Los comportamientos del Ejército de Chile en materia de
Derechos Humanos en el periodo 1970-2013, a la luz de los
conceptos básicos de la sociologóa castrense y la moral militar
actual
Los comportamientos del ejército de chile en materia de derechos humanos en el periodo 1970 2013
1. Los comportamientos del Ejército de Chile en materia de
Derechos Humanos en el periodo 1970-2013, a la luz de los
conceptos básicos de la sociologóa castrense y la moral militar
actual
The behavior of the Chilean Army about Human Rights
during the period 1970-2013 , it is based on current Basic
Concepts of Military Sociology and Moral
Sergio Camero Villar
01 de junio 2015
Resumen: Existen unos principios básicos de la Sociología Militar que deben regular las
relaciones entre civiles y militares en el seno de una sociedad democrática, así como unos conceptos
fundamentales de la moral militar en sus versiones correctas y erróneas. Las consecuencias son terribles
si no son respetados estos valores básicos de la moral militar, como en el caso analizado en este trabajo
sobre los comportamientos del Ejército chileno durante el período 1970-2013.
Abstract: There are some basic principles of military socilogy that they should regulate
relations between civilians and military within a democratic society, as well as some fundamental
concepts of military moral in their correct and incorrect versions. The consequences are terible if these
principles are not respected, as in the case analyzed in this work about the the behavior of the Chilean
Army during the period 1970-2013.
Palabras clave: Derechos Humanos, Fuerzas Armadas, Ejército de Chile
Keywords: Human Rights, Armed Forces, Chilean Army
2. " El clima de odios pre y post 11 de septiembre de 1973, me hizo perder el rumbo en materia de
derechos humanos, pese a saber desde el seno materno, que matar es malo, pues nacemos con
aquella norma incorporada a nuestro ser. Inexplicablemente en aquel tiempo, jóvenes militares
como yo cumplimos órdenes ilegales en el origen, pero convertidas en legales por medio de una
sostenida y efectiva acción sicológica en que se nos hizo ver que el "enemigo" era cada día más
fuerte, más peligroso, más sanguinario, más traidor, más peligroso para las familias y para nuestro
país. El paso del tiempo, la madurez adquirida y el peso de la conciencia, me hicieron comprender
que lo obrado anteriormente por esa vía, era un profundo y desatinado error ".
(Mayor Carlos Herrera Jiménez. Ejército Chileno. Condenado por crímenes durante la dictadura de Pinochet).
PREFACIO
Los derechos humanos son valores fundamentales vinculados con la dignidad, la libertad y la
igualdad de las personas. Se manifiestan como derechos, facultades y condiciones necesarias para que
todas las personas, sin ningún tipo de discriminación, tengan acceso a una vida digna.
INDICE
1. Introducción
2. Concepto erróneo de la disciplina militar aplicado por las Fuerzas Armadas
chilenas en este periodo.
2.1. Versión aberrante de la Disciplina aplicada por las Fas chilenas: La llamada 'obediencia
debida'.
2.2. Otra degradación de la disciplina: 'La negación de responsabilidad' por parte del jefe,
alegando desconocimiento o descontrol de los crímenes cometidos por sus subordinados.
3. El concepto del Honor militar, malinterpretado por las Fuerzas Armadas
chilenas de la época.
4. El concepto del Espíritu de Cuerpo erróneamente aplicado en este caso.
5. Estudio de los principios básicos de la relación Ejército – Sociedad durante
este periodo en Chile.
3. 5.1. Limitación imperativa
5.2. Autolimitación moral: barrida por la DSN.
5.3. Concordancia imperativo-moral
a. El vector social que influyó en las Fuerzas Armadas chilenas.
b. Como influyó el vector internacional en las Fuerzas Armadas chilenas.
6. Tratamiento por parte de los medios de los sucesos.
6.1. El tratamiento por los diferentes medios de comunicación chilenos.
6.2. Censura y represión a los medios
7. Conclusiones
8. Bibliografía
1. Introducción
El golpe de Estado en Chile del 11 de septiembre de 1973 fue una acción militar
protagonizada Fuerzas Armadas de Chile conformadas por la Armada, la Fuerza Aérea y el Ejército en
conjunto con Carabineros de Chile, contra el gobierno electo democráticamente de Salvador Allende y al
gobierno socialista de la Unidad Popular[1].
El golpe lo encabezó el general Augusto Pinochet, quien suspendió las garantías individuales
contenidas en la Constitución del 25 y disolvió el Congreso Nacional.
El resultado fue un Estado autoritario, donde los militares, apoyados por los grupos civiles de centro-
derecha toman el poder por un periodo de 17 años.
Tras el golpe se inicia un periodo de represión contra la oposición y en general contra todo grupo
opuesto a la Junta. Violaciones de derechos humanos generalizadas a mano del sistema de justicia
militar y de grupos armados con la finalidad de aterrorizar a cualquier disidente que estuviera contra el
gobierno. La Tortura fue usada de forma sistemática para obtener información y gobernar por el miedo,
inculcando terror a la población[2].
Los valores y conceptos fundamentales que pueden considerarse básicos en el establecimiento de la
moral militar, como son el concepto de Disciplina, Honor y Espíritu de Cuerpo o corporativismo, son
analizados para llegar a la conclusión se su uso erróneo en este caso concreto y los efectos dañinos a los
que dieron lugar.
2. Concepto erróneo de la disciplina militar aplicado por las Fuerzas
Armadas chilenas en este periodo.
Artículo 8. Disciplina.
La disciplina, factor de cohesión que obliga a mandar con responsabilidad y a obedecer lo mandado,
será practicada y exigida en las Fuerzas Armadas como norma de actuación.
Tiene su expresión colectiva en el acatamiento a la Constitución y su manifestación individual en el
cumplimiento de las órdenes recibidas.
4. Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas españolas. 2009).
La disciplina cualidad y requisito imprescindible en toda institución militar, es un valor básico sin el
cual ningún Ejército puede funcionar ni existir. Existe en todos los Ejércitos, incluso en los no
democráticos. Pero hay un aspecto fundamental de la disciplina que si varía, dependiendo del nivel de
desarrollo y consolidación democrática de la sociedad: el erróneo concepto de 'obediencia debida', a todo
tipo de órdenes sin excepción, incluidas las ilegales o criminales; opuesto al correcto concepto de
'disciplina estricta', situado dentro de los límites de la ley.
La disciplina como concepto bien entendido y aplicado, radica en el respeto a la persona y en el
acatamiento de las leyes como la Constitución y fundamentalmente, en el respeto a los Derechos
Humanos.
