituto no actuó adecua-
damente y permitimos que en la morgue
entraran personas que no tenían nada que
hacer allí, como miembros del Ejército,
jueces penales militares, personal de la
Policía,que entorpecieron nuestra labor e
influenciaron los dictámenes de la época.
Eso contribuyó a un desorden y hoy sa-
bemos que facilitó la mezcla de cuerpos e
impidió,a todas luces,la identificación de
cadáveres y la entrega a los familiares.Esa
deuda la hemos retomado y lo primero
que hemos hecho es pedirle perdón a la
sociedad por nuestra actuación y hacer un
juramento: nunca más la ciencia va a de-
jarse someter por diferentes fuerzas. No
dejaremos de trabajar en la identificación
de cuerpos con rigor científico.
¿Y en el caso de Bojayá?
C.E.V.: La población de Bojayá fue
maltratada desde el principio por dife-
rentes circunstancias. Las personas que
sufrieron allí pérdidas de familiares no
los vieron, y solo pudieron reconocer sus
nombres en una lista sin ningún tipo de
certeza;nuestro compromiso también es-
tá en la identificación de los cadáveres y
aportar a la verdad.
¿Cuál es el futuro del Institu-
to de Medicina Legal?
C.E.V.: El instituto está haciendo una
apuesta muy fuerte en la investigación y
en la generación de conocimiento. No-
sotros nos proyectamos, bajo la premisa
de más ciencia, menos impunidad. Los
colombianos estamos cansados de una
justicia que no brinda garantías y que,por
más esfuerzos que realiza,sigue habiendo
casos de impunidad preocupantes; el ins-
tituto trabaja en silencio para apoyar a la
justicia y fortalecerse en la ciencia.
FOTO:JOHNHAMON
36. FOTOS:CORTESÍAICAHN
Más allá de preservar y
administrar el patrimonio
arqueológico, el Instituto
Colombiano de Antropología
e Historia ha llevado a cabo
innumerables investigaciones
sobre la diversidad cultural y
social de las comunidades
que habitan o
habitaron el
territorio.
¿Quiénes
son los
colombianos?
HUMANIDADES
36
El parque arqueológico de San Agustín,
administrado por el Icanh, fue declarado en 1995
por la Unesco Patrimonio de la Humanidad.
Etnólogos
del Instituto
Etnológico del
Magdalena
hicieron la
caracterización
de Ciudad
Perdida.
37. Con ambas comenzó la profesionali-
zación de la antropología influenciada por
el pensamiento de Paul Rivet,antropólogo
autor de la teoría de que el Homo sapiens
pobló América desde Asia por el estrecho
de Bering. Amigo del presidente Eduardo
Santos,Rivet llegó Colombia en la década
de los cuarenta huyendo del régimen nazi.
El IEN patrocinó expediciones a la
serranía del Perijá y al valle medio del río
Magdalena, que descubrieron culturas
muy anteriores a las muiscas. En sus es-
tudios, los investigadores documentaron
científicamente que “elpaísteníaunadiver-
sidad cultural que iba más allá de los blancos
y mestizos”, explica Ernesto Montenegro,
director general del Instituto Colombiano
de Antropología e Historia.
El IEN también contribuyó a forta-
lecer la investigación regional al apoyar
en 1946 la creación de los institutos et-
nológicos en el Cauca y el Magdalena.
En este último se destacaron los precur-
sores de la antropología nacional Gerardo
Reichel-Dolmatoff,Alicia Dussán de Reichel,
Milciades Chaves y Eduardo Caicedo Lu-
que,que durante los pocos años de vida del
centro hicieron los primeros estudios etno-
lógicos de las comunidades que habitaban
la Sierra Nevada de Santa Marta.
En 1952, el Servicio y el IEN se fu-
sionaron en el Instituto Colombiano de
Antropología (Ican). La nueva entidad se
encargaría de realizar investigaciones en
antropología física y social, paleontología,
arqueología prehispánica, etnografía, lin-
güística y folclor, así como de administrar
los parques arqueológicos de Facatativá,
San Agustín,Tierradentro y Sogamoso.
