La autora describe una semana perfecta en un campamento. Pasó más de 2 horas y media en autobús para llegar al campamento, donde se alojó en la habitación de las luciérnagas con su amiga Elia. Por la noche, Elia y las otras chicas de la habitación no pudieron dormir y decidieron hablar, mirar por la ventana y cambiarse de cama hasta que vinieron las profesoras. Durante la semana participaron en muchas actividades como karaoke donde los profesores y estudiantes cantaron, una velada de baile donde Elia cantó sola