Anexo de la Revista Fuente del Rey.- BOLETÍN INFORMATIVO ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE PRIEGO DE CÓRDOBA- DIRECCIÓN: Compás de San Francisco, nº 15 - 14800, Priego de Córdoba
1. 13 - 2014 BOLETÍN INFORMATIVO DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE PRIEGO DE CÓRDOBA
Anexo de la Revista Fuente del Rey
BOLETÍN INFORMATIVO
ASOCIACIÓN DE AMIGOS
DE PRIEGO DE CÓRDOBA
Compás de San Francisco, n˚ 15 - 14800 Priego de Córdoba
Móvil 608 654 146
2014
3
D.L. CO-32-1984
ISSN 1889-6014
Ejemplar gratuito
Ya a la venta
SUMARIO
1. Editorial: El Compás de San Francisco de Priego y
el monumento a la Inmaculada (1914-2014)
por M. Peláez del Rosal...............................................1
2. Los últimos años de la vida del Conde
de Superunda en Priego (1765-1767),
por M. Peláez del Rosal....................................... 2-3
3. Estatutos de la Asociación (continuación) ........4
EL COMPÁS DE SAN FRANCISCO DE PRIEGO
Y EL MONUMENTO A LA INMACULADA
E
l día 25 de
abril de 1914,
hace un si-
glo, siendo alcalde
de Priego don Juan
Bufill Torres, se ma-
nifestó por éste en
la Sala Capitular a
los señores conce-
jales que por varias
señoras se había
interesado que de
su cuenta y sin gas-
to alguno para los
fondos municipales
se les autorizara a
colocar la imagen de la Purísima Concepción en las
columnas existentes en el Compás de San Francisco.
Añadió el señor alcalde que la imagen se encontraba
en los claustros del Hospital de San Juan de Dios, a
donde había sido trasladada cuando “se quitó de la Fuente de la Plaza”.
El acuerdo que concedió la autorización no agregaba nada más, por lo
que se plantea la duda de si la imagen se encontraba en la Plaza deAbastos,
antiguo Compás del convento de San PedroApóstol,o en la Plaza del nue-
vo Ayuntamiento, antiguo claustro del convento de franciscanas clarisas.
Un inventario del desamortizado convento de San Pedro del año 1835,
localizado en el Archivo Histórico Provincial nos ha sacado de la duda. Se
declara en este documento que la casa convento “se halla rodeado de una
cerca… adornada de una plazuela con doce marmolejos de piedra alrede-
dor y en medio una columna también de piedra con la Purísima Concep-
ción en su extremo”. La gran devoción de los frailes alcantarinos cuando
construyeron el convento a finales del siglo XVII –se terminó en 1690- ,
debieron pensar en colocar una imagen de la Inmaculada en el exterior, lo
que finalmente se ejecutó en la primera mitad del siglo XVIII.
En este sitio debió permanecer la imagen hasta que se edificó la Plaza
de Abastos en los primeros años del siglo XX. Tal vez por causa de las
obras de este nuevo espacio que ocupó el del antiguo convento se ordenó
apear la imagen de su ubicación primitiva (como es natural propiedad de
los religiosos franciscanos, aunque por la expropiación pasó a ser de titu-
laridad municipal) y trasladarla al Hospital de San Juan de Dios de donde
fue rescatada por unas devotas a los fines declarados de colocarla “en
las columnas” del denominado Compás de San Francisco. Se nos escapa
asimismo qué sostendrían tales columnas originariamente.
