2. La amistad es parte del bienestar
• El filósofo Aristóteles estudió y expuso en qué consiste la
vida buena; para él, quien practicó las virtudes humanas
puede considerarse dichoso. Y consideró que la amistad
es otro de los elementos importantes para ello en
cualquier etapa de la existencia. De esta manera, afirma
que la relación con otras personas es un elemento
indispensable para lograr una vida agradable.
• Aseguraba que los amigos son necesarios para todos y,
describe la variedad de formas que tiene la amistad,
algunas de las cuales hoy no llamaríamos propiamente de
esta manera, sino que son relaciones a las que podríamos
nombrar compañerismo, asociación o amor.
3. La amistad es parte del bienestar
• La palabra amor, suele reservarse para hacer referencia alguna
forma de afecto intenso que se da sólo en algunas relaciones: de
pareja (amor romántico), familiares (amor filial, de hijos a
padres y de padres a hijos, así como a otros miembros de la
familia, como abuelos, tíos, primos, etcétera).
• Así que la idea tiene que ver con los lazos, ya que los seres
humanos necesitamos estar de diversas maneras con otras
personas, parientes, compañeros, amantes, incluso, socios. En
todas las formas de relación, aún tan impersonales como las
comerciales, se necesita un mínimo de confianza y
cooperación, sin las cuales no se establece ningún nexo ni,
mucho menos, puede darse un noviazgo o una amistad
profunda, entre otros tipos de vínculo.
4. La amistad es parte del bienestar
• En la psicología moderna también se ha reconocido la importancia
de las buenas relaciones como parte del bienestar humano. La
manera en que los otros están presentes en nuestra vida es uno de
los factores que más influye en el grado de satisfacción que
experimentamos en la existencia en su conjunto. La corriente
llamada psicología positiva insiste en ello y considera que tener
relaciones que nos produzcan satisfacciones y nos ayuden a
mejorar es uno de los componentes esenciales del bienestar.
• En términos generales, puede decirse que una relación positiva es
aquella que favorece que se compartan experiencias agradables,
crecimiento, aprendizaje, apoyo, acciones y logros, en contraste
con una relación negativa, en la que se generan emociones
dolorosas, como la angustia y la ansiedad, entre otras.
5. La amistad es parte del bienestar
• Seguramente te ha pasado algo que te llena de alegría
y, entonces, lo que quieres hacer es contárselo cuanto
antes a un ser querido, sea o no familiar, como un
amigo o una compañera.
• Y esa experiencia cotidiana nos remite a nuestra
capacidad de incorporar a los otros en nuestra vida,
como si al comunicar lo que nos pasa lo viviéramos de
otra manera. Un refrán dice que “las penas
compartidas pesan menos”, y diríamos también que las
alegrías que se comparten son mayores.
6. El sentido de la vida en la psicología existencial
• El escritor austríaco que posiblemente más ha influido en la noción de
sentido de vida es el médico, psiquiatra y filósofo Víctor Frankl (1905-
1997). Su libro más conocido, El hombre en busca de sentido, lo redactó
a escondidas mientras estuvo preso en varios campos de concentración
nazis.
• Frankl da cuenta de sus observaciones acerca de la vida en los campos
de concentración, en una de las situaciones más desesperadas en que
alguien podría encontrarse, y se preguntó qué es lo que hace que
algunos puedan sobrevivir, mientras que otros parece que pierden el
deseo de seguir adelante.
• Desde luego, las condiciones de maltrato de una prisión influyen en la
supervivencia, pero --además de esos factores externos a la persona--
también hay un peso de los factores internos que tienen que ver con la
capacidad de algunos de encontrar motivos para seguir viviendo en
medio de circunstancias en las que otros no los hallan.
7. El sentido de la vida en la psicología existencial
• Tener un sentido conlleva la convicción de que se tiene una
tarea que cumplir, algo que es importante para alguien, y es
algo más real que un mero capricho. Desde el punto de vista
de quien encuentra un sentido, aquello que busca hacer es
valioso por sí mismo, más allá de que sea relevante en lo
particular.
• Esta manera de presentar el sentido ha sido recuperada en
la psicología positiva, en la que se afirma que uno de los
componentes básicos del bienestar es que las personas
tengan un sentido de vida que oriente sus acciones y les
permita, acomodar bajo cierto orden de cosas los
accidentes y las dificultades que se enfrentan.
• Frankl cita una frase de Nietzsche: quien tiene un por qué
para vivir puede soportar casi cualquier cómo.
8. El sentido de la vida en la psicología existencial
• Una persona logra soportar el hambre o el maltrato porque cree que
eventualmente terminarán; entonces podrá reunirse con los suyos o
realizar una tarea inacabada. Pero si piensa que su sufrimiento no sirve
para nada, que no hay perspectiva de alguna mejora, es posible que se
derrumbe. Por eso el sentido de vida no es solamente una misión que
cumplir, sino un marco de creencias que permite orientarnos en medio
de las dificultades y establecer diversas prioridades.