La Constitución Política de la República de Chile de 1925 era el texto constitucional que fue
aprobado en el plebiscito del 30 de agosto de 1925. Entró en vigencia un mes después, siendo reformada
en 1943, 1957, 1959, 1963, 1967, 1969, 1970 y 1971.
[1] Golpe de Estado en Chile de 1973. http://es.wikipedia.org/wiki/Golpe_de_Estado_en_Chile_de_1973
[2] Comisión Valech. La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, presidida por monseñor Sergio Valech (y llamada por lo
mismo «Comisión Valech») fue un organismo chileno creado para esclarecer la identidad de las personas que sufrieron privación de
libertad y torturas por razones políticas, por actos de agentes del Estado o de personas a su servicio, en el período comprendido entre
el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, durante la dictadura militar de Augusto
Pinochet. http://es.wikipedia.org/wiki/Comisi%C3%B3n_Valech
[1] Golpe de Estado en Chile de 1973. http://es.wikipedia.org/wiki/Golpe_de_Estado_en_Chile_de_1973
[1] Comisión Valech. La Comisión Nacional sobre Prisión Política y Tortura, presidida por
monseñor Sergio Valech (y llamada por lo mismo «Comisión Valech») fue un organismo chileno creado
para esclarecer la identidad de las personas que sufrieron privación de libertad y torturas por
razones políticas, por actos de agentes del Estado o de personas a su servicio, en el período
comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y el 10 de marzo de 1990, durante la dictadura militar de Augusto
Pinochet. http://es.wikipedia.org/wiki/Comisi%C3%B3n_Valech
Su aplicación fue parcialmente suspendida por el golpe de estado del 11 de septiembre de 1973.
Vigente en aquellos años de la década de los 70, establecía en su artículo 22: “La fuerza pública es
esencialmente obediente. Ningún cuerpo armado puede deliberar[1]”. Igualmente en su artículo 18
indicaba: “No podrá aplicarse tormento” [2].
5. 2.1. Versión aberrante de la Disciplina aplicada por las Fas chilenas: La llamada
'obediencia debida'.
Este erróneo concepto sobre la disciplina tiene dos efectos principales: facilita las intervenciones
militares más anticonstitucionales y propicia en grado sumo el que se cometan todo tipo de violaciones
de los derechos humanos.
Este concepto de ‘obediencia debida’ está vigente en Fuerzas Armadas de países totalitarios e incluso
en algunos con un alto grado de intervencionismo militar y acostumbrados a ejercer un
desproporcionado peso en la sociedad. En los países democráticos este concepto es rechazado
totalmente, obligando al subordinado a no cumplir una orden ilegal. Evidentemente, en caso de
cumplirla, será responsable de haberlo hecho y se descarta totalmente el concepto de ‘obediencia
debida’.
Parte de la base, de que el responsable único y pleno de una orden y de las consecuencias de su
ejecución es sólo el jefe que la da, quedando el subordinado que la ejecuta exento de
responsabilidad: Eximente de obediencia debida.
El Código de Justicia Militar vigente en Chile[3] de 1944, en vigor en el golpe de Estado, hacía
referencia en dos de sus artículos de su Título VII – Delitos de Insubordinación -, a este concepto.
En el artículo 334[4] dejaba claro que el derecho a reclamar no dispensa de la obediencia ni
suspende el cumplimiento de una orden del servicio, ante cualquier orden sin excepción. En el artículo
335[5] hace referencia a que si la orden es delictiva, el inferior puede suspenderla o modificarla. Pero en
caso que el superior insista en la orden, sea la que sea, se debe cumplir. Por lo que no se contempla el
derecho a la desobediencia legítima, frente a todo tipo de órdenes sin excepción.
Por lo tanto en el antiguo Código de Justicia Militar chileno de 1945, se exigía obediencia incluso a las
órdenes constitutivas de delito, al amparo de la “eximente de obediencia debida”, el militar que cometiera
delitos obedeciendo órdenes superiores quedaba eximido de responsabilidad, lo que garantizaba su
impunidad para los crímenes ordenados y cometidos[6].
[1] Deliberar, significa que no pueden debatir sobre asuntos de política, ni de las decisiones tomadas por el poder ejecutivo, con el
propósito de uniformar opiniones y coordinar actitudes relacionadas con los órganos del poder político, acatando las medidas y
disposiciones dictadas por el mismo. (Prudencio Gracía).
[2] Constitución política de la República de Chile. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. http://www.leychile.cl/Navegar?
idNorma=131386
[3] Código de Justicia Militar de Chile 1944. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. http://www.leychile.cl/Navegar?idNorma=18914
[4] Art. 334. Todo militar está obligado a obedecer, salvo fuerza mayor, una orden relativa al servicio que, en uso de atribuciones
legítimas, le fuere impartida por un superior. El derecho a reclamar de los actos de un superior que conceden las leyes o reglamentos,
no dispensa de la obediencia ni suspende el cumplimiento de una orden del servicio.
[5] Art. 335. No obstante lo prescrito en el artículo anterior, si el inferior que ha recibido la orden sabe que el superior, al dictarla, no ha
podido apreciar suficientemente la situación, o cuando los acontecimientos se hayan anticipado a la orden, o aparezca que ésta se ha
6. obtenido por engaño, o se tema con razón que de su ejecución resulten graves males que el superior no pudo prever, o la orden tienda
notoriamente a la perpetración de un delito, podrá el inferior suspender el cumplimiento de tal orden y, en casos urgentes, modificarla,
dando inmediata cuenta al superior. Si éste insistiere en su orden, deberá cumplirse en los términos del artículo anterior.
[6] Ejército: Presente y Futuro. Prudencio García. Alianza Editorial. 1975
2.2. Otra degradación de la disciplina: 'La negación de responsabilidad' por parte del jefe,
alegando desconocimiento o descontrol de los crímenes cometidos por sus
subordinados.
Entre las funciones ineludibles del mando, está la de controlar las actuaciones que se desarrollan bajo
su autoridad. Ni siquiera la delegación de funciones justificada, exime al mando de esta responsabilidad.
El jefe militar tiene la obligación legal de impedir, denunciar, investigar y sancionar las acciones u
omisiones de carácter criminal que sean imputables a sus subordinados, so pena de incurrir el mismo en
responsabilidad criminal[1].
El moderno concepto de liderazgo del jefe militar, incluye una gran autoridad moral sobre los
subordinados, que permite mantener la autoridad del jefe, incluso en su ausencia.