Para conmemorar el hecho histórico de la entronización de la imagen
en 1914 en su nuevo emplazamiento,el pasado mes de julio se concelebró
una misa en el atrio del Compás de San Francisco, a la que concurrieron
representantes de las cofradías y numerosos fieles. Fue un acierto que
la imagen no desapareciera y no menor la resolución de su colocación
postrera. El Compás de San Francisco de Priego de Córdoba es una zona
de alto valor estético. Al monumento central de la Inmaculada se suma
la fachada blasonada de la casa solariega de los Ruiz de Castro Caracuel,
la portentosa portada de la iglesia de San Francisco y la más discreta
del antiguo convento, hoy reconvertido
en hospedería. El poeta Carlos Valverde
Castilla, tan sensible a la belleza de la pla-
za, dejó escritos estos bellos versos:
“Tres esquinas y un rincón / una pla-
zuela y tres calles/, una imagen de la Vir-
gen /y alrededor siete árboles./ Cuatro
pilares, niña, /cuatro pilares /tiene mi San
Francisco / en los umbrales./Y allí se posa
/ la Paloma más blanca / de las palomas”.
Manuel Peláez del Rosal
mpelaez@uco.es
* PASEOS PRIEGO, Carrera de Álvarez
14800 Priego de Córdoba
* KOPISA (Plaza del Palenque)
* KIOSKOS DE PRENSA (Paseíllo)
Plaza de San Pedro (Dibujo de A. J. Barrientos)
2. 23 - 2014 BOLETÍN INFORMATIVO DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE PRIEGO DE CÓRDOBA
ISSN 1889-6014
LOS ÚLTIMOS AÑOS DE LAVIDA
DEL CONDE DE SUPERUNDA EN PRIEGO (1765-1767)
Manuel Peláez del Rosal
Correspondiente de la Real Academia de la Historia
N
o deja de ser una incógnita cuan-
to atañe al lugar de su residencia
en la villa de Priego durante los
años de su destierro. En el poder otor-
gado por el Conde al procurador don
Lorenzo de la Cámara indica el escribano
que “estando yo el infrascripto escribano
público (Domingo García Moreno) del
número de teniente del mayor de cabildo
de esta villa en la posada y a presencia del
Excmo. Sr. Conde de Superunda…”.Y en
otro documento relativo a la confesión
del Conde en el juicio contra él incoado
se dice que se inició el 3 de octubre de
1763“en su posada” madrileña,en donde
estaba confinado “bajo palabra de honor
de no quebrantar el arresto” en virtud
del Acuerdo de la Junta de Generales de
primero del corriente.
Las referencias al sustantivo “posada”
hay que entenderlas solo como lugar de
su alojamiento temporal. En efecto, en el
codicilo que otorgó el Conde el 21 de
junio de 1763 estando en la villa y Corte
de Madrid fue su voluntad que “mediante
hallarse en esta Corte, y ser parroquiano
de la Iglesia y Monasterio de San Martín
de ella, que cuando Dios Nuestro Señor
sea servido sacarle de esta vida su cuer-
po cadáver sea sepultado en la bóveda
de la capilla de Nuestra Señora de Valva-
nera que se venera en la referida Iglesia
Parroquial”.
Estas consideraciones nos obligan a
rectificar lo afirmado años ha sobre que
en la villa de Priego, lugar de su destie-
rro, hubiera permanecido en la Posada
del Marqués, edificio construido algunas
décadas antes en las proximidades del lu-
gar conocido como El Palenque. Cuando
el Conde llega a Priego es posible que
Blas Manuel de Codes diera cobijo a su
comitiva, junto a sus casas y fábrica esta-
blecida en la Carrera de las Monjas. O tal
vez pudiera haberse alojado en la Casa
Mesón de la Puerta del Agua, arrendada
por el Concejo y en donde en fechas in-
mediatas se había hecho una obra impor-
tante para servir de alojamiento a tres
compañías del Regimiento de Caballería
de Santiago.Teniendo el destierro un ca-
rácter público, como condena, es posible
que corriera a cargo del concejo de Prie-
go su cumplimiento, y en tal caso éste le
posibilitara el alojamiento en un edificio
adaptado para purgar la pena.
Correspondencia del Conde y para
el Conde
Durante su destierro en Priego el
Conde recibió, sin duda, numerosa co-
rrespondencia.Una oficial y otra particular,
además de los instrumentos jurídicos que
otorgó ante escribanos públicos locales.
Desgraciadamente de este punto también
tenemos poca información.
