La propuesta de reforma constitucional de Boschi-Renzi busca hacer más eficiente el gobierno italiano reduciendo el poder del Senado y aumentando el poder del ejecutivo. El Senado pasaría a ser elegido indirectamente por los consejos regionales en lugar de por votación popular. También se reducirían las provincias y algunas instituciones como el CNEL. La propuesta ha generado controversia sobre si concentra demasiado poder en el gobierno.