La Revolución Francesa surgió debido a que la monarquía absoluta de Francia se encontraba en una precaria situación económica luego de malas cosechas y costosas guerras, lo que llevó al aumento de impuestos y la explotación de campesinos. Esto, sumado al descontento de la burguesía y el clero, generó un gran cambio político donde el pueblo se opuso al opresivo régimen monárquico, dando paso al triunfo de ideales democráticos.