La plena autoridad de Pinochet y control de todos los actos durante los 17 años de su gobierno,
fueron probadas con afirmaciones como la famosa hecha en 1975: "En Chile no se mueve una hoja sin
que yo lo sepa". Puede que sea la frase que mejor describe los 17 años de su gobierno[2]. Otras
situaciones incluso dentro de la estructura de sus FAs, como la que se dio entre mandos de la DINA[3],
que abogaban por reducir su nivel de agresividad, fueron zanjadas por un tajante: “La DINA soy yo[4]”.
Posteriormente durante su privación de libertad en 1988 en Londres, declaró: “Esas violaciones de
derechos humanos que se me imputan son ajenas a mi responsabilidad. Fueron cometidas por mis
subordinados, actuando fuera de mi conocimiento y de mi control”, cayendo en una de las formas más
bajas e innobles de quebrantar el concepto de mando militar.
3. El concepto del Honor militar, malinterpretado por las Fuerzas Armadas
chilenas de la época.
Un concepto acertado del "honor militar" en las Fuerzas Armadas de países democráticos está
inseparablemente unido fundamentalmente al respeto a los Derechos Humanos y a la defensa de la
Constitución. Por lo tanto, toda violación de los Derechos Humanos constituye una violación del honor
militar.
La Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación (Comisión Rettig, 1990)[5] cuyo objetivo principal
fue contribuir al esclarecimiento sobre las más graves violaciones a los derechos humanos cometidas
entre el 11 de septiembre de 1973 y el 11 de marzo de 1990 en Chile, entregó después de nueve meses
de investigación, el 8 de febrero de 1991, al ex Presidente de la República, Patricio Aylwin Azócar, un
informe en el que se establecía la recepción de 3.550 denuncias, de las cuales se consideraron 2.296
como casos probados.
Posteriormente el Presidente Ricardo Lagos creó la “Nueva Comisión Nacional sobre prisión política y
tortura”[6], presidida por el Obispo Sergio Valech, que profundizó en la investigación y mejoró las
insuficiencias de la anterior. Se presentó en 2004 con más de 27.000 casos de torturas acreditados.
7. Los anteriores informes demostraron las constantes violaciones de los derechos humanos, con
detenciones ilegales, desapariciones, ejecuciones, uso indebido de la fuerza, violaciones, torturas, etc.,
muestran un erróneo y gravemente desviado concepto del honor, desarrollado por militares de las
Fuerzas Armadas sin que fuera considerado en ese momento que estuvieran lesionando su concepto de
honor militar.
Casos de torturas de militares a sus propios compañeros, como los sufridos por el general Sergio
Poblete Garcés[7] o el capitán Jorge Silva Ortiz[8], actualmente exiliados en Bélgica e Inglaterra
respectivamente, dan testimonio de estas Torturas[9].
[1] Hernando Valencia
[2] Se Cierra un capítulo. BBC. http://news.bbc.co.uk/hi/spanish/specials/newsid_1410000/1410547.stm
[3] Dirección de Inteligencia Nacional. http://es.wikipedia.org/wiki/Direcci%C3%B3n_de_Inteligencia_Nacional
[4] Pinochet dice “La DINA soy yo”. El País. http://elpais.com/diario/1999/01/17/internacional/916527617_850215.html
[5] Informe sobre la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación. Ministerio del Interior y Seguridad Pública Gobierno de
Chile. http://www.ddhh.gov.cl/ddhh_rettig.html
[6] Comisión Nacional sobre prisión política y tortura (Comisión Valech). http://es.wikipedia.org/wiki/Comisi%C3%B3n_Valech
[7] General Sergio Poblete Garcés. http://es.wikipedia.org/wiki/Sergio_Poblete
[8] Capitán Jorge Silva Ortiz. http://www.vientodelsur.ch/index.php/derechos-humanos/jorge-silva-mainmenu-30
[9] Prudencio García.
4. El concepto del Espíritu de Cuerpo erróneamente aplicado en este caso.
El “Espíritu de Cuerpo” se puede definir sociológicamente, como un sentimiento común a ciertas
profesiones que por presentar características muy marcadas, experimentan una doble percepción: Por un
lado, un sentimiento diferenciador respecto al resto de la Sociedad y por otro, unos fuertes lazos de
cohesión interna: compañerismo, lealtad mutua e intereses comunes.
Las características generales de este corporativismo son:
· El mantenimiento de lazos de cohesión interna del colectivo.
· Reafirmación de sus peculiaridades diferenciales como grupo social.
· Defensa vigorosa de sus intereses frente a los demás grupos de la Sociedad.
Un concepto acertado del espíritu de cuerpo está basado en el recto concepto del honor y en una
exigente moral corporativa. Basado en esta premisa, todo militar que comete graves delitos no debe ser
encubierto, sino sentenciado por la autoridad judicial y separado de la corporación militar.
En el periodo analizado en Chile, se dio todo lo contrario: una defensa cerrada de la institución
basada en la absoluta impunidad, de forma que ningún militar pudiera ser jamás procesado por muy
graves que fueran sus actuaciones delictivas. Por lo tanto, este concepto fue aplicado de manera errónea
al igual que los anteriores analizados.
De hecho en la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y en la Nueva Comisión Nacional sobre
prisión política y tortura, se llegó a la conclusión que exceptuando casos muy excepcionales, los hechos
8. constitutivos de esas violaciones no fueron investigados por los tribunales y por lo tanto sus autores no
fueron penados judicialmente.
Los anteriores informes llegaron a la conclusión que la conducta del aparato judicial gubernamental
de Chile, llevó a la impunidad de los autores de las violaciones, fundamentalmente por la aceptación de
las versiones dadas por la autoridad acerca de los hechos, no ejerciendo por parte de la Corte Suprema
su facultad de Superintendencia sobre los Tribunales Militares en tiempo de guerra[1]. Posteriormente el
Decreto Ley 2191, conocido como Ley de Amnistía[2], liberó de esa responsabilidad criminal a todas las
personas que cometieron o encubrieron crímenes, entre el día del golpe militar, el 11 de septiembre de
1973, hasta el 10 de marzo de 1978, fecha en que se levantó el estado de sitio.
Por lo tanto las consecuencias del erróneo concepto del “Espíritu de Cuerpo” en las Fuerzas Armadas
chilenas durante este periodo, llevaron a un grave quebranto de la Justicia que no fue capaz de procesar
a los autores de graves delitos cometidos por miembros de la Institución, que actuaron con un
sentimiento de impunidad total, al saber que incluso cometiendo delitos graves, serían protegidos o
encubiertos.