Un año antes de esta fusión,el gobier-
no de Laureano Gómez creó el Instituto
Colombiano de Cultura Hispánica, con el
objeto de divulgar la herencia cultural de
España, que en 1999 se unió al Ican para
formar el Instituto Colombiano de An-
tropología e Historia (Icanh), encargado
de resguardar y gestionar “el patrimonio
arqueológico, antropológico e histórico de Co-
lombia, a través de la investigación, la con-
servación, la divulgación y la formulación de
políticas públicas”.
Desde la aparición del IEN hasta la
década de los ochenta predominó la pers-
pectiva indigenista. A partir de ese mo-
mento también le dieron importancia a las
culturas afro y raizales como parte de esa
identidad nacional. Para inicios de la dé-
cada de los noventa,los 50 años de investi-
os gobernantes de la
República Liberal
se interesaron por la
cultura popular, el fol-
clor y los indígenas.
Al contrario de lo que
pensaban sus ante-
cesores, para ellos la identidad nacional
estaba compuesta no solo por los usos y
costumbres del hombre blanco descen-
diente de españoles, sino de los campesi-
nos,mestizos e indígenas que durante más
de 400 años habían aportado tradiciones
para construir ese genio o alma colom-
biana. En esa época, el indigenismo y la
reivindicación de la cultura popular se pu-
sieron de moda en la literatura,la música y
otras expresiones culturales.
Para tratar de descubrir esa alma na-
cional, el gobierno apoyó el nacimiento
de institutos que investigaran de manera
sistemática información sobre las distintas
comunidades indígenas que habitaban el
país,así como el legado dejado por las cul-
turas desaparecidas. En 1938 creó el Ser-
vicio Arqueológico Nacional,con el fin de
resguardar los monumentos indígenas y
promover el conocimiento del país. Tres
años después nació el Instituto Etnológi-
co Nacional (IEN), adscrito a la Escuela
Normal Superior, que se encargaría de
enseñar la etnología general, americana y
colombiana.Sus profesores y alumnos de-
bían llevar a cabo investigaciones etnoló-
gicas de manera sistemática del territorio
nacional y publicarlas para difundirlas al
resto de los colombianos.
Las investigaciones de este centro
contribuyeron a que la Constitución de 1991
declarara al país Estado pluriétnico
L
En Chiribiquete, el Icanh realiza
investigaciones sobre los pigmentos
del arte rupestre para prevenir que
se deteriore por el paso del tiempo.
38. Un espíritu que
perdura en el
tiempo
En el primer número de la
Revista del Instituto Etnológico
Nacional de 1942 (que tiempo
después se convirtió en la Revista
Colombiana de Antropología),
Paul Rivet publicó el artículo ‘La
etnología, ciencia del hombre’,
que podría resumir la filosofía del
Icanh durante sus 80 años de
historia:
“La palabra ‘etnología’ es una
palabra técnica que puede
traducirse en lengua corriente por
‘ciencia del hombre’.
Ciencia del hombre, ciencia por
excelencia, puesto que lo que
más interesa a la humanidad,
el objeto verdadero de sus
investigaciones, de sus esfuerzos
para comprender el mundo y
explorar la naturaleza, es, sin
duda, llegar al conocimiento de su
propio pasado y de su porvenir.
No hay pues ciencia, por más
abstracta que sea, que no tenga
como objetivo final al hombre y
sus relaciones con el medio en
que vive, lucha y muere.
(…) Los etnólogos tienen sin
embargo el derecho y el deber
de hacer acordar, a todos los que
han aprovechado tanto de los
productos de estas civilizaciones,
la parte que corresponde al
indio en la economía moderna
de los pueblos civilizados.
El sentimiento de la gran
solidaridad humana necesita
más que nunca ser exaltado y
fortalecido. Todo hombre debe
comprender y saber que, bajo
todas las latitudes, bajo todas
las longitudes, otros seres, sus
hermanos, cualquiera que sea el
color de su piel o la forma de sus
cabellos, han contribuido a hacer
su vida más dulce o más fácil”.
38
gación etnológica habían dejado claro que
el país era un crisol de culturas. Ese prin-
cipio quedó incluido en la Constitución de
1991,gracias a que miembros del entonces
Ican asesoraron a los asambleístas.
