Este documento presenta varios puntos breves sobre la vida consagrada. En primer lugar, enfatiza la importancia de la alegría, la renovación, la comunión y la creatividad. Luego, destaca la necesidad de despertar al mundo y llegar a sus periferias con un espíritu misionero. Finalmente, subraya que debemos abrazar el "signo evangélico" para dar vida a nuestras comunidades a través de la entrega, la sencillez y el amor.