Este documento destaca la importancia de ofrecer rigor científico en los juegos de salud. Argumenta que la gamificación puede ser una herramienta útil para la formación médica y la promoción de hábitos saludables siempre que se base en evidencia científica. Presenta varios estudios que demuestran que la gamificación mejora la motivación, el aprendizaje y las habilidades prácticas de los profesionales médicos. Concluye que los juegos de salud, al integrar la gamificación de manera rigurosa