2. Definición
Es
un patrón generalizado de excesiva
emocionalidad y búsqueda de atención.
Se
inicia en la adultez temprana y se
manifiesta en una variedad de contextos.
3. Criterios de identificación
Se
incomoda en situaciones donde no es el centro
de atención.
Las interacciones sociales se caracterizan por un
frecuente comportamiento sexualmente seductor
o provocativo inadecuado.
Muestra labilidad emocional y una expresión
superficial de emociones.
Utiliza de manera consistente la apariencia física
para llamar la atención.
4. Habla
con un estilo impresionante para
los demás, pero carece de detalles.
Dramatiza, actúa y exagera las
expresiones emocionales.
Es sugestionable y fácilmente
influenciable por los demás o por
circunstancias.
Considera más íntimas las relaciones de lo
que realmente son.
5. Diferencias de género
Varones
Son seudomasculinos, hipermasculinos,
machos, con efectos superficiales y sujetos a
negar los sentimientos.
Su exhibicionismo se manifiesta con
conductas riesgosas.
La sexualidad se utiliza para gratificar
necesidades de dependencia y se
caracteriza por su promiscuidad y
eyaculación precoz.
6. Mujeres
Son seudofemeninas, aparentemente incompetentes,
moldeables, pasivas, manipulables de manera
indirecta y muestran reacciones emocionales
exageradas.
Su exhibicionismo se presenta con un comportamiento
seductor, vestimenta provocativa y sorpresa ante la
respuesta resultante.
Su sexualidad se utiliza para controlar a la pareja y
para forzar la dependencia, caracterizada por
frigidez.
7. Patrones en la personalidad
Patrones
de orden largo (percibidos en
cuestión de semanas)
Relaciones interpersonales son repetitivas,
impulsivas y estereotipadas; caracterizadas
por interacciones agresor-víctima, padreniño y violación rescate.
Lleva una vida a la deriva y posiblemente
dramática, con un sentido existencial de
que la realidad no es realmente tal.
El sí mismo se expresa como fuera de
control y no responsivo.
8. Patrones
de orden mediano (percibidos en
cuestión de horas)
Demuestra una búsqueda de atención, que pueden
incluir demandas de atención: uso de encanto,
vivacidad y despliegue atractivo sexual; infantilismo,
pasividad o debilidad.
Fluyen cambios de ánimo y del movimiento, con
excitabilidad y una inundación episódica del
sentimiento.
Hay inconsistencia de actitudes y el ser sugestionable.
9. Patrones
minutos)
de orden corto (percibidos en cuestión de
El procesamiento de información implica un
despliegue global de atención y expresiones de ideas
y sentimientos vagos, inhibidos o incompletos.
La comunicación no verbal no se traduce más allá de
palabras o significados inconscientes, solo hay
asociaciones parciales; con un reducido circuito de
terminación de pensamientos problemáticos.
10. Psicopatología del desarrollo
Diferencias individuales en la respuestas a estímulos
externos.
Los bebés difieren en sus estilos perceptuales y tipos
defensivos.
La respuesta del niño a estímulos múltiples y
rivalizantes puede relacionarse con una
predisposición a la personalidad.
Durante exámenes oftalmológicos, algunos niños
bebés chupaban con más vigor cuando se
empezaba a examinar su ojo; otros paraban por
completo.
11. Se vincula con tendencias posteriores del niño
histérico hacia descargas motoras o a un
comportamiento de desplazamiento dirigido a la
reducción de tensión.
Pueden ensombrecer la necesidad de rechazar
mecanismos o la propensión de desbordar el
aparato yoico en presencia de estimulación
masiva (teatralidad y expresión exagerada de la
emoción).
12.
Distinción de estados
•
•
Los bebés son más expresivos y definidos en sus
estados de placer e incomodidad.
Si la madre no atiende a estas señales, el niño puede
verse en la necesidad de exagerarlas para
comunicarse y evitar la sensación de frustración y
privación.
Tendencia a dramatizar.
13. Dependencia
del modo
Coherencia intrínseca: la capacidad para responder
a estímulos de manera predecible.
Facilidad de la madre para aprender a entender las
necesidades del bebé.
Despliegue de cambios abruptos de conducta y de
estado anímico.
14. Excitación
máxima
El nivel máximo al cual el bebé responde a estímulos.
Puede terminar en un llanto que lo aísle y en el que no
se logra consolarlo o calmarlo.
Una predisposición a reacciones efectivas intensas,
un desbordamiento afectivo.