4. Te nombro allí donde todo pensamiento ilícito merece
castigo y todo buen pensamiento recompensa...
5. Ahí es donde quiero estar presente contigo por el recuerdo:
donde prodigas ante Dios tus plegarias por ti y por todos los
que te rodean.
6. Si digo presente, no te sorprendas, pues si me amas, y si me amas
porque soy imagen de Dios, estoy tan presente en ti como tu lo
estás a ti mismo, pues lo que tu eres sustancialmente, eso soy yo.
9. Así, el que busca en sí la imagen de Dios, tanto busca a su
prójimo como así mismo, y quien la encuentra en sí por
haberla buscado (la imagen, pues, es algo que hay que
buscar), la conoce tal cual es en todo hombre.
14. De modo que si te ves a ti mismo, me ves a mí, pues no soy otro
sino tu; y si amas la imagen de Dios, es a mí, como imagen de
Dios a quien amas; pero a mi vez, al amar a Dios te amo a tí.
15.
16. Así, buscando una misma cosa, tendiendo hacia
una misma cosa, estamos siempre presente uno
en otro, pero lo estamos en Dios, en quien nos amamos.”