5. Estudio de los principios básicos de la relación Ejército – Sociedad durante
este periodo en Chile.
5.1. Limitación imperativa
Se conoce por “limitación imperativa” al Conjunto de limitaciones en el comportamiento de las
Fuerzas Armadas y sus miembros, impuestas por el bloque de normas de obligado cumplimiento que
pesan sobre ellos.
Como anteriormente se mencionó, en la fecha del golpe la norma jurídica de mayor rango era la
Constitución de la República de Chile de 1925[3], y por tanto a la que los militares chilenos debían el
máximo respeto. Se infringieron múltiples artículos.
[1] Poder Judicial de Chile. http://es.wikipedia.org/wiki/Poder_Judicial_de_Chile
[2] Ley de Amnistía. Decreto Ley 2191, aprobada por la Junta Militar presidida por
Pinochet. http://www.usip.org/sites/default/files/file/resources/collections/commissions/Chile90-AmnestyLaw_decree2191.pdf
[3] Constitución política de la República de Chile. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. http://www.leychile.cl/Navegar?
idNorma=131386
Ya en su capítulo I.- Estado, Gobierno y Soberanía, el artículo 3 dice: “Ninguna persona o reunión de
personas pueden tomar el título o representación del pueblo, arrogarse sus derechos, ni hacer peticiones
en su nombre. La infracción de este artículo es sedición”. En el artículo 18, señala entre otras: “No podrá
aplicarse tormento, ni imponerse, en caso alguno, la pena de confiscación de bienes, sin perjuicio del
comiso en los casos establecidos por las leyes”.
9. Además, la República de Chile tiene suscritos los Convenios de Ginebra de 1949[1], y es Estado
Parte, de la Convención Interamericana para Prevenir y Sancionar la Tortura[2], [3], de 1985, y la
Convención Internacional contra la Tortura y otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de
1984. Por lo tanto todos estos tratados eran en estas fechas de obligado cumplimiento para las Fuerzas
Armadas chilenas.
En ellos se prohíbe (artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra), los atentados contra la vida
y la integridad corporal, especialmente el homicidio en todas sus formas, las mutilaciones, los tratos
crueles, la tortura y los suplicios.
Por lo tanto esta legislación también formaba parte de la “limitación imperativa” de las Fuerzas
Armadas chilenas y de todos sus componentes que estaban obligados a cumplirlas.
5.2. Autolimitación moral: barrida por la DSN.
Se entiende ‘Autolimitación moral’ por la limitación de los comportamientos de los militares, surgidas
de sus propias convicciones morales, como resultado del aprendizaje moral y doctrinal que los militares
reciben.
La influencia de la Doctrina de Seguridad Nacional (DSN)[4] en las convicciones de los militares
chilenos provocó un inmenso daño a su autolimitación moral, lo que favoreció y “legitimó” la toma del
poder por parte de las Fuerzas Armadas y la violación sistemática de los derechos humanos.
Esta doctrina que surge entorno a la guerra fría y que se imparte a los Ejército de América latina de
la década de los 60, en la ‘Escuela de las América (Panamá), considera como "enemigo interno"
cualquier interés que coincidida con los propios de la ideología comunista. No sólo a quienes profesan el
marxismo, sino a todos los simpatizantes de sus teorías.
El "enemigo interno", por ser tal, no es acreedor a ningún derecho, incluso se le niegan las
prerrogativas inherentes al ser humano, por ello puede ser objeto de todo tipo de trato degradante o
incluso eliminado”.
En ‘Manual de Guerra Contrainsurgente’ de 1965[5] define al enemigo interior como ‘Enemigo
interno’ a todos aquellos individuos, grupos u organizaciones que por medio de acciones ilegales, tratan
de romper el orden establecido, representados por los elementos que siguiendo consignas del comunismo
internacional, desarrollan la llamada guerra revolucionaria y la subversión en el país". También es (sic)
"considerado enemigo interno aquellos individuos, grupos u organizaciones que sin ser comunistas tratan
de romper el orden establecido".
Dentro de esta concepción el Ejército actuó con extrema dureza: el ciudadano estaba a su favor o en
su contra, no existiendo lugar para la neutralidad.
[1] Comité Internacional de la Cruz Roja. Convenios de Ginebra. https://www.icrc.org/es/guerra-y-derecho/tratados-de-dih-y-el-dih-
consuetudinario/convenios-de-ginebra
[2] Departamento de Derecho Internacional. Organización de los Estados americanos. Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura. http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-51.html
[3] Departamento de Derecho Internacional. Organización de los Estados americanos. Convención Interamericana para Prevenir y
Sancionar la Tortura. Artículo 5: No se invocará ni admitirá como justificación del delito de tortura la existencia de circunstancias
tales como estado de guerra, amenaza de guerra, estado de sitio o de emergencia, conmoción o conflicto interior, suspensión de
garantías constitucionales, la inestabilidad política interna u otras emergencias o calamidades públicas.
10. Ni la peligrosidad del detenido o penado, ni la inseguridad del establecimiento carcelario o penitenciario pueden justificar la
tortura. http://www.oas.org/juridico/spanish/tratados/a-51.html
[4] La llamada Doctrina fue un producto del pensamiento de la Guerra Fría, que mantuvo al mundo dividido en dos campos
antagónicos. Fue ideada por los sucesivos gobiernos de los Estados Unidos y puesta en práctica mediante el entrenamiento de los
distintos ejércitos latinoamericanos en la Escuela de las Américas en Panamá.15 Allí, durante casi cuarenta años, eran enviados
militares procedentes de distintos países latinoamericanos para instruirse en técnicas de contrainsurgencia: interrogatorios
mediante torturas, infiltración, inteligencia, secuestros y desapariciones de opositores políticos, combate militar, guerra
psicológica.15 16 17 18 19 Contando incluso con manuales de tortura y contrainsurgencia de la CIA para este
fin. http://es.wikipedia.org/wiki/Doctrina_de_seguridad_nacional
[5] Archivo de Chile. Las estrategias contrainsurgente durante el enfrentamiento
armado. http://www.archivochile.com/Imperialismo/escu_ameri/USescamerica0008.pdf
En los hechos analizados, el Ejército consideró de forma permanente como enemigo interno, además
de los miembros de las organizaciones guerrilleras, a todas aquellas personas que se identificaron con la
ideología comunista o que pertenecieron a una organización, sindical, social, religiosa, estudiantil, o a
aquéllos que por cualquier causa no estuvieran a favor del régimen establecido. Esta noción fue de tal
amplitud que se aplicó contra cualquier ciudadano dependiendo del capricho o de la arbitrariedad de los
agentes del Estado.
