2. ¡Puntualidad!
La puntualidad en la escuela es una actitud que se adquiere
desde los primeros años de vida mediante la formación de
hábitos en la familia, donde las normas y costumbres
establecen horarios para cada una de nuestras actividades.
También es un reflejo de respeto al tiempo de los demás, ya
que en la escuela y en la vida social, la puntualidad en la
escuela es un signo de buena educación. Al ingresar a la
escuela, se desarrollan todas las actividades de acuerdo a un
horario que se establece en los reglamentos internos. Estos
horarios permiten tener un orden, además que ayudan a la
coordinación de las clases y descansos; todo esto consolida la
actitud aprendida en el hogar. Sin embargo, en algunos casos
hay personas que constantemente llegan tarde
y, generalmente presentan excusas, por ejemplo, no sonó el
despertador, mi mamá me retrasó, no pasó a tiempo
3. Responsabilidad
La permanencia del alumno dentro del establecimiento se efectúa bajo el
consentimiento de sus progenitores, quienes con la firma del presente
expresan su aceptación y comparten la responsabilidad en tal sentido.
Se entiende que en el colegio los padres han delegado la formación educativa y
aprueban el ideario, sus principios y objetivos, declarando conocer y también
aceptar a los directivos, docentes, preceptores y personal auxiliar que sea
designado para tales fines y los lugares y dependencias donde se imparte o se
impartirá la misma. Consienten toda actividad programática y extra
programática, sea cual fuere su naturaleza o denominación, que deba realizar
el alumno en cumplimiento de los objetivos del establecimiento, sea dentro o
fuera de él, incluso en paseos, excursiones, competencias
deportivas, educación física, actividades recreativas, etcétera.
Se conviene expresamente que el establecimiento educativo asumirá la
responsabilidad resarcitoria o indemnizatoria por los daños o perjuicios
sufridos por el alumno siempre que existiera culpa grave al deber de previsión
y vigilancia por parte del establecimiento o de su personal de dependencia.
4. Presentación personal
a medida nació en el gobierno de Carlos Ibáñez del Campo, pero
su uso hoy debe ser una decisión del colegio en conjunto con
profesores, padres y alumnos.
Luego de unas merecidas vacaciones, la semana pasada tuve el
primer desafío del año: comprar los uniformes escolares de mis
hijos.
Después de horas en el mall y ya algo agotada, me pregunté por
qué los niños tenían que usar uniforme, cuándo se había
impuesto esta idea y porqué todavía se mantenía vigente. Llegué
a mi casa, me senté a estudiar y ahora quiero compartir esta
información con ustedes.
El uso del tradicional uniforme escolar se remonta al gobierno
de Carlos Ibáñez del Campo. La razón principal que él tuvo para
instaurar esta obligatoriedad fue su intento de establecer la
disciplina militar dentro de los recintos educacionales. En esa
época la educación universitaria no aceptó la imposición de esta
medida.
5. Valores éticos
Son las cualidades que reconocemos como propias de cada ser humano y que recogidas en su conjunto, se
convierten en los paradigmas deseables del individuo en particular y del Instituto en forma general.
HONESTIDAD: Actuar con transparencia, rectitud y honradez en todos y cada uno de los actos de la
vida, sin contradicciones entre lo que se piensa, se dice o se hace.
TRANSPARENCIA: Ser claro, evidente, sin duda ni ambigüedad, visible y abierto como servidor público y
como ser humano.
RESPETO: Reconocer la legitimidad de los demás tomando en consideración la diversidad de
ideas, opiniones y percepciones de las personas, como base de la sana convivencia social.
RESPONSABILIDAD: Cumplir bien, a tiempo y con empeño cada una de las funciones y obligaciones a mi
cargo.
COMPROMISO: Actuar con disponibilidad, conocimiento, responsabilidad, convicción y entrega en el
cumplimiento de las funciones y obligaciones que me fueron asignadas.
LEALTAD: Ser fiel a los principios y valores que se han identificado y rigen en el Instituto, reconociendo en
ellos no una obligación, sino el camino a la excelencia individual e Institucional.
INTEGRIDAD: Ser correcto, intachable, digno y moral en todos los aspectos de la vida: en lo que
pienso, expreso y ejecuto, tanto en mi actividad laboral como personal.
EQUIDAD: Dar un tratamiento justo e igualitario a las personas de acuerdo con sus
necesidades, independientemente de su estrato socioeconómico, filiación política, sexo, edad o religión.
TOLERANCIA: Aceptar las diferencias existentes entre las personas, tanto con los compañeros de trabajo
como los usuarios del Instituto, reconociendo en este valor, un elemento básico para lograr una sana
convivencia.
PARTICIPACIÓN: Aportar, expresar, desarrollar y realimentar las actividades del Instituto, permitiendo la
generación de nuevos espacios para que otros hagan parte del proceso.