El documento describe tres modelos de educación superior: centrados en los medios, centrados en el profesorado y centrados en el estudiante. Argumenta que el modelo ideal es el equilibrio entre los tres, donde cada uno desempeña un papel fundamental. También discute las ventajas de la educación no presencial, como la flexibilidad y la superación de barreras espacio-temporales, y la importancia de centrarse en el estudiante y satisfacer sus diferentes estilos de aprendizaje.