Las consecuencias de la enseñanza y adoctrinamiento en estos conceptos a las Fuerzas Armadas
chilenas de la época, llegaron a los resultados aberrantes posteriores. Se auto legitimaron como los
guardianes de la seguridad del Estado, frente al enemigo externo, el "enemigo interno" y a la situación de
crisis política e institucional.
Esto llevo a la total ausencia de autolimitación moral por los militares chilenos, que prevaleció
sobre la limitación imperativa y sobre las normas de obligado cumplimiento incluida su Constitución y que
llevó al desprecio de los Derechos Humanos.
5.3. Concordancia imperativo-moral
La necesidad de que exista una adecuada concordancia entre los dos principios anteriores, se
denomina ‘Concordancia imperativo-moral.
En el caso estudiado era imposible que pudiera existir esta concordancia. Se habían fracturado
totalmente los dos anteriores principios de limitación imperativa y de autolimitación moral.
El efecto resultante fue una obediencia ciega a órdenes ilegales e inconstitucionales, que permitió la
violación a los derechos humanos, facilitando la comisión de gravísimos delitos, como los perpetrados en
los numerosos casos constatados de forma irrefutable por las comisiones citadas anteriormente.
Existen dos elementos exógenos de gran influencia sobre la limitación imperativa, la autolimitación
moral y la concordancia imperativo-moral. Son el ‘vector social’ y el ‘vector internacional’. Ambos son
analizados seguidamente.
a. El vector social que influyó en las Fuerzas Armadas chilenas.
Se conoce como vector social al conjunto de vectores de influencia que actúan sobre el
comportamiento de un determinado Ejército, procedentes del conjunto de su propia sociedad civil.
Existen ejemplos anteriores de esta influencia, dos de los más destacados son los ejemplos trágicos
del nazismo en Alemania y los Khmeres rojos de Camboya.
Los factores que más frecuentemente influyen en este vector, son:
11. · El golpismo histórico de ciertos Ejércitos.
· La dificultad por parte del poder civil democrático de asumir su propia supremacía sobre el
Ejército.
· La dificultad de las FAs de aceptar la supremacía civil.
· La debilidad del aparato judicial y la impunidad estamental.
· La práctica habitual del maltrato físico
· La existencia de unas estructuras sociales demasiado desiguales
· La enseñanza militar superior de ciertos países, de la impartición de los conceptos básicos de la
vieja doctrina de la seguridad nacional.
El vector social que influyó sobre el Ejército de Chile básicamente está constituido por los siguientes
factores:
11) Victoria de Salvador Allende en las elecciones presidenciales de 1970 y reformas de carácter
izquierdista pero democráticas, acometidas durante sus 3 años de mandato. Estas reformas son
consideradas por la oligarquía chilena como un peligroso fenómeno que se debía abortar. Con su nueva
política económica Allende pretende cambiar las estructuras del Estado en beneficio de las clases sociales
más desfavorecidas. Se consideró por parte de su Gobierno tres principales reformas que debían de ser
aplicadas[1], y que a corto plazo serán los desencadenantes del golpe de estado del 1973:
[1] 3 reformas de Allende que le costaron un golpe de Estado. Público.es. http://www.principiamarsupia.com/2013/09/11/3-reformas-
de-allende-que-le-costaron-un-golpe-de-estado/
· Nacionalización de la minería del cobre y la banca
Cuando Allende llegó al poder casi el 50% de las principales minas de cobre pertenecían
compañías estadounidenses, en particular Anaconda Copper Company, controlada por las
poderosas familias Rothchild y Rockefeller.
· Reforma agraria
La mayor parte del terreno cultivable de Chile eran latifundios en manos de un puñado
de familias. El gobierno de Allende promulgó una reforma agraria que prohibía la posesión de
más de 80 hectáreas por persona. En 18 meses todos los latifundios desparecieron.
· Reformas sanitarias, educativas y sociales.
Durante sus 3 años de gobierno, Allende promulgó además una serie de reformas en el
ámbito sanitario, educativo y social:
Gratuidad de la universidad, sistema de becas para los niños de descendencia indígena
(fundamentalmente mapuches) que habían sido discriminados durante décadas, un
“Programa de Suplementos Alimenticios” fue extendido a todos los niños en escuelas
primarias y a todas las mujeres embarazadas, aumento de las pensiones mínimas al doble de
la inflación e instauración de un sistema de centros de salud en barrios obreros, entre otras.
12. 12) Golpe de Estado del general Pinochet en 1973
El tratamiento de los medios de comunicación de derechas tuvo un papel fundamental en imputar
toda la culpa de los problemas económicos al gobierno socialista de Salvador Allende[1].
Firmas en el libro blanco de Chile
La estrategia surtió efecto hasta hacer de Chile un país ingobernable. El asesinato del general
Schneider y la dimisión del comandante en jefe del ejército chileno Carlos Prats, también firmemente
constitucionalista y antigolpista, así como el nombramiento de Augusto Pinochet en sustitución de éste,
allanaron el camino del golpe de estado del 11 de septiembre.
33) El ‘Plan Z’ y el ‘Libro Blanco’ de 1973
El Libro Blanco fue editado tras el golpe de Estado de 1973 por la Secretaría General de Gobierno.
En el se denunciaba la supuesta existencia del denominado “Plan Zeta”, un plan para llevar a cabo un
autogolpe, por parte del gobierno de Salvador Allende. Una de las etapas del plan era asesinar a los altos
mandos de las Fuerzas Armadas y sus familiares[2].
Dentro del invento (Plan Z)[3], elemento principal de la “deceiving operation” (operación de engaño)
es el nombre atribuido en Chile a un supuesto plan del gobierno de Allende, para llevar a cabo una
insurrección armada, un autogolpe, con el fin de imponer a la fuerza un gobierno marxista. La supuesta
existencia de este plan fue divulgada por los militares que perpetraron el golpe de Estado de 1973.
Los archivos desclasificados de la CIA a partir de 1999 demostraron que jamás existió, y que su
divulgación fue una operación de guerra psicológica de los militares chilenos, específicamente de
la Armada de Chile, en que impusieron la lógica del «ellos o nosotros» para justificar la represión
y violaciones a los derechos humanos.
13. [1] Se analiza en el punto 6 de este trabajo.
