2. 1. Las características del género dramático (PÁG.195)
Desde que nació en la Antigua Grecia, el
teatro ha sufrido múltiples cambios. A pesar de ello,
todas las obras comparten las siguientes
características, que definen el género:
1. El texto teatral es una guía para la representación.
Aunque puede leerse, solo cobra su verdadero
significado cuando unos personajes reproducen la
acción narrada viviéndola sobre el escenario.
El texto teatral cobra vida en la
representación utilizando varios códigos de
comunicación: el código verbal (los diálogos) y el
código extraverbal (el decorado, los accesorios, la
vestimenta, el maquillaje, la mímica, la iluminación, la
sonorización, etc.).
3. 2. El diálogo es la única forma de
comunicación verbal. En el teatro
no hay narrador y la acción progresa
a través de las acciones y los
diálogos de los personajes. Los
actores dialogan entre sí como si no
existiera un autor que ha escrito el
texto ni un público espectador.
3. Los actores y el público
comparten una ficción. El texto
teatral presenta un mundo ficticio.
Los actores viven esa ficción como
si fuera un momento real de vida y
los espectadores entran en la magia
del teatro trasladándose por unas
horas a ese mundo imaginario.
4. Las formas del diálogo teatral:
Frases cortas: dos o más personajes se replican con frases breves.
Parlamentos: largas intervenciones en las que un personaje explica algo
que ha sucedido fuera del escenario.
Monólogos: extensas reflexiones que algún personaje realiza en voz alta.
Apartes: frases que pronuncia un personaje que solo escucha el público,
pero no el resto de personajes.
5. 2. El texto teatral (PÁG.195)
En toda obra teatral distinguimos el texto literario del texto espectacular:
El texto literario. Está formado por los diálogos de los personajes.
Aparecen siempre precedidos por el nombre del personaje que habla,
que está escrito en versalitas.
El texto espectacular. Lo componen las acotaciones escénicas en
las que se ofrecen datos al director acerca del lugar en que se
desarrolla la acción (decorados, época, mobiliario, etc.). También se
dan orientaciones para iluminar la escena de una forma determinada
o se describen recursos sonoros que han de incorporarse a la obra
con el fin de conseguir unos efectos concretos.
6. 3. La estructura externa de la obra dramática (PÁG.196)
La forma de los textos literarios orienta al lector acerca del género al
que pertenece la obra. Las características de una obra teatral son las siguientes:
En primer lugar, aparece el título de la obra, acompañado del reparto, es
decir, la lista de personajes que intervienen.
Le sigue el grueso de la obra, que se dividide en actos. Hay dramas de cinco,
de tres o de un acto, pero la más frecuente es la división en tres.
Los actos pueden, a su vez, dividirse en uno o más cuadros. Estos suelen
corresponder a un cambio de espacio, de ambiente o de época, que se refleja
en el cambio de decorado.
Los actos y los cuadros aparecen divididos en escenas, que vienen marcadas
por la salida o entrada de los personajes en el escenario.
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9. 4. La estructura interna de la obra dramática (PÁG.196)
La estructura interna de la obra dramática es la forma en que el autor
organiza el desarrollo de la acción, desde su inicio hasta el desenlace final.
La acción se genera por la existencia de un conflicto, ya sea entre dos
personajes, como el héroe y su antagonista; entre dos ideas, como la lucha
entre la libertad y la opresión; o dos sentimientos, como la lucha entre el
amor y los celos.
El desarrollo del conflicto no se produce de manera uniforme, sino que
varía en intensidad. De esta manera se crea la tensión dramática. Los
momentos de mayor tensión se denominan momentos climáticos o clímax,
y los de distensión o calma reciben el nombre de anticlímax.
Generalmente, en el primer acto se presenta a los personajes y se plantea el
conflicto. En el segundo y parte del tercero se desarrolla el nudo, en el que
se intensifica el conflicto, llegando al clímax, que viene inmediatamente
seguido del desenlace al final del tercer acto.