• El sentido de vida no viene dado por algo externo a la persona, ya sea la
naturaleza, alguna divinidad o la sociedad, sino que, al modo de la vida
auténtica, es producido por cada uno en función de su libertad. Sin
embargo, no podemos inventar totalmente lo que somos y las
realizaciones que nos permiten alcanzar el bienestar, sino que algunos
elementos son necesarios para todas las personas: necesitamos salud,
alimento y vivienda para nuestra vida corporal, y de igual manera se
requiere de educación, cultura, amistad y hacer algo valioso para sentir
satisfacción y, quizá, orgullo.
9. El sentido de la vida en la psicología existencial
• Aunque en tiempos anteriores a la modernidad podría
darse el caso de que algunas personas no tuvieran un
sentido de vida, al parecer se trata de una situación que
se ha multiplicado en las sociedades modernas y ricas
donde hay millones de personas que no tienen qué
preocuparse por la supervivencia física, pero aun así no
se encuentran satisfechas ni contentas, sino que
experimentan un vacío, una falta de razón de ser.
• Pero en esas mismas sociedades hay gente que carece de
los medios de subsistencia suficientes y quizá no se
plantean de forma consciente situaciones existenciales,
porque primero hay que resolver las necesidades básicas
para sobrevivir. Esto no quiere decir que no se angustien
ni se pregunten acerca del porqué de la vida.
10. El sentido de la vida en la psicología existencial
• En las sociedades modernas los antiguos marcos
de referencia para la vida que ofrecían las
tradiciones, en especial las religiosas, ya no
cumplen la función que antes tenían.
• Las explicaciones científicas del mundo
contemporáneo han desplazado las historias
míticas, pero ese espacio no ha sido llenado por
nuevas propuestas para el significado de la vida.
• Para subsanar este vacío, la reflexión filosófica y
humanística nos ayuda a construir nuevos
significados que orientan nuestra vida.
11. La alegría de vivir
• Hemos estudiado que la vida feliz tiene que ver con factores
internos como desarrollar las virtudes y tener un propósito, con
factores externos como poseer ciertas seguridades que nos
puede proporcionar la sociedad, como son los bienes materiales.
• Otra parte importante de la buena vida tiene que ver con aceptar
la realidad y velar porque nuestros deseos se ajusten a esta, en
lugar de estar buscando siempre lo contrario, es decir, que la
realidad se ajuste a nuestros deseos.
• La felicidad no consiste en tener todo lo que deseamos y
batallar de forma constante para que el mundo sea como
nosotros deseamos, sino, por el contrario, hay que aprender a
amar la vida tal como es y disfrutar de los placeres que nos
brinda con mesura.
12. La alegría de vivir
• Michel de Montaigne (1533-1592) fue un pensador
renacentista que recomienda el ser felices mediante la
conciliación entre los deseos personales y lo que la vida
brinda. Para ello es recomendable no pensar en la muerte,
pues la vida es algo distinto de su final y es demasiado
valiosa como para ocuparnos de algo diferente.
• Para Montaigne, la posibilidad de ser felices tiene que ver
con la aceptación de nosotros mismos y con aspirar a
objetivos humanos realizables y no definidos de manera
religiosa. Las metas demasiado elevadas, como las que nos
proponen el cristianismo y el budismo, nos mantienen en un
estado de insatisfacción constante que va en contra de
nuestra felicidad.
13. La alegría de vivir
• La mayoría de los seres humanos no podemos aspirar a ser
perfectos en un sentido moral o cognitivo, por lo que nuestra
búsqueda de la buena vida debe orientarse hacia una sabiduría
que esté a nuestro alcance, con virtudes y defectos de carácter,
emociones y sentimientos.
• Montaigne considera que, para alcanzar esa armonía con la vida
que nos permita estar contentos, es preferible no buscar ser
algo que no somos, aceptarnos como humanos sencillos, no
pensar en lo que nos desagrada o en las preocupaciones y
disfrutar de los placeres más simples que nos ofrece la
existencia, enfocando nuestros pensamientos hacia aquello que
nos produce alegría. No hay una receta, pero practicar la
modestia y adecuar nuestros deseos a la realidad son siempre
buenos consejos.
14. La alegría de vivir
• Montaigne también reflexionó acerca de los animales y
considera que el sentirnos superiores a los demás miembros
de la naturaleza es sólo una cuestión de soberbia. Tendríamos
que aprender a apreciar su inteligencia, bondad y sabiduría.