Desde el punto de vista etnológico, en
los últimos 20 años el Icanh ha abarca-
do temas más allá del étnico (indígenas y
afrocolombianos). Los investigadores han
comenzado a sacar a la luz a comunidades
que estaban a la sombra de otras culturas,
pero que han sido importantes en la histo-
ria del país.Es el caso de los campesinos.
Guardianes del
patrimonio material e
inmaterial colombiano
En la actualidad, el Icanh investiga en tres
grandes ejes: antropología social, arqueo-
logía e historia. Esa tarea requiere aplicar
tecnologías para estudiar y preservar el
patrimonio material y crear formas para
gestionar y difundir ese patrimonio.
En investigación en antropología so-
cial, continúan la labor de entender la di-
versidad étnica, cultural y económica del
país, no solo con el fin de producir nuevo
conocimiento,sino para orientar la política
pública del Estado colombiano. “Nuestras
investigaciones no se quedan en anaqueles,
muchas de ellas sirven de base de proyectos de
ley o lineamientos estatales que tienen que ver
con las comunidades que habitan el país”, ex-
plica Montenegro.
La institución también cuenta con un
equipo de expertos encargados de interve-
nir y preservar el patrimonio arqueológico
colombiano.Estudiar y resguardar un mo-
numento o vestigio material no es una ta-
rea fácil: no es solo protegerlo del paso del
tiempo,delvandalismoodelossaqueos.Se
necesita de expertos que lo entiendan y lo
pongan en contexto para que cobre valor
histórico.La estatuaria de San Agustín no
es valiosa solo por su belleza, sino porque
por medio de ella es posible entender las
formas de vida de una cultura desaparecida
siglos antes de la llegada de los españoles.
Para preservar ese patrimonio,el Icanh
cuenta con metodologías para interve-
nir directa e indirectamente espacios que
contienen materiales arqueológicos. Por
ejemplo, en Tierradentro la investigación
de petroglifos incluye estudios sobre su
significado, pero también sobre procesos
de filtración del agua en las rocas donde se
encuentran para implementar estrategias
conservacionistas. Por otra parte, el Icanh
también se encarga de administrar los par-
ques arqueológicos y hacer gestión territo-
rial para declarar áreas protegidas.
En la actualidad,el centro ha incursio-
nado en la arqueología subacuática en los
ríos y mares colombianos, una actividad
que no necesariamente implica rescatar
grandes barcos españoles cargados de me-
tales y piedras preciosas, sino que busca
entender mejor las poblaciones que vivían
sobre las orillas de los ríos o la actividad
marítima en la Colonia.
Todas estas actividades realizadas por
el Icanh durante sus 80 años de historia
han dejado como resultado,entre otras co-
sas, una de las bibliotecas más completas
del país sobre la diversidad cultural. Por
eso,no es descabellado decir que este insti-
tuto no solo es el guardián del patrimonio
arqueológico,sino un importante actor del
Estado colombiano en el trabajo de cons-
truir la identidad nacional.
El centro tiene
una red de
laboratorios
para estudiar
los vestigios
arqueológicos.
Humanidades / Icanh
39. RÍOCAUCA
RIOMAGDALENA
R I O
C A U C A
Islas de San Bernardo
Bahía de Cartagena
Bahía de Cispatá
Isla Fuerte
GOLFO DE MORROSQUILLO
SFF EL CORCHAL
C
LETICIA
Cementerio de San Lorenzo
Tunja
Zona arqueológica de Piedras Blancas
Medellín
ANTIOQUIA
CAUCA
HUILA
NARIÑO
BOYACÁ
Ecoparque Cerro el Volador
Área arqueológica de Sogamoso
Área arqueológica de la Universidad
Pedagógica y Tecnológica de Colombia
Parque arqueológico de
El Infiernito, Villa de Leyva
Parque arqueológico de
Tierradentro (Inzá, Cauca)
Parque arqueológico dentro de la hacienda
Tequendama (Silvania, Cundinamarca)
Área arqueológica protegida del valle alto
del río Checua (Nemocón, Cundinamarca)
Área arqueológica protegida de Mogua
(Nemocón, Cundinamarca)
Área arqueológica protegida de la Salina
(Nemocón, Cundinamarca)
Zona arqueológica de Zipaquirá
(Zipaquirá, Cundinamarca)
Hacienda El Carmen
(Usme, Bogotá, Cundinamarca)
Parque arqueológico Piedras
del Tunjo (Facatativá,
Cundinamarca)
Parque arqueológico de San Agustín
(San Agustín, Huila)
Parque arqueológico de Teyuna-Ciudad Perdida
(Santa Marta, Magdalena)
Parque arqueológico Pueblito (Santa Marta, Magdalena)
Reserva arqueológica de Berruecos
(Arboleda, Nariño)
Reserva arqueológica Pupiales
(Pupiales, Nariño)
Tramo Rumichaca-Pasto del
Qhapaq Ñan (Ipiales, Nariño)
Zona de influencia arqueológica
Salado de Consotá (Pereira, Risaralda)
Santa María la Antigua del Darién
(Unguía, Chocó)
Chiribiquete (Guaviare y Caquetá)
Áreas arqueológicas protegidas
APP en proceso de declaración
La Mojana (Sucre)
La Lindosa (Guaviare)
Es una zona delimitada en el territorio de Colombia,
que, por las particularidades y características únicas
de sus evidencias arqueológicas, requiere una
especial protección y conservación, con miras a abrir
las posibilidades para la investigación, divulgación y,
en algunos casos, el turismo.