[2] El libro blanco del Gobierno de Chile. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Libro_blanco_del_cambio_de_gobierno_en_Chile
[3] Plan zeta. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Plan_Zeta_(Chile)
Los militares constitucionalistas contrarios al golpe eran presentados como agentes comunistas
infiltrados. Todo ello propició casos de vejaciones, agresiones y torturas sufridas por militares
profesionales, y sus familias, a manos de los que fueron sus compañeros, superiores y subordinados.
b. Como influyó el vector internacional en las Fuerzas Armadas chilenas.
Al conjunto de factores de influencia que actúan sobre el comportamiento de un determinado
Ejército, procedentes del ámbito internacional, se le denomina ‘vector internacional’.
Generalmente los factores integrantes son:
· La positiva influencia de algunos instrumentos del Derecho Humanitario Internacional
posteriores a la IIGM como las Convenciones internacionales.
· La negativa influencia (sobre todo en América latina) de la Doctrina de Seguridad Nacional,
fruto de la guerra fría, que contribuyo a la vulneración de los derechos humanos por parte de
Ejércitos sudamericanos.
· El factor positivo de la implantación del principio de Justicia Universal y la instauración del
Tribunal Penal Internacional (TPI).
· El factor negativo del rechazo del TPI por países importantes.
· Como factor negativo desde el 11-S, el retroceso en la valoración de los derechos humanos en
aras de la seguridad.
1) La operación de engaño (deceiving operation) auspiciada y desarrollada por la CIA[1].
Las políticas de izquierda del gobierno de Allende en cuanto a nacionalizaciones y criterios
“marxistas” en otras áreas, es contemplada por Washington (Nixon, Kissinger y la CIA) y por la clase
oligárquica chilena como un peligroso fenómeno que es preciso frustrar.
Cumpliendo las instrucciones del presidente Nixon y de la Secretaría de Estado, la CIA desarrolla una
serie de acciones encubiertas destinadas a deteriorar la situación política y social, con objeto de hundir el
gobierno emanado de las urnas en 1970. Con tales acciones encubiertas, la CIA propicia toda clase de
tensiones en la propia sociedad chilena, que suscitan un fuerte rechazo de importantes sectores de las
Fuerzas Armadas, así como de los sectores privilegiados de las clases alta y media-alta de la sociedad
civil.
La estrategia surtió efecto, el decidido intento de Nixon de aislar, debilitar y desestabilizar Chile hasta
hacer de él un país ingobernable se había logrado, allanando el camino del golpe de estado del 11 de
septiembre.
2) Doctrina de Seguridad Nacional (DSN)
Como se ha comentado anteriormente, la Doctrina de la Seguridad Nacional es un “concepto”
diseñado por los Estados Unidos con el objetivo que las Fuerzas Armadas de los países latinoamericanos
combatieran y erradicaran aquellas ideologías que pudieran favorecer o apoyar al comunismo en el
14. contexto de la Guerra Fría, legitimando la toma del poder por parte de la institución militar y la violación
sistemática de los derechos humanos.
Las Fuerzas Armadas “se consideran como las garantes y salvadoras de la nación y de los valores
permanentes establecidas en la tradición. Se autolegitiman como los guardianes de la seguridad del
Estado, frente al peligro externo y a la situación de crisis política e institucional.
3) Presiones de los organismos internacionales defensores de los derechos humanos.
Muchos Organismos internacionales como la Cruz Roja, Amnistía Internacional o el Instituto
Interamericano de Derechos Humanos y otros a nivel nacional, como la Vicaria de la Solidaridad (1976-
1992) organismo de la Iglesia Católica de Chile[2], se erigieron en la voz de la comunidad internacional
instando a las autoridades chilenas a que se tomaran iniciativas contra la situación de deterioro de los
derechos humanos en Chile.
[1] Intervención estadounidense en Chile. Wikipedia. http://es.wikipedia.org/wiki/Intervenci%C3%B3n_estadounidense_en_Chile
[2] La Vicaría de la Solidaridad (1973-1992). Biblioteca Nacional de Chile. Memoria
chilena. http://www.memoriachilena.cl/602/w3-article-3547.html
Este positivo factor constituido por los Convenios Internacionales que configuran el derecho
humanitario, y las presiones de la comunidad internacional en favor del respeto a los derechos humanos
y del cumplimiento de dichos convenios y tratados, resultó barrido y prácticamente anulado en Chile por
el negativo factor anterior: el peso aplastante de la Doctrina de Seguridad Nacional, integrante también
del vector internacional, pero en un sentido negativo.
15. 6. Tratamiento por parte de los medios de los sucesos.
A lo largo de los tres años del gobierno de Salvador Allende, los medios de comunicación de la
derecha –en particular el diario “El Mercurio”- tuvieron un papel fundamental en difundir y exagerar al
máximo la gravedad de aquellos problemas y de aquellas carencias provocadas por el programa de acción
de la CIA y fuerzas afines (“hacer crujir” la economía), imputando toda la culpa de los problemas
económicos al gobierno socialista de Salvador Allende.
Siete días después del golpe, el periódico El Mercurio tituló a ocho columnas: “El ex gobierno
marxista preparaba un autogolpe de Estado”. “¡Aterradora información!”. Según ésta, la Administración
de Salvador Allende habría fomentado un plan de asesinato masivo de militares, dirigentes políticos y
periodistas de la oposición, sin olvidar a sus familias. El nombre en clave era “plan Z”. “Miles de personas
están implicadas en esta siniestra operación”, relataba el artículo firmado por Julio Arroyo Kuhn, un
periodista muy cercano a los servicios de información de la Marina”[1]. Este fue el golpe mediático por
excelencia desarrollado por el aparato golpista en Chile.
Destinado a convencer a la mayor parte de la sociedad chilena de lo insoportable de la situación y de
la imprescindible necesidad de salvar al país de la catástrofe absoluta que supuestamente se avecinaba,
traída por la diabólica conspiración socialista-marxista-leninista, la prensa de la derecha, junto con las
emisoras de radio y televisión de la misma tendencia, hicieron suyas las argumentaciones del Libro
Blanco y de su Plan Z, dándoles la máxima difusión y otorgándoles una falsa credibilidad[2].
El predominio mediático favorable a la dictadura se mantuvo a lo largo de ésta, pese a la existencia
limitada de medios de comunicación democráticos antipinochetistas chilenos e internacionales que
tuvieron un impacto mucho menor. No obstante, a lo largo de los años 80, el incremento de la influencia
mediática democrática resultó suficiente para impedir el triunfo de Pinochet en su referéndum de 1988,
mediante el cual el dictador pretendía mantenerse en el poder.
