En el siglo XVIII, la política exterior española se centró en la alianza con Francia y la defensa de sus intereses en América. España firmó los Pactos de Familia con Francia en 1733 y 1743, lo que resultó en que futuros miembros de la familia real española gobernarían territorios en Italia. Más tarde, bajo Carlos III, España participó en guerras junto a Francia contra Gran Bretaña, lo que resultó en pérdidas territoriales para los británicos y ganancias para España.