La primera carta del Conde de Su-
perunda que conocemos escrita des-
de Priego lleva la fecha de 10 de mayo
de 1765 y la envía a su apoderado en
Perú, don Antonio de Boza y Garcés de
Marcilla, abogado criollo y rector de la
Universidad de San Marcos de Lima, en
contestación de otras anteriores que
éste le había remitido. En ella expresa
sentimientos de gratitud hacia este ilustre
amigo:“… tampoco olvidaré el acrisolado
afecto con que vuestra merced y otros
amigos, se han interesado en mis cosas”.
Recibida esta misiva por Boza, éste le
contesta desde Lima el 27 de enero de
1766,comunicándole,entre otros porme-
nores, lo que sigue:“…los íntimos amigos
de vuestra excelencia y los fiadores de la
residencia, no han hecho el menor movi-
miento, estando prontos a sacrificar sus
caudales en obsequio de quien fue padre
de todos, no malogran esta ocasión de
manifestar su gratitud”. La opinión con-
trasta con la vesania de quienes se dirigen
a la Corona reclamando daños y perjui-
cios, inducidos por su enemigo don An-
tonio Álvarez de Ron. Le apena al Conde
que “se ensangrienta la pluma con la más
fea tinta que pueda caber en tiranos co-
razones”, si bien declara perdonar a los
conspiradores “con humildad cristiana”
como representa a Su Majestad en modé-
lico escrito de protesta.
Un interesante documento autobio-
gráfico en dos hojas no protocolizado
da cuenta de su escasas pertenencias:
“Encargo privado que Yo el Conde de
Superunda, hago a don Martín Sáenz de
Tejada, y don Juan de Albarellos, sobre el
destino, y aplicación que, por mi falleci-
miento, deveran dar a los cortos vienes
y alajas de mi actual servicio, que aquí
se expresarán en las forma siguiente”. Su
fecha en Priego el 16 de enero de 1766.
A su sobrino el marqués de Bermudo
le manda todos los papeles “que tocan
a mi persona”, y además un cuadro de
Nuestra Señora con el Nacimiento “de
pintura fina y mano maestra”, un reloj
de mesa, un sello de oro “con el escudo
de mis armas”, una caja grande de oro
para tabaco con un retrato, un bastón y
hebillas de oro, una venera llana también
de oro y el servicio de plata de barba,
compuesto de palangana, jarro y jabone-
ras. A su sobrino don Félix, una reliquia
de San José con su relicario y cadena de
oro, una pantalla de plata con dos candi-
lejas pequeñas para alumbrar, una pileta
de plata pequeña para agua bendita, dos
orinales y una escupidera pequeña de
plata, un porta vinagreras y una cafetera
pequeña. A don Martín Saenz de Tejada
“mi cama con su colgadura de seda de
China”.A don Juan de Albarellos una caja
de oro labrada para tabaco;y a ambos“la
ropa blanca y de color“de mi uso… para
que executen con ella lo que les tengo
comunicado”.Añade que es lo único que
tiene y de lo que puede disponer.Calle Conde de Superunda en Priego
Lienzo del Conde de Superunda ecuestre
3. 33 - 2014 BOLETÍN INFORMATIVO DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE PRIEGO DE CÓRDOBA
ISSN 1889-6014
Hallándose ya herido de muerte el
Conde, y a fin de aclarar ciertos extre-
mos relacionados con el mayorazgo por
él instituido, su secretario don Martín
Saenz de Tejada escribe a don Félix José
Saenz de Velasco interesándole cierta
documentación necesaria para llevar a
efecto la intención del Conde. En
22 de diciembre de 1766 don Félix
José Saenz de Velasco y Samanie-
go, escribió a éste una carta desde
Logroño suplicándole que su tío
le otorgara un poder para la agre-
gación y aumento del mayorazgo
que había instituido con anterio-
ridad. Don Martín Sáenz de Tejada
en fecha 11 de febrero de 1767
respondió al sobrino del Conde
diciéndole haber llegado la misiva,
pero dado que el Conde se hallaba
postrado en cama del accidente del
que falleció, no pudo verificarse el
otorgamiento.
