El documento enumera las actividades que son capaces de degradar el ambiente según la Ley Orgánica del Ambiente de Venezuela. Estas incluyen actividades que contaminan el aire, agua, suelo o dañan comunidades biológicas, así como aquellas que producen ruidos, vibraciones u olores molestos. También se mencionan actividades como la expulsión de gases o desechos industriales sin tratamiento, la generación de sedimentos en aguas, y la introducción de especies exóticas o residuos peligrosos.