Jesús envió a 72 discípulos de dos en dos a las ciudades y lugares donde él iría para anunciar el Reino de Dios. Les indicó que no llevaran dinero ni alforja y que se quedaran en las casas donde fueran recibidos, comiendo lo que les ofrecieran. Su misión era sanar a los enfermos y proclamar que el Reino de Dios estaba cerca.