El Icanh hace la declaratoria de una AAP por
medio de una resolución, en la cual delimita el
área, las actividades permitidas y restringidas en
la misma, y aprueba su Plan de Manejo Arque-
ológico junto con los lineamientos de protección,
gestión, divulgación y sostenibilidad del mismo.
Áreas arqueológicas protegidas
¿Qué es un área arqueológica protegida (AAP)? ¿Cómo una zona se declara AAP?
Una inmensa riqueza
patrimonial
Colombia tiene 22 áreas arqueológicas que
conservan gran parte del patrimonio prehispánico.
Y está en proceso de aprobar tres más.
40. Somos lo que
hablamos
Por medio de sus investigaciones, el Instituto
Caro y Cuervo busca conocer cómo hablan los
colombianos y preservar las más de 60 lenguas
vivas en el territorio nacional
olo Sixto Muñoz, indígena
tinigua de más de 90 años de
edad residente en La Maca-
rena, Meta, habla su lengua.
Para evitar que esta sufra el
destino del pamigua, su lengua
hermana, que desapareció sin
dejar suficientes rastros, el Ins-
tituto Caro y Cuervo emprendió el trabajo de docu-
mentarla y describirla. Liderado por la investigadora
Katherine Bolaños, el esfuerzo consiste en recolectar
material audiovisual de la lengua con la narrativa de
Muñoz; producir transcripciones, traducciones e in-
terpretaciones del material audiovisual recolectado y
realizar el análisis lingüístico del tinigua, mediante
anotaciones y análisis de su gramática.
Como con la desaparición de un idioma tam-
bién desaparece la cultura, el proyecto de Bolaños
se complementó con la investigación de Ricardo
Palacio Hernández sobre la memoria histórica y la
documentación de la cultura de los tinigua. Además
de Sixto, Bolaños contó con la colaboración de su
nieta Berenice de la etnia guayabero. Aunque ella
dice no tener ninguna competencia en tinigua, “ha
participado activamente de este proyecto, y su ayuda ha
sido de vital importancia para traducciones del guayabe-
ro al español. Berenice ha expresado querer participar en
las traducciones y transcripciones de las grabaciones que
hagamos con Sixto”, explica Bolaños.
El rescate del tinigua es un ejemplo de la labor
que realiza el Instituto Caro y Cuervo: preservar el
patrimonio lingüístico del país,
compuesto por el español hablado
en Colombia, las 65 lenguas indí-
genas, las dos criollas (sanandre-
sano y palenquero), la romaní y el
lenguaje de señas.
El instituto nació hace 75
años cuando el ministro de Edu-
S
Durante el
trabajo del ‘Atlas
Lingüístico y
Etnográfico de
Colombia’ se
tomaron 18.000
fotografìas.