La influencia de los medios pro-pinochet no alcanzó a impedir la formación de tal comisión en 1990,
ni a aminorar el impacto de sus constataciones y conclusiones (Informe Rettig, 1991), que la sociedad
conoció a través de los medios chilenos y que fue otra bomba mediática en la sociedad chilena de los 90.
16. [1] La peor de las infamias de la dictadura: El abyecto “Plan Zeta”.
Cambio21. http://ww.cambio21.cl/cambio21/site/artic/20141115/pags/20141115022752.html
[2] Prudencio García Mtnez de Murguía
El 16 de octubre de 1998 un poderoso terremoto mediático sacude al mundo: el general Augusto
Pinochet ha sido arrestado en Londres, a requerimiento de un juez español. Increíble noticia, que todo el
mundo consideró errónea en un primer momento.
Evidentemente, todos los medios del mundo se hacen eco y las posteriores vicisitudes del caso en
Inglaterra durante un año y medio tuvieron una enorme repercusión. Pero como era lógico el impacto
máximo se manifestó en Chile, donde las denuncias contra Pinochet empezaron a crecer
vertiginosamente.
6.1. El tratamiento por los diferentes medios de comunicación chilenos.[1]
1) La Nación
En el diario La Nación, la característica más resonante de Pinochet está ligada al poder autoritario que
ejerció durante su gobierno. El arquetipo del dictador es el que con mayor frecuencia aparece y esto nos
remite directamente al ejercicio del poder. Los rasgos que destacan en esta categoría son la ilegalidad y
la ilegitimidad. Tratamiento de antidemócrata, hombre del pasado y líder abandonado: el diario La
Nación presenta al sujeto como un ex militar abandonado por quienes fueron sus partidarios y por lo que
considera "rostros relevantes" de la derecha, porque en el mundo plausible creado por este medio,
Pinochet es parte de ese sector político.
2) La Tercera
A Pinochet se le atribuyen características que dentro del mundo militar son valoradas. El "bajo
perfil” que caracterizaba a Pinochet antes de encabezar el golpe es uno de los atributos que este medio le
asigna como parte de su impenetrabilidad.
En cuanto a su conducta como soldado, La Tercera destaca su "férrea disciplina" y "voz de mando".
Estas son dos características que se reconocen como consustanciales a la condición de militar.
Este medio no habla de "dictador". Lo trata como de anciano enfermo, patriarca, líder solitario -
al igual que La Nación-, hombre alejado del poder, hombre de fe y nostálgico.
3) El Mercurio
El Mercurio mantiene un estilo neutral en la forma del discurso, aunque lo que prima al aludir a
Pinochet es una suerte de respeto y son resaltados aquellos rasgos que exacerban su investidura. Suele
referírsele como el "ex Presidente”.
Entre las atribuciones en sus relatos, se le distingue como líder histórico (en ese sentido se muestra
en desacuerdo con los intentos de juzgar a Pinochet en tribunales extranjeros), como líder
carismático y patriarca y guerrero (El Mercurio subraya con esta atribución el carácter bélico y
luchador).
17. [1] Homo Loquax Pinochet. Imágenes y estereotipos en la prensa chilena. Revista Universum No 20. Ivan
Witker.
http://www.scielo.cl/scielo.php?pid=S0718-23762005000100015&script=sci_arttext
1) El Siglo
El tratamiento que da este medio a Pinochet, lo muestra como un personaje asociado a una fuerte
carga negativa. Se le atribuye una política del terror durante su mandato y se le juzga sin atenuante
como responsable de crímenes de Estado. Lo trata como genocida, dictador y loco.
6.2. Censura y represión a los medios
Fueron muchas las acciones perpetradas por la dictadura chilena contra los medios hostiles. Una de
los más conocidas fue el asesinato del editor internacional de Análisis, José Carrasco Tapia. En la
madrugada del 8 de septiembre de 1986, el periodista fue sacado de su casa por agentes de la CNI.
Horas después, su cuerpo fue encontrado junto al paredón del cementerio en Américo Vespucio, con 13
impactos de bala.
“Fue un golpe brutal: la dictadura buscaba justamente callarnos, aterrarnos, matarnos”. Sin
embargo, este terrible homicidio tampoco logró disuadir la sed de verdad de los periodistas, quienes
ahora tenían a quien honrar con su lucha”.
(Patricia Collyer).
“Lo negativo fue la pérdida de un compañero de trabajo, el asesinato de José Carrasco. El dolor que
implicó, las persecuciones, la cárcel, los amedrentamientos, el miedo que, cuando uno lo recuerda,
fueron la parte mala. Pero valió la pena”, expresa Juanita Rojas, su compañera en revista Análisis[1].
Durante la dictadura, se cerraron todos los medios allendistas, se encarcelaron a 47 periodistas y
murieron en diferentes circunstancias 31[2].
Los periodistas “jugaron un rol fundamental” en la dictadura. “A pesar de la tortura, de la
marginalidad, de la represión, hubo medios de comunicación y gente de la prensa que se la jugó por
desnudar la verdad de lo que ocurrió en el país, aunque eso tuvo costos impresionantes para ellos, entre
ellos la persecución y asesinatos”.
18. 7. Conclusiones
Durante el periodo estudiado, en referencia al comportamiento de las Fuerzas Armadas chilenas
referentes a diferentes valores y conceptos analizados, como son el concepto de Disciplina, Honor y
Espíritu de Cuerpo, se llega a la clara conclusión general, de su uso erróneo y de una tremenda
degradación de los mismos, que desencadenaron los efectos dañinos graves en materia de falta de
respeto a los Derechos Humanos que se dieron en Chile.
La disciplina como concepto bien entendido, radica en el respeto a la persona, acatamiento de las
leyes y fundamentalmente en el respeto a los Derechos Humanos. Todo esto fue tergiversado por
diferentes vectores que incidieron en las Fuerzas Armadas chilenas de manera negativa, llevándoles a
perpetrar tremendos delitos. Versiones aberrantes de la disciplina como la 'obediencia debida', que
propició el que se cometieran violaciones de los derechos humanos o la negación de responsabilidad por
parte del jefe, alegando desconocimiento o descontrol de los crímenes cometidos por sus subordinados,
que incluso Pinochet alegó, cayendo en una de las formas más innobles de quebrantar el concepto de
mando militar, se enquistaron en las Fuerzas Armadas chilenas de este periodo.
