2. La felicidad
La historia de la humanidad se puede resumir, en forma simple, en la búsqueda permanente de la felicidad. Las preocupaciones, la
ansiedad, la tristeza, el odio, son obstáculos en ese camino a la plenitud
¿Quien no aspira a sentirse realizado? Desde sus orígenes, el ser humano se ha esforzado en encontrar ese camino.
El problema, o mejor dicho, el sufrimiento surge cuando no se consigue aquello que se considera necesario para alcanzar ese estado de
plenitud.
No todas las personas piensan de igual manera acerca de lo les hace felices. Algunos son felices cuando tienen una carrera exitosa, otros
cuando tienen a una persona a su lado. Y otros, se hallan contentos en la soledad.
Sin duda, se trata de un concepto muy subjetivo.
3. Aristóteles relacionaba la consecución de la felicidad entendida como un bien
supremo. En uno de sus textos, expresaba " el bien, que debe buscarse sólo por sí
mismo, es más definitivo que el que se busca en vista de otro bien; y el bien que no
debe buscarse nunca en vista de otro bien, es más definitivo que estos bienes que se
buscan a la vez por sí mismos y a causa de este bien superior; en una palabra, lo
perfecto, lo definitivo, lo completo, es lo que es eternamente apetecible en sí, y que
no lo es jamás en vista de un objeto distinto que él"
Existe una lucha constante por el ser humano por alcanzar ese estado de bien
supremo. Sin embargo, a veces se torna dificil dividir lo que uno hace motivado
para alcanzar ese estado de plenitud o si es puro egoismo.
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5. • Un debate frecuente es si, la felicidad se trata de un estado constante, o si debe ser entendida
como futuro, como una meta u objetivo.
Si le preguntamos a un joven, por ejemplo, que le hace feliz, quizás nos diga que le gustaría
terminar su carrera, conseguir un trabajo, tener una familia. Que todo el conjunto, le hará feliz.
• ¿Es realmente eso cierto?
• Es normal a toda persona tener deseos y aspiraciones. Pero, hasta qué punto es eso indispensable
para ser feliz?
Sin embargo, admitir esa teoría implica que, mientras no se lleguen a conseguir esos objetivos, la
persona debe resignarse, por tanto, a ser infeliz. Lo cual, no tiene mucho sentido. Decir que para
ser feliz se necesita en forma exclusiva una cosa o a alguien, es esclavizar el concepto de felicidad.
En varias religiones, como por ejemplo, en el budismo, se considera que la causa del sufrimiento
humano es el apego o deseo excesivo de tener o poseer. Esta posesión puede centrarse en objetos
materiales, como también en personas.
La clave, según los budistas, por tanto es aprender a vivir en desapego. Es decir, ser consciente de
que las cosas o las personas, no están para ser poseídas como una forma de sentirnos plenos. No.
Lo importante es saber disfrutar de los momentos, pero sin considerar como indispensable, ya
sea un bien material o la presencia de una persona.