FOTO:CAMPESINAHILADORADELANAENRÁQUIRABOYACÁ-INSTITUTOCAROYCUERVO
40
Humanidades / Caro y Cuervo
41. cación, Jorge Eliécer Gaitán, creó un ateneo con el
propósito de culminar el Diccionario de Construcción
y Régimen de la Lengua Castellana iniciado en el siglo
XIX por Jose Rufino Cuervo y continuar las labores
de la Expedición Botánica. “La creación del Caro y
Cuervo fue un hecho inusual en el la región. Es muy ra-
ro que un país dedique fondos públicos para preservar el
patrimonio lingüístico. De las dos funciones delegadas la
segunda no pelechó”, dice Carmen Millán, directora
del Instituto Caro y Cuervo.
Pocos años después, el instituto comenzó a tra-
bajar en el Atlas Lingüístico y Etnográfico de Colombia,
“una maravillosa expedición –explica Millán– que reco-
rrió el territorio nacional durante 20 años, entre 1955 y
1975, y en la que se identificó la manera como los colom-
bianos se apropian y hablan el español”.
A su vez, el instituto también comenzó sus in-
vestigaciones para conocer las lenguas indígenas
que se hablaban o hablaron en el país. Uno de los
primeros productos en esta área fue el Diccionario y
Gramática Chibcha, que se reconstruyó a partir de las
gramáticas escritas por los misioneros para evange-
lizar a los muiscas. Con este rescate, los colombianos
pueden volver a escribir y hablar en una lengua que
prácticamente había desaparecido en el siglo XX. El
institutito también ha realizado distintos trabajos
para preservar lenguas indígenas como el Dicciona-
rio de Sáliba, una lengua que que hoy tiene tan solo
300 hablantes activos.
En el campo de los estudios afrocolombianos el
instituto, además de estudiar las lenguas criollas sa-
nandresana y palenquera, investiga la manera como los
afrocolombianos adoptan y transforman el español y
cómo a través del lenguaje mantienen viva su cultura.
Preservar el patrimonio lingüístico del país
implica preservar sus culturas, tradiciones orales y
escritas, para lo cual el instituto tiene líneas de in-
vestigación en el español de Colombia, estudios fó-
nicos, lenguas indígenas, criollas, romaní y de señas,
lexicografía, literatura, el libro en Colombia, escri-
tura creativa y enseñanza de español, entre otras.
Gracias a estas investigaciones los colombianos
pueden saber, entre otras cosas, cómo y en qué re-
giones del país se usan las palabras mula, tuste, tusta,
yegua o casco para referirse de manera humorística
a la cabeza; o por qué los bogotanos pronuncian el
español de una manera particular; o cómo las len-
guas afrocolombianas palpitan en la
cultura y los alimentos de las plazas
de mercado de Cali.
Estas investigaciones resulta-
rían inútiles si durmieran el sueño
de los justos en los anaqueles de una
biblioteca. Por eso el instituto tiene una estrategia
de divulgación que incluye, proyectos editoriales,
seminarios, cátedras, diplomados, cursos y cinco
maestrías en Lingüística, Literatura, Enseñanza del
Español, Estudios Editoriales y Escritura Creativa.
A lo largo de 75 años, recorriendo el terri-
torio nacional, revisando documentos antiguos,
dictando clases o participando de talleres, los
investigadores del Caro y Cuervo han trabajado
por preservar el patrimonio lingüístico del país.
Porque en la manera como hablan los colombia-
nos, explica Millán, “se expresa la vida de sujetos
que están insertos en un mundo. La lengua es la forma
como los pueblos se organizan para decir las cosas y en
esas formas de organizarse se crea la cultura que nos
hace ser quienes somos”.
Es muy raro que un país dedique
fondos públicos para preservar
el patrimonio lingüístico
FOTO:ENTREVISTAPARAELALEC-INSTITUTOCAROYCUERVO
Para conocer
cómo los
colombianos
hablan, los
investigadores
del instituto
recorren
constantemente
el territorio
nacional.
El Diccionario de Colombianismos
Es el resultado de la investigación de la línea en lexicografía,
liderada por las investigadoras Nancy Rozo y María Clara
Henríquez. Aquí el lector podrá encontrar más de 8.000
definiciones dedicadas a las palabras cotidianas con las que los
colombianos expresan sus ilusiones, temores, gustos y disgustos,
enojos, alegrías y pasiones en las diferentes regiones del país. Si
quiere aprender una carrandanga, catramanda, chorrera, jurgo,
pilonada o un resto, necesita este diccionario.