El concepto del Honor militar, fue totalmente malinterpretado por las Fuerzas Armadas chilenas. Un
concepto acertado del "honor militar" está inseparablemente unido al respeto a los Derechos Humanos y
a la defensa de la Constitución. Por lo tanto toda violación de los Derechos Humanos constituye una
violación del honor militar, como fue este caso, demostrado entre otras por la Comisión Nacional de
Verdad y Reconciliación (Comisión Rettig, 1990) cuyo objetivo principal fue contribuir al esclarecimiento
sobre las más graves violaciones a los derechos humanos cometidas entre septiembre de 1973 y de
marzo de 1990 en Chile.
[1] Los periodistas que lucharon contra la dictadura. DiarioUChile. Oriana Miranda. http://radio.uchile.cl/2013/09/05/los-periodistas-
que-lucharon-contra-la-dictadura
[2] Medios de comunicación en Chile fueron tan golpistas como las Fuerzas Armadas. Correo del
Orinoco. http://www.correodelorinoco.gob.ve/tema-dia/medios-comunicacion-chile-fueron-tan-golpistas-como-fuerzas-armadas/
El concepto de Espíritu de Cuerpo se aplicó erróneamente también en este caso. En el periodo
analizado en Chile, se dio todo lo contrario: una defensa cerrada de la institución basada en la absoluta
impunidad, con el sentimiento que ningún militar pudiera ser jamás procesado por muy graves que
fueran sus actuaciones delictivas.
De hecho en la Comisión Nacional de Verdad y Reconciliación y en la Nueva Comisión Nacional sobre
prisión política y tortura, se llegó a la conclusión que exceptuando casos muy concretos, los hechos
constitutivos de esas violaciones no fueron investigados por los tribunales y por lo tanto sus autores no
fueron penados judicialmente.
Si nos centramos en el estudio de los principios básicos de la relación Ejército – Sociedad durante
este periodo en Chile. En referencia a la limitación imperativa, en la fecha del golpe la norma jurídica
de mayor rango era la Constitución de la República de Chile de 1925, y por tanto a la que los militares
19. chilenos debían el máximo respeto. Se infringieron múltiples artículos. Además, la República de Chile
tiene suscritos los Convenios de Ginebra de 1949, y es Estado Parte, de la Convención Interamericana
para Prevenir y Sancionar la Tortura de 1985, y la Convención Internacional contra la Tortura y otros
Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes, de 1984. Por lo tanto todos estos tratados eran en
estas fechas de obligado cumplimiento para las Fuerzas Armadas chilenas y no fueron respetados,
infringiendo totalmente esta limitación que debe garantizar la subordinación de la actividad militar al
poder político, apartidismo de las Fuerzas Armadas y el respeto a los derechos humanos.
En cuanto a la Autolimitación moral, fue gravemente negativa la influencia de la Doctrina de
Seguridad Nacional (DSN) en las convicciones de los militares chilenos que provocó un inmenso daño, lo
que favoreció y “legitimó” la toma del poder por parte de las Fuerzas Armadas y la violación sistemática
de los derechos humanos. Esto llevó a la total ausencia de esta autolimitación por los militares chilenos,
que prevaleció sobre la limitación imperativa y sobre las normas de obligado cumplimiento incluida su
Constitución y que llevó al desprecio de los Derechos Humanos.
Por lo tanto la Concordancia imperativo-moral, en el caso estudiado era imposible que pudiera
existir. Se habían fracturado totalmente los dos anteriores principios de limitación imperativa y de
autolimitación moral.
Decisivos fueron los factores condicionantes exógenos en la actuación de las Fuerzas Armadas
Chilenas. El vector social que influyó en ellas actuando sobre su comportamiento, procedente del
conjunto de su propia sociedad civil llegó, a ser el detonante definitivo del golpe de Estado. Las reformas
de carácter izquierdista acometidas durante sus tres años por el Gobierno legítimo: nacionalización de la
minería del cobre y la banca, reforma agraria y reformas sanitarias, educativas y sociales fueron cruciales
en las presiones de la oligarquía chilena a las Fuerzas Armadas.
No menos decisivo fue como influyó el vector internacional en las Fuerzas Armadas chilenas. La
operación de engaño (deceiving operation) auspiciada y desarrollada por la CIA y la Doctrina de
Seguridad Nacional (DSN) fueron dos vectores que manipularon negativamente el pensamiento de los
militares chilenos. El positivo factor constituido por los Convenios Internacionales que configuran el
derecho humanitario, y las presiones de la comunidad internacional en favor del respeto a los derechos
humanos y del cumplimiento de dichos convenios y tratados, resultó barrido y prácticamente anulado en
Chile por el negativo factor anterior: el peso aplastante de la Doctrina de Seguridad Nacional.
Un ejemplo de las conclusiones anteriores pueden ser las declaraciones de un militar chileno, citado
anteriormente: “El clima de odios pre y post 11 de septiembre de 1973, me hizo perder el rumbo en
materia de derechos humanos, pese a saber desde el seno materno, que matar es malo, pues nacemos
con aquella norma incorporada a nuestro ser. Inexplicablemente en aquel tiempo, jóvenes militares como
yo cumplimos órdenes ilegales en el origen, pero convertidas en legales por medio de una sostenida y
efectiva acción sicológica en que se nos hizo ver que el "enemigo" era cada día más fuerte, más
peligroso, más sanguinario, más traidor, más peligroso para las familias y para nuestro país. El paso del
tiempo, la madurez adquirida y el peso de la conciencia, me hicieron comprender que lo obrado
anteriormente por esa vía, era un profundo y desatinado error".
En cuanto al tratamiento por parte de los medios de este periodo, la conclusión final es que
fueron cruciales en el desencadenamiento final y apoyo posterior a la dictadura. A lo largo de los tres
años del gobierno de Salvador Allende, los medios de comunicación de la derecha –en particular el diario
“El Mercurio”- tuvieron un papel fundamental en difundir y exagerar al máximo la gravedad de aquellos
problemas y de aquellas carencias provocadas por el programa de acción de la CIA y fuerzas afines,
imputando toda la culpa de los problemas económicos al gobierno socialista de Salvador Allende.
20. Los periodistas contrarios al golpe también jugaron un rol fundamental en el periodo de la dictadura.
A pesar de la tortura, de la marginalidad, de la represión, hubo medios de comunicación y gente de la
prensa que informó de la verdad de lo que ocurría, aunque eso tuvo costes impresionantes para ellos,
entre ellos la persecución y asesinatos”.
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La peor de las infamias de la dictadura: El abyecto “Plan Zeta”.
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· Homo Loquax Pinochet. Imágenes y estereotipos en la prensa chilena. Revista
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