Enfermedad, muerte y sepelio
del Conde de Superunda
La salud física del Conde cuando fue
desterrado a Priego se encontraba cierta-
mente muy deteriorada.A este episodio se
refiere ya el propio Conde en la carta que
escribió a su sobrino don Félix Manso de
Velasco el 18 de agosto de 1764,sobre los
asuntos relativos a su mayorazgo:“…pero
como a los cuidados actuales
que tanto agitan mi espíritu,se
han agregado las enfermeda-
des y accidentes de alferecía
que han puesto en grave peli-
gro mi vida, el cual crece cada
día por la repetición de estos
insultos y la edad,y débil esta-
do de mi salud…”.Ya en pleno
proceso incoado en su contra
no pueden notificársele en la
propia sede del tribunal cier-
tas resoluciones, acudiendo el
secretario del mismo a su residencia por
encontrarse postrado en cama. En 24 de
junio de 1763 al evacuar su confesión el
propio Conde dice:“Los accidentes deAl-
ferecía, según los Médicos que me asisten,
en lo regular repiten,especialmente en los
Viejos, y mi edad es de setenta y cinco
años; pero la Divina Providencia permi-
te, al parecer, intermedio entre mi vida y
mi muerte, sin duda para que la aprove-
che…”. Hasta tres veces le repitieron los
ataques en 1764. Advertían los médicos
que si se le interrogaba al Conde su vida
correría peligro. El 30 de septiembre el
propio conde deAranda ordenó que se le
tomara inexcusablemente declaración, la
que se llevó a efecto ininterrumpidamen-
te. Quizás fuera ésta la causa de un tercer
ataque días después, que se presentó con
tanta violencia que desde las dos de la tar-
de hasta las once de la noche lo dejaron
prácticamente extenuado, por lo que los
médicos ordenaron que se le administra-
ra la Extremaunción. Se temía que el lado
izquierdo de su cuerpo y la cabeza que-
dasen con lesión, pero poco a poco fue
recobrando el movimiento, si bien se acu-
saba de evidente pérdida de memoria,por
lo que los médicos concluyeron que no
estaba en condiciones de tomarle nueva
declaración.Y con este lastre emprende el
viaje del destierro, con la amenaza de que
le repitan las convulsiones que deberían
ser frecuentes.
En la carta que escribe Francisco La-
guardia desde Cádiz en abril de 1765 a
Martín Saenz de Tejada se refiere a esta
circunstancia. Igualmente en el codicilo
que el Conde otorga en Priego en 11 de
enero de 1766 lo expresa sin ambages
el escribano otorgante: “…hallándose en
cama convaleciendo del insulto de alfere-
cía que últimamente le repitió como es
notorio…”. La postración se transforma
a veces en extenuación, como lo revela
el hecho de no poder acusar recibo de la
carta que le remite el mismo sobrino don
Félix desde Logroño el 27 de octubre de
1766, haciéndolo en su lugar su secreta-
rio don Martín Saenz de Tejada el 3 de
diciembre siguiente, a la que contesta el
sobrino el 22 del mismo mes y que ya no
pudo contestar el Conde por haberse
agravado fatalmente su salud.
