El autor resume su experiencia contratando personal. Inicialmente contrataba personas con buena actitud creyendo que podía capacitarlas, pero se dio cuenta que era mejor contratar personas con habilidad y experiencia comprobadas. Explica que aunque la actitud puede mejorarse sin límites, las habilidades tienen un techo más bajo de mejora. Concluye que lo ideal es buscar candidatos con experiencia, habilidad y buena actitud.