Algo similar pensó con relación a los habitantes del llamado
Nuevo Mundo, a quienes consideró sabios, no unos salvajes,
como era común pensar en la Europa del siglo XVI; apreciaba
su naturalidad, sencillez y espontaneidad, que los hacían muy
diferentes a los europeos, cuyas costumbres los habían
alejado de la naturaleza y los habían llevado a vivir siempre
insatisfechos a pesar de no faltarles nada. Los indios, a sus
ojos, viviendo según sus necesidades básicas y naturales se
notaban más felices.
15. La alegría de vivir
• La educación debe tener el objetivo de ayudar y orientar
para pensar de manera que se pueda vivir mejor; esto es,
maximizando la alegría y reduciendo al máximo la tristeza,
lo cual se logra conociéndonos bien y ejercitando nuestro
juicio para discernir qué es lo mejor para nosotros sin que
eso represente un perjuicio para los demás.
• Montaigne nos aconseja conocer y aceptar la propia
naturaleza para aprender a disfrutar mejor nuestra vida y
contentarnos con los placeres pequeños que nos brinda.
No debemos centrarnos en la finitud y brevedad de
nuestra existencia, sino, por el contrario; en la calidad y la
intensidad con las que experimentamos cada uno de sus
momentos.
16. La sociedad y el sentido de la vida
• ¿Qué relación tiene la realidad social y económica en que
vivimos con el sentido que le damos a nuestra vida?
• La filosofía de la praxis, de inspiración marxista, hace
hincapié en que la filosofía debe ayudar a liberarnos de las
relaciones deshumanizadoras que se dan en las sociedades
capitalistas, como la enajenación del trabajo humano.
• Marx subraya que el pensamiento teórico debe servir para
transformar las realidades que son reprobables
moralmente porque atentan contra la dignidad humana, la
vida, los animales no humanos o el medio ambiente.
17. La sociedad y el sentido de la vida
• La filosofía, para Marx, es un modo de vida que compromete a
luchar por el cambio social. Todas las personas tendrían el
deber moral de contribuir a transformar el sistema económico
en el que el ser humano pierde la dignidad al convertirse en una
mercancía, pues su fuerza de trabajo es lo único que importa
para este sistema.
• Por ello, hay que aspirar a una sociedad donde las personas no
sean medidas por lo que tienen y en la que sus necesidades
económicas, sociales y culturales estén satisfechas.
• Tal organización, en un primer momento repartiría los bienes
socialmente producidos según la labor que cada miembro
hubiera aportado; pero, en su fase última, esta distribución se
haría según las necesidades de las personas.
18. La sociedad y el sentido de la vida
• Para el marxismo de orientación práctica, el plan de
vida de la gente, dadas las circunstancias en que
nos encontramos, debe estar orientado a cambiar
la sociedad y no a alcanzar propósitos individuales.
O más bien, estos deben subordinarse a esa tarea.
• Sin duda, es una idea polémica, pues se podría
argumentar que ningún propósito común, por justo
que sea, puede justificar que sacrifiquemos
nuestros ideales personales.
• A esto se podría contestar qué solo en un mundo
justo para todos, cada individuo puede perseguir
su ideal de vida.
19. Vida cotidiana y realización personal
• Sí se acepta que somos seres sociales que necesitamos de los
otros para satisfacer nuestras necesidades, como decía Marx,
entonces el tipo de sociedad en que vivimos influye en lo que
deseamos y en las posibilidades de hacerlo.
• Agnes Heller (1929-2019) sostiene que, en el capitalismo, la
existencia rutinaria tiende a la extrañación, pues en ese sistema
se pierde de vista la dimensión humana. Este fenómeno se da
por varias razones, entre estas el pragmatismo que domina la
existencia de las personas, es decir, el hecho de que lo más
importante sea el logro de fines prácticos, como puede ser el
obtener dinero, prestigio o popularidad.
• Otro rasgo es la heterogeneidad, o sea, el que necesitemos está
realizando varias actividades al mismo tiempo, lo cual hace que
sepamos de muchas cosas, pero sólo superficialmente.
20. Vida cotidiana y realización personal
• En toda vida social, dice Heller, la particularidad y la
especificidad de las personas están en conflicto. Somos seres
particulares porque somos miembros, únicos e irrepetibles, de
una especie y, a la vez, por ser parte de ella, compartimos con
los demás integrantes una serie de rasgos específicos.
• La forma de liberarnos de la extrañación es romper con la
heterogeneidad, inmediatez y superficialidad de la vida
cotidiana, para así cobrar conciencia de que pertenecemos a
una especie, a un nosotros, lo que nos hará más libres.
• En cada persona es diferente el grado de conciencia del
nosotros, que somos parte de una especie y lo que les pase a los
demás nos afecta también. Esta conciencia se va formando
gradualmente mediante la socialización y la educación.