El óbito del Conde se produjo el lu-
nes día 5 de enero de 1767. En la partida
de defunción consta que el entierro se
hizo al día siguiente,martes,celebrándose
un oficio solemne con toda la plata en la
iglesia parroquial, doblando las campanas
a pino, asistiendo la música y 104 capella-
nes, la cofradía de San Pedro de señores
sacerdotes y el pendón del Santísimo. La
misa cantada la dijo don Raimundo Jura-
do Puentes y Palomar.El cuerpo del
Conde fue sepultado en la iglesia
conventual de San Pedro Apóstol,
de franciscanos descalzos alcantari-
nos,en el crucero,a mano izquierda
de la reja de entrada a la capilla de
la cofradía de Nuestra Señora de
la Soledad, por disposición de sus
albaceas don Martín Saenz de Teja-
da y don Juan de Albarellos y con
el consentimiento de la comunidad
de religiosos del referido conven-
to. Sobre su nicho, que cubre una
lápida de mármol empotrada en el
muro se inscribió una leyenda que
dice: AQUÍ EXISTEN LAS CENI-
ZAS DEL EXCMO. SEÑOR DON
JPH MANSO DE BELASCO, CAVA-
LLERO DEL ORDEN DE SANTIAGO,
CONDE DE SUPERUNDA, TENIENTE
GENERAL DE LOS REALES EXERCI-
TOS, GENTIL HOMBRE DE CÁMARA
DE SU MAGESTAD, VIRREY CAPITAN
GENERAL QUE FUE DE LOS REINOS
Y PROVINCIAS DEL PERÚ QUE FALLE-
CIO EN 6 DE HEN. DE 17671
”.
El Condado de Supe-
runda se abatió a partir de
entonces en la desgracia. El
sucesor en el título, don Die-
go Antonio Manso de Velas-
co, II Conde de Superunda,
casado con la marquesa de
Bermudo no renunciaría a
la recuperación de los bie-
nes trabados de su antece-
sor. Tardarían muchos años
en conseguir su propósito. Tal
vez el marqués de la Ensena-
da, cumplida la pena de su destierro, e
incorporado a la política activa, colabo-
rara en la justa aunque tardía reposición.
El Conde en la memoria de Priego
No se nos alcanza el concepto en el
que el Conde de Superunda tuvo a la villa
de Priego. El largo destierro transcurriría
entre su irremediable enfermedad física
–la epilepsia- y la no menos grave psi-
cológica y mental. Alguien ha dicho que
“debió morir de amargura, abofeteado
por el desprecio del pueblo español”. Su
1
Ignoramos cuándo se colocó la lápida y quién
redactó la lauda. Es probable que sus amigos más
íntimos lo hicieran una vez que le fueran resti-
tuidos sus títulos y bienes, con posterioridad al
11 de julio de 1787, fecha del testamento de sus
sucesores, don Diego Antonio Manso de Velas-
co y doña Juana de Sahagún Tomasa del Águila, II
condes de Superunda
Calle Conde de Superunda en Lima
Lápida en el Ayuntamiento de Priego
4. 43 - 2014 BOLETÍN INFORMATIVO DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE PRIEGO DE CÓRDOBA
ISSN 1889-6014
Este Boletín se distribuye gratuitamente en los establecimientos colaboradores.
P A T R O C I N A
Artº 22º.- DEL TESORERO
Corresponde al Tesorero:
a) Recaudar los fondos de la Asocia-
ción, custodiarlos e invertirlos en la for-
ma determinada por la Junta Directiva.
b) Efectuar los pagos con el V.º B.ª
del Presidente y abrir una cuenta co-
rriente o cartilla de ahorros mancomu-
nada con éste.
c) Intervenir con su firma todos los
documentos de cobros y pagos, con el
conforme del Presidente.
d) La llevanza de los libros de conta-
bilidad y el cumplimiento de las obliga-
ciones fiscales, en plazo y forma, de la
Asociación.
e) La elaboración del anteproyecto
de Presupuestos para su aprobación por
la Junta Directiva para su sometimiento
ESTATUTOS DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS
DE PRIEGO DE CÓRDOBA
a la Asamblea General. En la misma forma
se procederá con arreglo al Estado Gene-
ral de Cuentas para su aprobación anual
por la Asamblea.
f) Cualesquiera otras inherentes a su
condición de tesorero, como responsable
de la gestión económica financiera.
Artº 23º.- DE LOS VOCALES
Corresponde a los vocales:
a) Recibir la convocatoria de la sesión
de Junta Directiva con la antelación fijada
en los presentes Estatutos, conteniendo
aquélla el orden del día.
b)Participareneldebatedelassesiones.
c) Ejercer su derecho al voto y formu-
lar su voto particular, así como expresar
el sentido de su voto y los motivos que lo
justifican.
d) Formular ruegos y preguntas.
e) Obtener la información precisa
para el cumplimiento de las funciones
que le fueren asignadas.
protector,amigo y paisano,el marqués de
la Ensenada había caído en desgracia, y
en sus carnes había igualmente sufrido el
dolor del destierro. El Rey, tal vez pre-
sionado por el todopoderoso conde de
Aranda, no se compadeció conmutándo-
le la pena.La soledad,tal vez mitigada por
la lealtad de sus incondicionales Martín
Sáenz de Tejada y Juan de Albarellos, fue
su constante compañera. Por eso y por
su inquebrantable fe ordenaría que die-
ran a su cuerpo santa sepultura lo más
próximo posible a la capilla e imagen
de Nuestra Señora de la Soledad, con la
aquiescencia de los frailes franciscanos
alcantarinos del convento de San Pedro
Apóstol, y así se cumpliría su voluntad,
como testimonio para el porvenir de su
desdicha e incomprensión, en suma, de la
injusticia contra él cometida.Murió cuan-
do contaba 79 años, pobre e ignorado,
sin que le valiera de nada su amplia hoja
de servicios a su patria, su heroicidad y
su valentía suficientemente demostrada
a lo largo de toda su vida.
El testigo de su memoria lo recogió
mucho tiempo después la ciudad de
Priego dedicándole una calle2
con el
nombre de su título nobiliario “Conde
de Superunda”, en una vía con resabios
textiles.Otras poblaciones de allende el
Océano, como Rancagua, en Chile, han
honrado su recuerdo con una efigie de
piedra. Priego le descubrió también una
lápida por iniciativa del representante
del Instituto de Conmemoración His-
tórica de Chile, Hermelo Arabena Wi-
llians3
, en 17 de junio de 1962, que se
colocó primitivamente en la galería de
la primera planta sobre la puerta prin-
cipal de entrada al Salón de Sesiones, y
cuyo texto decía así: ”Excmo. Sr. Don
José Antonio Manso de Velasco, Conde
de Superunda,Gobernador del Reino de
Chile entre 1740 y 1744,fundó las ciuda-
des de San Felipe Los Ángeles Cauque-
nes, Melipilla, Rancagua, San Fernando
Curicó y Copiapó. Instituto de Conme-
moración Histórica de Chile. 1962”.
Años después, en 1991, el Consejo
2
También Logroño, la capital de la provincia de
La Rioja, a la que pertenece la población de su
nacimiento,Torrecilla de Cameros,le tiene dedi-
cada una vía pública.Y en el centro histórico de
Lima, cerca de la Plaza Mayor, se le dedicó otra
en el siglo pasado, la antigua calle del Correo
como prolongación de Jirón Junín.
3
Narrador, crítico literario, poeta e historiador
(La Ligua-Aconcagua 1905-Santiago de Chi-
le 2001). Ver sus colaboraciones en la Revista
Fuente del Rey, número 84 (diciembre 1990),
págs. 5-6 (“Chile en Priego”); 87 (marzo 1991),
pág. 11 (“Perfil humano del fundador (De “Glo-
sas sobre San Felipe el Real”, 1935); y 95 (no-
viembre 1991), pág. 7 (“Una fundación del Con-
de de Superunda: San Felipe el Real de Chile”).
de Redacción de la revista local Adarve,
sugirió a la dirección técnica encargada
de las obras de restauración de la iglesia
de San Pedro –dentro del programa de
la conmemoración del descubrimiento
de América- y con el objeto de conso-
lidar el muro, en el que se encuentra la
tumba del Conde, que fuera extraída la
losa sepulcral.La inspección realizada re-
veló que dentro de la cavidad en una caja
de madera deshecha por la humedad se
alojaban los restos mortales del ilustre
torrecillano, que tras ser exhumados
fueron reintegrados al mismo lugar.Monumento al Conde de Superunda
en Rancagua (Chile)
Retablo de laVirgen de la Soledad
Busto del túmulo (Iglesia de San Pedro)